9/29/2024

Columnas y opinión del periódico La Jornada domingo 29 de septiembre 2024


La guerra cibernética de Israel que diezmó a Hezbollah y cobró la vida de su líder Hassan Nasrallah
Ochenta y cinco bombas Bunker Buster Bomb tipo GBU-31, con penetración hasta 30 metros bajo tierra, destruyeron seis edificios en el barrio chiíta de Dahye, en el sur de Beirut, y el cuartel general de Hezbollah en el piso 14 subterráneo donde se encontraba Hassan Nasrallah, líder de la guerrilla libanesa chiíta (https://bit.ly/4dpMMVO). Se maneja que la orden del fulminante ataque fue dada por el premier Netanyahu desde una oficina de la ONU (sic) en Nueva York.

Altos mandos militares de Israel afirman que Netanyahu se dirige a un cambio de régimen en Líbano, similar a la invasión de 1982 con el general Ariel Sharon, lo cual tendría impactantes repercusiones en la nueva correlación de fuerzas en el mundo Árabe –si es que Irán mantiene su política de paciencia estratégica de aquí a la crucial elección presidencial en EU en 37 días, y el diezmado Hezbollah, en pleno caos comunicativo/físico/militar, por fin deja atrás su fallida política minimalista de calibración con 150 mil misiles de mediano y largo alcance aún sin ser utilizados– frente al maximalismo de Netanyahu. Amir Bar Shalom exulta que la “eliminación de Nasrallah es un golpe directo a Irán, y resucita la deterrence de Israel (https://bit.ly/3ZLMIN5

No hay que dar por derrotado tan rápidamente a Hezbollah cuya teología chiíta está imbuida de la cultura del martirologio del Califa Alí (https://bit.ly/4eBRNfL), primo hermano y yerno del profeta Mahoma (casado con Fátima), y de sus hijos Hasan (https://bit.ly/4dloxYV) y Husein muerto en Karbala (https://bit.ly/3Y0vrhP). Anthony Samrani, del francófono L'Orient-Le Jour –cercano al católico-maronita Samir Geagea, líder de las Fuerzas Libanesas– comenta que todos los escenarios se encuentran en la mesa cuando la gran incógnita es ¿qué va a hacer Irán?, después de haber inquirido el grado de infiltración de Hezbollah que “subestimó la fuerza y determinación de su adversario (https://bit.ly/4dp5ugo)”.

Han huido de los letales bombardeos de Israel en los barrios chiítas de Beirut-sur más de un millón que se han ido a refugiar a Siria.Pareciera que Netanyahu busca limpiar teológicamente a los chiítas del sur del Líbano y la Bekaa con el fin de apoderarse del río Litani y los pletóricos yacimientos de gas frente a las costas de Tiro. El ex diplomático británico Alastair Crooke formuló la probabilidad de despoblar a los palestinos de Cisjordania para colocarlos en el sur del Líbano.

El analista belga Elijah Magnier (EM) analiza con lujo de detalle “cómo Israel preparó el asesinato de Hassan Nasrallah (https://bit.ly/4dpLlqo)” cuando empleó sus avanzadas tecnologías de guerra de la quinta y sexta generaciones para localizar y eliminar a los líderes de la resistencia en sus hogares o en sus puntos de reunión mediante la acumulación y recolección durante los pasados 18 años de la amplia captura de datos mediante una combinación de inteligencia humana (Humint), señales de inteligencia (Sigint), inteligencia geoespacial (Geoint) y guerra cibernética de punta para exponer las vulnerabilidades de Hezbollah –que está resultando menos resiliente que Hamas en Gaza–. EM expone que Mossad y Aman (directorio militar de inteligencia) operan una compleja red de informantes, vigilancia técnica y sistemas analíticos de datos avanzados que alimentan en tiempo real la toma militar de decisiones.

Destaca GEOINT para detectar búnkeres subterráneos, silos de misiles e instalaciones ocultas, al unísono de la imagenología satelital de alta resolución, mejorada con algoritmos de inteligencia artificial. Sería altamente improbable que Israel no haya gozado de la complicidad de EU –país con el mayor número de satélites en el mundo– mediante el ISR (Intelligence/Surveillance/Reconnaissance: Inteligencia/Vigilancia/Reconocimiento). En el tablero de ajedrez mundial, el hoy probable triunfo de Israel en Gaza y Líbano intenta aminorar la derrota de EU-OTAN en Ucrania frente a Rusia y así retardar el advenimiento de un nuevo orden multipolar policéntrico desdolarizado (https://bit.ly/3zGdZG7).

http://alfredojalife.com, Facebook: AlfredoJalife

Maratón de Berlín cumple 50 años
El evento deportivo estrella de la capital alemana se encuentra de fiesta: el maratón celebra su 50 aniversario y tira la casa por la ventana, con 55 mil participantes de 161 naciones para correr 42.195 metros.

Los corredores suman 80 mil, si se toman en cuenta las categorías paralelas, como el maratón de patines en línea, en silla de ruedas, en triciclo de manos, para escolares y niños.

Esos se hacen un día antes del tercer domingo de septiembre, pero las celebraciones por el 50 aniversario comenzaron hace dos semanas, con más de 50 eventos que incluyen música, maratones literarios o la presentación de prominentes participantes.

Al pie de la puerta de Brandeburgo, el emblemático monumento que identifica esta ciudad, se instala un enorme escenario donde hay diversos espectáculos. Las escuelas berlinesas son convocadas para animar a sus alumnos a participar.

Los pequeños de hasta 2 años corren 200 metros; de 3 a 6, 500 metros; de 7 a 10, mil metros, y los nacidos a partir de 2005 corren 4 mil 219 metros. La de patines en línea se corre desde 1997, pero hasta 2003 se le asignó el día previo a la gran carrera.

Desde 2007 es parte de una liga de los maratones más importantes del mundo, la AWMM (Abbott World Marathon Majors). En esta exclusiva categoría se encuentran, en Estados Unidos, los de Nueva York, Boston y Chicago. En Asia, Tokio, y en Europa, Berlín.

Debido a la alta demanda, desde 2011 se hace una lotería para ser parte de esta prestigiada carrera. El sorteo se inició cuando se llegó al límite de participantes. Actualmente, el Maratón de Berlín se ha caracterizado por tener otras vías de participación, a diferencia de otros encuentros.

Agencias de viajes autorizadas ofrecen paquetes que incluyen el viaje, hospedaje, paseos antes de la carrera y el número autorizado para la participación. Los costos son elevados, pero este método permite un acceso alternativo que otras competencias no ofrecen. Otra vía es por el tiempo obtenido en los diferentes rangos de edad. De los 18 a los 44 años, 2 horas y 45 minutos para hombres y 3 horas para mujeres. De 45 a 59 años, 2:55 para hombres y 3:20 para mujeres. A partir de los 60 años, 3:25 y 4:10, respectivamente.

Sin embargo, el límite para completar la carrera, ya sea con pausas caminando es de 6 horas con 15 minutos. El reto de completarla en su 50 aniversario ha motivado a un numeroso grupo de participantes de todos los rincones del mundo a ser parte de la gesta.

En las instalaciones de un antiguo aeropuerto militar, la Expo Maratón Berlín se acondiciona en un centro de operaciones donde los participantes acuden por su número y una bolsa con material promocional. Numerosas empresas deportivas e incluso gastronómicas instalan sus puestos tres días antes. Los miles de participantes comienzan a concretar aquí su odisea deportiva.

La historia del Maratón de Berlín empezó el 13 de octubre de 1974, con 286 participantes. Tras la caída del muro el 9 de noviembre de 1989, adquirió un significado especial en una ciudad unificada.

Alia Lira Hartmann, corresponsal

De tortillas de maíz
Cuando se sorprende una misma en una categoría de las que son ajenas a la mayoría de las personas que nos han rodeado toda una vida de varios decenios, la sorpresa no es sólo sentir que nos diferenciamos de los compatriotas mexicanos, sino sobre todo, en mi caso, por la repentina nostalgia en mi paladar, olfato y tacto intrabucal del infinito mundo del pan y los pasteles que, como por casualidad, pertenecen al mundo de los trigos, es decir, del gluten que ataca a los orientales y mesoamericanos de vieja cepa, aunque no se nos note…

Los que sufren de esta alergia, saben lo difícil que es prescindir de todos los alimentos que contienen una pizca de gluten, cuya amplia gama de efectos en el propio organismo es dolorosa e incapacitante, mientras la industria de los comestibles aprovecha e inventa (y gana frotándose las manos) mediante el invento de un sinfín de sustitutos del trigo a base de maíz y arroz, para engañar al organismo del consumidor con algo parecido a su placer indispensable en el comer…

Pero, por otra parte, aparece el redescubrimiento de la tortilla de maíz, tostadas, totopos, tamales o elotes cacahuazintles y ordinarios, hervidos o tostados, atoles y otras bebidas o aperitivos como las insustituibles palomitas aptas para todo paladar y en cualquier momento…

Aunque en más de la mitad de la población mundial, el paladar dispone de un universo de féculas indispensables para la vida humana, equivalentes del Triticum aesvestium o del durum, como las variedades del maíz, el arroz y los tubérculos farináceos, el trigo predomina en la alimentación del mundo, pero sin que los genetistas nos aclaren el mecanismo alergénico en la población mundial, sobre todo de origen mesoamericano u oriental, que presenta en su mayoría este problema con el gluten.

Lo que sí comprendemos a cabalidad es que, en el breve paso de cada uno de nosotros con nuestro bagaje genético, se realizan mecanismos heredados de tiempísimo atrás y que deberían servirnos para ajustarnos a la realidad del entorno de nuestro cuerpo para obedecer la sapiencia del intercambio de sustancias que dan vida y viabilidad tanto a los humanos como a sus plantas. Y, en México, o mejor dicho, Mesoamérica, la vida humana y su entorno tienen una lógica de interdependencia milenaria que nos estamos empeñando en destruir desde hace al menos dos siglos.

Sin Maíz no hay país, es una verdad, pero no es el volumen de producción por hectárea de siembra que debe cumplir con la máxima de identidad, sino el respeto por la forma de su producción milenaria para no caer en un productivismo a toda costa que se ha llevado a la tumba importantes proporciones de población, causa de los efectos colaterales de su consumo…

www.cruzadaporlamilpa.mxyuriria.iturriaga@gmail.com

Se cosecha lo que se siembra // Con César Ruiz y Manolo González volvió la rivalidad a la Plaza México // Bravo encierro de Tenopala
Desde que el maleficio taurino cayó sobre la fiesta brava de México –yo no hago toreros, contrato figuras–, los empresarios posteriores siguieron al pie de la letra tamaña estupidez, con lo que la oferta de novilladas no sólo se fue descuidando sino que se desatendió la búsqueda responsable y oportuna, con rigor de resultados y visión de futuro, de nuevos valores que generaran interés por nombres y apodos que hicieran menos incierto el futuro de la tradición tauromáquica del país, luego de 498 años de un desarrollo permanente y ocasionales prohibiciones, con el respaldo decidido de las autoridades, del virreinato al presidente Cárdenas, por ejemplo.

¿A qué atribuir tamaño descuido e imprevisión? A que en décadas recientes los promotores taurinos se engolosinaron con unos cuantos apellidos importados que a sus condiciones y ventajismo añadían márgenes de recuperación para los que arriesgaban su dinero, no para la salud de la fiesta, que desde entonces, lejos de enriquecer la baraja taurina nacional incrementó su dependencia de los ases importados con la ayuda de figuras cuña del país que el sistema permitía para mantener unos mínimos de interés.

La media docena de jóvenes mexicanos que había triunfado en España no fue aprovechada por el taurineo y el monopolio evitó fomentar una competencia franca entre ellos, por lo que cada uno buscó su padrino y sus ventajas, a partir del modelo dejado por los ases importados. En su ignorancia taurina, los metidos a promotores, instalados en un amiguismo infructuoso, han ignorado que la rivalidad y competencia entre toreros de distinto estilo y personalidad pero similar celo es la única fórmula para mantener el interés masivo en la fiesta de los toros, desde Gaona, Gallito y Belmonte hasta Valente Arellano, Mejía y Belmont. Si a ello añadimos la idiotización colectiva de hoy y el cerrado esquema empresa-ganadero-apoderado.

La vocación taurina de México rebasa las limitaciones de su organización. Por eso en la primera novillada de triunfadores en la Plaza México, una impensada pareja de noveles le recordó a la escasa concurrencia –unos 2 mil 500 donde caben 42 mil– que la fiesta de toros es pasión y rivalidad, por lo que todos pudieron experimentar los efectos de la entrega recíproca: a la entrega de los diestros los públicos corresponden entregándose.

César Ruiz, quien debutó en el coso de Insurgentes el 13 de julio, y cortó la oreja a un novillo de Barralva, regresó a ese escenario 70 días después, no al domingo siguiente, como lo indicaba el sentido común y la historia de las corridas de toros, y lo más grave, habiendo toreado en ese lapso ¡un novillo y tres vacas de tienta! A los que se sueñan ortodoxos les molesta la tauromaquia de César: interior, imaginativa, variada, espontánea, lúdica. Con ese rodaje, al hombre lo pusieron de primer espada ante una muy seria novillada del hierro tlaxcalteca de Tenopala, de encaste español Parladé, en la primera de triunfadores, aunque sus alternantes no hubiesen cortado oreja. A su primero, un arrogante toro de nombre Turrón que pronto se vino abajo, le hizo una faena completa de capa, banderillas y muleta con el aire molestando. Pero el sitio se obtiene toreando, no haciendo antesalas. Con un tobillo fracturado al saltar la barrera y tras haber recibido un fuerte palotazo en el abdomen, Ruiz despachó a su segundo de un estoconazo. El ahora exigente juez Enrique Braun negó la oreja pero César Ruiz dio una vuelta devolviendo prendas, como luego la daría, con justicia, el ganadero de Tenopala, Carlos González Chapa. ¿Mostrará el nuevo gobierno un apoyo inteligente a la fiesta? Pronto lo sabremos.

EDITORIAL
Cada día resultan más espeluznantes las similitudes entre la Alemania nazi y el gobierno de Israel. Sus ciudadanos son adoctrinados desde la primera infancia en el odio racial y la deshumanización del pueblo al que han decidido exterminar, mantienen a millones de personas en campos de concentración que de manera recurrente convierten en centros de exterminio, imponen castigos colectivos, disparan deliberadamente contra civiles inermes, ignoran de manera flagrante la soberanía de otros países. Y, al igual que la Alemania nazi en su camino hacia la barbarie, Israel cuenta con la complicidad de Occidente.

Esta semana, el régimen de Benjamin Netanyahu dio un paso más en su campaña de exterminio contra liderazgos de gobiernos y grupos islamitas que apoyan al pueblo palestino en su desesperado intento de sobrevivir al genocidio. En un bombardeo que destruyó seis edificios residenciales y dejó daños en 30 kilómetros a la redonda de Beirut, sus fuerzas armadas asesinaron a Hassan Nasrallah, secretario general del partido-milicia chií libanés Hezbollah. En el mismo ataque murieron otros comandantes de dicho grupo, así como un general de la Guardia Revolucionaria de Irán.

Según él mismo divulgó, Netanyahu ordenó la carnicería justo antes de dirigirse a la Asamblea General de la ONU, donde desnudó su arrogancia y la lógica fascista que guía sus actos. Afirmó que no se detendrá ante nada para consumar sus objetivos de dominación y advirtió al mundo que no hay lugar que los recursos militares israelíes no puedan alcanzar. Ningún líder occidental abandonó la sala mientras Netanyahu se jactaba ante el planeta de que asesina y seguirá asesinando a quien se le dé la gana, como sí lo hacen cuando los dirigentes dignos del sur global ponen ante sus ojos el sufrimiento que infligen sus multinacionales depredadoras y sus aventuras bélicas. A Washington, Bruselas, sus aliados y satélites, no sólo no les espanta el delirio bélico de Israel, sino que lo aplauden, como hizo el presidente Joe Biden al declarar que el asesinato de Nasrallah fue un acto de justicia.

El primer ministro ultraderechista se envalentona día tras día al comprobar que tiene luz verde de los supuestos faros de la democracia y los derechos humanos para masacrar a millares de niños con misiles, balas, buldóceres y la cruel muerte por hambre. Ha dejado de lado cualquier contención verbal. Aseguró que con la eliminación de Nasrallah se saldaron cuentas, una frase para los anales del cinismo: en casi un año desde que inició la destrucción de Gaza, han muerto 52 israelíes a manos de Hezbollah y más de mil 500 libaneses a manos de Tel Aviv. En un solo día, el 23 de septiembre, Israel masacró a diez veces más personas de las que ha perdido en 12 meses, por no mencionar las décadas de bombardeos arbitrarios y crímenes de guerra atroces como su participación en los actos genocidas de Sabra y Shatila. Es necesario recalcar que, si bien ambos bandos están armados, la pavorosa desproporción entre su poder de fuego y el número de bajas hace imposible caracterizar como una guerra lo que es una masacre.

Queda dolorosamente claro que Israel está decidido a llevar la barbarie hasta sus últimas consecuencias, incluida una guerra total con un potencial arrasador de destrucción material y humana. Y parece también indudable que nadie lo detendrá.

El Correo Ilustrado

Insultos de Pérez-Reverte sólo le van a él, aseguran

Lamentamos profundamente los calificativos del escritor español Arturo Pérez-Reverte sobre nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo. No nos queda otra cosa que sostener firmemente que esos denigrantes insultos sólo se aplican a quien los emitió.

Alejandro Heredia Barbero y Miguel Socolovsky

Dedica rimas a Juan O'Donojú por la firma de Tratados de Córdoba

A lo largo de la historia
hubo españoles notables
con valores indudables
como el de grata memoria
que dio a México victoria
Juan O’Donojú fue el hombre
último virrey renombre
firmó en Córdoba tratados
y de España emancipados
quedamos por firma y nombre.

Guadalupe Martínez Galindo

Reconoce avances en sexenio de AMLO

El término de un ciclo siempre nos invita a la reflexión crítica. A partir de las evidencias, el mandato presidencial de Andrés Manuel López Obrador fue extraordinariamente bueno. Cierto, quedan pendientes, pero el avance fue formidable. El ciudadano, hoy más que nunca, está bien informado y convencido de que con su participación se pueden lograr los cambios políticos y socioeconómicos anhelados.

Lo mejor de todo: en nuestro pueblo ha renacido con vigor la esperanza y la alegría de vivir en un país que promete ser, cada día, más justo. Mi reconocimiento y gratitud, señor Presidente.

Isaías Espinosa

Trabajar por cimientos de la transformación es prioridad, afirma

Lo que hoy se diga, mañana será historia; por lo que considero una obligación de quienes forman parte de las corrientes de opinión ser objetivos y realistas en sus análisis.

Actualmente parece ser que se habla de un personaje diferente, ya que para unos todo bien, mientras otros ven un total fracaso.

Creo necesario reconocer una vida dedicada a la lucha social y una necesaria necedad que jugó un papel clave en el triunfo popular de 2018; además, dio fin a los gobiernos prianistas.

Imposible pasar por alto el gran mérito de Andrés Manuel López Obrador, así como sus esfuerzos en beneficiar a los más pobres con los programas implementados en este periodo de gobierno. Por otro lado, debemos tener claro que apenas es el inicio de una transformación a fondo del país. Las estructuras del modelo neoliberal aún están firmes y terminar con ellas no es posible en el corto plazo.

Cabe destacar que los pobres han sido beneficiados como nunca, pero también los multimillonarios. La desigualdad prevalece en forma desproporcionada y continuar el camino significa muchas cosas más como distribuir no sólo el presupuesto, sino los medios de producción, impulsar el sector social de la economía que actualmente tiene una participación del 1.6 por ciento del PIB, mientras la gran tajada se la lleva la iniciativa privada. Con el Presidente quienes desde la izquierda esperaban más, se equivocaron, en contrates, quienes desde la derecha esperaban menos, erraron; hizo lo que estuvo en sus manos y de acuerdo a sus convicciones. Ni héroe ni villano.

Vienen otros tiempos y si queremos seguir avanzando hay que terminar la obra negra antes de empezar el segundo piso.

Benito Mirón Lince

Gracias, Presidente

Concluye tu servicio a la patria, buen AMLO, quiero expresarte con el corazón en la mano un merecido: ¡gracias! Decirte, sin apologías ciegas, sino con líneas ecuánimes, que te respeto profundamente como el líder de un México cada vez más consciente de su capacidad de reinvención y transformación, a través de la organización ciudadana.

Soy una simple maestra mexicana que ha seguido muy de cerca tu trayectoria como político andante, perseverante y resiliente durante el primer cuarto del incierto siglo XXI. Guardo una memoria sensible de los avatares que enfrentaste para llegar a la presidencia, superando los óbices que tus detractores diseminaron en tu camino. ¡Y lo lograste! y sé que has hecho lo mejor posible durante tu gestión: hay notables mejoras; no obstante, en una nación tan compleja como ésta, el cambio se construye con el trabajo de todas y todos, día tras día.

Mientras tanto AMLO, marcha con la frente en alto y de esta humilde ciudadana, llévate su gratitud por ser un educador popular a través de tu palabra constante; por ser el más solidario con nuestros adultos mayores; por tu sencillez y honestidad; por ser feminista en tu sucesión, al impulsar a una mujer, quien además, es tenaz, brillante y confiable: Claudia Sheinbaum; en fin, gracias por no rendirte y por ser tan amigo de tu pueblo.

Adriana Yolanda Domínguez Cornejo

Invitaciones

Despedida desde Bellas Artes

El colectivo Chilangos con AMLO invita a la explanada del Palacio de Bellas Artes a La noche de las luciérnagas, donde se regalará simbólicamente una estrella de despedida para nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador. Asiste con una linterna o con la luz del celular para hacer las siglas AMLO con figuras humanas, ¡que se vea hasta la Luna! La cita es mañana a las 20 horas.

Fernando Corzo, Malinalli López, Juan Carlos Nájera, Verónica Ríos, Erick Garduño e Isaac Osorio.

Plantón por Palestina

Hoy, como todos los domingos, estaremos en plantón en el Ángel de la Independencia de 13 a 15 horas, en protesta por la agresión y el genocidio al heroico pueblo palestino perpetrado por el estado sionista de Israel. Por tal motivo convocamos a todas y todos a solidarizarnos con esta lucha. Te esperamos.

Héctor Cifuentes, Maricarmen Jiménez, Teresa Calzontzin, Silvia Ramos, Francisco Hernández, Ignacio Hernández, Josefina Mena-Abraham, Gilberto García Mora Ibarra.

Comentarán el libro El infinito en un junco

Los invitamos a una sesión más de Se buscan lectores. Para comentar el libro: El infinito en un junco, de Irene Vallejo. Abordaremos los capítulos 1 al 23.

Los esperamos el jueves 3 de octubre de 2024 a las 19 horas (horario de la Ciudad de México). Zoom: https://cutt.ly/Z19pjtM

Código: galatea24

Anfitriona: Karilú López Ramírez. Convocan: UACM, Programa Galatea y Lectores en activo.
 
Opinión del periódico La Jornada domingo 29 de septiembre 2024
https://www.jornada.com.mx/2024/09/29/opinion

El tortuoso camino de toda revolución, si ésta fue motivada por principios sólidos y con objetivos humanitarios, tarde o temprano llega a las metas esperadas. Las distancias y el tiempo tal vez se alargan, pero con el triunfo las fuerzas se recuperan y las convicciones se afianzan, y esa condición permite seguir adelante.

Que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya tomado el poder en 2018 por nuestra decisión, es la muestra más clara de lo que se puede lograr cuando los pueblos se levantan contra la opresión oligárquica y corrupta. Primero serán 10, luego 100, más tarde mil y, por fin, los millones que nos permitirán avanzar y no dar marcha atrás. Aunque siempre corriendo riesgos, valen la pena los intentos que sean necesarios.

Lo primero es hacer acopio de toda la fuerza posible para organizarse, observar y analizar el camino seleccionado –como en un campo minado– para no cometer errores. Lo importante es no sucumbir

Creemos que algo parecido nos sucedió en 2006, luego en 2012, hasta que en 2018 ya contábamos con experiencia de cómo levantarse después de constantes golpes bajos, como lo fueron los fraudes electorales, tanto del PRI como del PAN.

Y así, con organización y voluntad, los ideales fueron tomando forma y sumando fuerzas. Por eso es tan importante el liderazgo. Un método que los ignorantes confunden con caudillismo, mesianismo tropical, espontaneísmo político manipulado, populismo rupestre, chairismo naco, en fin, todo tipo de calificativos que agreden a la inteligencia colectiva e individual de la mayoría que se asume de izquierda. En todo caso, los imbéciles adoctrinados son quienes se imaginan pertenecer a la capa social alta y exclusiva, pero no lo son.

Así surgen los movimientos sociales, los sindicatos, las ligas libertarias, las mejores revoluciones. Y decimos las mejores porque son las que han sembrado valiosas semillas. Sabemos que los resultados no los veremos de la noche a la mañana. Y si alguien así lo espera, no está hablando de una revolución verdadera, está hablando de un movimiento espontáneo.

Creemos que la idea generalizada es que al triunfo de una revolución ya se llegó a la meta y no existen mayores objetivos hacia adelante. Pero la realidad es que los cambios apenas empiezan. Así es como vislumbramos la revolución de las conciencias.

Sin duda la conciencia social es parte del motor del movimiento. Y cuando se ha llegado a primera base surge la necesidad de seguir avanzando y dejar atrás ese pasado malévolo que tantos derechos humanos ha violado y tantas vidas ha cobrado.

Cambiar la realidad de nuestro país fue el primer objetivo de este camino hacia una transformación verdadera y definitiva. Ese fue el deseo altamente apreciado décadas atrás.

Tal vez ni en sueños pensamos caminar entre miles hacia el mismo objetivo. Pero en 2018 no sólo fue entre miles, sino entre más de 30 millones de votantes, quienes caminamos hacia el atrevimiento de desechar nuestros miedos por votos efectivos para el cambio. Se rompieron los retenes neoliberales, este hecho es una verdad que a lo largo de seis años nunca aceptaron los millones que no votaron por la Cuarta Transformación.

En poco tiempo, los éxitos empezaron a llegar. Quienes buscan con microscopio las fallas del periodo obradorista van a encontrar varias de ellas, pero éstas no invalidan las múltiples e importantes obras que se hicieron en sólo seis años. Repetimos… en sólo seis años.

Hacemos hincapié en que uno de los instrumentos más influyentes que delinearon el estilo de gobernar del presidente Andrés Manuel, definitivamente, fueron las conferencias matutinas, o las popularmente conocidas como mañaneras. Durante el sexenio se convirtieron en verdaderas trincheras contra la de­sinformación de los medios que tradicionalmente han distorsionado la realidad, en un intento por seguir dominando el criterio de la sociedad y evitar, a como diera lugar, la formación de una opinión pública objetiva. Aunado a este esfuerzo del gobierno actual, estuvieron las redes sociales para apoyar el cometido de las mañaneras y para introducir entre la población la práctica del análisis de lo que pasa alrededor de la 4T.

No omitimos el derecho de las personas que opinan lo contrario a lo antes dicho. Para los otros millones que votaron en contra del presidente López Obrador, el sexenio que termina ha sido una farsa. Sin embargo, la historia va marcando otro panorama. Estamos de acuerdo con José Antonio Marina Torres, filósofo español que considera que no todas las opiniones son respetables: lo respetable es el derecho a opinar, pero no todas las opiniones merecen nuestro respeto. Coincidimos plenamente con el maestro Marina, pues no es lógico aceptar las toneladas de mentiras que los medios dizque de información han producido, no sólo en este sexenio, sino desde que el periodismo fue secuestrado por las oligarquías de siempre.

En unas horas, prácticamente, se iniciará el sexenio de la doctora Claudia Sheinbaum. No podemos decir adiós, presidente López Obrador, entre revolucionarios no existen las despedidas. A partir del 2 de junio pasado, somos más de 36 millones de gente soñadora que seguiremos buscando la tan necesaria transformación del país.

* Colaboró: Ruxi Mendieta

X: @AntonioGershensantonio.gershenson@gmail.com

En una nota de Arturo Sánchez y Alonso Urrutia del 21 de septiembre pasado ( La Jornada), se informa que el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no es necesaria una reforma fiscal en el futuro si se mantiene la fórmula de combate a la corrupción y una política de austeridad republicana (...); el mandatario sostuvo que es contrario a una reforma fiscal, pues consideró que este término en realidad es un eufemismo del incremento de impuestos.

Sin ser ninguna novedad, las declaraciones dan palmaria cuenta de la invetereda obsesión presidencial por no asumir la importancia decisiva que tiene la cuestión fiscal para el Estado y los mexicanos, en una época en la que garantizar derechos fundamentales a los ciudadanos es compartido por la mayoría, y que toca al Estado y sus gobiernos hacerse cargo del estricto cumplimiento de esas garantías.

Cuestiones básicas para la subsistencia y el bien común en general como la salud, la protección y la seguridad sociales, la educación y la seguridad pública son asuntos de interés nacional y del Estado, y toca a este último la misión primordial de sentar las bases y asegurar su duración.

Contar con ingresos públicos suficientes, duraderos y transparentes, atañe a todos los ciudadanos y desde luego a los gobernantes. No es una dádiva o una prebenda, mucho menos una prerrogativa, en el centro de la cuestión fiscal contemporánea están la reproducción misma de la sociedad y la sustentabilidad de la democracia, adoptada en las últimas décadas como principio fundamental del orden político.

De hecho, es posible decir que la superación racional de los enormes faltantes en el fisco debe formar parte del corazón de cualquier proyecto nacional que se enarbole como convocatoria ciudadana. No hacerlo, como ha ocurrido con la Cuarta Transformación y su gobierno, es una falla mayor de la política democrática y expresión de un mal gobierno cuyo cáncer puede hacer metástasis pronto si, en efecto, la fementida austeridad se apodera de las mentes y las visiones de los gobernantes.

El país ha perdido mucho tiempo, recursos humanos, institucionales, y capacidad de planeación y su traducción en proyectos integrales. Las grandes obras del sur-sureste no revelan una real toma de conciencia de la importancia que tiene el sur, como solía enfatizar nuestro querido Jaime Ros, sino una miopía que puede tornarse ceguera en materias prioritarias para nuestro desarrollo.

Más que embarcarnos en el nefasto debate sobre la austeridad que necesitamos para expiar nuestros excesos, tenemos que insistir en la urgencia, devenida emergencia, de atender nuestro acotado y dañado sistema de salud; enfrentar sus enormes carencias bajo la dirección e inspiración del sector público y del Estado como rector y articulador de lo mejor y más afinado del pensamiento estratégico con que contemos. Gastar más y mejor debería ser exigencia prioritaria de los mexicanos a la hora de abordar los términos de una nueva convocatoria por la unidad y un proyecto nacional digno de tal nombre.

La cuestión fiscal, que a todos nos acosa y al nuevo gobierno arrincona, reclama mucho más que la adopción de hábitos franciscanos o la celebración de recaudaciones históricas; se centra en una adecuada, sensata a la vez que visionaria, distribución de los frutos del crecimiento con la mirada puesta en la confección de las políticas necesarias para surcar la emergencia y encauzar las angustias dentro y fuera del Estado. Lo que tenemos entre manos y amenaza con quemárnoslas de no actuar rápido, es la reinvención de objetivos que unan y articulen voluntades para hacer de la mexicana una economía cada vez más robusta e integrada, con capacidad de crecer y crear los empleos permanentes y bien pagados. Bien dispuesta para generar excedentes destinados a crear un auténtico Estado Social.

Requerimos ejercicios genuinos de programación y no ocurrencias que tratan la cuestión fiscal como algo perenemente posponible, susceptible de ser puesto debajo de la alfombra, sin dar lugar a consideraciones estratégicas de ningún tipo. Los objetivos relegados o mistificados tienen que ser rescatados y puestos de nuevo sobre la mesa del discurso nacional.

Abordar la cuestión fiscal, agravada y soslayada, secuestrada ahora por los peores verbos pro austeridad, no es asunto misterioso y para México se ha vuelto peligrosamente transparente. Tiene que ver con acuerdos y compromisos, con sumar voluntades en ejercicios plurales de planeación, programación, proporcionalidad, equidad y progresividad. Para que el Estado sea el gran receptor y enriquecedor de un acuerdo universal por la equidad, el desarrollo y la búsqueda de la igualdad.

Para mantener viva la memoria de los 43 normalistas desaparecidos, las madres y padres develaron un memorial en la avenida Reforma. En la marcha del 26 recibieron el saludo fraterno de varios colectivos de familiares desaparecidos, miles de estudiantes los acompañaron hasta la plancha del Zócalo. En medio de la pertinaz lluvia, el grito ¡No están solos! fue continuo a lo largo de las avenidas. Apesadumbrados por la ausencia de sus hijos y la indolencia de las autoridades, las madres y padres reavivaron su coraje al observar que desde el Hemiciclo a Juárez el gobierno colocó planchas metálicas, como si su presencia en el centro de la ciudad representara un peligro para la seguridad de los capitalinos.

El distanciamiento del Presidente de la República con las madres y padres se acentuó en las últimas reuniones que sostuvieron en Palacio Nacional. Su postura reiterada de culpar a los abogados, al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes y a la OEA de conspirar contra el Ejército desalentó a los familiares, porque más allá de las denostaciones, nada comentaba de las líneas de investigación ni presentaba avances sobre el paradero de sus hijos. La falta de resultados orilló a los padres a dar por concluidos los encuentros con el Presidente.

Su lucha tenaz y duradera contrastó con el maltrato que recibieron en la Ciudad de México. Los funcionarios de la Subsecretaría de Derechos Humanos llevaron en cajas de cartón el segundo reporte del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre los jóvenes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa. Llegaron a las oficinas del Centro Miguel Agustín Pro para entregar un ejemplar a cada familiar. Las madres y padres pidieron más respeto: no estaban ahí para recibir correspondencia. Aclararon que sus domicilios se ubican en otros estados donde pueden recibir todo tipo de notificaciones. Sin tomar en cuenta sus consideraciones, el informe del Presidente se difundió a escala nacional.

La animadversión se materializó con el amurallamiento del Centro y la colocación de barreras de concreto para restringir el acceso al Zócalo. El trato de personas no gratas reavivó el coraje y la indignación de los contingentes que marcharon. Nadie contuvo a la juventud solidaria que demostró su cariño y adhesión al movimiento que han enarbolado las madres y padres de los 43. En su mensaje final calificaron de provocación el filtro que instalaron las autoridades. Recordaron que nadie les había puesto barreras por manifestarse pacíficamente. Sentenciaron que van a brincar lo que tengan que brincar para llegar a la verdad. Nadie detendrá su marcha y gobierne quien gobierne, su lucha seguirá.

No sólo son las murallas metálicas las que tienen que remover; la tarea más difícil en esta larga batalla será agrietar los muros de la impunidad que protegen al Ejército. No será la fuerza, sino la razón, la que develará sus tropelías que guardan como un tesoro en los 800 folios. Las madres y padres ahora son catalogados como adversarios por denunciar que el Presidente traicionó su confianza y que les dio la espalda para proteger al Ejército. El motor que los mueve es encontrar a sus hijos. La fuerza de su amor está por encima de filiaciones político-partidistas.

Llegaron a la ciudad para cimbrar la conciencia nacional y recordar que hace 10 años se cometió un crimen de Estado. Su valiente testimonio nos muestra la herida que se desangra por sus 43 hijos y por miles de personas desaparecidas. Hay una gran deuda con las víctimas que están invisibilizadas y relegadas de la agenda pública. Su presencia fugaz quedó grabada en miles de jóvenes que, en medio de las llamas de las murallas metálicas en Palacio Nacional, leyeron que los 43 viven en nuestra rebeldía.

A las nueve de la noche, la caravana de autobuses tomaba la calzada de Tlalpan rumbo a la Normal de Ayotzinapa. En la madrugada, las madres y padres de Tixtla enfrentaban la amenaza de que el agua de las barrancas se desbordara y entrara a sus casas. El temor fue mayor al saber que el agua de la laguna había llegado al santuario de la Natividad. Las familias afectadas desalojaban sus viviendas en busca de refugio. La incertidumbre y el miedo fueron mayores por las incesantes lluvias.

En los municipios de la Costa Chica, la situación es muy grave porque el huracán John entró con toda su furia en Marquelia y Copala. La mayoría de viviendas están dañadas y la carretera a Oaxaca, que recién inauguró el presidente López Obrador, tiene muchos derrumbes y árboles caídos. En la región de Ayutla de los Libres y Tecoanapa, donde viven varias madres y padres, las comunidades están aisladas y sin recibir auxilio.

En La Montaña, los 19 municipios están incomunicados. La comunidad de Monte Alegre, municipio de Malinaltepec, donde reside una familia de los 43, hay muchas viviendas dañadas. La carretera de Tlapa a Marquelia requiere atención urgente por el desgajamiento de los cerros. La Costa Chica, la Montaña y la zona Centro conforman las tres regiones más afectadas por el huracán John. Más de 35 madres y padres residen en esos lugares en condiciones sumamente precarias. La mayoría de sus comunidades están incomunicadas. Los ríos, lagunas y barrancas están causando destrozos en sus casas y cultivos.

Les aflige no saber de sus familiares por la caída de Internet y por la angustia de no llegar a sus hogares. Los pocos reportes que se tienen es que hay daños en los techos de sus viviendas. La lluvia ha reblandecido las paredes de las que están construidas con adobe. En esta temporada ya no podrán comer elotes tiernos, porque el viento destruyó sus milpas. Sus huertas de café también se perdieron. Los pocos animales de corral que tienen fueron arrastrados por las barrancas, y el viento tiró una pequeña tiendita. La ausencia de sus hijos azota más fuertemente en sus vidas por las murallas del poder y la furia del huracán.

Hace poco, al hablar en la apertura de la nueva sesión de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, cumpliendo el ritual existente desde su instauración en 1948 y que asegura ese rol a Brasil, el presidente Lula da Silva ha sido enfático al cobrar de todos los países del mundo un esfuerzo sin límites para controlar la devastación del medio ambiente.

Tal compromiso es exactamente el mismo que él se ofreció a cumplir cuando asumió la primera de sus tres presidencias, en 2003. La segunda vino en seguida, y duró hasta 2013. En 2023 inauguró la tercera, que sigue a pleno vapor.

Es verdad que en sus dos primeros mandatos se avanzó de manera concreta. Insuficiente, por supuesto, pero concreta. En la primera presidencia de la sucesora, Dilma Rousseff, ese avance perdió fuerza. En el segundo, perdió más. Luego vino el golpe llevado a cabo por el Congreso, que la tumbó y puso en el sillón presidencial a un mequetrefe llamado Michel Temer, y todo se paralizó.

Fue entonces cuando entró en el tablado –y en el despacho presidencial– un desequilibrado y corrupto llamado Jair Bolsonaro, y el escenario cambió de manera radical. Bolsonaro no sólo permitió, sino que también incentivó, y muchas veces financió con millonarios recursos públicos, a los devastadores del medio ambiente que integran el llamado agronegocio, y que en buena parte tienen como verdadero negocio destrozar todo lo que encuentran en su camino con tal de llenar sus billeteras hasta reventarlas.

Mucho se equivocan los que dicen que lo que se ve cuando se mira a Brasil es pura devastación. Ese tiempo ya pasó. De acuerdo con lo que indican –y comprueban– científicos de aquí y de otras latitudes, hoy día lo que se ve cuando se mira a Brasil son nubes, pesados nubarrones que cubren casi 85 por ciento del territorio de ese país, que tiene dimensiones continentales. Nubarrones que son pura contaminación.

Si en agosto y septiembre hubo largos periodos en que los nubarrones tapaban 60 por ciento del espacio brasileño, en los últimos días se llegó a 80 por ciento. El calor intenso –e insólito– vivido en el pasado invierno contribuyó para extender las nubes que cubrieron y cubren el cielo.

En una semana más, el domingo que viene, habrá elecciones locales en los casi 6 mil municipios brasileños. Y mientras los partidos políticos y sus candidatos tratan de encontrar un medio eficaz para sacar a buena parte del electorado que se encuentra indiferente a la fecha, la Justicia Electoral trata de encontrar métodos eficaces para enviar urnas electrónicas y fiscales a municipios –algunos regionalmente importantes– que se encuentran al borde del aislamiento gracias a la sequía.

Sí, sí, es verdad que Lula da Silva tiene buenos –y son varios– datos positivos para celebrar cuando el segundo año de su tercer mandato se acerca al final. El desempleo, por ejemplo, bajó a 6.6 por ciento, nueva marca histórica. La renta de los empleados, mientras tanto, creció. Solamente en agosto fueron registrados poco más de 230 mil nuevos puestos de trabajo formal, es decir, al amparo de toda la legislación.

Pero hay otros datos alarmantes o, cuando menos, indignantes. Por ejemplo: pese a ser uno de los países con las mayores poblaciones carcelarias del mundo –pierde para Estados Unidos y China, y nada más– hay solamente 374 presos por crímenes ambientales, como las quemadas. Conozco dos cafés en Ipanema que, sumadas sus mesas, en las noches de sábado abrigan a más gente.

Así de desigual y absurda es la Justicia frente a la destrucción de lo que queda de mi pobre país. Hay que ver hasta cuándo queda algo…

La apreciadísima doctora Edith Klimovsky Barón, profesora distinguida de la UAM Azcapotzalco, presentó en el reciente congreso de Economía Matemática de Tlaxcala una ponencia en la que plantea –Edith dixit– los ejes que determinan y muestran la relación entre salarios y beneficios. Relación fundamental desde los Clásicos, evidente en Marx y, sin duda –a pesar de todo– en los Neoclásicos.

Estudiosa perpetua de David Ricardo –en realidad de la renta del suelo desde su tesis de Doctorado de Estado, en abril de 1981, bajo la dirección de Carlo Benetti– no deja de ir y venir en esta reflexión tan relevante.

A este propósito le comento a la rigurosa sinodal de mi examen de grado, que la economía estadunidense es laboratorio ideal para estudiar esta relación. ¿Qué indicadores tomar para ello? Pienso inicialmente en el salario mínimo de nuestros vecinos y de ahí partir, pues esta remuneración mínima es –a decir de los especialistas estadunidenses– la que debe garantizar un salario justo para los trabajadores peor pagados.

Sí, leyó usted bien. El mínimo estadunidense es –oficialmente debe ser– el de los trabajadores peor pagados en el vecino país, ¡pero no, no es así!, hay trabajadores que reciben menos del mínimo. En principio, oficialmente el mínimo no deja de ser la base normativa de toda remuneración. ¡Prohibido pagar por debajo del mínimo por hora! Poco más de la mitad de los trabajadores estadunidenses son remunerados con salario horario que toma como base el mínimo instaurado desde 1938 por el presidente Roosvelt.

Pues bien, a decir de los investigadores del prestigioso Economic Policy Institute (EPI) el salario mínimo no sólo afecta a los trabajadores peor pagados, también a toda la economía. Además que hay sectores más beneficiados por el nivel y la evolución del salario mínimo.

Justo ahí, el FIRE ( Financial, Insurance, Real Estate, es decir, financieros, aseguradoras e inmobiliarias), que allá y aquí y en todos lados está plagado de especuladores, rentistas y parásitos del trabajo productivo, componente dramático del sector improductivo de toda sociedad. Por cierto, en este contexto, la corrupción es mínima –muy relevante, pero mínima– respecto al volumen de excedente que se transfiere de manera ordinaria a los trabajadores improductivos, grupo social en el que está ese sector parasitario. Un sector cuya caracterización de neoliberal es radicalmente insuficiente para indicar con precisión el terrible daño que hacen a la sociedad. Sí, estamento social que impulsa la desigualdad y no la abate.

Impulsa la catástrofe climática y no la abate. Asimismo, la injusticia que tampoco abate y, mucho menos combate. Por eso continuamente digo a mi admirada Edith Klimovsky: necesitamos estudiar a fondo la evolución a largo plazo de esa relación terrible salarios-beneficios –lo decía Ricardo y lo demostró Marx– cuyo futuro determinará el mayor o menor bienestar de la sociedad, la mayor o menor limpieza climática, la mayor o menor desigualdad, y no sólo de ingreso, también educativa, de género, racial y política. ¡Lamentablemente! De veras.

Al caminar por la avenida 5 de Mayo, la más amplia y joven del Centro Histórico, recordamos que su origen es un callejón que era parte de las casas de Hernán Cortés y cuyo objetivo fue instalar locales comerciales para obtener rentas. En esos asuntos comerciales el capitán español era muy avezado.

Se le conoció como Callejón del Arquillo, por un pequeño arco que adornaba el acceso. Al paso del tiempo se le llamó, de la Jarciera, por los negocios de ese ramo que lo ocuparon.

Al paso de los siglos se fue extendiendo, particularmente por la aplicación de las Leyes de Reforma, que destruyeron partes de conventos que estaban en el paso.

A mediados del siglo XIX, a la altura de lo que hoy es Bolívar, se levantaba el Teatro Nacional, hermosa construcción obra del arquitecto Lorenzo de la Hidalga. Se demolió cuando Porfirio Díaz ordenó extender y ampliar la anchura de la vía para construir la avenida 5 de Mayo, que iba a desembocar en un nuevo gran teatro –Bellas Artes– que era parte de las grandes obras que se construyeron para conmemorar el Centenario de la Independencia

La flamante avenida atrajó inversiones y negocios, entre otros, el de una familia de dulceros que se habían establecido en 1874 en un pequeño local en la que era la calle de Plateros, hoy Madero, justo a un costado del famoso Café de la Concordia.

Los dueños aprovecharon para adquirir un predio y mandar construir un establecimiento de lujo que tuviera el carácter parisino que estaba de moda. Así nació el bello local que alberga la Dulcería Celaya, que todavía podemos admirar con su decoración original, que incluye cristales biselados, grandes espejos con marcos dorados, maderas finamente labradas, el piso de mosaicos decorados y la garigoleada yesería.

A este festín ornamental se añade el gastronómico: una extensa variedad de dulces y golosinas de diferentes lugares del país. Alguna vez escribimos que aquí conviven los de raíces prehispánicas con base en tuna, pulque y miel, con los que surgieron del mestizaje.

Con gusto y conocimiento se unieron ingredientes locales con los que vinieron de Europa, Asia y uno que otro del continente africano. Factor decisivo fue el cultivo de la caña que dio el azúcar, apreciada en el Viejo Mundo y rápidamente adoptada en el nuevo. Las especialidades que fueron naciendo en las cocinas mestizas eran con frecuencia acompañamiento de las fiestas importantes, tornándose en sí mismas una tradición.

Antiguamente traían dulces de diferentes regiones del país que no siempre llegaban frescos. Para garantizar la calidad permanente, desde hace varios años tienen un taller donde se preparan 90 por ciento de las recetas originales.

Esto nos permite degustar golosinas de todo el país, recién elaboradas, entre las que podemos mencionar: picones, duquesas de clara de huevo, camotes, trabucos, palanquetas, pepitorias, bocado real, glorias, trompadas, novias, charamuscas, tortitas de Santa Clara, figuritas de almendra, rosquitas y jamoncillos.

Las frutas son otra fuente inagotable de dulzura, tanto que se dice que hicieron a la célebre marquesa Calderón de la Barca llamarlas postres que cuelgan de los árboles. De esto no hay la menor duda, basta recordar el mamey, mango, zapote, guayaba, tuna, que se disfrutan frescas o cocinadas en alguna de las múltiples formas que ha desarrollado la creatividad popular: en conserva, cristalizadas, ate, jalea o mermelada, varias de ellas especialidad de alguna parte como San Luis Potosí o Querétaro, con sus exquisitas frutas delicadamente cubiertas de fino azúcar convertida en cristales.

Parte importante de la sobrevivencia de la infinidad de recetas es su estrecha relación con el ritual y la tradición. Un ejemplo de ello lo vamos a tener en unas semanas en que vamos a festejar los Días de Muertos. ¿Cómo concebir esas fechas sin las calaveras de dulce, el sabroso pan y la calabaza en tacha?

Un magnífico lugar para saborear muchas de esas dulces ricuras es el Café de Tacuba, en el número 28 de esa calle, que es un fiel custodio de las tradiciones.

Buñuelos con miel; bizcocho fino de huevo; panqué de pasas o nuez; tamal de dulce, pastel con chocolate, postres mexicanos de la casa; flan, huevo real, y en temporada: tejocotes en almíbar, calabaza en tacha y pan de muerto. El acompañamiento: chocolate, atole, champurrado o un café lechero en un vaso alto y servido a su gusto exacto.

Paula Haro, mi hija, se hizo muy amiga de El Diablo, quien venía a buscarla a Chimalistac después de limpiar varios parabrisas en Insurgentes y Miguel Ángel de Quevedo. Flaquito, huesudo, sonriente, su pelo negro cual cortina sobre los ojos, El Diablo llegaba a desayunar, a comer o a merendar. No rechazaba el ofrecimiento de un regaderazo de agua caliente. Después de casi 20 minutos bajo el agua, aparecía con la misma ropa y su sonrisa resplandecía.

Para variar, andaba yo de preguntona y nuestro ritual duró algunos meses. Mi hija se mudó a Yucatán, y para mi tristeza El Diablo desapareció, pero hace unos felices días volvió a tocar a la puerta y pudimos dialogar:

–Mi nombre es Miguel Ángel Salazar González, tengo 34 años. Y usted, señito, ¿cuántos?

–Ay, voy a entrar a los 93.

–¿Tantos? ¡Si yo la veo caminar!

–Oye, Diablo, ¿desde niño te pusiste a trabajar?

–Como alrededor de los siete.

–Cuando conociste a Paula, ¿qué vendías en la calle?

–Lo mismo que hoy, dulces, chicles, paletas.

–¿Tenías a tu mamá y a tu papá?

–A mi mamá.

–¿Cuántos hermanos eran?

–Éramos ocho. Mi hermano Beto se desapareció. Los otros son Fernando, que es el mayor de los hombres y es albañil; sigue Tomás, que vende dulces como yo; sigue mi hermana Lourdes, que vende tacos de canasta en la avenida de la Paz; ella nada más trabaja ahí, el puesto no es suyo, pero ha llegado a ir a vender dulces en San Jerónimo.

–¿Ustedes son de San Jerónimo?

–No. Nuestra casa fue el parque que está frente a la Alianza Francesa, el San Luis Potosí.

–¿Ahí duermen?

–Sí, en francés.

–¿Quién te puso a vender?

–Mi hermana Ángeles, la mayor.

–¿Te pidió que ayudaras?

–No, a mí me sonaba más en aquel entonces como explotación, porque me quitaba mi dinero. Mi hermana Ángeles ya falleció; ella se quedaba con el dinero, se lo gastaba en sus cosas, se lo daba a su esposo.

–¿A qué horas se casó Ángeles?

–Se casó a los 12 o 13. Cuando yo tenía siete, ocho años, mi mamá falleció en Miguel Ángel de Quevedo, exactamente donde está la vinatería, la atropelló un micro de los que corren por Taxqueña, los de la ruta 1.

–¿Ustedes la vieron?

–No, estábamos en un lugar que acabábamos de rentar; por Zapotitlán, por Tláhuac, en la colonia del Mar.

–¿A tu papá nunca lo viste?

–Sí lo vi, pero no de chico, sino cuando ya estaba grande.

–¿Te ayudó?

–Pues no. Me quería abrazar, me quería decir: Mi niño, pero pues yo ya era una persona no adulta, pero sí ya más grande, ya no lo necesitaba.

–¿Cómo te llamas de a de veras?

–Miguel Ángel Salazar González.

–¿Por qué te dicen El Diablo?

–Porque siempre fui muy tremendo de chavo.

–No es cierto, fuiste bueno, aquí venías a la casa y eras bueno, comías bonito, reías bonito, platicabas bonito.

–¡Ay, sí, pero aquí! Al no tener a mi mamá y andar en las calles viviendo, pues agarré el vicio del chemo con los mismos chavos de la calle.

–¿Qué es chemo?

–El amarillo, el resistol.

–¿Nunca te lo has quitado?

–Sí, porque tuve tres sobredosis. Un chavo de allá por donde vivía me llevó en su carro, él tenía como 25 o 26 años, él me llevó al hospital porque yo ya no tenía mucho pulso; si en 10 o 15 minutos no hubiera llegado, ahorita no estuviera aquí. Me metieron a Urgencias, me metieron sueros. Estuve como tres días. Luego entró una trabajadora social y me dijo que si no valoraba mi vida, que si no me quería yo, que quiénes eran mis papás; le dije que ya no tenía mamá y mucho menos papá, nada más a mis hermanos.

–¿Nunca te quisiste acercar a alguna institución del gobierno?

–No.

–Pero, ¿sabes leer?

–Tampoco, y quisiera aprender.

–¿Por qué no le dijiste a Paula?

–Porque pues el tiempo cambió, todo cambió.

–Pero tú venías aquí risa y risa.

–Pero Paula se casó y yo dejé de venir mucho tiempo, porque yo andaba en lo de las drogas, me quedaba todo el tiempo en la calle, día, noche, tarde, ahí amanecía.

–¿Cómo te saliste de las drogas?

–Pidiéndole mucho a Dios.

–¡Ay, si tú, Diablo! ¿Cómo era un día de tu vida?

–Difícil. Sin drogas era difícil.

–¿Con drogas te sentías feliz?

–Sí, porque olvidaba mi dolor.

–¿Cuál dolor tenías?

–Pues el de haber perdido a mi mamá tan chiquito. Siendo un niño de ocho años, me quedé sin mamá, sufrí golpes, maltratos.

–¿Quién te golpeaba?

-Ángeles, que me ponía a trabajar. Estar drogado era mi forma de olvidar lo que sentía por dentro.

–Y ahora, ¿qué haces?

–Ahora pues le doy gracias a Dios porque le pedí que me ayudara, que me tomara de su mano, y hoy traigo un mototaxi al que sube gente, pero a Chimalistac no entro por las piedras y la gente muy rechazante.

–¿Qué zona es buena para tu mototaxi?

–Tláhuac. ¿Conoce el panteón de San Lorenzo? Todo eso, de ahí para allá, hacia Zapotitlán, La Concha, en dirección a Chalco. ¿Conoce la estación Nopalera? (Su sonrisa de teclas blancas abarca todo su rostro.)

–No. ¡Oye, Diablo, tienes retebuenos dientes!

–Ni tanto.

–Y tienes bonita sonrisa. ¿Nunca quisiste acercarte al DIF?

–Nos quedamos mejor aquí en Viveros. Éramos ocho hijos: Fernando, Tomás, yo, Miguel Ángel, Teresa, Beto y otros dos…

–¿Tú tienes hijos?

–Sí.

–¿Cuántos tienes?

–Tres: dos hombres y una mujer.

–¿Cómo le haces para cuidarlos?

–Pues a veces se me complica porque pago renta del mototaxi, no es mío, sólo lo trabajo… Hay veces que me gano 500, 600, pero tengo que quitarle lo de la gas y lo de mi cuenta. ¡Un señor que tiene varios me renta el mototaxi a mis 34 años!

¡Ni por equivocación El Diablo tiene esa edad! Flaco, huesudo, su sonrisa de dientes blancos es preciosa, sus ojos brillan, a pesar de que alega con voz ronca que no la tiene fácil.

–¿Qué le ponías a la mona?

–Vas a la tlapalería y nada más dices que te den una lata de activo.

–¿Los dependientes no te dijeron que estabas muy chavito?

–No, eso no importa, y si sí, les pides de favor a otros más grandes que vayan y compren.

–¿Por qué decidiste que ya no?

–Porque quise dar un cambio a mi vida.

–Pero en la noche, ¿dónde dormías?

–En La Bombilla no pasa la policía, pero también en la terminal de Taxqueña; no te corren. También al padre Chinchachoma, no sé si se acuerde ahora que está usted viejita…

–Sí, sí me acuerdo, él invitaba a todos desayunar al Vips. Él se sentaba en una caballeriza a platicar conmigo y cinco o seis desayunaban en otra. Entre risas y algunas patadas debajo de la mesa, él pagaba el desayuno.

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