5/12/2009

Periodistas pal café......


Vicente Fox se la ha pasado exageradamente bien a lo largo del calderonismo fallido. Nadie ha sido capaz de tocarle judicialmente un pelo a quien aún se hace llamar presidente”, ni a sus familiares y allegados. Por el contrario, ha hecho ostentación de enriquecimiento sexenalmente explicable, maneja un centro de presuntas actividades intelectuales y culturales que, por tanto, le sería antitético, y ha sido enaltecido por el panismo gobernante como estratega electoral previamente pagado con candidaturas a diputados federales para algunos emblemas de su mala administración, como sus ex secretarios del Trabajo y de Agricultura.
Ahora, Fox aparece triunfador en una significativa universidad estadunidense, la de Emory, que le ha otorgado un doctorado honoris causa a cuenta de su presunto “liderazgo internacional en temas de democracia” y sus “iniciativas emprendedoras”. Parecería inexplicable que una casa de estudios medianamente seria se atreviera a premiar a quien ha sido insistentemente acusado de corrupción extrema y cuyas más recientes apariciones en la prensa nacional se han relacionado con la negativa de la Cámara de Diputados a aprobar una de sus cuentas públicas (con señalamientos puntuales acerca de las terribles “irregularidades” cometidas en temas como, por dar ejemplos, Enciclomedia, la “mega” biblioteca José Vasconcelos y la ampliación del aeropuerto internacional capitalino) y con las acusaciones ahumadas de complotar constantemente contra un aspirante a presidir el país e incluso de haber canjeado la libertad y devolución de fondos al hermano de un ex presidente patológicamente conspirativo por videos que dañarían políticamente a ese opositor delictivamente excluido.
La oportunista exaltación académica de un preclaro ignorante sólo puede ser entendida a la luz de una especie de influencia porcina: la Universidad de Emory está en Atlanta, la ciudad que es cuna y sede mundial de Coca-Cola, la empresa a la que el siempre pro estadunidense Fox sirvió como alto ejecutivo en México y Latinoamérica. En 1914, Asa Candler, que había comprado la firma de la bebida tónica a su creador, John S. Pemberton, donó un millón de dólares para que el Emory College se convirtiera en Emory University, y Warren Candler, hermano de Asa, fue su primer rector. En 1979, dos miembros de la familia Woodruff (Robert fue presidente de la compañía durante décadas) donaron 105 millones de dólares a la mencionada universidad.
La escuela de negocios de la Emory lleva el nombre de otro presidente de la junta directiva del refresco de cuyo consumo mundial tenemos medalla de oro en México, el cubano Roberto Goizueta, ya fallecido, quien salió de su patria después de la llegada de Castro al poder. En un libro sobre su vida, escrito por David Greising y publicado en español por Grupo Editorial Norma, Goizueta es descrito como una “especie de misionero que llevaba el producto y la manera de vida Coca-Cola hasta los más apartados lugares del planeta”, alguien que “esperaba encontrar el nirvana en mercados totalmente subdesarrollados, que llamó el cielo de Coca-Cola”.

EXALTACIÓN ACADÉMICA. El ex presidente Vicente Fox recibió un doctorado honoris causa de la Universidad de Emory, en Atlanta">Foto Ap
Como puede verse, el de otra manera inexplicable doctorado de Fox (el mismo Vicente que con corregida impericia jurídica expropió una parte de los ingenios mexicanos, luego de autorizar el uso de fructosa en bebidas emtobelladas) tiene un inocultable ingrediente oscuro: la chispa de la grilla.
Astillas
Los próximos 18 y 19 se realizará una convención nacional más de los aseguradores. El primer día, Felipe Calderón, Luis Pazos, Guillermo Ortiz y Ernesto Zedillo nos explicarán las razones por las que todo sigue mal, pero añadiendo toques académicos (el virus Emory) al trazo de mejores días por venir... Los partidos y las campañas siguen en el apagón sanitario, pero el gobierno federal planea extender beneficios del programa de control electoral denominado Oportunidades a segmentos urbanos y el secretario de Hacienda ofrece 14 mil millones de pesos a empresas y negocios afectados por la crisis reciente... El arzobispo que había dicho que sólo las autoridades no sabían que el Chapo vive adelantito de Guanaceví, en Durango, fue detenido breve- mente por un comando armado que había montado un retén en la carretera a un poblado de aquella hospitalaria entidad... Cecilia Escorza narra que sufrió un “atraco” material y económico en un Chedraui al que fue a comprar un “famoso gel antibacterial cuya botella de 60 mililitros cuesta 25.72 pesos”. La cajera le platicó que la empresa les da a los trabajadores un par de guantes de látex y que ellos deben comprar su gel... Miguel Ángel Hidalgo Martínez vive en Dalian, en la nororiental provincia de Liaoning, donde estudia chino y da clases de español y de cultura latinoamericana en una universidad. Asegura que nunca y bajo ninguna circunstancia ha sido objeto de tratos denigrantes, racistas u hostiles y que hay una gran solidaridad de la gente hacia los problemas actuales de México. En estos días viajó a Corea del Sur y al regreso a China no tuvo ningún contratiempo, aunque dos oficiales del Ministerio de Salud subieron a la nave a checar la temperatura de los pasajeros y les pidieron dejar información personal y del viaje. “Han pasado tres días y hasta ahora no me han llamado por teléfono ni han irrumpido en mi casa sin previo aviso personas vestidas como astronautas”, reporta... ¿La disminución de la violencia relacionada con el narcotráfico forma parte de los reacomodos sanitarios del país, que entre el barullo gripesco deslizaron el permiso para la portación sin castigo de dosis pequeñas de droga?... Y, mientras el mapa genómico de los mexicanos es usado como instrumento para convencer al respetable público de que ya estamos en niveles de primer mundo y que pronto la atención médica será más barata y eficaz, ¡hasta mañana, en esta columna que ve a Jesús Ortega desesperarse ante las consecuencias del pacto de convivencia forzada, que para no propiciar rupturas permitió a López Obrador hacer campaña en favor de PT y Convergencia en la mayoría del país!
Fax: 5605-2099 •
juliohdz@jornada.com.mx

Enrique Galván Ochoa: Dinero
El programa que el gobierno calderonista presentó ayer por conducto de la Secretaría de Hacienda, como apoyo a las pequeñas y medianas empresas estragadas por la crisis de la influenza, tiene un mal disimulado propósito de blindar a los bancos comerciales contra las pérdidas que sufrirían si no les pagan sus créditos. No incluye a todas las Pymes, exclusivamente a las que son clientes del sistema bancario. Deja a su libre albedrío condonar intereses y reprogramar el pago de deudas. Ilusamente hubo quienes creyeron que Agustín Carstens presentaría algún esquema de apoyo a los deudores de hipotecas y tarjetas de crédito.
Microsoft se endeuda
Bill Gates ha tenido capital de sobra para comprar compañías por todo el mundo, inclusive enfrenta demandas antimonopólicas por su voracidad. ¿Qué creen? Ya se contagió del virus de la crisis económica. Microsoft pedirá dinero prestado por primera vez en sus 34 años de vida. Colocará en el mercado bonos con vencimiento a 5, 10 y 30 años. Será una buena inversión para quienes tengan dinero fresco.
Arreglos
Uno de los líderes obreros más prósperos del país, aunque menos visible que Romero Deschamps o la miss Elba Esther, acaba de asestarles un revés a sus compañeros de sindicato, el de telefonistas, que maneja como si fuera de su propiedad desde hace muchos años. Francisco Hernández Juárez convino con la empresa condicionar la jubilación a 60 años de edad, tanto para hombres como para mujeres, y a 35 años de servicio. Y si le insisten, hubiera aceptado el siglo completo.
Burroris causa
Entre sus calificaciones de excelencia académica, la Universidad Emory de Atlanta cuenta con la de ser la única en el mundo que considera políticamente incorrecto que maestros y estudiantes tomen otro refresco que no sea Coca-Cola. Asa Candler, el fundador de The Coca-Cola Company, donó los terrenos en los que se encuentra instalada y hasta hoy la empresa sigue siendo su principal apoyo económico. Es la que otorgó a Vicente Fox el grado burroris, perdón, honoris causa, en reconocimiento al primer vendedor de coca-colas que llega a presidente. Además, está agradecida porque no tiene que pagarle pensión, la carga se la pasó al gobierno mexicano.
e@Vox Populi

Carlos Fernández-Vega: México SA
Con cargo al erario el gobierno calderonista ofrece garantías para los bancos, rescates” para los grandes consorcios, “salvamentos” sectoriales, más exenciones fiscales, migajas para la pequeña y mediana empresa (si en realidad se las llegan a repartir, porque la oferta suele ser de saliva), entre otras tantas gracias “anticíclicas” que forman parte del creativo rosario de “medidas” para que el empresariado de pedigrí enfrente “la crisis que viene de afuera”.
De nada ha servido hasta ahora, porque se supone (así lo anunciaron el gobierno benefactor y los empresarios beneficiarios del susodicho rosario) que el “compromiso” para que el erario entrara al “rescate” y sus dineros comenzaran a fluir fue, es, la conservación de las fuentes de trabajo. Así lo dijeron, pero de allí no pasaron: en seis meses 600 mil empleos formales han sido cancelados (permanentes el 89 por ciento), y los afectados simple y sencillamente han sido remitidos al rincón del olvido.
Casi un mes atrás, en el desvarío total y urgido de difundir buenas noticias aunque sean falsas, como apuntamos en el México SA del pasado 14 de abril, el inquilino de Los Pinos celebraba los “signos alentadores en nuestra economía”, producto, dijo, de su exitosa “política anticíclica”, y fatuamente se congratulaba de que “mientras en el resto del mundo se sigue observando una pérdida neta de puestos de trabajo, mientras en la economía se ha observado ya una caída de millones de empleos en los últimos meses, producto de la crisis financiera internacional; durante el mes de marzo, y esta es una buena noticia, durante el mes de marzo en México no sólo no hubo una pérdida neta de empleos, sino que hubo una creación neta de casi 4 mil empleos formales, registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social”.
Pues bien, el propio IMSS, por medio de la Secretaría del Trabajo, recién divulgó el número de trabajadores registrados al cierre de abril, mes en el que los “signos alentadores” que celebraba Calderón se tradujeron concretamente en la cancelación de 60 mil 218 empleos formales, permanentes la mayoría de ellos, que se suman a los “desaparecidos” desde que oficialmente se reconoció el estallido de la crisis económica.
Así, en el primer cuatrimestre de 2009, el año del “catarrito” que nos hacía lo que el viento a Juárez, la zarandeada economía mexicana, con todo y la “exitosa política anticíclica” cacareada por Calderón, ha cancelado 198 mil 509 empleos formales, monto resultante de la pérdida de 263 mil 331 plazas permanentes y la creación de 64 mil 882 eventuales. Este nefasto resultado, sumado al de noviembre-diciembre de 2008, arroja una cifra espeluznante: en el sector formal, 600 mil plazas laborales borradas del mapa. Y falta mayo, mes en el que se resentirán los efectos reales de la emergencia sanitaria y se conocerá el peso específico de tal contingencia en materia de empleo.
Mucho discurso “anticíclico”, múltiples “rescates” y “salvamentos” gubernamentales a favor de tal cual sector empresarial, “compromisos” por doquier, pero en los hechos nadie hace nada para detener la sangría en el empleo. En el primer cuatrimestre de 2009, 198 mil 509 empleos formales fueron cancelados, lo que se traduce en la pérdida de mil 654 plazas cada 24 horas, incluidos sábados, domingos y días festivos.
Lo más lacerante es que con crisis o sin ella –versión oficial– la situación laboral es en extremo explosiva. De hecho, con los resultados de abril, y siempre de acuerdo con las cifras oficiales, el balance del “presidente del empleo” en los 29 meses (hasta el cuarto de 2009) que lleva sentado en Los Pinos es escalofriante: a estas alturas, el número de trabajadores registrados en el IMSS resulta inferior, en términos netos (mil 706 plazas), al reportado el último día del gobierno foxista, o lo que es lo mismo el primero del calderonista (primero de diciembre de 2006: 13 millones 981 mil 314 trabajadores registrados en el IMSS; 30 de abril de 2009: 13 millones 979 mil 608). Así es: casi dos años y medio sin generar empleo formal en términos netos, sin considerar la incorporación anual de entre un millón y un millón 200 mil mexicanos que por primera vez intentan colocarse en el mercado laboral.
Para dar un comparativo sobre la magnitud del “catarrito”, vale mencionar que en los dos últimos meses de 1994 y el primer cuatrimestre de 1995 (el año “de la gran crisis”), se cancelaron 785 mil empleos formales registrados en el IMSS, permanentes el 59 por ciento de ellos; 15 años después, de noviembre de 2008 a abril de 2009, se “perdieron” alrededor de 600 mil plazas formales, también registradas en dicho Instituto, permanentes el 89 por ciento de ellos.
Quince largos años entre una gran crisis y la siguiente, en los que, por instrucciones presidenciales se “rescataron” (y se “rescatan”) a las grandes empresas (a las de siempre, pues). Tres lustros a lo largo de los cuales la “condición” para que el erario entrara al “salvamento” fue, precisamente, “garantizar la plantilla laboral” y “fomentar la generación de empleo”.
¿Qué sucedió en ese lapso? ¿Cuál es el balance? En esos 15 años, 3 millones 843 mil empleos formales fueron generados y registrados en el IMSS (poco más de 256 mil por año), pero en ese lapso entre 15 y 18 millones de mexicanos se incorporaron al mercado laboral, y la economía formal sólo ocupó a 22-26 de cada 100 que demandaron un sitio. Para el resto, desempleo, informalidad o exilio económico. ¿Y los consorcios “rescatados” que se “comprometieron” con aquello de la plantilla laboral? Robustas, especuladoras, hinchadas de utilidades y en espera del siguiente “rescate” público, que gentilmente les facilita el gobierno en turno.
En los primeros 29 meses de estancia en Los Pinos, Ernesto Zedillo pudo “presumir” la generación de 94 mil empleos formales; en igual lapso, pero de inquilinaje calderonista, ni uno sólo. ¿”Signos alentadores”, como dice Calderón? Bien, entonces ¿qué será “desalentador” para él?
Las rebanadas del pastel
Para colmo, la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, le enmienda la plana al doctor “catarrito” y asegura, en entrevista con el periódico español ABC, que la emergencia sanitaria que vive México “podría reducir” (adicionalmente) hasta en uno por ciento el producto interno bruto, es decir el doble de lo estimado por Agustín Carstens. Ambos, hasta donde se sabe, forman parte del mismo “equipo” y se nutren de la misma información para realizar sus pronósticos. ¿Entonces?
cfvmexico_sa@hotmail.com - mexicosa@infinitum.com.mx
ara 2003, la ciudad de México le hacía ya muy difícil la vida a Marcos Miranda, quien decidió exiliarse en Cuernavaca. Fue su segundo exilio. El primero lo agarró a los cinco años de edad, cuando su padre tuvo que salir de Bolivia como perseguido político y se vino a radicar a este país con la familia. Don Mario Miranda falleció el año pasado, y a él le dedica Marcos su nuevo álbum: Exilio y las voces del soliloquio.
Por innumerables razones, se trata de una obra de excepción. Hacer una reseña a conciencia requeriría, mínimamente, de un pequeño libro o de una gran plaqueta. Así que mi subconsciente y yo nos tendremos que conformar con la mención de algunos qués y otros porqués.
Exilio y las voces del soliloquio (Aisha Records, 2009) es un álbum de siete cedés, y en todos y cada uno de ellos Marcos Miranda es el único instrumentista. Son casi 10 horas de solos de sax soprano (cedé 1), sax tenor (cedé 2), clarinete alto (3), clarinete bajo (4), clarinete contralto (5), flauta ney (6), y un séptimo disco con solos de kalimba, salterio, khene, saxofones andinos y gaitillas.
Ni mi sub ni yo habíamos visto algo así en ninguna parte del mundo. Si alguien sabe de ello, le rogamos información.
Éste es un verdadero reto para cualquier escucha, pero como con La casa verde, de Vargas Llosa, o La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera, sólo es cuestión de cruzar el umbral y lo demás se va como vino (je je).
Aunque ni lo monumental ni lo temerario de la obra es aquí lo más sorprendente. Lo que realmente nos conmovió, y nos conmueve, es el hecho de que en ningún momento el discurso de Miranda se vuelve monótono o desarticulado. Le comentamos, sí, que los discos podrían ser menos largos, que probablemente así tendrían más impacto y mejor penetración en nuevos públicos.
Pero esto no quiere decir que haya tiempos muertos o de desperdicio. Además de que el concepto en esta ocasión, nos queda claro, es total y absolutamente personal. Afortunadamente, el maestro nos convida, se muestra a fondo, se comparte. Y nosotros, voyeristas de tiempo completo, nos dejamos llevar y observamos en silencio.
El decir de Miranda nunca podría encapsularse en una sola categoría. No sabemos cómo logra que tantas músicas tan diferentes puedan confluir en un solo sistema, y menos aún que se entrelacen con tanta naturalidad y aparezcan como el estilo personal de este artista mexicano de Bolivia. Pero lo hace, y lo hace bien. Ya solo, ya a dueto o bien en la Sociedad Acústica de Capital Variable.
En estos nuevos soliloquios, desde las atalayas subterráneas del jazz, el maestro pareciera echar mano de su pulcritud instrumental para hacer nuevos diseños de la música del mundo. Y mira que no se “limita” a los ejercicios de contemplación o a los himnos devocionales. Ésta es una manera de asumir la realidad y decirla en público por medio de los múltiples alientos del ser y el estar. Y en Marcos todo es una suerte de oración, una unción circular y cotidiana que da fe de vida.
Por lo mismo, la dinámica de casi todos los soliloquios es amable y reposada, muchas veces con sonido de riachuelo. Aunque existen las excepciones de temas como Signos, Off the records, Sensaciones en torno de “Premeditaciones de una guerra civil”, Obsesión andina o ¿Khene es?, que pareciera un perturbado concierto de cláxones.
El humanismo místico de Marcos Miranda va de temas que alabanza a Aziz, uno de los 99 nombres que da el Islam a la divinidad, hasta el mismísimo Himno guadalupano de la grey católica. De ahí puedes saltar a Donna Lee, de Charlie Parker, y notar, en una enésima sorpresa, que hay lazos mirandescos que unen a los tres temas. Es interesante, créemelo.
Y como alguna vez dijera el impertérrito Fernando Soto Mantequilla, eso de soliloquio me suena a “solo y loco”. Estamos de acuerdo, es la bendita locura de conversar con uno mismo para provocar que las sustancias alteren su propia esencia y se vuelvan música. Algo parecido a la transustancialización de la que hablan algunos sacerdotes, tan parecidos al maestro Miranda. Salud.
amalacara@prodigy.net.mex
Masacre en Sri Lanka
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e acuerdo con información proporcionada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y por fuentes médicas, cerca de 400 civiles –entre ellos unos 100 niños– murieron tras una serie de bombardeos realizados el pasado fin de semana por el Ejército de Sri Lanka en contra de posiciones de la organización separatista Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE, por sus siglas en inglés) en el norte de ese país, en una operación que ha sido descrita por el organismo internacional como una masacre de civiles en gran escala” y como un “baño de sangre”.
Entre enero y abril pasados, en el marco del añejo conflicto que se vive en el país asiático entre la mayoría cingalesa y el pueblo tamil, el régimen de Colombo tomó el control de Kilinochchi, capital de facto de los Tigres de la Liberación, y posteriormente de Mullaitivu, último bastión de los rebeldes, lo que obligó a estos últimos a replegarse a una estrecha franja en el noreste de Sri Lanka, de unos 3 kilómetros cuadrados, donde también se refugian unos 200 mil civiles y donde han tenido lugar los ataques mencionados. Según estimaciones de la propia ONU, en los últimos cuatro meses han muerto cerca de 6 mil 500 tamiles no combatientes y 14 mil más han resultado heridos durante la “ofensiva final” del ejército cingalés contra la insurrección separatista.
Como se ha vuelto habitual en este tipo de conflictos, la falta de información precisa sobre las pérdidas humanas y materiales ocurridas durante los enfrentamientos se debe principalmente al hermetismo impuesto por las autoridades, que han limitado al máximo el acceso de la prensa internacional a la zona de los enfrentamientos y apenas han permitido la entrada a los empleados de la Cruz Roja, al tiempo que han afirmado que los civiles que permanecen ahí son utilizados como “escudos humanos” por la guerrilla y que las acusaciones de ataques a la población indefensa obedecen a una campaña orquestada por los Tigres de la Liberación para “manchar la imagen de las fuerzas de seguridad ante la opinión pública e internacional”.
Sin embargo, a la luz de los elementos de juicio disponibles –los testimonios sobre persecuciones, secuestros y asesinatos extrajudiciales cometidos por las autoridades cingalesas; la segregación de la población tamil en campos de refugiados (eufemismo de campos de concentración), y la aplicación de castigos colectivos en esos lugares, como la privación de alimentos y medicinas, entre otras atrocidades–, resulta claro que el gobierno de Colombo pretende justificar con la bandera de la “guerra contra el terrorismo” la aplicación de una política genocida, ante el pasmo de una comunidad de naciones que se había prometido hace poco más de seis décadas, tras la caída del Tercer Reich, no volver a permitir el exterminio de un pueblo.
Por desgracia, la reiteración de estos escenarios en Palestina, Kampuchea, Darfur, Somalia, Ruanda, Bosnia y ahora Sri Lanka ha puesto en evidencia un lamentable retroceso en la civilización de la comunidad internacional en su conjunto y, por añadidura, su doble moral, pues mientras algunos regímenes (como el de Slobodan Milosevic en la ex Yugoslavia, y el de Omar al Bashir en Sudán) han sido objeto de condena y hasta de persecución de la justicia supranacional a consecuencia de sus crímenes, otros, como el de Tel Aviv –el cual, también con el pretexto del combate al terrorismo, lleva a cabo acciones de aniquilación en Gaza, Cisjordania y la Jerusalén oriental–, han sido tolerados e incluso apoyados por los gobiernos supuestamente civilizados y democráticos de Estados Unidos y la Unión Europea, ante la manifiesta incapacidad de organismos como la propia ONU.
En suma, el drama que hoy por hoy enfrentan los tamiles en Sri Lanka daña severamente la vigencia de la legalidad internacional, desvirtúa a las instituciones encargadas de vigilarla y conlleva la degradación moral de la humanidad, la cual asiste, por enésima vez, a lo que no habría debido repetirse nunca.
Ha habido una buena avalancha de loas a la sociedad –especialmente a la defeña–, en relación con su respuesta ante las recomendaciones de las autoridades sanitarias federal y citadina. Parece necesario ver también otras caras de la misma sociedad, enteramente distintas.
1. Después de ceñirse plenamente a las decisiones de la Secretaría de Salud –buena parte provenían de la Organización Mundial de la Salud (OMS)– la alerta “naranja” bajó a “amarilla” (nomenclatura de Marcelo Ebrard), pero una parte significativamente visible de la sociedad defeña parece haber dicho: “no pasa nada, después de todo, esto se cura en tres días con el Tamiflu”; así que las medidas han sido relajadas por los defeños, imprudentemente, acaso mucho más allá de lo que las propias autoridades sanitarias y la OMS recomiendan, dado el amplio desconocimiento que aún tiene la sociedad médica respecto del comportamiento del nuevo virus. ¿Debido a estos comportamientos estamos observando un repunte de la enfermedad en San Luis, Jalisco e Hidalgo?
2. Me ha sorprendido hallar en dos ciudades del estado de Veracruz –varios cientos de miles–, el predominio de la creencia de que la epidemia es una mentira, que es un invento de los políticos. En esta creencia concurren varios factores: a) no hay casos de enfermedad en ninguno de los dos sitios; b) ignorancia derivada de una tasa media de escolaridad muy baja; c) una evidente falta de credibilidad en los políticos y en el gobierno en particular, así como en los medios de comunicación (especialmente en la televisión, pues la lectura de prensa es escasa); las escenas vistas en noticiarios están prefabricadas para engañar. En consecuencia de todo ello, es escasísima la proporción de quienes toman alguna medida preventiva. A ojos vista: saludos de mano, abrazos, saludos de beso, ningún tapabocas, etcétera.
3. Desde esos mismos espacios sociales, sin embargo, personas más “informadas”, y con acceso a la Internet, me enviaron dos vínculos que me llevaron a comentaristas del bando de la conspiración, supercherías paranoicas “izquierdistas”, que, no obstante, aunque de forma quizá restringida, crean opinión.
Un interminable “análisis” proveniente de Caracas y escrito por Hernán Mena Cifuentes dice para abrir boca: “una serie de hechos acaecidos en las últimas décadas han determinado que ese tipo de delito [enfermedades provocadas deliberadamente], que tiene sus raíces en el desmedido afán de lucro y de poder, ha sido una constante en el accionar de la política criminal de Estados Unidos, por lo que no sorprendería a nadie, que el flagelo que actualmente ataca a miles de personas en el mundo y ha causado hasta ahora, más de un centenar de muertes, haya sido creado en los laboratorios de la guerra sucia del Imperio. Con base en ese antecedente, destacados analistas y científicos sostienen que la epidemia de influenza A/H1N1 no tuvo origen accidental, sino que ha sido provocada por mentes criminales con el fin de obtener, o bien grandes ganancias con la venta de medicamentos utilizados en el tratamiento de la enfermedad, o para desviar o impedir el curso de investigaciones orientadas a castigar a los responsables de torturas en Guantánamo y Abu Ghraib”. Por supuesto que nada se nos informa sobre qué “laboratorios” malévolos son ésos; quiénes son esas “mentes criminales”, quiénes son esos “destacados analistas y científicos”, dónde publicaron sus investigaciones, cuáles son los fundamentos científicos de sus tesis, etcétera.
El otro “análisis” proviene de la página HuajuapanWeb; dice así su encabezado: “Ya salió el peine: el Tamiflu que cura la influenza lo produce una compañía de un político gringo”. El gringo de marras es Donald Rumsfeld, “actual (sic) secretario de Defensa de Estados Unidos” (dejó de serlo en diciembre de 2006). Con otros ropajes, las tesis son las mismas que las de su colega venezolano. Una de ellas: “La realidad, sin embargo, es que la eficacia del Tamiflu es cuestionada por gran parte de la comunidad científica”. Gran parte de la comunidad científica… en fin.
4. ¿Tiene idea el Ejecutivo de México de la extensión de estos dos tipos de imaginario social a lo largo y ancho del país? Si tal cosa es del conocimiento de las autoridades sanitarias, ¿tiene algún tipo de estrategia de comunicación para penetrar seriamente en franjas sociales que pueden contribuir a extender el impacto de la epidemia?
5. Según la OMS: “La fase 6, es decir, la fase pandémica, se caracteriza por los criterios que definen la fase 5, acompañados de la aparición de brotes comunitarios en al menos un tercer país de una región distinta. La declaración de esta fase indica que está en marcha una pandemia mundial.
“En el periodo posterior al de máxima actividad, la intensidad de la pandemia en la mayoría de los países con una vigilancia adecuada habrá disminuido por debajo de la observada en el momento álgido. En este periodo, la pandemia parece remitir; sin embargo, no pueden descartarse nuevas oleadas, y los países han de estar preparados para una segunda ola.
“Las pandemias anteriores se han caracterizado por oleadas de actividad repartidas durante varios meses. Cuando el número de casos disminuye, se requiere una gran habilidad comunicadora para compaginar esa información con la advertencia de que puede producirse otro ataque. Las olas pandémicas pueden sucederse a intervalos de meses, y cualquier señal de relajación puede resultar prematura.” ¿Estamos en eso?
El laboratorio social confirma las evidencias de que la contrarreforma indígena de 2001 fue estratégica para la clase política y que en su definición operó la razón de Estado en clave neoliberal. De poco sirven las exiguas muestras de aplicación” del artículo segundo constitucional en terrenos aparentemente “seguros” que ya en países como Guatemala se les ha denominado “derechos permitidos”; como sería la dimensión de los derechos linguísticos y los relativos a educación bilingüe e intercultural y, aun ellos, por cierto, deben ser sometidos a examen riguroso.
Dos elementos saltan a la vista en los días recientes: por una parte, la emergencia de los movimientos indígenas que se oponen a las concesiones mineras otorgadas en el marco de las reformas a la ley en la materia y, por otro lado, la aprobación unánime de una reforma en la Cámara de Diputados el pasado 23 de abril al artículo 17 constitucional para determinar la acción colectiva, no ciudadana, como se ha demandado, sino tutelada por instancias gubernamentales: la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef), la Procuraduría Federal de Defensa del Consumidor (Profeco) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
De manera expresa se dice: “las leyes que expida el Congreso de la Unión regularán los derechos colectivos, los cuales solamente podrán establecerse en materia de protección al consumidor, usuarios de servicios financieros y protección al ambiente”. ¿Quién se acuerda de que la esencia del debate realtivo a los derechos de los pueblos indígenas se dio en torno a que se trata de derechos colectivos y difusos? Ahora resulta que derechos colectivos “sólo podrán establecerse” en las tres materias anotadas. Bien se ha dicho que a las leyes hay que analizarlas no solamente por lo que dicen, sino también por lo que callan.
Siguiendo los pasos reglamentarios de la contrarreforma referida, el 28 de abril de 2005 se publicaron reformas a la ley minera. Con ellas se declaró prácticamente abierto el territorio para la explotación minera, se colocó de manera indistinta a pueblos, comunidades indígenas, comunidades agrarias o ejidos para que en caso de que en sus tierras se realice una exploración y explotación tengan “derecho preferente” en la concesión, siempre y cuando logren mejorar cualquier oferta de empresas interesadas y reúnan todos los requisitos técnicos y de solvencia económica. Ésa es la derivación de la contrarreforma indígena que evitó que los pueblos tengan acceso al uso y disfrute de recursos naturales en las tierras y territorios que actualmente ocupan y el soporte que el Estado está utilizando, pasando por encima de los derechos reconocidos a dichos pueblos en el plano internacional. (Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.)
Pero resulta que los pueblos sí saben de derechos y por ello se organizan para hacerlos valer. No es casual que en las entidades donde se están otorgando concesiones esté presente el movimiento de resistencia a las mismas: el 5 y 6 de abril pasados en la comunidad de San Pedro Chico Zapote, en la región de la Cañada de Oaxaca, se realizó el primer Encuentro Nacional de la Red Mexicana contra la Minería, en el cual organizaciones de Oaxaca, Guerrero, Chiapas y de San Luis Potosí analizaron sus experiencias en contra de los proyectos mineros, destacando que más de 90 mil hectáreas del territorio oaxaqueño están concesionadas por el gobierno federal a empresas mineras, principalmente canadienses, quienes han recibido concesiones sin consultar a los pueblos, como marcan convenios internacionales, por ejemplo, el 169 de la OIT.
Por su parte, el Foro Tejiendo Resistencias (que se llevó a cabo 17 y 18 de abril, en el municipio de San Pedro Apóstol, Ocotlán, Oaxaca) ofreció un recuento de los proyectos como el turismo a gran escala, la construcción de represas, la explotación minera, la construcción de complejos inmobiliarios, diversas infraestructuras, producción de energía eléctrica, explotación petrolera, explotación de mantos acuíferos para negocios particulares, entre otros. Con ello, concluyeron los participantes, se impulsa de manera clara una privatización de los territorios y recursos naturales, mayoritariamente localizados en comunidades indígenas y campesinas.
En este contexto, la criminalización no se hizo esperar: el pasado 7 de mayo, el Colectivo Oaxaqueño por la Defensa de los Territorios denunció la agresión policiaca y detención de 25 comuneros de San José del Progreso, Magdalena Ocotlán y comunidades aledañas, por su resistencia frente al proyecto de exploración y explotación minera de oro y plata de la Compañía Minera Cuzcatlán, empresa subsidiaria de la Compañía Canadiense Fortuna Silver Mines Ltd.
Ahí quedan algunos botones de muestra sobre lo que está en juego para la vida de los pueblos indígenas. Para ellos la epidemia viene de “muy antes” y, como vemos, no se confían de tapaboca alguno.
Smithfield, el gigante agroalimentario productor de puercos, es una de las más grandes empresas del mundo. En 2008 ocupó el lugar número 222 entre las 500 firmas más importantes de Estados Unidos, según la revista Fortune. Es la tercera compañía más poderosa en la producción de alimentos, después de Archer Daniels Midland y de Tyson Foods.
Pero su impresionante crecimiento económico se enfrenta a un grave problema: las cada vez más estrictas regulaciones ambientales y laborales, y las multas por violarlas. Smithfield ha sido reiteradamente acusada de contaminar agua, suelo y aire, y de no respetar los derechos humanos de sus trabajadores. Human Rights Watch documentó ampliamente en su reporte Sangre, sudor y miedo, publicado en 2005, los abusos que comete esta empresa.
Para evadir esas regulaciones, Smithfield ha trasladado parte de sus operaciones a países en los que las leyes que protegen el medio ambiente son más laxas, y los políticos están más dispuestos a ayudar a la empresa. Es así como ha instalado fábricas productoras de cerdo en México, Rumania y Polonia.
Las granjas de Smithfield son verdaderas ciudades de puercos, rodeadas de mares de mierda y desechos, que crecen a la sombra de regulaciones ambientales débiles y autoridades permisivas. En ellas los marranos son engordados hasta alcanzar 120 kilogramos en un tiempo récord: escasos 300 días. Los animales viven en jaulas que impiden su movimiento, en barracas con ventilación deficiente, con iluminación constante para estimular su crecimiento.
En Polonia y Rumania ha llevado a la ruina a miles de pequeños ganaderos. En ese último país, según el diario estadunidense The New York Times (06/5/09), los criadores de puercos han descendido en 90 por ciento, mientras disminuyeron en 56 por ciento en Polonia, el cual, por si fuera poco, exporta chuletas de cerdo a África a precios muy bajos, provocando la quiebra de campesinos en naciones como Costa de Marfil. La compañía obtiene millones de euros de subsidios económicos proporcionados por la Unión Europea.
En 2007, cerca de 67 mil ejemplares murieron o fueron eliminados, como resultado de la fiebre porcina, dentro de las instalaciones de la empresa en Rumania. Dos de las plantas operaban sin permiso, sus directivos no informaron adecuadamente del fallecimiento de los animales y sus empleados se movían libremente entre las distintas granjas sin tomar medidas de seguridad. Los científicos han encontrado elementos de este virus porcino (uno de Europa o Asia, y otro de América del Norte) en el código genético del virus de la actual influenza A/H1N1.
Aprovechando el Tratado de Libre Comercio, Smithfield se estableció en México y fundó en 1994 Granjas Carroll en Veracruz y Puebla. En el estado de Sonora instaló Norson en 1999.
En contra de lo que afirma, esa empresa porcícola destina el grueso de su piara al mercado nacional. Desde 2000, ha engordado 6 millones 400 cerdos en pie. De ellos 5 millones 120 mil se enviaron al valle de México para su sacrificio en rastros y su consumo en el Distrito Federal y estado de México. El resto se mandó a Veracruz y a la península de Yucatán.
Al igual que en los países de Europa del este, donde opera Smithfield, los problemas ambientales y de salud pública generada por estas ciudades de puercos y la facilidad para asociarse con importantes políticos locales han sido evidentes en el caso de Granjas Carroll.
El gobierno de Fidel Herrera, en Veracruz, y el Partido Revolucionario Institucional han utilizado a la empresa para promocionar proyectos sociales a partir de donaciones hechas por la trasnacional. Simultáneamente, las autoridades federales se han dedicado a cubrir a la compañía.
La contaminación que ha provocado Granjas Carroll y su impacto en la salud de los pobladores de las comunidades que se encuentran alrededor de los centros de producción, así como las lagunas en que depositan los desechos animales propiciaron, desde 2004, el surgimiento de un movimiento ambientalista regional. La empresa respondió reprimiéndolo.
A comienzos de 2005, pobladores de La Gloria y Xaltepec, a los que se sumaron 10 comunidades más, se unieron para protestar, por medio de firmas, en contra de la expansión de Carroll. Hicieron asambleas y marchas. El 26 de abril de 2005 los habitantes de Totalco realizaron la primera marcha en contra de la trasnacional. La maestra de telebachillerato Verónica Hernández Argüello escribió un comunicado que fue leído en la radio local, llamando a defender el medio ambiente. La empresa la demandó legalmente por difamación, igual que hizo con otros vecinos. En total, ocho ambientalistas tienen procesos legales en su contra. Tres de ellos, Verónica incluida, fueron detenidos y obligados a pagar una fianza de 8 mil pesos para salir de la cárcel.
Los habitantes de Achichica, Guadalupe Buenavista, Quechulac, Guadalupe Victoria, San Luis Atexpac, Portes Gil, San Pedro el Águila, Techachalco, Achichica, Iztoten, La Gloria y Xaltepec, comunidades enclavadas alrededor de las ciudades de puercos de Granjas Carroll, viven desde hace 14 años con miedo a la contaminación. Respiran día y noche una peste infernal. Las tolvaneras arrastran la fetidez a muchos kilómetros a la redonda. Ellos creen que sus enfermedades respiratorias se deben a la empresa.
La epidemia de la influenza existe. No es una maquinación para enriquecer a Donald Rumsfeld, estimulado las ventas de Tamiflu o un complot para quitarnos libertades democráticas, por más que las ganancias de las compañías farmacéuticas se hayan incrementado y que el gobierno haya respondido a la crisis de manera autoritaria y mentirosa.
La enfermedad es un hecho real, surgido, según apuntan diversos estudios científicos, del modelo de producción industrial de puercos como el puesto en práctica por Smithfield, al que se le suma la crisis de nuestro sistema sanitario y de investigación científica creada por la devastación neoliberal, y la erosión de nuestros sistemas inmunológicos propiciada por el hacinamiento humano y nuestros modelos de consumo. Mejor entenderlo así, antes de que sea tarde.
Hagamos tiramisú!, diría mi tía pastelera, cuando oyó que el Tamiflu mataba el virus.
En el circo de pulgas, un nuevo espectáculo: “¡Pásele!, ¡pásele, ciudadano, a ver al virus amaestrado H1N1 (y no precisamente por la maestra Gordillo) que nuestros gobernantes han enseñado a vestirse de azul, amarillo y tricolor! ¡Véalo hacer maromas, ir y venir; se pone ahumado, salta de un puente a otro y se despide hasta noviembre para agarrarlos con frío…!
Hace 20 días, aún en recesión, éramos menos pobres. Más que el virus, la posición de los gobernantes nos hizo pasar del limbo al infierno y cuando nos dieron el purgatorio, ahora estamos agradecidos, porque ya nos dejaron salir de nuestras casas y asomarnos a la calle.
El virus más amaestrado de la historia (de que existe, existe, en un país harto abandonado, pobre y deshecho en materia de salud, alimentación y educación) puede pasar de un estado a otro, ahí es cuando muta, cambia, se disfraza y sirve en el circo electoral de la política con la tesis de que el más catastrofista es el más preocupado por sus ciudadanos. No obstante, el margen entre la movilidad del virus de la influenza humana (que también cambió de nombre en el trayecto, sin antes atacar a los puercos) y las medidas tomadas por los gobernantes, han demostrado que no había previsión en las políticas públicas de salud, que los gobernantes despreciaban la opinión de investigadores y epidemiólogos mexicanos; que manipularon en varias fases lo mismo a la ciudadanía que al virus, pues el jueves 23 de abril por la mañana seguían desmintiendo versiones y para la tarde lanzaron la alerta sanitaria y ordenaron el cierre de escuelas.
Del 24 de abril al 6 de mayo, la escalada de lengua: de la minimización al alarmismo; “todos a sus casas”, fue la orden; cubrebocas ciudadano, no se abracen, no se besen; cierre de restaurantes y lugares de esparcimiento en el Distrito Federal, no en el estado de México (el virus no tiene conciencia metropolitana); guerra de cifras, varios voceros, rumores de miles de muertos; el nacionalismo como defensa y el reclamo por aislarnos ante la obra de nuestros gobernantes de convertirnos en el centro infeccioso de la epidemia. ¿Cómo no aislar a México, si los gobernantes pedían que nos aislásemos unos de otros?
La falta de previsión y diagnóstico en salud generó que las medidas no concordaran con los efectos de la nueva mutación de la influenza. Esta incapacidad es la causante del colapso económico y de pérdidas en millones de pesos. La incapacidad para ofrecer un diagnóstico, así como de respuesta es una responsabilidad de los gobernantes, por lo que en vez de agradecerles hay que reclamarles a todos cada una de sus responsabilidades por el quebranto económico colateral.
Hoy se requiere unidad ciudadana para reclamar un balance preciso y la responsabilidad de los gobiernos por el daño económico que pudo evitarse. Los costos no fueron parejos y los que menos tienen son los que más han pagado, exactamente igual que sucede en la estructura injusta de nuestros impuestos iguales para ingresos diferentes.
Es verdad, la amenaza de la influenza ha dejado una herencia cultural. Si el cólera nos dejó la cultura de tomar agua embotellada, y hoy tenemos que pagar por ella, la influenza nos podría dejar una herencia frente a las gripas automedicadas o curadas con un tequilita y la asistencia a lugares de trabajo con los síntomas comunes. ¿Qué hacen los gobiernos para prevenir y diagnosticar epidemias? ¿Reconstruirán la investigación o esperarán importar la vacuna de Japón o Canadá mientras aquí hay cientos de epidemiólogos desempleados?
En la relación gobierno-ciudadanos se ha jugado con fuego, pues hoy los nuevos brotes en otros estados evidencian nuestra vulnerabilidad y la manera en que se manipula la situación con base en necesidades no de salud pública, sino de los intereses facciosos gubernamentales y en conflicto. ¿Cómo reaccionará la ciudadanía en noviembre, cuando esta influenza se proyecte en nuestra época estacional de invierno? ¿Habrá credibilidad en las medidas si ahora la sensación creciente es que hubo manipulación?
Todos los gobernantes tuvieron que unirse en Los Pinos para recular sobre su propia obra de alarmismo y sus delitos por falta de diagnóstico y previsión. Engolosinados por el ejemplar comportamiento ciudadano, se dieron cuenta de la necesidad de dar marcha atrás, disimulando una retirada organizada, cuando era en estampida. Luego de competir en catastrofismo, no les quedó más camino que regresar unidos ante el colapso que provocaron su irresponsabilidad e ineptitud.
Para sellar la salida, nada mejor que ahumar el virus con la nueva versión de Teorema, de Pier Paolo Pasolini, donde un ángel prostituto descubre en una familia decente su naturaleza pecadora. Ese ángel ahumado entre la clase política mexicana, que viene y se va, reclamando derecho de réplica, es como el virus de la influenza en una sociedad enferma.
http://www.marcorascon.org

Pedro Miguel: Confluencia
A lgunas de las causas: la exigencia de información precisa y oportuna y de atención médica incondicional, gratuita, suficiente y adecuada para enfrentar el peligro aún vigente, y otros; la demanda de un manejo económico orientado a facilitar las cosas a la población, no a sus depredadores; la presión social permanente para conseguir que las instituciones acanalladas, corrompidas y envilecidas por quienes hoy las encabezan y ocupan, vuelvan a cumplir con los propósitos para las que fueron creadas y no para satisfacer los intereses político-mercantiles que actualmente las subyugan; el afán de limpiar el gusanero que anida en los partidos políticos; desactivación de la pinza (delincuencia sindical y planes privatizadores) que asfixia al sistema educativo; la tarea de promover tejido social que permita a asalariados, deudores, desempleados, inquilinos, causantes, consumidores y pequeños empresarios, defenderse de la catástrofe financiera universal provocada por la gula especulativa de los grandes capitales; la movilización en respaldo a los obreros de Cananea, la liberación inmediata de los presos políticos de Atenco y la exigencia de castigo para las violaciones a los derechos humanos perpetradas allí, en Oaxaca y en Lázaro Cárdenas, entre otros puntos del mapa que marcan otros tantos episodios represivos; la preservación y ampliación de los derechos reproductivos y de género, bajo el acoso renovado de la derecha mojigata y de la hipocresía clerical y judicial.
Todas ellas son la misma causa. O mejor dicho; todas tienen perspectivas de éxito, a condición de que confluyan en una sola.
Nadie dijo que fuera fácil. Por mermado y descompuesto que se encuentre el poder público, el cártel privado que lo detenta dispone de capacidades, fueros y calibres mediáticos descomunales –sean legales, metalegales o abiertamente ilegales– y no duda en aplicarlos a conveniencia. Ahí está, para quien quiera voltear a verla, la experiencia amarga de 2006, cuando el régimen volcó todo su peso propagandístico para desprestigiar y aislar la insurgencia electoral en torno a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, por una parte, y el movimiento popular de la APPO, en Oaxaca, por la otra. No logró ahorrarse ni el fraude electoral contra el primero ni la represión bárbara contra el segundo, pero sí generó las condiciones para que mucha gente disculpara o minimizara la manipulación de la voluntad ciudadana y aceptara el salvajismo policial contra los activistas oaxaqueños. Y, lo más importante, contribuyó a impedir que uno y otro movimiento reconocieran sus coincidencias, que pesaran más las diferencias y los sectarismos y que una y otra causa marcharan solas e incomunicadas.
Nadie ha dicho tampoco que sea imposible. Hoy en día asistimos al agotamiento de las mediaciones, al desgaste de las sutilezas y el poder (público, pero) privatizado se reduce gradualmente a sus dos músculos centrales: el policial-militar y el monetario. Cada día es más clara la disputa no entre dos proyectos de nación ni entre dos ideologías, sino entre la defensa del Estado y el plan de negocios ideado para sacar a remate lo que quede de él: energía, recursos naturales, sistemas educativo y de salud y una nube de funciones gubernamentales concesionables. Esa claridad puede resultar desoladora, pero da pie, por otra parte, a una identificación entre los sectores políticos y ciudadanos involucrados en la preservación y reconstrucción de la institucionalidad y la legalidad destruidas, adulteradas o corrompidas por el programa neoliberal –que se hace más crudo y vociferante conforme se multiplican las evidencias de su agotamiento internacional y de su inviabilidad interna– y en una definición nacional basada en el concepto de país, no en la de mercado.
La confluencia es necesaria y urgente. Ojalá que se pueda.
navegaciones@yahoo.com - http://navegaciones.blogspot.com
Finalmente la Secretaría de Salud (Ssa) ha hecho públicos de manera correcta los datos sobre el número de casos de la nueva influenza humana A/H1N1. A partir del 6 de mayo ha incluido en su página de Internet las gráficas del comportamiento de la enfermedad (57 días después de haberse presentado el primer caso). Algunos organismos internacionales, como los Centros de Control y Diagnóstico de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), han dado a conocer en sus publicaciones recientes datos correspondientes a México, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) informa sobre las cifras que el gobierno aporta para la elaboración de sus reportes diarios. Con esta información podemos responder a la pregunta que da título a este artículo.
El mundo: de acuerdo con la OMS, a escala mundial la epidemia avanza, tanto por los casos totales confirmados como por el número de países involucrados y la cifra de muertes. El mayor número de casos confirmados (se trata en este caso de datos acumulados) proviene actualmente de Estados Unidos (2 mil 600) y México ocupa el segundo lugar (con 2 mil 59); sin embargo, las muertes hasta ayer llegaron a 61, de las cuales 92 por ciento corresponden a la República mexicana. En otras palabras, mientras la epidemia crece a escala global, nosotros seguimos aportando los muertos.
México: el número de casos se ha reducido. En la curva que muestra la evolución de los casos confirmados en el tiempo, que por fin se ha hecho pública, pueden identificarse tres fases: primero, una etapa muy lenta de ascenso, que ocurrió desde la aparición del primer caso, el 11 de marzo, hasta el 12 de abril, lapso en el que se acumularon 59 casos. La segunda fase, de crecimiento rápido, se dio del 8 al 26 de abril, en la que se pasó de ocho a 209 casos confirmados. Luego se observa un descenso muy rápido, en el que las cifras caen vertiginosamente, casi a cero, con un solo caso confirmado el 5 de mayo (día en que el licenciado Calderón se declaró salvador de la humanidad). No existe una meseta o fase de estabilización. En conclusión, la curva sí muestra, en su tercera fase, un marcado descenso en el número de casos, lo que indicaría que los contagios se redujeron en nuestro país de manera importante.
El experimento: es muy difícil saber si la reducción del número de casos confirmados en nuestro país se debió a las medidas de emergencia adoptadas el 23 de abril, con la difusión de diversas acciones de prevención y, en especial, el cierre de escuelas y la limitación de algunas actividades económicas. Hay que tener claro que buscar una relación causa-efecto entre estas medidas y la reducción de los casos confirmados es algo hipotético, pues en otras naciones en las que también se observa hoy una disminución en el número de casos confirmados, como Estados Unidos, no se adoptaron medidas análogas.
Como sea, en tierra mexicana se realiza un experimento. La normalización de las actividades en los centros educativos y económicos permitirá responder a la pregunta sobre el efecto positivo de las medidas de emergencia adoptadas. Si el número de casos se incrementa en los próximos días, sabremos que fueron necesarias, y tendríamos que volver a ellas. Si no, habría lugar para pensar incluso que el descenso de la curva es el resultado del curso natural que tiene hasta ahora la enfermedad, al margen de las medidas adoptadas.
Aquí yo quiero hacer una aclaración: el experimento al que me refiero no es algo planeado deliberadamente, en el que alguien esté tratando de utilizarnos como conejillos de Indias, sino algo involuntario, pues tarde o temprano habría que retornar a la normalización de las actividades económicas y educativas en el país, pero este movimiento constituye en sí mismo un experimento. Los datos de la Ssa llegan hasta el 7 de mayo, por lo que los resultados esperamos conocerlos en los próximos días.
¿Dónde estamos? Ingresamos a una etapa en la que los ciudadanos ya contamos con información ordenada, cosa que, hay que decirlo, no ocurrió en el momento más álgido de la epidemia. Algo cambió en este terreno y es muy positivo. El número de casos confirmados por el virus A/H1N1 en nuestro país se ha reducido. Se han reactivado las actividades económicas y educativas. No obstante, en días recientes se han presentado nuevos casos y muertes que no han sido incluidos aún en los informes oficiales, pero que han llevado a diferentes entidades federativas a mantener las medidas de emergencia.
Esta semana será crucial para entender el curso que tomará la epidemia en el futuro.

Alberto Aziz Nassif
Una novela de corrupción
El libro de Carlos Ahumada, Derecho de réplica, nos regresa a una fase de la vida política del país que ya pasó, pero dejó marcas y secuencias que hoy siguen vigentes. No es nuevo, quizá salvo los detalles; no es del todo verosímil, porque la credibilidad del autor es bastante cuestionable; no es una investigación, sino un testimonio interesado. En suma, más que una historia es una novela en la que hay una trama política, personajes y una atmósfera de lucha por el poder. Una novela no es necesariamente pura ficción, pero tiene todos los recursos de la imaginación y la subjetividad. Desafortunadamente, en países como el nuestro estos operativos políticos de corrupción no terminan en el ejercicio de la legalidad, sino en narraciones escandalosas.
Lo que sucedió entre 2004 y 2006 fueron acontecimientos que afectaron de forma severa las expectativas ciudadanas sobre las posibilidades de la democracia, porque ganó la imposición de las inercias autoritarias. Pero, además, fue un escenario mezclado con corrupción, manejo faccioso de los instrumentos del poder y complicidades de los poderes fácticos, como la televisión. La novela de Ahumada es una trama de élites que manejan el poder, unos cuantos personajes que pueden afectar de forma directa la vida política del país. La credibilidad del relato puede ser secundaria porque ya sabíamos muchas cosas: que los videoescándalos de marzo de 2004 fueron una construcción mediática; que el desafuero de 2005 fue una gran operación político-legal para modificar los términos de la sucesión presidencial; que en 2006 los ciudadanos experimentamos una elección plagada de propaganda sucia, violaciones a la legalidad y una mediatización de la política que terminó por quebrar la legalidad y la legitimidad.
Este libro nos dice una parte de lo que ya se sabía, pero agrega los detalles, las fechas y los dichos de los personajes. Esta es la versión de un empresario que irrumpió en la vida pública mediante el negocio, el chantaje y la extorsión. Devela las miserias de una clase política que aparece embarrada de corrupción hasta la médula. ¿Algo nuevo?
Prácticamente ningún personaje de esta novela sale bien librado. Todos los que metieron la mano, directa o indirectamente, dejaron sus huellas, algunos en grabaciones, otros en simples testimonios del autor. El texto está estructurado con base en preguntas que hacen varios periodistas e integrantes de la familia del autor. La verosimilitud de muchos hilos del libro quedará pendiente. No sabemos si la salida de Raúl Salinas de la cárcel fue producto de una negociación, como afirma Ahumada, pero el hecho es que está fuera; tampoco sabemos si Fox hizo la negociación, pero lo vimos operar el desafuero y luego su desistimiento; también lo vimos poner en riesgo la elección presidencial, como lo señaló el Tribunal Electoral. Ya sabemos que Diego Fernández de Cevallos fue un actor de la trama y en sus términos dijo frente a esta publicación: “Lo volvería a hacer”. Santiago Creel, entonces secretario de Gobernación de Fox, negó cualquier participación; igual se deslindó Peña Nieto.
Lo mismo sucede con el dinero: ¿fueron 35 millones de pesos por la venta de los videos? ¿Hubo una oferta superior? ¿Lo de Ponce fue una venganza? Etcétera, etcétera. Son preguntas que forman parte de la novela, pero no se sabe si son reales o son ficción.
Puede haber una falta de rigor porque en los datos se mezclan verdades a medias con mentiras a medias. En un caso que conozco directamente, de forma personal, me consta que se inventa la trama: en 2001, Bertha Luján, contralora del Gobierno del DF, realmente sufrió un secuestro exprés, no hubo disfraz ni complicidad de las autoridades, ni tampoco fue trasladada a una delegación en estado de ebriedad, como afirma Ahumada en la página 82. Si así está hecho este libro, se trata de una mala novela de ficción. ¿Qué tan generalizables son estas ficciones?
Al final, lo que hace la versión de Ahumada es darle la razón a López Obrador: parece que sí fue un complot, en el que hubo confabulación y se conspiró en contra del entonces jefe de Gobierno que estaba a la cabeza de las preferencias electorales rumbo a la Presidencia. Al mismo tiempo, el libro deja ver a personajes políticos urgidos de dinero fácil; alianzas entre los poderes reales para usar en beneficio de unos cuantos el sistema de intereses que la democracia electoral no ha podido combatir. Este libro muestra cómo la dependencia mediática y económica es uno de los puntos más débiles de la política. Eso que se quiso resolver con la reforma electoral, pero que no se ha logrado del todo.
La fecha de aparición del libro es otro dato interesante. Llega al inicio de las campañas y al término de la emergencia sanitaria por el virus de la influenza humana, que acaparó la atención noticiosa casi en su totalidad. Seguramente contaminará las campañas electorales y nos regresará a una etapa de la que el país no ha terminado de salir, en la que una parte importante de la política se ve como abuso, impunidad y corrupción.
Investigador del CIESAS

Javier Corral Jurado
Nueva fechoría de TV Azteca
Acaba de aparecer en algunos medios otra más de las violaciones que TV Azteca hace al régimen legal de las telecomunicaciones y la radiodifusión en México —es muy probable que pueda obtener el primer lugar en la única competencia real que tiene con Televisa: desafiar a la autoridad y a la legislación electorales.
La empresa de Ricardo Salinas Pliego comercializa ilegalmente canales adicionales de tv restringida, aprovechando el canal espejo que el Ejecutivo federal asignó, desde el 2 de julio de 2004, a los concesionarios y permisionarios de televisión para llevar acabo la transición de las señales del sistema analógico al digital.
Sin embargo, el acuerdo otorgó un canal adicional por cada frecuencia analógica concesionada para ir haciendo las pruebas necesarias de la mutación al nuevo sistema.
En el canal espejo sólo podían retransmitirse íntegra y simultáneamente los contenidos del canal analógico, y una vez consolidada la transición prevista para 2021 se devolvería el canal adicional. Esta transición digital en México tendría como exclusivo propósito transmitir tv de alta definición.
La medida tuvo el propósito de acaparar el espectro en las mismas manos por largo tiempo, y no multiplicarlo mediante nuevas licitaciones mediante los llamados multiplex (caso español).
El acuerdo no determinó que los concesionarios pudieran dar otros canales adicionales de tv restringida utilizando el mismo espectro asignado para tv abierta. Eso lo buscaron dos años después, cuando pretendieron, mediante la llamada ley Televisa, agandallarse a perpetuidad el espectro radioeléctrico del país a través del refrendo automático, no devolver ninguna de las dos frecuencias y dar servicios adicionales de telecomunicaciones, sin que les fueran aplicables los requisitos legales para una nueva concesión.
En el texto de ese acuerdo, que se trasladó en los mismos términos a los títulos de concesión, la prestación de servicios de telecomunicaciones en el canal adicional está condicionada.
Con la ley Televisa se buscó eliminar la necesidad de una nueva concesión, incluso el permiso de la autoridad, pues mediante una simple solicitud se hacían de un nuevo título como operadores de Redes Públicas de Telecomunicaciones.
Ese desafío al estado de derecho, que contó con la anuencia del Congreso federal y la promulgación del presidente de la República, fue revertido por la SCJN, que invalidó parcialmente varias de las porciones normativas de aquella reforma y, de manera absoluta, los artículos 28 y 28 a de la Ley Federal de Radio y Televisión que contenían los supuestos en los que incurre hoy TV Azteca.
Esa apuesta permanente de poder tiene en la inacción de los órganos del Estado su principal aliciente. Si el gobierno federal burla los efectos contenidos en la sentencia de la SCJN, y el Congreso la desdeña y se olvida por más de dos años de rellenar las normas invalidadas, ¿por qué habría de respetarla un particular que en la trampa a la ley ha logrado engullirse desde el Canal 40, pasando por el indebido cobro de 550 millones de pesos a la SCT en el caso UNEFON, hasta utilizar el canal espejo durante todo el año pasado para transmitir contenidos diferentes a su señal abierta? Esto último no mereció la más mínima sanción por parte de la Secretaría de Gobernación.
¿Que se brincaron las trancas de nuevo? Lo hacen hoy como lo hicieron hace tres años, aprovechando la coyuntura electoral; lanzándose primero una de las televisoras para que, si pega, se sume la otra. Tienen el mismo beneplácito de los mismos actores de hace tres años, de los que promovieron la ley Televisa y de los que la desatoraron en el Senado. Y todos saben que se trata de un abuso y un atraco. Pero el estado de derecho que se impulsa tiene sus límites y en materia de radiodifusión se llaman Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas.
Profesor de la FCPyS de la UNAM


Enrique del Val Blanco
¿Vuelta a la normalidad?
A raíz de la epidemia que azota a nuestro país, se han hecho públicas grandes carencias que dejan la impresión del descuido de años por los diferentes gobiernos federales, estatales y municipales. En una emergencia como la actual se deberían resolver, pero por lo declarado, poco les importa más que la imagen de la tan cacareada vuelta a la normalidad.
Uno de los casos más lamentables es el de las escuelas públicas que carecen de agua corriente —no digamos potable— y de baños para sus alumnos. Se menciona que son más de 25 mil en el país, incluyendo al Distrito Federal, que supondríamos que siendo la capital, con mayor y mejor acceso al líquido, no tendría problema.
¿Cómo es posible que se pretenda la vuelta a la normalidad en mitad de la epidemia cuando uno de los principales mensajes a la población es la necesidad de lavarse las manos frecuentemente? ¿Para qué los dotan de jabón si no tienen agua? Es un alto riesgo el que corre el gobierno al no haber resuelto el tema de agua y baños para los escolares de educación básica y secundaria.
¿Por qué en el anuncio de apoyo de la Secretaría de Hacienda no se incluyó algún apartado para iniciar un programa inmediato para que las escuelas carentes de esos servicios los tengan en el más corto plazo? ¿Qué es más importante, los seres humanos o los recursos financieros a las empresas?
Han pasado más de 10 días de la suspensión total de clases y no se ha escuchado ni publicado alguna medida o propuesta de alguno de los tres niveles de gobierno para resolver esas carencias, que si en tiempos normales son una vergüenza nacional en éstos de crisis sanitaria son peores.
Ante la decisión de “un puñado de estados” —según palabras del secretario de Educación— de posponer las clases una semana más, se podrían instalar los baños necesarios, sobre todo ahora que se cuenta con sistemas que no requieren agua. ¿Cómo pretenden que los niños aprendan medidas elementales de higiene si en las escuelas gubernamentales no las tienen?
La SEP muy confiada dice que no existe riesgo de propagación, pero hace notar la importancia de no descuidar las medidas de prevención. No obstante la declaración del secretario, las autoridades sanitarias de varios estados han suspendido clases. Sería conveniente que las autoridades federales y estatales se pusieran de acuerdo, para no enviar mensajes equivocados a la población, como está ocurriendo.
México, considerado una de las 15 potencias económicas del mundo, no puede tener unas instalaciones educativas como las que se han puesto de manifiesto en estos días. Sería el gran momento para que de inmediato el gobierno destinara los recursos necesarios para recuperar el sistema público de enseñanza, sobre todo porque la mayoría de quienes asisten a esos planteles son de familias de bajos recursos y confían en que, además de una buena educación, se les garantice también la salud.
No pretendamos volver a la normalidad en el sector educativo sin haber resuelto este problema. Sería un engaño para todos y un terrible daño a la futura generación.
Analista político y economista

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