6/27/2013

Los periodistas pal café . . . .



El ministro en retiro Genaro Góngora Pimentel continúa fatigosamente en las dos vertientes de acción jurídica que enderezó contra quien fue su compañera, Ana María Orozco Castillo. A pesar de la generalizada repulsa que obtuvo en cuanto se conocieron los detalles de los procesos entablados contra la madre de sus hijos (uno, referente a las pensiones alimentarias; otro, por fraude respecto a un inmueble), el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sigue apelando de la sentencia absolutoria obtenida por Orozco Castillo en días pasados aunque ayer, debido a una extraña pifia del presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, Édgar Elías Azar, por la mañana se informó que había desistido de tal apelación, lo que fue desmentido por el mismo órgano capitalino más tarde.
El caso de Góngora ha resultado especialmente escandaloso por la prominencia de los cargos judiciales que ocupó y por el talante crítico y progresista con el que usualmente actuó. Considerado como hombre de izquierda en la conservadora cúpula del Poder Judicial, aunque siempre respetuoso de formas e institucionalidad, desembocó abiertamente en la participación política al lado de Andrés Manuel López Obrador en su segunda candidatura presidencial, donde fue mencionado como parte del equipo de trabajo que el tabasqueño instalaría en caso de ganar y luego se integró al núcleo fundacional de Morena.
En tal contexto resultaron gravemente contradictorios los alegatos y el proceder del ministro en retiro contra quien fue su compañera e incluso contra los intereses de sus dos hijos. Indefendible fue su comportamiento y grotesco el hecho de que en segmentos que podrían considerarse de pensamiento avanzado anidaran las peores formas de relación familiar, criterios clasistas para la asignación de pensiones alimentarias, e incluso indicios de conflicto de intereses al haber dado empleo a su compañera en la misma Corte, y de tráfico de influencias en el litigio que llevó a la cárcel de manera censurable a la misma Orozco.
La irritación que provocó la conducta del ministro en retiro abre el camino al análisis y la denuncia de casos similares cometidos en las alturas del poder y en la planicie ciudadana. Un ejemplo de esa disposición se ha visto en ocho espacios periodísticos que concertaron ayer la publicación de un mismo texto bajo el título de #BastaDeGóngoras, con las firmas de Carlos Puig, Salvador Camarena, Katia D’Artigues, Gabriela Warkentin, Bárbara Anderson, Gabriel Bauducco, Yuriria Sierra y Nacho Lozano. A lo largo de dicho texto concertado se menciona directamente el caso de Góngora Pimentel y en términos generales los que han sucedido y siguen sucediendo en el país, pero sin citar, para dar mejor ejemplo de esos abusos de poder, lo referente a Enrique Peña Nieto y Arturo Montiel, los mexiquenses acusados constante y documentadamente de faltar a sus obligaciones familiares y de utilizar su peso político para arrollar las pretensiones justicieras de dos mujeres.
Cierto es que en el cuerpo del mencionado texto común se invita al público a aportar ejemplos de abusos en una dirección electrónica, pero a juicio de este tecleador astillado mucho habría aumentado la contundencia y credibilidad del documento si se hubiesen mencionado los dos ejemplos tan notables de lo que finalmente sustentaron solamente en un ministro caído y no en dos poderosos con vigencia.
Y tampoco podría pretenderse una explicación de ese silencio respecto a Peña Nieto en función de la actualidad periodística. El pasado 25, la periodista Sanjuana Martínez dio a conocer en un portal de Internet, SinEmbargo, una grabación telefónica que habría sucedido entre marzo del año pasado y enero del presente, en la que presuntamente el actual ocupante de Los Pinos habría hablado con Maritza Díaz Hernández, con quien tuvo un hijo que hoy tiene nueve años de edad ( http://bit.ly/14Yr3yl ).
La señora Díaz ha denunciado de manera insistente la desobligada conducta de Peña Nieto hacia ese pequeño. Para conjurar el escándalo que podrían suscitar ése y otros episodios similares, el propio Peña Nieto abordó el tema siendo candidato presidencial, con lo que la voracidad mediática tan demostrada en otros casos se dio por saciada. En la grabación mencionada, la supuesta voz de quien fue gobernador del estado de México notifica a la madre de su hijo que en delante quien mantendrá comunicación con ella será ‘‘Videgaray’’, el ahora virtual vicepresidente del gabinete peñista.
El impulsor principal de la carrera del propio Peña, el ex gobernador Arturo Montiel, también ha sido acusado con insistencia de utilizar con pericia marrullera los vericuetos legales para impedir que tres hijos regresen con su madre, la francesa Maude Versini. Desde el 16 de diciembre de 2011, cuando llegaron a México a visitar a su padre conforme a un entendimiento entre los progenitores, esos tres pequeños han sido retenidos aquí y, a pesar de que la francesa ha ganado todos los juicios entablados al respecto, diversas maniobras leguleyas han ido posponiendo posteriores resoluciones, con el resultado concreto de que la madre sigue sin ver a sus hijos y el poderoso padre mexicano continúa haciendo sentir el poder de las influencias, sobre todo en este sexenio en el que hay agradecimiento siempre dispuesto a hacer favores al tío, maestro y promotor. Así que, ¿cuándo se publicarán textos concertados con la etiqueta específica de #BastaDePeñasYMontieles?
Y, mientras la violencia se mantiene abiertamente en Tamaulipas, donde ayer hubo enfrentamientos en Reynosa, y en Michoacán, donde policías comunitarios y pobladores tomaron el palacio municipal de Aguililla y continúan activos y recelosos en otras partes calientes de esa entidad, ¡hasta mañana, con Granier ya en la cárcel, en un proceso de generación propagandística (¡EPN, el gran justiciero que es capaz de poner tras las rejas a un miembro corrupto de su mismo partido!) que ya había sido advertido en esta sección.
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‘‘No existe ningún cuestionamiento en contra de la doctora Peschard, más que el difundido por el propio Galván Ochoa’’, decía un empleado menor del Ifai en una carta enviada a La Jornada el 6 de febrero de este año. Se refería a la adquisición del nuevo edificio del instituto durante la gestión de Jacqueline Peschard como presidenta, negocio inmobiliario que esta sección ha venido cuestionando porque, a mi juicio, fue un despilfarro. Costaría a los contribuyentes mas de mil millones de pesos. Sin embargo, a fines del mismo mes de febrero, las comisiones de Gobernación y Anticorrupción del Senado citaron a los cinco comisionados del Ifai a una comparecencia pública con el objeto de que explicaran una serie de situaciones irregulares. Iban desde un viaje de la comisionada María Elena Pérez-Jaén a Macao, un centro internacional de apuestas, hasta la compra del edificio, además de una serie de conflictos internos derivados de la elección de Gerardo Laveaga como sustituto de Jacqueline Peschard. En la comparecencia afloraron los desacuerdos e intrigas de los comisionados. El asunto del edificio no alcanzó a discutirse, pero el senador Alejandro Encinas propuso que el expediente se turnara a la Auditoría Superior. Y la auditoría ya está llevando a cabo una investigación formal. Y eso que sólo esta sección había cuestionado la compra del inmueble. ¡Mas de mil millones de pesos! El edificio del Ifai tiene un lugar entre los negocios de bienes raíces más costosos del sexenio anterior, junto a la Estela de Luz y la sede del Senado.
Exportación de capitales
Los bancos extranjeros que operan en México exportan capital hacia sus oficinas matrices, en vez de invertir sus ganancias en nuestro país, según la investigación Transnacionalización del gran capital en México, presentada por el Colegio Nacional de Economistas. Si bien existe un crecimiento económico, no implica un desarrollo real para el país, asegura el autor y economista Mario Humberto Hernández López, catedrático de la UNAM y presidente de la Academia de Economía de la FCA-UNAM. Los grandes consorcios trasnacionales han visto los tratados de libre comercio como plataforma de exportación, mientras que las empresas nacionales quedan rezagadas.
¿Más bancos?
En tiempos más felices cada presidente de la República regalaba franquicias para abrir un banco a sus amigos o familiares. Así fue que llegamos a tener el Banco Obrero (regalo al líder cetemista Fidel Velázquez), el pesquero, el cinematográfico, uno de fomento cooperativo, el banco ejidal (le decían el bandidal), el bangrícola, un banco minero. Eran de ‘‘nicho’’, especializados, aunque todavía no se acuñaba esa expresión. La historia terminó mal: todos quebraron o fueron fusionados por diversas irregularidades. Parece que quiere volver la ola. La Cámara Nacional de la Industria de Transformación, la Canacintra, informa que gestionará una autorización para tener su propio banco. Serviría para financiar a bajo costo a las micro, pequeñas y medianas industrias afiliadas a la organización, de acuerdo con su presidente, Rodrigo Alpízar Vallejo. Requeriría un capital de 75 mil millones de pesos, si cada uno de los afiliados solicitara un crédito por un millón y medio. No es una mala idea, pero ¿quién aportaría el capital?



La versión oficial sostiene que lo peor de la crisis ya pasó (una de las frases preferidas de Felipe Calderón como inquilino de Los Pinos) y que el débil comportamiento económico y que el aumento de precios son fenómenos transitorios. Eso dicen, pero es menester recordar que los actuales analistas del sector público financiero son los mismos que para México sesudamente pronosticaron un catarrito en la sacudida de 2009, cuando la economía nacional se desplomó 6.5 por ciento y México sobresalió como uno de los países más golpeados por la crisis.
Pero bueno, más les vale que en esta ocasión sí le atinen, porque el país no soporta otra convulsión. Mientras la realidad pone a prueba las habilidades adivinadoras de los analistas referidos (pronósticos vs hechos), en otras latitudes consideran que, lejos de ser fenómenos transitorios, la incertidumbre financiera y la volatilidad del tipo de cambio constituyen una muestra de que las causas de la última recesión no se han resuelto.
Lo anterior, porque el grueso de los voceros oficiales y oficiosos han responsabilizado al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y a sus irresponsables declaraciones por el reciente desplome de los mercados bursátiles y la histeria colectiva en los cambiarios, y si bien ello tuvo su impacto, el hecho es que las causas de la crisis se mantienen vivitas y coleando, o lo que es lo mismo: y cuando despertaron, la crisis todavía estaba allí.
Por ello, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, advierte que debe recordarse que la Reserva Federal salió al rescate del sistema financiero y económico de Estados Unidos inyectando millonarias cantidades de dinero, con el fin de dar liquidez a un sector financiero que se encontraba ávido de dichos recursos. Este mecanismo se acompañó con una reducción histórica de las tasas de interés.
Lo anterior, apunta el CIEN, generó un periodo de dinero barato que está por terminar, salvo que la sustitución de Bernanke ubique a un presidente de la Reserva que esté dispuesto a seguir dando respiración artificial a una economía que requiere un cambio estructural profundo si desea volver a crecer de manera sostenida y sana. El endeudamiento privado fue propiciado por el crédito fácil, mecanismo que generó burbujas que siguen afectando la economía estadunidense, impidiendo su efectiva recuperación económica. La crisis del sector inmobiliario es el mejor ejemplo.
Antes de las declaraciones de Bernanke, el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores ya exhibía una tendencia a la baja debido a situaciones de carácter local, tales como los problemas que enfrenta el sector de la vivienda así como las reacciones desfavorables en torno a la ley de comunicaciones. Aunado a lo anterior, el comunicado de la Fed provocó la salida de capitales extranjeros de nuestro país, lo que no sólo acentuó la tendencia a la baja del IPC, sino que el tipo de cambio se depreció de manera importante. Es una clara señal de que es necesario aplicar medidas correctivas para fortalecer el desempeño de nuestra economía y enfrentar de la mejor manera posible los eventos desfavorables, tanto internos como externos.
El modelo financiero muestra aspectos que no son coyunturales, sino que forman parte del diseño del modelo económico global, el cual desde hace tres décadas ha adoptado un crecimiento sustentado en el endeudamiento de los consumidores, generando una burbuja de crédito más allá de las posibilidades de consumo, explica el citado centro de investigación, y precisa que una situación similar ocurrió en la Unión Europea, la cual es eco del mismo problema: desaceleración económica e inestabilidad financiera.
Obvio es que la economía global no ha podido reactivarse, teniendo implicaciones negativas en términos de generación de empleo, y por tanto en alcanzar los niveles de bienestar social previos a la crisis de 2009. En este sentido, las medidas tomadas para el resurgimiento de la economía y el rescate bancario han carecido de éxito en su implementación, por lo que la incertidumbre financiera no es exclusivamente atribuible las declaraciones de Bernanke.
En este contexto, apunta el CIEN, México no se encuentra al margen de esta situación. El desplome de la bolsa de 17.1 por ciento con respecto al máximo obtenido a lo largo de este año y la depreciación del tipo de cambio tendrán consecuencias negativas sobre el débil desempeño de su economía. Particularmente, los efectos sobre el encarecimiento de las importaciones y el escaso crecimiento de las exportaciones determinarán el menor dinamismo del aparato productivo.
La iniciativa privada se encuentra supeditada a este magro contexto económico, que condicionará su toma de decisiones en relación con la inversión. Lo descrito limitará obtener los resultados esperados, como las tasas de crecimiento pronosticadas y, por lo tanto, la generación de empleo. Esta situación no exenta a las familias mexicanas de sus efectos, ya que lo anterior se traduce no sólo en menores oportunidades laborales y mayor desocupación, sino también en tasas de inflación superiores y, por tanto, menos poder adquisitivo, incidiendo directamente sobre su capacidad de consumo y condicionando su bienestar.
La creciente volatilidad económica y financiera, acompañada de ritmos de crecimiento económico cada vez menores, han constituido una limitante para el desarrollo mexicano, teniendo implicaciones negativas sobre su bienestar social, la capacidad productiva y la competitividad. Este contexto revela un escenario desfavorable en el desempeño de variables estratégicas de desarrollo ulterior como la inversión, el consumo privado, el empleo y los salarios, mostrando la necesidad de un cambio estructural (léase cambio de modelo económico, no parches tras parches).
Por lo que toca a la ocupación y el empleo, la desaceleración que registra la economía nacional ha comenzado a manifestar sus efectos negativos también en el sector servicios (en el que la mayoría de la población ocupada obtiene su ingreso). Así, la más reciente incertidumbre financiera sólo ha sido un detonante que refleja que los efectos de la crisis no han terminado. El dilema radica en qué tan profundas serán sus consecuencias en esta ocasión y cuál será el margen de acción de las autoridades mexicanas.
Las rebanadas del pastel
De lo efectiva que resultó la guerra calderonista contra el narcotráfico da cuenta el más reciente reporte de la ONU (Informe mundial sobre las drogas 2013): en producción de heroína, México ya tiene una capacidad 30 veces mayor a la de Colombia, y sólo es superada por Afganistán. De ese tamaño.



En una votación dividida de cinco votos contra cuatro, la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos anuló ayer una norma federal –la Ley de Defensa del Matrimonio, conocida como DOMA– que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y niega reconocimiento jurídico y derechos elementales a los parejas del mismo sexo. Según los magistrados del máximo tribunal estadunidense, la DOMA es inconstitucional porque es una denegación del acceso a la libertad de las personas protegida por la Quinta Enmienda. En consecuencia, con el fallo referido los integrantes del principal órgano judicial del vecino país refrendaron también la prohibición constitucional de la llamada Proposición 8, modificación de la Constitución del estado de California que consagra que sólo el matrimonio entre un hombre y una mujer es válido o será reconocido.

Se equivoca el PRD sobre el petróleo
El PRD, al igual que el discurso presidencial, se equivoca. Según nuestra Constitución, el Estado debe tener, no sólo la rectoría, sino el control y la propiedad en forma exclusiva de las áreas estratégicas de la economía, entre las que está el petróleo. La rectoría es para las áreas prioritarias, como ferrocarriles y comunicación vía satélite.

Mientras que en su país no lo hace porque hay una realidad de apego total a la legalidad, una empresa de capital finlandés comete en México la muy reprobable acción de violar nuestras leyes laborales, tal como lo está haciendo en contubernio con ella la Confederación de Trabajadores de México (CTM), que ya es sólo un  remedo de la gran central sindical que fue hace décadas, y que en Coahuila la dirige el desprestigiado –y descalificado ante los ojos de los trabajadores– Tereso Medina.

Desde finales del año pasado, las comunidades inmigrantes que residimos en Estados Unidos hemos venido observando cuidadosamente la manera en que el Senado, y luego también la Cámara de Representantes, han venido abordando el tema de la reforma a la política de inmigración. Como cualquier persona familiarizada con el sistema migratorio lo puede afirmar, el país ha estado urgido de profundos cambios en políticas públicas que permitan comenzar a reparar los muchos años de negligencia que han llevado a la ley de inmigración de Estados Unidos a estar tan lejanamente divorciada de la migración global moderna.

La reforma (contrarreforma) a los artículos tercero y 73 de la Constitución, impuesta a través del Pacto por México por la cúpula empresarial mexicana y los tecnócratas y banqueros de la OCDE (como bien demostró Luis Hernández hace unos días en estas páginas), refuerza la jerarquización, el centralismo y el autoritarismo del sistema educativo mexicano y aleja la posibilidad de modernizarlo mínimamente.

La situación brasileña sigue estimulando los más diversos comentarios, pero la sorpresa no se ha disipado. Por doquier surgen expertos en comunicación, redes sociales y revoluciones atípicas de la era digital (ni de izquierda ni de derecha, todo lo contrario), teóricos al vuelo que advierten en las grandes movilizaciones la hidra de la revolución eterna o los críticos listos para extender el acta de defunción al progresismo redentor de Lula y Rousseff. Unos y otros, lejos de intentar comprender la dinámica sui generis de la protesta, asignan responsabilidades, señalan culpables y, en última instancia, tratan de sobrevivir en el río revuelto sin abandonar la defensa de intereses personales, como los del ex presidente Cardoso, quien estuvo entre los primeros en sumarse a la deriva antigobiernista sostenida por los medios, los cuales han perseverado en el intento de transformar las banderas apartidarias del movimiento en consignas antipartidistas contra el PT y sus aliados.

Hay una tendencia a confundir y meter en el mismo saco los regímenes de Mussolini, Hitler, Franco, Salazar y Horthy, entre otros dictadores europeos del siglo XX. No fueron iguales y en algunos aspectos ni siquiera parecidos. Sin embargo, a todos ellos se les ha llamado fascistas, que es un término usado para generalizar sus diversas formas y expresiones en el mundo y en ciertas corrientes en América Latina, incluso en México. Muchos católicos, por cierto, vieron con buenos ojos el fascismo: por haber sido apoyado por el Vaticano y porque era anticomunista además de nacionalista.

La presidenta Dilma Rousseff mostró la madera de que está hecha con la firme voluntad rectificadora expresada ante las grandes protestas de las últimas semanas. Dialogó con el Movimiento Pase Libre, lo que ningún gobernante ha hecho con sus indignados, llámese Piñera, Obama, Zapatero o Rajoy. Mandó la pelota al lado del parlamento al proponer iniciativas en respuesta a varias de las demandas de las insubordinadas calles, a las que los legisladores tendrán que responde por su aprobación. Con esa audaz jugada podría muy bien recuperar la iniciativa política.

A principios de 1999 estuve en París, y como de costumbre me dediqué a ver amigos, ir a museos, a tomar café en los bistrocitos de las avenidas del barrio latino, a caminar, a revivir nostalgias y a contemplar cómo se van aniquilando los sitios más queridos, verificando la sabiduría de la famosa frase de Proust: Las calles, las avenidas, los lugares, son pasajeros, ¡ay! como los años (cito de memoria). Además pude ver una película magnífica muy mal distribuida, llamada Eichmann, un especialista, documental con guión de Rony Brauman, nacido en Jerusalén, disidente, profesor en la Universidad de París, ex presidente de la ONG Médicos sin Fronteras, autor de varios libros sobre cuestiones éticas y políticas de la acción humanitaria, además coproductor de La voz del silencio en France-Culture. Entonces escribí aquí un artículo en abril de ese año.

Samuel Beckett es el mayor exponente de la idea de la incomunicación entre los seres humanos (hecho que no le excluía de amar a los seres simples y las cosas del campo), aunque su azarosa vida que incluyó participar en la resistencia francesa contra el nazismo no lo atestigüe, pero es esa una contradicción menor del premio Nobel más conocido por su obra teatral que por su poca narrativa y de cualquier manera su nombre siempre se asocia a la soledad, la descomposición del sistema que él compara con un organismo a punto de sucumbir. Su obra se basa en el poder de la palabra más que en la acción y no evade la escatología, que vendría a ser una manifestación de ese organismo social en descomposición. De la trilogía La decrepitud –que ampara junto a la novela corta objeto de esta nota otras dos, El expulsado y El calmante– se puede apreciar como un monólogo, y de hecho lo es, El final, que Por Piedad Teatro Producciones lleva a escena.

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