12/09/2017

Alianzas con el pueblo, no con el poder: Marichuy


Sentar las bases de una organización en resistencia después del 2018



La meta de la vocera del Concejo Indígena de Gobierno (CIG), María de Jesús Patricio, va más allá de conseguir que una mujer indígena gane la Presidencia de México, el objetivo es más ambicioso: se trata de visibilizar, una vez más, a las comunidades indígenas pero sobre todo de sentar las bases de una organización civil que se mantenga activa, vigilante y casi en resistencia después de las elecciones de 2018.
“A veces no se entiende porque tenemos la costumbre que nos han dejado los partidos: que todo es a través de un partido”, explicó a Cimacnoticias María de Jesús, Marichuy, como le dice la gente, “la indígena nahua postulada por el CIG y en Congreso Nacional Indígena (CNI)” para buscar lo que parece imposible, una candidatura independiente que la lleve a competir con los nueve partidos políticos nacionales por la Presidencia de la República.

En medio de sus recorridos por el país para conseguir cuando menos 1 por ciento de firmas del electorado en 17 entidades federativas (866 mil 593 firmas) la vocera hizo un descanso de dos días para atender a los medios de comunicación y exponerles el proyecto inspirado en la filosofía del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que en 1994 se alzó en armas para hacer que la sociedad volteara a ver a los invisibles.   
A 23 años de que los indígenas exigieran una nueva relación con el Estado, la candidatura indígena de una mujer molesta e incomoda a políticos y ciudadanos. La tachan de ser la candidata zapatista, de querer dividir el voto de la izquierda o de restar apoyos a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), partido que por primera vez competirá en una elección presidencial. También dudan de ella porque no creen que pueda gobernar.  
Por otro lado es arropada por universitarios, agrupaciones civiles y una comunidad intelectual donde destacan personalidades como el escritor Juan Villoro, el cantautor Óscar Chávez y el artista gráfico Francisco Toledo, quienes hasta el 4 de diciembre habían conseguido 80 mil 883 firmas que, como dice el CIG, son apoyos que se traducen en conciencias convencidas.
En un edifico que sirve de oficina del CIG en la colonia Doctores, en la Ciudad de México, Marichuy habla de las aspiraciones de los pueblos indígenas. Siempre habla en plural porque no olvida que su voz representa a una colectividad y en su disertación repite palabras como dolor, comunidad, despojo y organización, conceptos que inspiran su andar por el país.   

UNA PROPUESTA DE IRRUPCIÓN

Conforme pasa el tiempo la lista de aspirantes a la Presidencia de México se va aclarando. Habrá por lo menos tres candidatos con posibilidades de ganar. Uno postulado por Morena, otro por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y otro más por el Frente Ciudadano por México, conformado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC).
Además de estos candidatos hay una oleada independiente de personajes políticos que aspiran a la candidatura sin el aval de siglas partidarias. Marichuy es una de las mujeres que busca una postulación, pero ciudadana para que su nombre y su proyecto aparezca en las boletas electorales el próximo 1 de julio de 2018.
A la pregunta de por qué participar en un proceso electoral si el CIG se ha mantenido alejado de la política y ha optado por la autonomía, Marichuy responde que su participación es una propuesta de irrupción en un país donde la práctica cotidiana de cada seis años es que el gobierno acuerda, desde arriba, quién continúa en el poder y cómo seguir despojando a los pobres y a las comunidades indígenas.
“La propuesta de participar en esto es para sacudir a México y que los pueblos sean visibles, los pueblos que realmente están sufriendo esas políticas que se construyen desde arriba, los mega proyectos capitalistas que han traído muerte y destrucción. Más que beneficios ha sido un despojo de las aguas, de los recursos naturales, de las tierras, de las riquezas que se tiene”.
En este escenario, continua: “se pensó qué vamos a hacer. No podemos seguirnos encontrando y seguir manifestando nuestros dolores y nuestras rabias si no se da un paso más adelante. Es un llamado a que volteen a ver la problemática real que están dejando estos proyectos extranjeros que solamente les interesa el dinero y el poder para poder dominar a los que estamos abajo”.
El CIG está conformado por mujeres y hombres que representa a sus pueblos indígenas. Si María de Jesús Patricio llegara a obtener la candidatura cada paso que dé debe ser avalado por las y los concejales porque su filosofía marca que el pueblo sea el que gobierne y el gobierno el que obedezca, uno de los siete principios zapatistas.
“A veces no se entiende porque tenemos la costumbre que nos han dejado los partidos: que todo es a través de un partido. ¿Pero quienes han diseñado esas políticas, pues solamente los de arriba? Nosotros pensamos que se puede construir otra, desde abajo, otra donde no solamente vayamos y llevemos a alguien allá, por eso se pensó en algo más grande, colectivo, son los concejales, ahorita van más de 150 y todos ellos juntos serían el gobierno”.  
La idea es provocadora para una parte de la población pero para otra es muy difícil creer que las mujeres indígenas y pobres deban o puedan llegar al poder. Aun así, las razones de Marichuy son muchas. “(¿Para qué?) Para ya no permitir esos despojos que se están haciendo, esas contaminación de las aguas, esa imposición de proyectos extranjeros, que no se consulta a las comunidades; al contrario, que se les impone”.

RECONSTRUCCIÓN PARA TODOS

En su caminar por los rincones del país, esta jalisciense, médica tradicional, ha confirmado el diagnóstico de sus compañeras y compañeros, un despojo de los bienes comunes pero también de los cuerpos y la cultura y un desprecio por los pobres que viven sin educación ni salud.
“Ante los intentos organizativos de las comunidades por defender los recursos naturales, el agua, la tierra, viene la represión, la desaparición de algunos líderes o comunidades. Personas que están al frente los han desaparecido o encarcelado. Viene esta destrucción masiva, viene con todo. Se ve más triste la situación yendo directamente a las comunidades y que ellas lo planteen desde su misma vivencia”.
En Veracruz las tierras han sido concesionadas para la extracción de petróleo, en Puebla para la construcción de hidroeléctricas, en Oaxaca para imponer eólicas. De esos proyectos habla cuando se refiere al despojo del territorio, la tierra, los bosques y el agua pero también se refiere al exterminio de manifestaciones sociales y culturales como la partería o el despojo de la lengua, vestimenta y herbolaria medicinal indígena.
“Justamente para eso es la propuesta, para escuchar todos esos dolores y juntos buscar formas de cómo le vamos a hacer para reconstruir este México desde abajo. Pensamos que los pueblos indígenas solos no podemos dar un paso más allá porque este monstruo es gigante, entonces, por eso, en este caminar vamos haciendo un llamado a los diferentes sectores de la sociedad que también sienten que es necesaria la unidad para poder hacer una fuerza grande e impedir que nos sigan destruyendo”.
Si la vida y la permanencia de los pueblos está en juego, en el CIG se pensó en hacer algo más para tejer redes entre las comunidades y participar en un proceso que sirva para acercarse a quienes no son parte del CNI pero que están viviendo y luchando con el ánimo de que algún día sus pueblos sean respetados.

“VOTEN POR QUIEN QUIERAN”

El reloj sigue avanzado y Marichuy tiene hasta el 19 de febrero para recolectar firmas. Hasta diciembre la vocera y aspirante a candidata había conseguido 9.3 por ciento de los apoyos necesarios para lograr su registro. Existe la posibilidad de que no llegue a la meta, sin embargo, eso de ninguna manera sería un fracaso. El éxito está en aprovechar la vorágine electoral para llevar su mensaje.
“Lo más importante es la organización. Si no logramos conseguir el millón de firmas que se ocupan para ser candidata, como lo dijimos desde el principio, nuestra propuesta era organizativa, que surgiera algo nuevo desde abajo porque está claro que quien llega arriba, al poder, se corrompe, venga de donde venga, del color que sea, porque ya está algo diseñado arriba”.
Para los pueblos originarios si no hay organización de nada sirve que Marichuy sea candidata. “Vamos a seguir insistiendo para que se entienda y quede claro. Sí, aspiramos al poder pero al poder del pueblo, que el pueblo decida qué se hace y qué no se hace, que diga si le gusta lo que están haciendo o no. Que el que está arriba escuche al que está abajo, y esa es nuestra insistencia por donde vamos pasando”.
La vocera cuenta una anécdota que sintetiza el pensamiento del CIG: En una comunidad una señora le dijo que estaba de acuerdo con ella. “Los voy a apoyar pero ¿puedo votar por fulano de tal?”. A esta pregunta la aspirante presidencial le dijo que votara por quien quisiera. “Lo que estamos diciendo es que se organicen desde abajo, como comunidad porque antes de ser de un partido somos de una comunidad”.
Al escuchar los discursos de esta nahua y de las concejalas que junto a ella toman la palabra, parece que solo se dirigen a los pueblos. ¿A quién le habla en los mensajes que da? se le pregunta.  
“A todos los mexicanos. Lo hemos dicho en algunas ocasiones, es una propuesta que surge de los pueblos para México ¿y que es México? pues incluye a obreros, estudiantes, amas de casa, trabajadores del campo y la ciudad, todos los sectores”. Por esa razón el CNI ha creado nueve grupos de trabajo donde creen que caben todas y todos: tierra y territorio; autonomía; justicia; mujeres; jóvenes y niños; personas con discapacidad; migrantes y desplazados; trabajo y explotación.
La campaña de esta indígena no es la típica campaña porque aunque recorre el país pidiendo firmas no ofrece nada, al menos no ofrece las despensas, pintura o gorras, ni siquiera la construcción de clínicas o fábricas, más bien parece que va en caravana escuchando. Cuando la gente le pregunta cuál es su proyecto la respuesta es simple. “El proyecto tiene que surgir de abajo, si no sería lo mismo, ya llevamos algo diseñado y les decimos sabes qué, va a ser esto”.
Los nueve grupos de trabajo son el comienzo de la redacción colectiva de ese proyecto.

Y CONTRA EL PATRIARCADO

“El silencio, el miedo, el machismo y el patriarcado capitalista que nos mal gobiernan son el odio mismo de los poderosos contra la vida”, pronunció la vocera el 27 de septiembre durante un mitin en el municipio de Nezahualcóyotl, en el Estado de México, entidad donde el feminicidio y la violencia contra las mujeres es una constante.
Sobre el patriarcado, concepto que pareciera apropiado por las citadinas, también tiene una posición. “Los proyectos o programas que ha implementado este sistema capitalista ha sido diseñado solamente por hombres. Al no considerarse la participación de las mujeres es que hay un proyecto que está excluyendo y que está diseñado solamente por hombres, por eso decimos patriarcado, porque si hubiera la participación de las mujeres sería diferente”, afirma.
“Vemos que hay una fuerte discriminación contra las mujeres, que se considera que su opinión no vale. En las comunidades es más fuerte porque se considera que la mujer solamente es para tener hijos y atender la casa, no para participar en la organización propia de la comunidad. Son estas estructuras diseñadas capitalistas patriarcales, porque están pensando en donde nada más pueden caber los hombres”.
Hablar del patriarcado con las poblaciones indígenas no es tema fácil por eso la vocera siempre está acompañada de las concejalas, son ellas quienes dan la cara y van al frente para mostrar que también son líderes y deben gobernar. “Son las que están al frente porque a los maridos más rápido los quitan, los hacen a un lado, los encarcelan, los desaparecen. Nos hemos dado cuenta que hay mujeres que están participando muy decididamente”.
Aunque hay líderes que la critican por no buscar una alianza con los partidos de izquierda o quienes esperan que decline a favor de alguien más, Marichuy está decidida a seguir firme. “Hemos planteado que más que aliarnos arriba es aliarnos abajo, con la gente del pueblo, con los diferentes sectores, con los pueblos indígenas. Esa es nuestra tirada principal, la organización desde abajo. Nuestra mirada va a estar hacia abajo, con los pobres, con los trabajadores del campo y la ciudad”.
Y si no se juntan las firmas el trabajo continúa. “Quedemos o no quedemos lo más importante es lo que vamos a construir, es lo que tiene que quedar para después, porque los gobiernos ya están pensando cómo van a implementar sus proyectos para después del 2018. No nos podemos organizar para aquí y ya, cada quien vuelve a su comunidad. Nuestra tirada es a la organización para después. ¿Cómo vamos a sobrevivir, cómo vamos a conservar nuestras comunidades, nuestras tierras, agua, bosque? Solamente unidos”.

CIMACFoto: César Martínez López
Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 

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