3/26/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada




Lanzan el Pobreproa para clientes de bancos
Error, estrategia de aislamiento: Salinas Pliego
Italia duplica muertes de China...
Ante el riesgo de que los clientes no puedan pagar sus créditos por los problemas que está ocasionando la pandemia de Covid-19, porque resbalen en la pobreza, el sector bancario del país propuso un esquema de apoyos que recibió la autorización de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, cuyo presidente es Juan Pablo Graf.Tiene carácter temporal. En sentido opuesto al Fobaproa, que sirvió de salvavidas a grandes empresarios, el plan tiene como fin apoyar a los clientes de los propios bancos con créditos al consumo, de vivienda y comerciales, cuya fuente de pago se encuentre afectada por la contingencia. Podría decirse, pues, que es un Pobreproa y el gobierno no asumirá los pasivos en que puedan incurrir las instituciones bancarias. Establece que los saldos podrán congelarse sin cargo de intereses, siempre y cuando el crédito se encuentre clasificado como vigente al 28 de febrero de 2020. En particular, dice la comision, este apoyo podrá aplicar a los créditos a la vivienda con garantía hipotecaria; revolventes y no revolventes dirigidos a personas físicas, como automotriz, personales, de nómina, tarjeta de crédito y microcrédito, así como para los préstamos comerciales dirigidos a personas morales o personas físicas con actividad empresarial en sus diferentes modalidades, incluidos los agropecuarios”. En términos generales, el apoyo consistirá en el diferimiento parcial o total de pagos de capital y/o intereses hasta por cuatro meses, con posibilidad de extenderlo dos meses adicionales respecto a la totalidad del monto exigible, incluyendo los accesorios, informó la comisión.
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El enorme costo del aislamiento

Calles vacías, restaurantes sin clientes; vuelos cancelados; supermercados sin compradores y algunos saqueados; empresas cerradas; empleados despedidos; familias aisladas en sus hogares. En eso se convirtió la vida de los mexicanos en unos cuantos días, atrapados por el temor a la pandemia del coronavirus. El problema que tenemos es que la estrategia actual de aislamiento está equivocada, es un grave error, afirma el presidente del Grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego. El aislamiento casi garantiza una situación de violencia en el corto plazo, por eso debemos inmediatamente eliminar esa política de aislamiento general. En una reunión con los directivos de sus empresas, videograbada y difundida ampliamente, expresó que los costos humanos del desempleo, del hambre, de la violencia, son enormemente mayores que los del virus. Salinas Pliego sotiene que la decisión que están tomando todos los gobiernos del mundo, de suspender drásticamente toda la actividad económica, de frenar la marcha normal de un país y mandar a todos los trabajadores a sus casas para evitar contagio, no producirá nada positivo, sino un resultado seguro: crisis y desesperación para millones de personas, y de eso sí tenemos que preocuparnos. En México la inmensa mayoría de la población no vive de un sueldo, no vive de sus ahorros, no vive del gobierno, la inmensa mayoría de la población vive al día, afirma.
Áreas de gobierno también frenan
Exhortación a IP a cumplir
Barbosa: inmunidad de pobres 
Más saqueos a tiendas
La nueva fase de la estrategia federal contra el coronavirus arribó a escenarios más complicados. Para empezar, la administración pública federal suspende actividades a partir de hoy, salvo en áreas estratégicas que requieren continuidad. Por otra parte, se empuja a las empresas privadas a que cumplan en sus circunstancias con las nuevas normas emitidas por la Secretaría de Salud y decretadas por la Presidencia de la República. Y hasta las emblemáticas conferencias matutinas de prensa de Andrés Manuel López Obrador están en periodo de observación para algunas remodelaciones menores en cuanto a las formas de asistencia de periodistas a ellas (por lo pronto, hoy la mañanera será a las ocho de la mañana, pues el Ejecutivo participará en una conferencia virtual del G-20 sobre la pandemia en curso).
La parálisis gubernamental en el ámbito federal podría considerarse en el ánimo popular como la mayor aceptación institucional del grado de riesgo en que se está, luego de la polémica reticencia del jefe del aparato gubernamental a cesar sus giras y entreveramiento con público y seguidores, sin sana distancia alguna y con mal ejemplo constante. Sólo se mantendrán los rubros básicos, relacionados con el suministro de energía, la venta de combustibles, los servicios de limpia, los hospitales y la seguridad pública.
La Iniciativa Privada, en tanto, ha demandado que se precisen las formas y términos en que deben practicarse los lineamientos gubernamentales, en cuanto a enviar a casa a trabajadores en lo que sea posible y de manera obligada respecto a mayores de 65 años de edad y personas con riesgos graves a causa de su vulnerabilidad física.
Luis Miguel Barbosa es gobernador de Puebla gracias a una maniobra de oportunismo político: peleado con el grupo de Los Chuchos, en alianza con el cual había hecho carrera en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), anunció a finales de febrero de 2017 que apoyaría a plenitud a Andrés Manuel López Obrador para presidente de la República en las elecciones del año siguiente (es decir, al probable candidato de otro partido y no al propio). En marzo, encabezó la desbandada de 12 senadores perredistas y en abril anunció su renuncia al partido del sol azteca.
En pago por haber activado desde dentro una de las varias detonaciones que terminaron por desahuciar al citado PRD, y sin ningún signo de crítica sobre el pasado desde el que acababa de saltar al obradorismo, Barbosa fue hecho abanderado de Morena al gobierno de Puebla, en un empecinamiento que pareció ser de Yeidckol Polvensky, aunque ella en realidad siempre cumplió instrucciones superiores. Empecinamiento e instrucciones reiteradas cuando se confirmó a Barbosa como aspirante en segundo turno, luego de la muerte de quien oficialmente había sido declarada ganadora en primer turno electoral, Martha Érika Alonso, muerta en un accidente aéreo, ya siendo gobernadora en funciones, junto con su esposo Rafael Moreno Valle.
Barbosa ha resultado, como gobernador de Puebla, lo que era previsible y bastante más. Ayer, su precariedad política e intelectual dio una muestra que con rapidez ganó espacios mediáticos, al asegurar que la mayoría de los contagiados de coronavirus son gente acomodada, pues si ustedes son ricos, tienen el riesgo (del contagio). Si ustedes son pobres, no. Los pobres estamos inmunes (desde luego, Barbosa no entra ni por equivocación en la categoría de los pobres). Luego, sostuvo con Felipe Calderón una controversia tuitera en la que éste señaló al poblano como alguien diabético y obeso, a lo que Barbosa respondió mencionando que los riesgos de salud también pueden alcanzar a los borrachos. Puras finuras.
Después de la pandemia
Sin médicos no hay país
Después de la pandemia nada será igual, de tal forma que necesaria y urgentemente vendrán cambios de forma y fondo en la desequilibrada comunidad de naciones. Reventó el modelo económico-social con generosas políticas públicas favorables a la minoría y dóciles gobiernos a su servicio, y tras los difíciles tiempos que afronta la humanidad, nada puede permanecer intocado y ninguno puede fingir que aquí no pasó nada.
Para el caso mexicano –uno de los ejemplos de la brutal inequidad existente en el planeta– los efectos económicos y sociales de la pandemia pueden ser de gran impacto para la de por sí desamparada mayoría, mientras –como es usual en todas las crisis, y México parece coleccionarlas– ya se escuchan las crecientes exigencias de la minoría privilegiada en demanda –una vez más– de que el gobierno, sin más, le saque las castañas del fuego, es decir, le reclama a quien históricamente ha calificado de ineficiente, salvo a la hora de los rescates con recursos públicos.
En vía de mientras, el Instituto para el Desarrollo y el Crecimiento Industrial (IDIC) analiza desde su perspectiva –y de ella se toman los siguientes pasajes– la afectación por el Covid-19 en México, no sin antes advertir que puede ser profunda, amplia y significativa, salvo que se tenga en mente lo que mencionó el presidente López Obrador en la Reunión Anual de Industriales de octubre pasado (Primero es México) y se implementen medidas contingentes para enfrentar el mayor desafío de los últimos 11 años.
Ante la pandemia deben enfrentarse nuevos hechos que afectarán a la economía mexicana y que, naturalmente, no se encontraban en la lógica del presupuesto, de tal suerte que es necesario un programa de inversión en infraestructura basado en lo hecho en México, con insumos nacionales, del que empresas locales y trabajadores se beneficiarán, algo similar a lo puesto en marcha en Estados Unidos.
Impulsar la economía mexicana implica atender las necesidades de carreteras, agua potable, drenaje, electricidad, servicios educativos y de salud de las comunidades más pobres del país. Todos los insumos de la infraestructura requerida se pueden fabricar en el país.
También, garantizar el funcionamiento de los sectores estratégicos en materia de empleo, crecimiento económico, salud y alimentación. Tales sectores se determinarán tanto por razones de seguridad nacional como por su aporte al empleo, el crecimiento económico y los encadenamientos productivos.
Es necesario establecer una mesa de concertación de alto nivel para evaluar semanalmente el entorno económico y los riesgos existentes e instrumentar una política industrial nacional para dar congruencia y posicionar a México como nuevo jugador global. El mundo no puede seguir dependiendo de una sola fábrica.
El cierre parcial de la frontera Estados Unidos-México afecta de inmediato a sectores como el turismo, el transporte –aéreo y carretero– y otros servicios. También todos los sectores industriales vinculados. La declaratoria de emergencia en California agrega un elemento particular por ser un estado clave para turismo, remesas, inversión y empleo fronterizo de origen mexicano.
Fase 2: comienza a reinar el silencio
El trabajo, una bomba de mecha corta
Las circunstancias que Sheinbaum debe aprovechar


El gran teatro del mundo

Día dos de la fase 2, periodo de la emergencia sanitaria por el Covid-19. El silencio se ha apoderado de mi barrio, se lo ha ido comiendo a tarascadas, pero sin prisa, como en aquellas noches del 19 de septiembre que se echaban a cuestas la afonía del dolor común mientras la labor de los sobrevivientes formaba ríos de sudor sigiloso que acarreaba los ayes mudos de toda la mañana. Hoy, otra vez llegó el silencio.
A las puertas de los restaurantes, corazón desde donde se bombean las risas, los gritos, la plática, la música, la sangre de este lugar, los meseros están quietos, con la boca cerrada, con los ojos yendo y viniendo en busca del cliente que no ha de llegar y con la inquietud de saber que parece que no hay remedio rápido y el trabajo es una bomba de mecha corta.
Ayer aún algunos desafiantes de la temporada de desgracias, muy pocos, hacían sonar la suela de sus tenis, hecha de plástico –uno de los mejores albergues del virus– sin escuchar siquiera el constante sonido del silencio que cada vez se oye más.
Los perros, las mascotas preferidas en el barrio, se han convertido en los más valientes guerreros contra el silencio, sus ladridos se escuchan, a veces, hasta en largos periodos. Se les oye, pero no se les ve. También son víctimas del encierro, pero ayer todavía protestaban, tal vez mañana también se llenen de silencio.


Editorial
En días recientes se han dado a conocer los primeros datos concretos sobre el impacto económico de las medidas implementadas a fin de contener la propagación del Covid-19, y éstos resultan a todas luces preocupantes. Sólo en los sectores que atiende, la Confederación de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) reporta pérdidas de 200 mil millones de pesos en la semana del 17 al 23 de marzo, y asegura que la sangría diaria para sus agremiados asciende a 28 mil millones de pesos. Por su parte, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por siglas en inglés) alertó que hasta 7 millones de empleos podrían perderse en México, Estados Unidos y Canadá a causa de la pandemia, como ya lo refleja el aumento drástico de solicitudes de ayuda por desempleo registrado en la segunda de estas naciones.

El coronavirus y el nuevo derrumbe económico global
Sepla México considera que la pandemia del coronavirus detonó una nueva crisis económica-financiera global. Esta pone de manifiesto que la crisis registrada en 2008-2009 no fue resuelta a profundidad y que la recuperación mediocre alcanzada durante los pasados 10 años sólo fue posible mediante una irrefrenable especulación financiera que hinchó la fortuna del uno por ciento más rico de la población mundial, pero que ahora se derrumba como un castillo de naipes arrastrando al mundo a una recesión de grandes dimensiones.

El histórico fracaso del capital tituló el doctor Alejandro Nadal a su último artículo, esclarecedor como todos los suyos, publicado en La Jornada el pasado 4 de diciembre, y reproducido el 17 de este mes como homenaje que aquí retomo.

La pandemia del coronavirus representa para México y el mundo quizás uno de los retos globales más grandes para nuestra generación. Ante el reciente anuncio del inicio de la fase 2 de la contingencia sanitaria por el Covid-19 en nuestro país y de las medidas dirigidas a contener su propagación, se hace cada vez más evidente la necesidad de sumar esfuerzos para prever y mitigar los efectos que la pandemia provocará aquí. Ello exigirá indudablemente la toma de decisiones difíciles para los sectores público, privado y de la sociedad civil, que podrían cambiar el rumbo de México y del mundo no sólo en el corto plazo, sino también en el mediano y largo término en prácticamente todos los ámbitos, no sólo el económico y el político.

Me es difícil pensar en una condición que genere mayor zozobra y miedo entre la población mundial que la que hoy vivimos.

San Pedro Garza García fue el primer municipio que estableció el estado de emergencia en el país. También fue el primero en registrar el primer caso del Covid-19 en el estado. Los vecinos de su territorio se encerraron de inmediato. Con todo, es el municipio con mayor número de casos en Nuevo León. Son algunos de los que vacacionaban en varios de los lugares más caros en Estados Unidos (Vail y Aspen, en Colorado). De allá importaron el contagio.
Mantener y, peor aún, acentuar sanciones económicas en medio de la pandemia de Covid-19 como ingrediente letal de la diplomacia de fuerza de Estados Unidos configura un crimen de lesa humanidad. Centrada en crecientes e ilegales sanciones económicas contra naciones arbitraria e ilegalmente designadas en ocasiones diversas como amenazas a la seguridad de Estados Unidos (Cuba, Nicaragua, Siria, Irak, Afganistán) o con jurisdicción sobre los yacimientos de combustibles fósiles que van quedando en la corteza terres-tre (Venezuela e Irán), es un crimen de guerra que merece el mayor rechazo público violatorio de convenciones internacionales varias.
En los hospitales de Nueva York, California y Florida, donde los casos de Covid-19 se han disparado, los trabajadores sanitarios apenas disponen de medios de protección personal, mucho menos existen kits de diagnóstico ni ventiladores suficientes para satisfacer la demanda de atención. Se trata del país cuyo presidente estuvo minimizando durante semanas la amenaza y la letalidad de la enfermedad. El dato es importante, pues no obstante su riqueza y su desarrollo científico y técnico, Estados Unidos ha mercantilizado a tal punto los servicios de atención sanitaria que no dispone ya, hablando con propiedad, de un verdadero sistema de salud pública, como sí tienen, en sus distintas realidades, México, Argentina, Costa Rica, Venezuela, o Cuba. En los dos primeros países, ahora muy repotenciados por gobiernos antineoliberales.

AGENDA JUDICIAL


Por recomendaciones o por Declaratoria de Contingencia Sanitaria hay cierres parciales o totales de empresas: los trabajadores pierden su empleo.
Un sentimiento de irrealidad se apodera, a veces, del espíritu humano cuando se interrumpe el ritmo cotidiano de la vida y se pierden los hábitos de cada día. Sensación extraña que nos vuelve extranjeros a nosotros mismos: el suelo que pisamos a diario parece distinto, las calles que caminábamos ayer se ven diferentes, la ciudad donde vivimos es ahora otra, desconocida. Terminamos, entonces, por preguntarnos a dónde nos dirigíamos antes, qué buscábamos, qué sentido tenían antes las cosas.

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