6/25/2009

Los lectores como guía



Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre

Atentos y agudos son los lectores de Utopía y constituyen el mejor capital que posee este espacio al arribar a la entrega número 700. Sin ellos, no valdría la pena persistir en la hechura de textos que se reproducen en más de 60 diarios, interdiarios y semanarios impresos y electrónicos, portales y hemerotecas digitales, revistas quincenales y mensuales, páginas y blogs, pero que no generan ningún ingreso al autor desde noviembre de 2005.

A partir del 6 de septiembre de 2004, cuando se publicó la primera Utopía, hasta hoy, la opinión de lector –el derecho de replica, pues, negado sistemáticamente por el duopolio televisivo y el oligopolio radiofónico con la anuencia de las autoridades federales por carecer del marco legal correspondiente--, tiene espacio fijo, Acuse de recibo y ocupa la cuarta parte. Informados como están los generosos lectores, su correspondencia es una guía para este redactor, además de un recuento de los acontecimientos principales que cruzan a la República y la aldea global, con frecuencia sin tener registro aquí, ya no digamos el necesario contexto para mejor interpretarlos.

También llegan al buzón electrónico misivas sobre las abundantes carencias e insatisfacciones, los agobios de la vida cotidiana por los cada vez más raquíticos e ineficientes servicios públicos brindados por un Estado que el grupo gobernante persiste en rendir culto cuasi religioso al mercado, cuando el orbe se encuentra en rigurosa revisión de las interrelaciones entre el primero y el segundo.

¿Por quién votar en Iztapalapa? Pregunta el ingeniero Juan Carlos Chávez Hernández, tras asegurar: “Es una realidad que hay algo turbio en la decisión del TEPJF en la elección de la candidata a delegada en Iztapalapa, pero también es cierto que el llamado de Manuel Andrés (sic) a que se vote por un candidato para que después este decline a favor de otro, es algo totalmente incoherente y absurdo.”

Abunda con más preguntas que tienen implícitas las respuestas: “¿Cómo llamarle a este candidato? ¿Prestanombres? ¿Servil? ¿’Héroe’ por sacrificarse por su presidente legítimo? Realmente creo que Manuel Andrés (sic) pudiera ser una opción como buena oposición si no tuviera tanto afán de poder y protagonismo.”

Aquí siempre evitamos entrar en polémica con los pacientes lectores. Por ello, cedo la palabra al lector Felipe Zermeño López: “Estamos ante un atropello de Estado a principios elementales de la democracia: que los militantes de los partidos nombren a sus candidatos. Algo notable ha sucedido ahí, no tanto por el atropello que ha habido muchos, sino por el descaro, por el desafío abierto nada menos que de un ‘tribunal superior de justicia’ a quienes queremos sostener los valores de la democracia. Es un minigolpe de Estado, que presagia otros mayores. Ante ello, los grandes representantes del poder de los medios, los López-Dóriga, Ciro Gómez, otro Gomes, los Carlos Marín, etcétera, en lugar de centrar su atención en ese atraco, enfocan su crítica a cómo AMLO trata de enfrentar el atraco. Llevar más agua a su molino, aunque la democracia se pudra.”

En otro orden de ideas, Mario Rivera Ortiz comenta: “Leí con atención tu artículo Maniobra electoral (24-VI-09). Quiero decirte que discrepo de tus apreciaciones centrales. Creo que la decisión del presidente Felipe Calderón en relación al caso Cassez es absolutamente correcta, independientemente de su posible relación con el proceso electoral. Creo que esencialmente se ajusta al texto y espíritu de nuestras leyes y responde a un hondo sentimiento nacional. Lo que ocurre es que los límites de los representantes literarios y políticos de los partidos democráticos pequeñoburgueses son muy estrechos y no les permiten ver más lejos de sus intereses electorales. Y en relación con el gobierno francés, allá el pueblo histórico de París le pasará la cuenta, no te preocupes.” Valga aclarar que demostré y critiqué el uso faccioso de una decisión que, en otras condiciones, no le regatearía el aplauso.

Finalmente, le comparto las líneas de Samuel Schmidt sobre un tema que, a diferencia de los anteriores, no fue tratado aquí, pero de una importancia mayúscula: “Estoy seriamente preocupado por la reciente violencia en Irán, la que no debe extrañar se deriva del fraude electoral.

“La élite fundamentalista se defiende hasta con los dientes y no duda en masacrar a los que reclaman el respeto al voto. Algunos esperan que Obama ponga un alto al fraude, pero eso es pensar que él es el policía del mundo.

“Lo cierto es que el gobierno de Ahmadinayed continuará en su manejo del odio y amenazando la paz mundial.

“Lo que tampoco me extraña es que los vigilantes de la moral y la democracia ahora guarden un silencio muy sospechoso.

“¿Será porque el iraní es enemigo de Estados Unidos, o por sus inclinaciones racistas? Sólo espero que no le echen la culpa a los judíos por lo que pasa en Irán”. Concluye, así, el doctor que con frecuencia opta por aprisionar esta problemática y no repara que existe la escala de los grises.

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