5/26/2009

Periodistas pal café.......




Julio Hernández López: Astillero
ualquier atisbo de vivacidad cívica, electoral o política es acribillado por la resolución de la alcahueta Carabina de Ambrosio denominada Sefupu (Secretaría de la Función Pública) que con cinismo absoluto rechaza la licencia solicitada por el director de la Lotería Nacional, Miguel Ángel Jiménez, pillado semanas atrás en una oficina campechana de Carlos Mouriño Terrazo tratando de sobornar a una editora yucateca para que facturara propaganda comicial panista a nombre de la citada Lotería tramposa. La tal Sefupu ara el surco para que el funcionario calderónico se ponga digno y en seguida renuncie. Apenas unas horas de distancia entre la benevolencia gubernamental y el gesto teatral. Pero el mensaje mafioso que se envía es claro: a nadie se tocará, ni siquiera con el pétalo de un despido, si se le sorprende y consigna en el cumplimiento de las tareas sucias que la superioridad le encargue. La consigna en Campeche es entregar ese negocio a Mouriño Sucesores y así ha de cumplirse, cual si fuera sorteo gordillista con Hummers adjudicables a los predestinados mediante barajeo posterior de boletos.
El expediente del Diario de Yucatán y la Lotería Nacional, con la familia Mouriño en medio, es un anuncio claro y oportuno de impunidades palaciegas. Las andanzas delictivas del peón Jiménez exhiben las estrategias de tahur del Rey y la Reina (con sus respectivos familiares, más que activos en la conservación de la franquicia sexenal) que están dispuestos a “ganar” los próximos comicios al precio que sea. Allí está el otro ejemplo de impudicia en la contienda capitalina por la delegación Miguel Hidalgo, con Demetrio Sorry mintiendo descaradamente sobre la entrevista bajo agenda que le hicieron en Televisa durante un juego de futbol, marrullería sin atenuantes que podría quedar también sin castigo para que todo mundo entienda que la cúpula no desea que haya participación ni expectativas electorales


No es tiempo de inscribir entre las víctimas de la epidemia al mortalmente tosijoso y catarriento lema Vivir Mejor? Ya no revive ni con una dosis masiva de Tamiflu. Suena a burla, a lépero insulto para millones de personas sin empleo, o en el subempleo, o sencillamente ocultas tras la estadística del Inegi. Ayer se estrenó otro en el lanzamiento del rescate del sector turístico: Vive México. Con una pequeña modificación luciría más adecuado: ¡Vive, México! Así, como una convocatoria a los recursos casi mágicos del mexicano a sobrevivir el pesado fardo de calamidades, unas que nos han llegado del extranjero, otras que son made in México, y algunas, como la influenza, que siendo nativas en su origen, se han incorporado a la plataforma exportadora del país. El plan de rescate de la industria turística, devastada en sólo seis semanas por una serie de tragicómicos errores del gobierno calderonista en el manejo sin tapabocas del virus, es de alcance muy limitado. Es que el gobierno ha sido rebasado por la pila de problemas que enfrenta. ¿Y si hubiera avisado a tiempo a la comunidad internacional del brote jarocho y no hubieran teatralizado tanto cuando decidieron hacerlo?
El virus avanza
Hay un factor poderoso que actúa en contra del rescate de nuestro turismo: la influenza se está propagando más ampliamente en el mundo de lo que indican las estadísticas oficiales, con brotes en Europa y Asia. Lamentablemente la prensa, radio, televisión e Internet continúan citando que el brote original fue en México. Sólo uno de cada 20 casos ha sido oficialmente reportado en Estados Unidos, lo que significa que probablemente 100 mil personas han sido afectadas, de acuerdo con un reporte de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, citado por la agencia Bloomberg. En Inglaterra, el virus puede estar 300 veces más extendido que lo que admiten las autoridades, dijo el diario The Independent el domingo. En cambio hay noticias alentadoras: en Japón se había reportado el mayor número de casos en Asia, 345, pero ya comenzó a reabrir escuelas el fin de semana. Sin embargo, brincó el virus a Australia. El ultimo reporte de la Organización Mundial de la Salud suena demasiado optimista frente a la realidad: confirma 12 mil 515 casos en 46 países y 91 muertos. En ninguno de los reportes de los medios internacionales que yo he leído, y son muchos, se hace referencia a Calderón como salvador de la humanidad.


La Secretaría de Hacienda está feliz porque en México el valor total de los recursos operados por las Afore apenas disminuyó 10 por ciento, entre mayo y noviembre de 2008. Con ese criterio, la dependencia a cargo del doctor catarrito invita a los que aquí sobreviven a mostrar una enorme sonrisa de satisfacción y cantar aleluya, porque el producto interno bruto apenas se desplomó 8.2 por ciento en el primer trimestre de 2009.
Pero más allá del derecho que tiene la SHCP de ser feliz, aunque sea con noticias ingratas, en 2008 el ahorro de los trabajadores que obligadamente debe ser administrado por un selecto grupo de empresas financieras privadas (que nunca reporta minusvalías como prefieren llamar a las pérdidas), registró uno de los peores rendimientos anuales desde la creación de las Afore, en 1997: poco más de 4.4 por ciento, contra una inflación de 6.53 por ciento.
Allá por junio de 2008, cuando el saldo del ahorro de los trabajadores administrado por las Afore reportó una caída superior a 50 mil millones de pesos, las autoridades financieras se esforzaron al máximo para decir que, primero, no eran pérdidas, sino minusvalías y, segundo que en esto del ahorro a futuro los movimientos al alza o a la baja a corto plazo no deben verse como catástrofe o triunfo, pues los resultados concretos los obtendrá el ahorrador de aquí a dos décadas, o un poco más.
Cuando la caída de dicho ahorro se daba era en picada, ni triunfo ni catástrofe, decían, pero ahora que se reporta una raquítica ganancia en el ahorro de los trabajadores, la Secretaría de Hacienda la quiere presentar como una victoria arrasadora. Celebra la SHCP: mucho se ha especulado acerca de los efectos de la crisis en los fondos para el retiro de los trabajadores. Los efectos de la turbulencia (léase crisis) financiera global sobre los fondos de pensiones han variado de país en país. Entre mayo y noviembre de 2008, por ejemplo, el valor de los fondos de pensiones en Chile descendió más de 40 por ciento, mientras que en Argentina se registraron descensos hasta de 45 por ciento. En México, el valor total de los recursos operados por las Afore apenas disminuyó 10 por ciento en ese entonces (el dato de diciembre brilla por su ausencia).

Norcorea: contextos del ensayo atómico
El gobierno de Corea del Norte dio a conocer el domingo pasado que había llevado a cabo una nueva prueba nuclear, la segunda desde 2006, así como vuelos de ensayo de misiles de corto alcance. El hecho generó la inmediata condena del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Japón, Rusia, China, Corea del Sur y la Unión Europea. En el edificio de Naciones Unidas, en Nueva York, se enfatizó que las pruebas norcoreanas violan la resolución 1718 del Consejo de Seguridad, que prohíbe a Pyongyang experimentar con esa clase de armamentos y le impone sanciones financieras y comerciales, así como un embargo de armas. Asimismo, los integrantes de la máxima instancia de poder global acordaron trabajar en una nueva resolución, cuyos términos serían, previsiblemente, mucho más duros, y que habrá de acordarse en breve.
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Promover la justicia ambiental en México es una actividad arriesgada. Que lo digan si no quienes conocieron al campesino Aldo Zamora, balaceado por cuatro talabosques; que lo cuente Verónica Hernández, acosada judicialmente por Granjas Carroll; que lo platiquen Santiago Pérez, preso durante meses por defender el agua de las comunidades mazahuas, o Agustín Ríos, salvajemente golpeado por la policía oaxaqueña por luchar contra la operación de una mina.
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En febrero pasado CNNExpansión publicó en su espacio de columna invitada un artículo escrito por el gobernador del Banco de México, en el que compara la crisis de 1994-95 de México, con la actual. Dice, para abrir boca, que esta crisis fue adquirida por contagio”. En cualquier análisis se valen las metáforas, que pueden, por las analogías implícitas, aportar algún grado de explicación; pero cuando la metáfora se desboca y se sale de madre, resulta una caricatura que puede llegar a la ridiculez.
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Marco Rascón: 5 de julio: plebiscito ciudadano con urnas alternas

Cada vez es más claro que las diferencias de la clase política mexicana son entre las corrientes del Golfo contra las del Pacífico.
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En Perú se libra una lucha cuyo desenlace marcará al resto de pueblos indígenas de la región. De manera paradójica y con el derecho en su favor, se enfrentan, una vez más, al poder del Estado que los ignora y los subordina al interés de las trasnacionales.
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Pedro Miguel: Réplicas

edo el espacio a respuestas (obligadamente resumidas) a mi texto del 19/5/08 Industria del desaliento: No estoy muy segura de que votar sea una forma de resistencia. Votar, aunque se anule el voto, es una forma de avalar al IFE, que creo que no lo merece ni garantiza nada. Los partidos no ofrecen ni promesas, no son creativos ni para sus anuncios, hace muchos años que lo único que se les ocurre es llenar la ciudad de basura de plástico con la imagen de sus jetas, perdón, pero ese es el respeto que me merecen todos: los perredistas votando la ley Monsanto, la ley Televisa sin leerla, los panistas instalados en la doble moral que viene desde la edad media y los priístas, como siempre. De las personas, se trata de trapecistas que brincan de partido en partido. Estamos viviendo la feria del cinismo todos los días. En la mayor parte de las rebeliones indígenas contra los españoles, las comunidades fueron capaces de aguantarlo todo pero se rebelaban cuando el estado intentaba interferir en su vida privada, en sus costumbres, etc. El ejército a diestra y siniestra y ahora un estado de excepción no reconocido, en el que la SSA está autorizada a allanar las casas con el único propósito de salvarlo a uno, es posible que nos acerque al límite de lo tolerable. Walter Benjamin decía que las revoluciones no son un motor que impulse a los pueblos, sino el freno de mano que las sociedades accionan cuando piensan que son conducidas al abismo. Elvira Nava y Courrech
“La ciudadanía esta decepcionada y deprimida con justa razón y nos encontramos divididos incluso entre quienes sostienen una posición critica frente a las acciones del poder en México, o a anular el voto y pudo entender ambas posturas. existe una tercera vía: que la sociedad civil sin bandera partidista organizara un referéndum paralelo a la elección, con preguntas como ‘¿Aprueba la actual administración de gobierno?’, ‘¿Cree que los políticos representan sus intereses?’, etc. Además de organizar a la sociedad civil se le daría el mensaje en el sentido de que las elecciones son medios del pueblo organizado para darse el gobierno que éste decida y no concesión del gobierno para ir a votar y legitimar mediante el fraude a quienes conviene al poder, creo que animaría a la gente a salir a votar formalmente en las casillas electorales y después, en la casilla ‘informal’ contigua. Los resultados, aunque limitados y sin validez legal, no podrían ser ignorados tanto dentro como fuera del país. Es importante que la gente no pierda la esperanza en el cambio por la vía legal y pacifica, y creo que esto coadyuvaría a tal fin.”
La semana pasada se realizó la asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De acuerdo con sus conclusiones, se mantiene al máximo la vigilancia sobre la evolución de la epidemia de influenza A/H1N1 en el mundo. Los casos confirmados crecen día con día e involucran ya a 46 países. A mí me preocupa particularmente que la enfermedad llegue a África, continente en el que existe gran pobreza y en el que afortunadamente todavía no se ha registrado ningún caso.
En Japón se presenta un brote singular, con una tasa de crecimiento acelerado que ha puesto en alerta a su sistema de salud. En Estados Unidos, nación que encabeza la lista de casos confirmados, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) afirman en su reporte del 25 de mayo: “Los CDC anticipan que en los próximos días y semanas habrá más casos, más hospitalizaciones y más muertes asociadas a este nuevo virus”.
Nosotros, al parecer, no tenemos de qué preocuparnos, pues, de acuerdo con nuestras autoridades, en México la epidemia a escala nacional va a la baja y en el Distrito Federal, de plano ya está controlada.
Pero si en todo el mundo la epidemia crece y en México no, resulta obligado ofrecer alguna explicación satisfactoria sobre el comportamiento que tiene en nuestro país, que pueda aportar un toque de optimismo para todo el mundo. Sin embargo, antes de encarar esta tremenda responsabilidad (sobre una enfermedad nueva y por lo tanto con un comportamiento en muchos aspectos todavía desconocido), me atrevo a decir que el discurso triunfalista que hoy existe en México no obedece estrictamente a criterios científicos o médicos.
Las medidas adoptadas a consecuencia de la emergencia sanitaria acarrearon problemas económicos graves al país y las autoridades no saben cómo salir de ellos. Entonces lo único que se les ocurre es declarar anticipadamente el fin de la epidemia. Todo esto tiene además otras implicaciones, pues el desbordado optimismo significa quizá que la alerta sanitaria declarada en México en abril fue exagerada.
Hagamos memoria. Regresemos al 23 de abril por la noche. Yo estaba con mi amigo Isauro Uribe cenando unos tacos (que no eran de carnitas, pero, conociéndonos, igual lo hubieran sido), cuando de pronto apareció en la televisión el José Ángel Córdova, secretario de Salud, flanqueado por dos personajes que hasta ese momento eran desconocidos y que lucían muy incómodos. Uno era el secretario de Salud del Distrito Federal y el otro, un representante del estado de México, que al final resultó una de las entidades más afectadas y que en ese momento carecía de secretaria de salud, pues ésta se había ido a contender para la presidencia municipal de Toluca.
El anuncio dado a conocer por el doctor Córdova desde Los Pinos, con una expresión más que grave fue tremendo: México estaba ante una epidemia producida por un agente viral hasta ese momento desconocido. Mi amigo y yo pedimos la cuenta y salimos muy preocupados. Al día siguiente, la ciudad estaba invadida por el pánico.
No era para menos. Por nuestra mente pasaban los casos de la epidemia de influenza española de 1918-20, con 50 millones de muertes; la ocurrida en Asia en 1957, con un millón de víctimas; la de Hong Kong, en 1968-70, con 700 mil decesos, y la amenaza latente de la influenza aviar.
Teresa del Conde/ I: Alice Rahon en el MAM

Javier Corral Jurado
Primero la reforma del Congreso
¿Cuáles son las posibilidades de un cambio de régimen político, que a partir de una reforma del Estado redistribuya funciones, facultades y recursos entre los poderes de la Unión, y entre los niveles de gobierno, asegurando la democracia como sistema de vida? ¿Qué lo haría factible? ¿Qué programa básico se tendría que impulsar para lograr el consenso?
Estas son preguntas que una y otra vez nos hacemos cuando vemos que se mantienen intocadas varias estructuras corporativas, clientelares y autoritarias del viejo régimen, que subsisten muchos vicios y prácticas contrarias al estado de derecho. Y para atajar el desaliento que producen esas zonas de excepción jurídica y democrática, en esta cada campaña se han relanzado propuestas que ofrecen aterrizar esta larguísima transición a la democracia plena. Están plasmadas en las plataformas de los partidos, y es una lástima que no giren las campañas en torno de esos compromisos, sino de la política espotera que la tiranía de la tv ha logrado imponer sobre los procesos electorales.
Si nos atenemos a los documentos registrados ante el IFE, son muchas las posibilidades de que ese cambio de régimen se produzca en los próximos tres años en el Congreso y vengan reformas de fondo, como se desprende del ejercicio comparativo entre casi 100 propuestas legislativas con que las tres principales fuerzas políticas plantean la necesidad nuevos equilibrios entre los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Sin embargo, aunque se expresen propósitos y proyectos comunes, esas coincidencias no se traducen en acuerdos y menos en mayorías. Son muchas las causas de ese atorón, desde la colusión de intereses de los legisladores con los grupos económicos, sindicales y mediáticos, hasta las limitaciones en el perfil de los representantes populares. Pero algo que prohija ese reduccionismo de la tarea legislativa son las actuales bases del Legislativo, y la lógica también corporativa y clientelar cómo se determinan las responsabilidades.
Por ello, siempre he considerado que para dar viabilidad a reformas hondas, es primero la reforma del propio Congreso. Su funcionamiento está determinado por reglas desfasadas, dispersas y contradictorias entre su base constitucional, la legal y su orden reglamentario. Centralizado en un puñado de legisladores, con amplias áreas de opacidad, sin otorgarle real peso a las comisiones ni un régimen serio de responsabilidades a los legisladores, que sancione la negligencia, la corrupción y el tráfico de influencias.
Es difícil que un poder se autolimite. Pero por fortuna, los tres principales partidos plantean un objetivo en esa dirección. En varias asignaturas pendientes de nuestra transición son interesantes las coincidencias en temas de la reforma del Estado, y dentro de ésta, del Poder Legislativo.
El PAN es el que abunda más en la reestructuración del Congreso: reducir el número de sus integrantes a 400 diputados y 96 senadores, dejando sólo la figura de la primera minoría por cada estado; posibilitar la reelección consecutiva de legisladores; e introducir la reformas para que el Ejecutivo pueda presentar dos iniciativas preferentes. El PRI ofrece “fortalecer el Legislativo mediante la revisión de sus competencias y atribuciones para que realice sus tareas y participe más activamente en el diseño y vigilancia de las políticas públicas”. El PRD propone “una nueva Ley Orgánica que permita y favorezca las coaliciones legislativas; aumente las facultades de las comisiones; establezca mecanismos para que las iniciativas no se congelen; estreche la vinculación de éstas con el gobierno”.
Y más nos vale confiar en que lo ofertado por los partidos tiene asidero en una voluntad genuina de cumplir, pues un supuesto contrario significaría otra estafa monumental a la sociedad.
Sin embargo, propongo que esa confianza tenga un seguimiento ciudadano que vigile, exija y dé cuenta de los ofrecimientos legislativos y luego de la conducta desplegada en por los miembros del Congreso. Un observatorio ciudadano del Poder Legislativo que recuerde para qué se pidió el voto. Y en esta acción cívica organizada empezaría sin duda otra dinámica reformadora en México.
Profesor de la FCPyS de la UNAM

Alberto Aziz Nassif
¿Fracaso?
¿Es válido considerar que el proceso actual de las elecciones intermedias del próximo 5 de julio va hacia un fracaso democrático, o se trata sólo de una exageración y las cosas marchan relativamente bien? Si el dilema tiene algún valor, entonces podemos establecer algunos indicadores para discutirlo. Por ejemplo, los niveles de satisfacción democrática y confianza institucional (Congreso, medios de comunicación, autoridades electorales); el desempeño de los partidos y candidatos; la intención de votar o abstenerse; las campañas, las propuestas de la agenda y el debate; la vinculación entre el voto y los problemas importantes de los ciudadanos (seguridad, empleo, salud, derechos humanos).
México está a la baja en sus niveles de satisfacción democrática y en los últimos años han descendido los porcentajes. Según la reciente encuesta de la Secretaría de Gobernación Encup 2008, sólo 33% está satisfecho; en cambio, 54% está poco o nada satisfecho. En esta misma medición un dato que hoy resulta muy importante es la confianza institucional, y se puede establecer a partir del porcentaje de ciudadanos que confía muy poco en los actores centrales del actual proceso: sólo 4.5% en los partidos políticos, 8% en los diputados y 7% en los senadores; 72% tiene poca o nada de confianza en los partidos.
Otros datos cruciales son que: a 65% le interesa poco o nada la política; de los que piensan que México es una democracia, 63% considera que la ley no se respeta nada o muy poco. A esta parte se le pueden sumar otras opiniones negativas; por ejemplo, 74% piensa que cuando se aprueban leyes, los legisladores piensan sólo en sus propios intereses o en los de sus partidos. Además, 66% considera que las elecciones no son limpias y el IFE tiene una confianza precaria: entre los que declaran como nada, poco y algo se llega a 66%. Estas opiniones dibujan el perfil de la ciudadanía que está convocada a las urnas el 5 de julio próximo.
En esta medición no se contempló el desempeño del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el que tiene la última palabra para cualquier controversia. Sin embargo, en un reporte reciente (21/V/2009) del comité conciudadano que está observando el desempeño del tribunal se asientan resultados graves sobre el desempeño de esta institución: que sus intervenciones son erráticas, porque no aplica criterios homogéneos en casos de naturaleza similar; porque regresa al IFE asuntos que podrían resolver los propios magistrados, con lo que vulnera la idea de una aplicación pronta y expedita; y lo más grave es que ha emitido sentencias que vulneran abiertamente la reciente reforma electoral y avalan de nuevo la compra de tiempos en los medios, como sucedió recientemente con el caso del Partido Verde.
El nuevo modelo de medios de la reforma electoral se encuentra tensionado por varios frentes, uno es el litigio judicial, otro es el arreglo entre las televisoras y algunos políticos que, por ejemplo, todos los días aparecen en el noticiario del Canal 2 de Televisa mediante “cápsulas” informativas. La resolución del tribunal posibilita que todos los diputados y senadores compren tiempo en medios, afecta el corazón de la reforma electoral y vulnera la equidad del modelo de medios.
Por otra parte, llegamos a las campañas y vemos que las nuevas reglas de propaganda no se han traducido en una mejor campaña electoral; así, para 73% de los ciudadanos los mensajes de partidos y candidatos no tienen credibilidad (Reforma, 3/V/2009).
Tal vez con este conjunto de indicadores se pueda entender de mejor forma el cálculo que hizo el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Publica (CESOP) de la Cámara de Diputados, sobre el nivel de la abstención prevista para este año: puede estar en un rango que va de 65% a 69% (EL UNIVERSAL, 11/V/2009). Si hace seis años, en la elección intermedia de 2003 —en un momento previo a la polarización y los escándalos—, sólo participó un poco más de 40%, ahora es factible que la cifra de participación sea 10% menor, lo cual significará que siete de cada 10 ciudadanos no vayan a votar o anulen su voto; este es el tema de 2009.
En este contexto se puede entender de mejor forma el malestar con la próxima elección de julio y las opciones de voto o, mejor dicho, con la falta de opciones. Mientras el país sufre el impacto de una severa caída en su economía, 8.2% del PIB, y el crimen organizado sigue azotando amplias regiones (ya van 2 mil 509 muertos en 2009), la clase política mira a los ciudadanos como un botín que le puede dar votos y curules, que se traducirán en millones de pesos de financiamiento público y en tiempo del Estado para radio y televisión.
Los partidos ganarán, pero los ciudadanos no sabemos hasta la fecha qué agenda legislativa proponen los candidatos y si se cumplirá. Lo que vemos cotidianamente son los pleitos y las descalificaciones, pero, sobre todo, una oferta vacía, puras generalizaciones, spots y frasesitas. ¿Estamos ante un fracaso de la democracia representativa? Que cada uno saque sus propias conclusiones…
Investigador del CIESAS

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