Conversación entre Carmen Boullosa y Juan Villoro.
"Rescatar de esta tradición de la lengua, a las borradas".
"Nos usamos como materia de trabajo, pero creo que soy novelista sobre todo para escapar de mí misma".
Carmen Boullosa.
(Fotografía de Lucero González)
            Juan Villoro dio la bienvenida a Carmen Boullosa en las conversaciones de esa tarde. El programa era un verdadero banquete: dos extraordinarios conversadores reunidos. Grandes escritores. Inteligencias sensibles y muy cultivadas. En breve: dos especialistas en las delicias del lenguaje. En sus vericuetos, sus ansias, sus dolores, sus alegrías, sus bellezas y sus tropiezos. Se conocieron desde muy jóvenes, pertenecen a la misma generación y se han venido acompañando por décadas. Me imagino, sueño, me parece lo más justo – dada la abundante y rica obra de Carmen – que ese acompañamiento se continúe la una junto al otro en los sillones del Colegio Nacional. Fue Juan, quien mencionó que de los cuarenta miembros activos del Colegio Nacional, sólo tres son mujeres.
            La doctora Assia Mohssine de la universidad Clermont Auvergne, especialista en Literatura, "género y gender" tuvo esta idea que no debería ser disruptiva a las alturas de este siglo XXI, pero lo fue: un homenaje en el Colegio Nacional a tres escritoras mexicanas que considera, han sabido pasearse a sus anchas por los territorios "masculinos" de la épica. Elena Poniatowska (compartí ya con ustedes su conversación con la doctora Raquel Serur, en mi texto de la semana pasada), Carmen Boullosa y Ana García Bergua.
            Juan comenzó nombrando las luchas de las mujeres en México: "Las buscadoras", las madres que todos los días salen a buscar a sus hijos desaparecidos. Caminan kilómetros, siguen los rastros. Usan sus picos y sus palas. Entre las piedras, cavan. Para encontrar el cuerpo de sus hijos. Para poder enterrarlos, cavan juntas. Nombró a "Las patronas", que poyan a los migrantes que, dijo Juan: "Padecen en México vejaciones muy superiores a las que sufren en Estados Unidos". "El heroísmo del discurso de las mujeres indígenas...la fuerza que sólo se consigue sumando debilidades".
            Nos cuenta que conoció a Carmen Boullosa hace cuarenta y dos años, cuando la buscó para pedirle un artículo para el periódico mural del Partido de los Trabajadores. "Es un honor haber sido cómplice y testigo de la obra de Carmen". Recordó los primeros poemas suyos que leyó gracias a la editorial que fundó Federico Campbell en 1977: "La máquina de escribir". Él también publicó allí en sus comienzos. "Carmen es una novelista de un rango único" y citó "La otra mano de Lepanto" y su personaje-bailarina-narradora.
"´Duerme´, es el gran ´Orlando´ mexicano, una novela de cruce de género en todos los sentidos". Recorrió sus poemas, novelas, teatro. "Si algo determina el carácter de Carmen es el título de uno de sus libros de poesía: ´Ingobernable´".
Las palabras de Carmen
            Carmen cita a Samuel Butler y su hipótesis de que el autor de "La odisea", "en realidad, es una mujer". "Escribir, esta aventura grande de las autoras de nuestra lengua". Y va derechito hacia una de sus pasiones: Teresa de Àvila, "La manera en la que desafió a sus enemigos mayores, el orden eclesiástico". Nos narra la increíble saga del cuerpo de Teresa. "Primero la emparedaron. Luego la extrajeron de la pared y la descuartizaron para convertir su cuerpo en reliquias. Le cortaron la mano, le cortaron el meñique. Esa mano izquierda sin meñique la conservó el dictador Franco hasta su muerte, porque la consideraba "Patrona de su ideal de España". Nos cuenta su admiración por la escritora del Siglo de Oro Español, María de Zayas. "Las heroínas borradas. Zayas se propuso derrotar las estructuras misóginas que si ahora son techo de cristal, han sido lozas sepulcrales". Juana de Asbaje, la reina de Saba.
            Juan hizo referencia a la pasión de Carmen por la historia: "La figura de Moctezuma, la batalla de Lepanto, el mundo de los egipcios. Te ha interesado ver la historia a contrapelo y me atrevo a decir que es una contra-conquista del espacio histórico". Carmen responde: "La historia no es un cadáver, se escribe y se re-escribe. La historia no siempre está bien escrita, hay que escribirla desde el presente...La novela no es toda fantasía y el cuerpo de la novela no es una reflexión arbitraria...re-escribir, rescatar de esta tradición de la lengua, a las borradas...borradas o distorsionadas". "Todas mis novelas han sido una reflexión sobre México. Intentar entender la riqueza mexicana".
            Juan le recuerda su inclinación por los piratas que, dice él: "Conectan al mundo a través de la ilegalidad" y cita la novela de Carmen: "Son vacas, somos puercos". Carmen responde: "La novela de aventuras es un género que me ha fascinado siempre". Después llega el momento de "Duerme". ¿Escribir una novela es un proceso de liberación? "Más bien como una condena –dice Carmen- abandonas una cotidianidad, un mundo que habitaste todo ese tiempo". Juan habla de los ritos de pasaje en la obra de Boullosa, la pérdida de la madre. Reconocerse en un mundo sin la madre. "¿Hasta dónde te identificas con eso que se llama auto-ficción?" "Nos usamos como materia de trabajo, pero creo que soy novelista sobre todo, para escapar de mí misma. En mis novelas yo no quiero ver a Carmen Boullosa, quiero ver a otras... son cuerpos vivos esperando que les den vida". Juan pregunta: "¿Qué tanto te sientes tú poeta al hacer narrativa?" "Voy cambiando de género todo el tiempo. No creo que exista el género de la narrativa separado del género de la poesía".
            Es verdad, la escritura de Carmen es siempre una búsqueda poética. Casi antes que cualquier otra cosa. Cayó la noche. Una delicia escucharlos. Salimos a un descanso en los corredores del Colegio Nacional. Miro la inmensa sonrisa de Mike Wallace el esposo de Carmen, quien me dijo esta frase que amé: "Isn´t she amazing? Y me imaginé una lluvia de estrellas fugaces. Y vaya que lo es.