5/20/2017

México: La falta de conciliación familiar y laboral afecta a las mujeres


Gabriela Ramírez
México, 18 may. 17. AmecoPress/SEMlac.- A las mujeres en México las siguen despidiendo por embarazarse o ausentarse por el cuidado de sus hijos e hijas. Muchas de ellas, al momento convertirse en madres, abandonan su trabajo por la dificultad que encuentran para lograr una conciliación entre la vida personal y la vida laboral.
Este es un tema pendiente en el diseño de políticas públicas, que afecta seriamente el desarrollo de aquellas que deciden ser madres.
En 2015, aproximadamente la mitad de las mexicanas que tuvieron descendencia, abandonaron su trabajo. Esto se desprende de un estudio denominado "Horas hábiles corresponsabilidad laboral y familiar", realizado por la organización GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida), que explica que durante ese año, 566.217 mujeres afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pidieron una licencia de trabajo por maternidad.
Para el primer trimestre de 2016, la cifra de mujeres afiliadas que habían tenido un hijo/a en el último año y que seguían laborando, se redujo a 171.056.
"De ahí que es posible afirmar que la salida masiva de mujeres de la fuerza laboral al convertirse en madres es la principal consecuencia de una falta de conciliación corresponsable. La política actual respecto de la relación entre la vida laboral y la vida reproductiva y familiar es claramente fallida e ineficiente para lograr la permanencia de las mujeres en el mercado laboral", señala la referida investigación.
Y es que las mujeres dedican más horas al trabajo, tanto remunerado como no remunerado, y sin duda la llegada de un hijo o hija representa para ellas una carga mayor.
De acuerdo con el estudio Mujeres y Hombres en México 2014, realizado por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), por cada 10 horas de trabajo (remunerado y no remunerado) de las mujeres, los hombres trabajan 8,6 horas. Ellas aportan el 78,3 por ciento de las horas destinadas a las labores del hogar y ellos solo el 21,7.
Celia Itubide, una mujer radicada en la Ciudad de México, explica que cuando nació su pequeña Rosalía tuvo que dejar el trabajo. "Tener un bebé es una carga de trabajo grande y yo tuve que dejar mi trabajo formal, era secretaria y fue muy complicado porque no había un horario flexible y el período de lactancia fue muy difícil porque tenía que ir al baño en el trabajo para sacarme la leche".
Como lo explica Celia, para muchas es imposible continuar trabajando, para otras, dejar el empleo es simplemente imposible por la carga económica que deben cubrir, pero lo cierto es que muchas de las que se convierten en madres, no tienen ni siquiera la opción de decidir si seguir o no laborando.
El estudio de GIRE demuestra que muchas mujeres siguen siendo despedidas por quedar embarazadas o bien por ausentarse por algo relacionado con el cuidado de sus hijas e hijos. Sin embargo, esta organización alerta que se trata de un problema completamente invisibilizado en el que no existen datos precisos por parte de las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
A través de diversas solicitudes de información realizadas por esta organización civil a las juntas de conciliación nacionales y locales para conocer el número de juicios o denuncias realizadas del 1 de enero de 2010 al 31 de diciembre de 2015, por mujeres que fueron despedidas por encontrase embarazas, 21 entidades y la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje señalan que "no cuentan con un registro o sub clasificación de los tipos de casos que les presentan, por lo que no es posible conocer la dimensión del problema".
Sólo ocho entidades pudieron proporcionar esos datos. Baja California Sur, Baja California, Estado de México, Hidalgo, Chiapas, Nuevo León, Tamaulipas y Sonora señalaron que de 2010 a 2015 recibieron 41 juicios por despido por embarazo y en Baja California hubo un juicio por ausencia por cuidado de menores.
Gloria Fernández, una mujer que fue despidida de su trabajo como vendedora de mostrador en una farmacia cuando se embarazó, explica que no quiso interponer ninguna denuncia porque sabe que se trata de un proceso largo.
"Imagínate, estaba embarazada y no quería meterme en un juicio en el que no sabía si podía ganar. Yo no tenía manera de pagar abogados y pues yo qué puedo hacer contra una cadena de farmacias, pues nada. Además, tenía que ver la manera de encontrar otro trabajo porque desde entonces me hice cargo sola de mi bebé".
Gloria cree que el acceso a la justicia en este país para las mujeres que han pasado por un proceso similar es algo difícil de alcanzar.
Tal vez por eso, muchas más mujeres deciden acudir a comisiones de derechos humanos para denunciar este tipo de arbitrariedades.
Según el informe de GIRE, del 1 de enero de 2010 al 31 de diciembre de 2015 se registraron 83 casos de mujeres que fueron despedidas por maternidad o a quienes se le solicitó una prueba de embarazo como parte de un proceso de contratación o quienes perdieron su trabajo por ausentarse para cuidar a sus hijos e hijas.
En el caso de los organismos defensores de derechos humanos hay un poco más de información aunque no en todas las entidades. En la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) solo hay una queja por despido por embarazo; sin embargo, en la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo hay 29, y en la de Guanajuato y Nuevo León hay 10, respectivamente.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, los costos de conciliar la vida laboral y familiar genera un desaprovechamiento de la fuerza de trabajo femenina y esto conlleva costos sociales y amenazan el rendimiento económico de los países.
En México, la normatividad y las políticas públicas han sido insuficientes. Según el diagnóstico de GIRE, están centradas en modelos de atención a la infancia como guarderías o estancias infantiles, pero están lejos aún de analizar temas sobre cómo hacer más cortas o más flexibles las jornadas laborales.
Si bien existe la Norma Mexicana en Igualdad Laboral y no Discriminación que representa un avance e incluye conceptos como la igualdad salarial, la creación de espacios adecuados para la lactancia, medidas de flexibilización de horarios y licencia de paternidad, se trata de un mecanismo que no es obligatorio.
Mientras tanto, en países como Alemania, un grupo de empresas localizadas en perímetro cercano y apoyadas por el gobierno, abrieron una guardería (Bärcheninsel) que ofreció lugar para 40 niñas y niños de seis meses a seis años.
En Suecia, se crearon en 1995 incentivos financieros para que los varones tomaran sus licencias de paternidad y si no lo hacían perdían un mes de subsidio. Ahora, en promedio, los varones suecos toman cuatro meses por paternidad, lo que fomenta la corresponsabilidad en las tareas de cuidado.
Foto: SEMlac
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Internacional – Economía – Empleo y género – Conciliación. 18 may. 17. AmecoPress.

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