1/15/2007

Porque tu voz de mujer también cuenta, alza la voz.

En la revista “Voces de la valentía en Oaxaca” leí un articulo que se titula “La violencia homicida contra las mujeres de Oaxaca”, en resumen, pone el caso de una de las tantas mujeres que desafortunadamente era golpeada por su marido, el cual un día borracho la golpeo tan fuerte que la mato, dejando sin el amparo maternal a sus hijos, y por su puesto un caso impune más en la historia de las mujeres golpeadas.

Lo que me sorprendió, es que todo el pueblo sabiendo que vivía está situación no hizo nada para ayudarla y aun después de su muerte, mujeres expresaron que se lo merecía, pues si le pasaba esto era por serle infiel a su esposo y que a su vez éste tuvo que demostrar que realmente era hombre.

El caso de Maria Luisa me dejo pensando en que la ciudad de México, siendo una ciudad que sea como sea va en desarrollo, no está fuera de que algunas mujeres aun vivan violencia en sus hogares, trabajo, escuela, entre otros lugares. No se necesitan de moretones para que haya una agresión, se bastan palabras para herir, humillar, para limitar a aquellas que con gran lucha han llegado hasta donde están.

No se si tú como lector compartas mis mismas creencias, pero si no es así, me tomaré el atrevimiento de compartir contigo lo siguiente: “Y dijo Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:16), “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí misma por ella” (Efesios 5:25) y finalmente “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida…” (1 Pedro 3:7).

Te podrás dar cuenta que como mujeres tenemos un valor incalculable, no para ser nada y agachar la cabeza, todo lo contrario, sino como una ayuda idónea, adecuada. Ya basta de pensar que nuestra naturaleza es vivir sometidas a maltratos y a insultos, mirando al cielo esperando que algún día ese hombre cambie. Al menos yo creó que Dios no me permite vivir aquí para casarme y estar a expensas de un marido abusador, todo lo contrario, si el día de mañana me llegara a casar quisiera que mi esposo me respetara y me trataré como lo más frágil del mundo, que me apoyara y que fuéramos uno.

No se que pienses, pero, es momento de valorarnos, en una ocasión alguien me dijo “sino te valoras tu, jamás nadie lo hará” eso es cierto, si no te valoras tu como lo que eres, una mujer, nadie de tu alrededor lo hará. Ahora si, sonara como un comercial, pero ni modo, tu vales mucho, y porque vales date ese valor.

Finalmente es nuestra decisión de que nuestros nombres no aparezcan en las largas listas de mujeres golpeadas, humilladas o sometidas, bajo ningún pretexto, en ningún contexto, sino en las listas de mujeres que se atrevieron a levantar la voz y romper el silencio, porque así también se crea conciencia, educándonos, valorándonos, para que nos respeten debemos empezar por respetarnos nosotras mismas.

Por un México mejor, luchemos por la democracia.
GUADALUPE HERNANDEZ O.
UACM.

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