10/28/2009


Forum 193. Octubre de 2009.www.forumenlinea.com


¿Nos vemos en el 2010?

Nelly Olivos


nelly24olivos@yahoo.com.mx


* Los investigadores sociales no tenemos bola de cristal: Ricardo Pozas Horcasitas

* Un estallido no depende, necesariamente, de las condiciones sociales, sino de las fuerzas políticas dirigentes que lo organizan

* El crimen organizado se ha convertido en una forma de organización social

* Los partidos políticos están cada vez más encerrados en las elites


Los años de 1810, surgimiento de la guerra de Independencia, y 1910, año del comienzo de la Revolución tienen en común 100 años llenos de conflictos sociales, pobreza, falta de oportunidades, explotación y esperanza también. En el imaginario colectivo de la sociedad mexicana crece y se nutre la posibilidad de una rebelión popular para el próximo año. No es casualidad que en diversas manifestaciones sociales nos encontremos con mantas que amenazan “Calderón: nos vemos en el 2010” y es que parecen estar llegando a sus límites las diversas crisis que nos aquejan.


¿Es posible el surgimiento de una revuelta social para el 2010? Al respecto platicamos con el doctor en sociología, Ricardo Pozas Horcasitas.


Se acerca el 2010, un año cabalístico para México por las referencias históricas a la Independencia y a la Revolución, podemos esperar ciertos intentos de revuelta social conmemorando estas fechas.


—Lo que es cierto es que para el 2010, con un entorno de crisis económica muy severa, va a haber conflictos internos en los partidos políticos, van a ser muy severos, por asentar posiciones políticas para el 2012. Hay que plantear que el 2012 es julio de 2011, es decir, que los candidatos tienen que estar nombrados en noviembre de 2011, por lo que en 2010 se van a dar hasta con la cubeta.


“No sabemos cuáles puedan ser los conflictos entre (Marcelo) Ebrard y Andrés Manuel (López Obrador); entre el grupo de panistas seguidores del presidente y los opositores; de los gobernadores, el presidente, la Cámara de Diputados, los senadores, etcétera. No sabemos que puedan producir esos conflictos. Lo que es cierto es que van a desgastar el interior de las instituciones y el poder de quienes las dirigen, eso es absolutamente claro, y a lo mejor empieza el 15 de septiembre; para entonces va a haber más de una celebración de Independencia”, señala ante Forum el también miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIS-UNAM), y añade que “es bastante previsible que se tengan conflictos por las nominaciones de candidatos a la Presidencia de la República, porque los partidos llegan muy conflictuados y con una falta de institucionalidad al interior, nadie acepta las reglas


Las condiciones sociales y económicas están dadas para esperar una revuelta social, pero esto no es suficiente...


—Le voy a contar una anécdota. A Max Weber, uno de los padres de la sociología, le inquirieron, en una ocasión, sobre el tema de la posibilidad de un estallido social y el contestó que es muy difícil saber. Los investigadores sociales no tenemos bola de cristal.


Un estallido social no depende, necesariamente, de las condiciones sociales, sino de las fuerzas políticas dirigentes que lo organizan. Hay estallidos sociales que son la expresión de las crisis y hay estallidos sociales que son expresión de las recuperaciones económicas y sociales. Existen varios elementos que podrían mostrarnos las posibilidades del conflicto social como expresión de los conflictos políticos.


¿Podría darnos un ejemplo?


—Un ejemplo es el grado de conflicto en el interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD). El último movimiento universitario contra las cuotas fue un movimiento promovido por el PRD en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y se le salió de las manos.


El nivel de capacidad de dirección que tiene el PRD está ligado a sectores sociales muy fuertes. Hay que pensar en qué momento, problemas como el de Iztapalapa y Juanito puedan provocar un movimiento o un conflicto político en el interior del PRD, que se exprese como conflicto social.


“Aunque hay estallidos sociales espontáneos, los estallidos sociales importantes los realizan fuerzas políticas opositoras al régimen”, sentencia el sociólogo Ricardo Pozas quien además señala que el conflicto de las elecciones de 1988 con Cuauhtémoc Cárdenas era importante ya que se trataba de un movimiento del Frente Democrático Nacional contra del gobierno, así como la lucha de Andrés Manuel López Obrador en 2006, aunque éste último se quedó al nivel de la movilización social, el doctor Pozas continúa con su explicación: “Ahora el problema es en el interior del PRD. No es el PRD frente al gobierno o frente a los otros partidos sino son las fuerzas políticas en el interior del PRD las que, en un momento dado, pueden ser la posibilidad de un conflicto entre las fracciones que se exprese socialmente”.


Los grandes movimientos armados a los que hemos hecho alusión, encontraron en los campesinos y los obreros una fuente para nutrir a los ejércitos. Actualmente, ¿qué sectores sociales estarían dispuestos a participar de una lucha armada?


—Hay más de un millón de desempleados y los jóvenes serán uno de los sectores más sensibles. Hay que darles un futuro a los jóvenes, porque si no las posibilidades de conflicto son mayores como lo demostró el final de la década de los 60: Los promotores de los movimientos sociales más importantes fueron los jóvenes.


Es cierto también, que los partidos políticos están cada vez más encerrados en las elites. Los partidos dejan de ser un conducto de resolución de las demandas sociales y se vuelven más un instrumento para consolidar la permanencia de las elites en cada uno de ellos.


De alguna forma los partidos políticos servían para darle salida a la presión social. Sin embargo, las protestas en Oaxaca fueron criminalizadas agregando mayores posibilidades de estallido.


—Ése es otro problema. El agotamiento de las organizaciones de carácter corporativo como mecanismos de solución de las demandas sociales. En este caso es muy clara la relación Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). El SNTE es una institución que se ha logrado convertir en una especie de falange o movimiento con fines de carácter electoral para lograr beneficios para sus agremiados, excluyendo a los que no están dentro, allí estallan conflictos.


El caso de la APPO fue un caso muy interesante, ya que en otro tiempo se eliminaba a la oposición; pero ahora sigue ahí de manera latente. Los movimientos sociales en Oaxaca son como estacionales, el SNTE no logra reinstitucionalizarlos.


¿Cuál es la explicación sociológica al surgimiento de los movimientos sociales?


—Hay siempre una convergencia entre conflictos en el interior de la elite política por el poder y las condiciones objetivas y formas autónomas de organización de los grupos sociales, lo anterior construye conflictos sociales y políticos muy severos.


Ante estos conflictos al interior de los grupos de poder y digamos los grupos que están a la periferia, justamente buscando reivindicar ciertos derechos, hay otros factores a tomar en cuenta, en este momento no podemos dejar de lado el papel que juega el crimen organizado.

El problema, me parece, es complejo. Tenemos muy poca información sobre el Ejército. La prensa misma maneja información muy baja, ya que el Ejército, como toda fuerza de seguridad nacional, tiene zonas muy obscuras pues no son un show, son poco visibles.


Por otro lado, el problema del crimen organizado tiene que ver en que éste se ha convertido en una forma de organización social. Son instancias donde la vieja versión del caudillo o del cacique, en algunos casos, opera; pero en otros es bastante más sofisticada la organización militar del crimen organizado. Hace falta un verdadero mapa social de a quién y cómo reclutan. Es un problema social muy fuerte el del crimen organizado que ahí sí yo creo que la crisis económica aboga a su favor.


En la guerra de Independencia y la Revolución los periódicos de la época fueron utilizados a favor o en contra de algunas de las causas ideológicas participantes. ¿Qué podemos esperar de los actuales medios de comunicación en caso de una revuelta social?


—Los medios de comunicación son mucho más complicados de lo que eran antes cuando había la hegemonía del Estado, como en los 60, 70 e incluso los 80. Ahora hay distintos grupos y hay distintas tendencias a la monopolización. La prensa controlada por el Estado era más monolítica que la prensa que está vinculada a grupos privados y particulares. La prensa hoy ha jugado un papel importantísimo en la apertura a la información, el problema es que hay una saturación de información; todos los días leemos, vemos, escuchamos información en contra de todo. Eso ha contribuido, de manera significativa, al desgaste de la autoridad de los políticos. Las grandes batallas de los políticos son por aparecer, cotidianamente, en los medios. Pero parecería ser que en medios y políticos se están encerrando en sí mismos.


Lo que presupone de qué lado van a estar los medios de comunicación en el caso de un estallido social.


Mencionó que hace falta algo más que factores sociales y económicos para una revuelta social, estamos hablando de la formación de cuadros políticos e ideológicos. Actualmente esos cuadros parecen no existir...


—No son visibles, pero de repente surgen como ocurrió en 1968. Los relevos generacionales están ahí, se aparecen de momento. Hay un problema de agotamiento también de las elites.


Las predicciones para una revuelta social para el 2012 parecen poco claras, observadas desde el análisis social de las mismas. Pobreza, exclusión, marginación son condiciones que nos amenazan con estar presentes otros 100 años más. Y aunque en el discurso se busque una transformación ésta no será posible sin dirección política.


Además no hemos pensado que de surgir un conflicto armado, éste resulte triunfante.


¿El destino nos alcanzó?


Nelly Olivos


nelly24olivos@yahoo.com.mx


* 20 millones de personas con hambre

* 48 de cada 100 de los hogares sufren inseguridad alimentaria

* En Estados Unidos 88 por ciento tiene seguridad de alimentos y en Brasil 66 por ciento

* El impuesto “contra la pobreza” agudizará el déficit

* Gravísima, la calidad de los alimentos

*Bimbo, Nestlé y Maseca engañan a consumidores y/o esquilman a productores


El cine suele presentarnos diversas posibilidades de lo que puede ser el futuro de la especie humana. Desde invasiones extraterrestres hasta catastróficos desastres naturales han quedado plasmados en las salas cinematográficas. Sin duda alguna, una de las cintas que más impactó a los espectadores fue Cuando el destino nos alcance (1973) dirigida por Richard Fleischer y protagonizada por Charlton Heston.


Si recordamos un poco, la historia presenta una visión apocalíptica donde el agotamiento de los recursos naturales, la sobrepoblación humana y la carestía generalizada de alimentos conforman el escenario que nos hace preguntarnos ¿qué tan lejos estamos de ese futuro?


Estamos pasando por una severa crisis alimentaria mundial. El alza en los precios de las materias primas y el petróleo, el aumento en la demanda de alimentos en países con un gran crecimiento demográfico, la creación de biocombustibles, el cambio climático y la especulación, son tan sólo algunos de los factores que empeoran la actual situación.


El coordinador del programa Producción de bienes y servicios básicos del centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CIICH), de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Contreras Suárez, señala que muchas instancias están de acuerdo en que el problema de la alimentación en nuestro país es “complejo”, lo que no existe, continúa el investigador es “un consenso en cómo debería enfrentarse una crisis alimentaria”.


¿Cuál es el panorama en el tema de los alimentos?


—Hay datos, aproximados, que nos hablan de que existen 20 millones de personas con hambre en este país. Datos de una investigación comparativa establecen que el 48% de los hogares mexicanos sufren de inseguridad alimentaria, en Estados Unidos un 88% de los hogares tiene seguridad alimentaria; mientras que en Brasil, una economía importante con graves problemas de desigualdad, tiene 66% de hogares con seguridad alimentaria.


La seguridad alimentaria se refiere a que todas las personas “tienen en todo momento acceso físico, social y económico a los alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida sana y activa”.

Sin embargo, nada está más alejado de la realidad. De acuerdo al informe Situación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en el Distrito Federal 2008, elaborado por el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, “en la capital del país 5.4 por ciento de la población no cuenta con ingresos suficientes ni para comprar sus alimentos (pobreza alimentaria)”.


De acuerdo a investigaciones del CIICH se documentó que entre el año 2000 y el 2006 que menos personas tenían acceso a los mismos alimentos, lo que significa que antes de la crisis económica muchas familias estaban consumiendo menos cantidad de nutrientes.


“Este agravamiento, señala el doctor Enrique Contreras, no se vio tan marcado en las familias con extrema pobreza; pues, efectivamente, el programa de Oportunidades beneficia a cinco millones de familias en el campo, lo que ha contribuido para que la gente consuma un poquito mejor. Pero la clase media, o sea los que están por encima de esa línea de marginalidad, son los más perjudicados.


Soylent verde


El nombre original de la película Cuando el destino nos alcance es Soylent green que hace referencia a un producto alimenticio consumido por la población en general y que supuestamente es fabricado con plancton de todos los océanos, pero la realidad es otra; está elaborado con seres humanos. ¿Estaremos muy cerca de ese destino?


Una de las características que debe privar en la alimentación es su inocuidad, es decir, que los alimentos deben carecer de sustancias nocivas para la salud del ser humano. Aunque nos encontremos que no estamos consumiendo lo que pensamos. Como por ejemplo la denuncia que hizo el Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, en julio del presente año, al señalar que el 67% de los productos derivados de la leche, como el yogur y el queso, no contienen leche y son elaborados a base de fórmulas.


Enrique Contreras Suárez, señala a Forum: “El problema de la calidad de los alimentos es gravísima, pero lamentablemente la participación activa de los mexicanos como consumidores no es muy socorrida. Las organizaciones defensoras de los consumidores que en los Estados Unidos son muy poderosas, aquí ni caso les hacen.”


“Bimbo, por ejemplo, ha enfrentado juicios y los ha perdido junto con muchísimos dólares de castigo en España, Ecuador, Perú y Panamá ya que afirma que su pan es integral y no lo pueden garantizar. Allá se les castiga, pero aquí tenemos impunidad”, afirma el investigador del CIICH.

Hace poco la industria lechera del país denunciaba que el yogur no estaba elaborado con leche, sino con fórmulas lácteas.


—Al comprar leche uno pude leer la etiqueta y encontrar que, efectivamente, contiene leche; pero no cuánta leche. Que está enriquecida con algunas vitaminas y que contiene grasa vegetal, pero a lo mejor esa grasa vegetal forma parte de una fórmula que en otros países se utiliza para engordar animales y que aquí entra alegremente. No hay un control de calidad porque los consumidores no protestamos.

Pero, la calidad de los alimentos que consumimos está en proporción directa con nuestro estado de salud…

—Claro que tiene repercusiones directas en la salud. Lamentablemente nuestro cuerpo cuando ha sufrido situaciones de carencias alimentarias fuertes, hablo de nuestra primera infancia y después puede recuperarse, comiendo más, tiende a la gordura y al sobrepeso. Es contradictorio que tengamos niños con sobrepeso y obesidad y niños con carencias alimentarias muy graves. En materia de salud nos decían que las enfermedades propias de la pobreza, es decir enfermedades infecciosas, van a desaparecer por adelantos médicos, etcétera; ahora vamos a tener problemas de naturaleza distinta, vamos a tener enfermedades crónico-degenerativas que antes eran propias de la población con más ingresos.


Por ejemplo, hay estudios donde se miden los efectos al consumir tortillas hechas con una nixtamalización indebida, como sucede con la harina de maíz comercializada, y la osteoporosis y es que la asimilación de calcio en el cuerpo de las mujeres de cierta edad va desmejorándose”, puntualiza el doctor Contreras.


En la cadena de producción de alimentos en ¿qué estamos fallando?


—En todos los eslabones. Pero lo que se produce más son las llamadas agriculturas de contrato, ahí tenemos a las grandes corporaciones trasnacionales, como Nestlé, y nacionales como Bimbo o Maseca, que establecen contratos bastante onerosos, desiguales y asímetricos con los productores. Cuando éstos protestan por las condiciones, entonces las compañías se mudan a otra región y siempre van buscando al productor que está más necesitado, ésa es la historia de Nestlé.


¿El precio de los alimentos es un problema?


—Tenemos el caso del maíz donde se pretende, por parte de estas grandes corporaciones, que haya una producción de biocombustibles, etanol a partir del maíz, cuando México no es un país exportador de granos. Es de casi elemental predicción pensar que si se llega a producir aquí, en México, estas fórmulas con etanol, el precio del maíz se va a ir parar arriba, eso va a perjudicar a los consumidores.


A lo anterior hay que agregar que este año muchos pueblos del altiplano mexicano no van tener elotes, no van a tener maíz, por que no llovió y entonces muchos van a tener que comprar y además con impuestos nuevos, porque van a grabar con el 2 por ciento todos los alimentos.


Tenemos un panorama desolador. ¿Cuáles pueden ser las alternativas?


—Hay que confiar en la tecnología. Por ejemplo, hay ya fórmulas para producir etanol a partir de desechos, a partir de otros productos, no necesariamente tienen que ser los mismos alimentos que consumimos y pueden ser hasta más productivos. Lamentablemente, el dinero que se dedica a la investigación no fluye. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) tiene un presupuesto generoso, pero mil 500 millones no lo van a ejercer este año. A los técnicos alimentarios no se les van a dar recursos, pese a contar con ellos.


“En cuanto a la distribución no tenemos controles sobre la misma. Los productores medianos y pequeños no pueden llegar a mercados mayores por que dichos mercados ya están ocupados por los productos de las grandes corporaciones. La competencia para los medianos y pequeños productores se vuelve difícil. El consumidor, como tiene muy limitado su ingreso por la mala distribución del mismo, prefiere irse a lo más barato y ya no se interesa por la calidad ni por la conservación del ambiente. No sabemos lo que comemos”, concluye.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario