7/09/2023

Lawfare: el sustituto de los golpes de Estado

 elsoberano.mx

Por: Emmanuel Moya

Estamos viviendo nuevos tiempos políticos, donde la lucha por gobernar a nivel nacional como internacional ha tomado nuevas modalidades. Han quedado atrás los métodos utilizados para arrebatar el poder en diversas partes del mundo, el uso de la fuerza mediante acciones militares con el fin de sobreponerse a gobiernos legítimamente constituidos parece ser cosa del pasado. En particular, Centro- y Sudamérica han padecido el acoso estadounidense y europeo para imponer modelos neoliberales económicos y políticos en aras de extender la ideología de ultraderecha que representa gran parte del corporativismo tecnocrático.

Se dice, además, que los medios de comunicación son el “quinto poder”, aunque para efectos de debilitar a un gobierno escogido democráticamente pareciera que se trata del primer poder, lejos de la fuerza militar o de las revueltas civiles provocadas desde la oposición. El lawfare es lo que está de moda, se trata de una guerra política por la vía jurídica, acompañado también de un golpeteo suave, atacando los detalles en los que falle una administración pública para magnificarlos y escenificarlos a manera de generar un ambiente de incapacidad para gobernar. Este método tiene una base sofista, donde las mentiras disfrazadas de verdades son utilizadas por los medios de información generando incertidumbre entre la ciudadanía, el primer golpe (la mentira), causará mayor impacto que la propia réplica que venga después, posteriormente si la mentira no es tan evidente, se judicializa el asunto, e incluso, puede existir una sentencia en contra de autoridades legitimas que sólo actúan en el marco jurídico correspondiente, sancionándolas incluso con la destitución o juicio político para ir limpiando el camino de su cometido.

Estados Unidos por citar un ejemplo, estaba acostumbrado a invertir enormes cantidades de dinero apoyando a las fuerzas armadas y de seguridad de gobiernos más débiles supuestamente para resolver sus problemas, bajo la condición de que adopten políticas económicas y de seguridad alineadas a lo que establece el Banco Mundial y agencias internacionales de seguridad como la DEA o la CIA, obviamente, esto se daba mediante la pérdida de soberanía al dejar pasar elementos de inteligencia y espionaje al país cooperante, de esa manera un día orquestaban un golpe de estado justificado en nombre de la democracia, la libertad o contra el terrorismo, como lo que sucedió en Chile tras derrocar a Salvador Allende, por citar sólo un ejemplo. A diferencia de esos casos, ahora los golpeadores usan los medios de comunicación para difundir noticias falsas que afectan, ya que una mentira se replica mucho más que la propia aclaración, por lo tanto, el efecto es devastador si se repite diariamente por diversos canales de información.

Otro medio que se utiliza para dar golpes de estado en la forma moderna de lawfare, es por medio del sistema legislativo y judicial contra el propio Ejecutivo, en este método se frenan iniciativas propuestas por el Ejecutivo o por las bancadas del gobierno actual para que los cambios prometidos no se lleven a cabo, con ello, se da la apariencia en los ciudadanos de que todo es parte de lo mismo, es decir, que existe un gatopardismo como decía Tomasi di Lampedusa, que consiste en que todo cambie para que nada cambie. Pero, peor aún, en el caso de México, donde las Cámaras de Diputados y Senadores en su mayoría pertenecen al partido gobernante (Morena), este poder no es un obstáculo para el Gobierno de México, por el contrario, al contar Morena con la mayoría relativa en ambas cámaras, se tiene a un poder aliado por decir lo menos, por lo que los opositores utilizan la última instancia que es el Poder Judicial, la Suprema Corte de Justicia de la Nación como órgano garante de la Constitución, y los juzgados de primera y segunda instancia, así como el Consejo de Judicatura Federal, donde su presidente es el mismo que el de la Suprema Corte, que por desgracia están al servicio de unos cuantos oligarcas que sirven para frenar todo lo que el Ejecutivo proponga, el Legislativo apruebe, pero menos para impartir justicia.

Este fenómeno de lawfare, México lo ha sabido neutralizar y de cierta forma hasta sacar provecho ¿de qué manera? pues con la transparencia, y me refiero no a la transparencia como la que supuestamente brindan los llamados Órganos Autónomos, como el INAI o el INE, sino con la información sin filtros ni tapujos dirigida al pueblo de México cada día. Esta tarea resulta sumamente compleja, sin embargo, solamente si las autoridades que gobiernan y que son atacadas tienen la credibilidad y están libres de investigaciones o acusaciones formales de corrupción, saldrán avante, e incluso fortalecidas, de la batalla, de lo contrario serán presas del sistema mediático judicial.

Finalmente puedo comentarles que, el lawfare es una herramienta golpista que debemos empezar a analizar y a contrarrestar con mecanismos efectivos como el que señalé anteriormente (la transparencia y publicidad), estoy seguro de que debe haber otros más efectivos, dependerá también del contexto del país y del momento en que se presente. Creo que al final, la mejor herramienta contra este mal tan peligroso e intervencionista es la honestidad, un valor en el que por más que se diga lo que se diga, y donde se diga, se tenga sustento en una verdad y en la Ley, sólo de esa manera, sumado al derecho de réplica, se puede desacreditar este fenómeno tan poderoso que lo único que busca es proteger intereses económicos de unos cuantos corruptos. México ha sido víctima fácil de cualquier imputación porque no ha tenido gobernantes que se manejen con rectitud, por eso, poco a poco estamos cambiando a modelos más apegados al Estado de derecho.


@emmanuel_moya_
Licencia en Derecho y Maestro en Políticas Anticorrupción. Constitucionalista y penalista. Especialista en seguridad.

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