no somos colonia ni protectorado...
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Ricardo, tal vez por evocación involuntaria del notable periodista Ricardo Rocha Reynaga, fallecido en junio de 2023).
Con sus palabras, el directivo senatorial propició en el queretano Teatro de la República, ante la presidenta Claudia Sheinbaum y parte de la nueva clase política 4T, un reconocimiento y aplausos a Rocha Moya que no se condolieron de la sostenida crisis sinaloense que ha generado protesta social por la violencia y la impunidad.
Tampoco hubo medición prudente del momento difícil que se vive en
relación con Estados Unidos por la acusación hasta ahora sostenida de alianza intolerable
de cárteles con el gobierno federal y, de manera extendida, con
gobiernos estatales, entre los cuales el de Sinaloa está en la mira
formal declarativa de Washington y en la cuasibélica de vuelos espías y
buques de guerra en las inmediaciones de tal estado emblemático.
El cíclico ritual constitucionalista contó esta vez con la exclusión de la ministra presidenta de la Corte, Norma Piña, acusada desde Palacio Nacional de ser irrespetuosa con los otros dos poderes y con la propia Carta Magna, pero contó con la presencia, subrayada con mención explícita, de las tres ministras del máximo tribunal de la nación que son entendidas como afines al proyecto de la Cuarta Transformación (Batres, Ortiz y Esquivel) y que, a la vez, son candidatas a continuar en la Corte a partir de la elección de personas juzgadoras que partidos y comentaristas opuestos a la hegemonía morenista aseguran está cargada a favor de figuras predeterminadas, varias de ellas, acusan, relacionadas con Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, que terminaría siendo el verdadero poder tras el trono judicial federal.
Interrumpida en varias ocasiones por aplausos de los presentes, entre quienes hubo un expreso reconocimiento a su liderazgo, la presidenta Sheinbaum reiteró las líneas retóricas sostenidas ante los embates del magnate desquiciado (es decir, según una de sus acepciones: trastornado, descompuesto o exasperante).
México, insistió, es una nación libre, soberana e
independiente y no es colonia ni protectorado. Pero añadió
consideraciones que, aun cuando pueden quedar sólo para consumo
nacional, dan cuenta de tensiones en el proceso de negociación con el
poder vecino desatado: podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello
, jamás permitiremos que violen nuestra soberanía
, sometimiento, no; nada de injerencismo ni intervencionismo, tampoco de racismo ni de clasismo
, en estos tiempos que nos ponen a prueba como nación y como pueblo
, y una arenga final: ¡Que vivan nuestros hermanos migrantes!
En el mismo acto queretano, la presidenta Sheinbaum confirmó su propuesta de reformas legislativas que prohíban formas de relección y de nepotismo aunque, según había anticipado el líder morenista en San Lázaro, Ricardo Monreal, entrarían en vigor hasta 2030, es decir, en el último año de la administración federal en curso (https://goo.su/pU7lb).
Astillas
Es demagógico blandir el recurso del proceso de
revocación de mandato en el caso Sinaloa-Rocha Moya, pues la
modificación constitucional estatal se aprobó en enero de 2024 y no
puede tener aplicación retroactiva; además, el 31 de enero del año en
curso feneció el plazo para solicitarlo: el inicio del proceso de
revocación de mandato podrá solicitarse, por una sola ocasión, durante
los tres meses posteriores a la conclusión del tercer año del periodo
constitucional de quien ostente la titularidad del Poder Ejecutivo
estatal por votación popular
(https://goo.su/AMxcy); Rocha Moya cumplió tres años en el poder el 1º de noviembre pasado. ¡Hasta mañana!
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Su más reciente barbaridad, que no la última, tiene a Palestina en la
mira y al Estado de Israel como beneficiario, con el genocida Netanyahu
a la cabeza y frotándose sus manos expansionistas. Para Trump, la solución
a este conflicto histórico es sencillo, según proclama: nos
adueñaremos de la franja de Gaza (en donde Israel asesinó a 47 mil
palestinos e hirió a más de 100 mil) y seremos responsables de
desmantelar todas las peligrosas bombas sin detonar (lanzadas por la
aviación sionista) y otras armas (la mayoría de procedencia
estadunidense) que hay en el lugar, nivelaremos el terreno y vamos a
deshacernos de los edificios destruidos (por el ejército israelí, con el
aval de Estados Unidos), a crear desarrollo económico que proporcione
una cantidad ilimitada de empleos y viviendas para la gente de la zona
(¿cuál?, porque pretende expulsar a los palestinos). Jordania y Egipto
deben acoger a los palestinos que habitan en Gaza; nos adueñaremos del
enclave costero y no creo que la gente deba volver a Gaza; Estados
Unidos se hará cargo de la franja
( La Jornada).
En términos llanos, el propósito real del magnate es que el citado
genocida anexione Gaza y sean otros quienes paguen por la destrucción y
el asesinato por él causados. Aberrante, ignominioso e irracional,
porque lo que Trump pretende hacer por sus imperiales pelotas es una
suerte de Anschluss hitleriano, pero ahora en Medio Oriente, a
favor de Israel y expulsando a los palestinos de su territorio
histórico, y como al primero nadie lo detuvo (con las consabidas
consecuencias), el magnate está cierto de que a él no lo tocarán. Y es
tan grande su ego que sin recato alguno ha declarado que todas las
personas con las que he hablado (por todas se refiere a Netanyahu) les
encanta la idea de que Estados Unidos posea ese terreno y lo desarrolle;
será magnífico; los palestinos están ahí porque no tienen alternativa.
¿Qué es lo que tienen? Ahora mismo es un montón de escombros. ¿Por qué
querrían volver? El lugar ha sido un infierno
(financiado e impulsado por la Casa Blanca).
Ni siquiera busca mejorar las condiciones de vida de los permanentemente agredidos habitantes originales de ese terreno
(como inmobiliariamente lo concibe Trump), sino que su gran idea
es hacer la Costa Azul de Medio Oriente
(sin palestinos, obviamente) y de paso que sea propiedad del genocida Estado de Israel.
No hay mucho que esperar de ellas, pero dependerá de la comunidad de naciones y de los organismos internacionales detener las barbaridades de Trump y Netanyahu (entre delincuentes se entienden de maravilla); de otra suerte, en la puerta estaría un conflicto de alcance mundial.
Hasta ahora, sólo declaraciones condenatorias: Brasil (en voz de Lula: lo
sucedido en Gaza es un genocidio; no sé si Estados Unidos, que forma
parte de todo esto y lo incentivó, sería el país adecuado para cuidar de
Gaza
); Cuba (la única alternativa es reconocer un Estado palestino independiente dentro de fronteras anteriores a 1967
); Colombia (Gustavo Petro: con ese plan, los estadunidenses van a prender la peor guerra; se creen el pueblo de Dios
); México (Claudia Sheinbaum: tenemos
una posición desde hace años: reconocimiento del Estado Palestino y, al
mismo tiempo, del Estado de Israel, y construir una salida pacífica
) y Chile (oposición a cualquier desplazamiento forzado
).
Obviamente, se ha manifestado la Autoridad Palestina (no hay poder en la tierra que nos expulse de nuestra patria
),
Arabia Saudita, Egipto, Turquía, y otras naciones árabes, más China,
Rusia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, España, Australia y el florero,
la ONU (cualquier traslado forzoso o deportación de un territorio
ocupado está estrictamente prohibido; la autodeterminación es un
principio fundamental del derecho internacional y debe ser protegido por
todos los Estados
) (con información de La Jornada).
Bien, pero hay que actuar, no sólo declarar. Tras décadas de impunidad y silencio, ¡basta!
Las rebanadas del pastel
¿Quiénes son los morenistas
que en el Legislativo intentan revivir la cobranza delegada
. Sus iniciales son R (icardo) M (onreal) yP (edro) H (eces).
prohibición expresa de que cualquier familiar pueda suceder de manera inmediata a otro tratándose de un puesto de elección popular. Está claro que ambas propuestas suponen un avance democrático inestimable, si bien es necesario esperar a que se dé a conocer el alcance del veto al nepotismo con la precisión de si alcanza a cónyuge o sólo a parientes consanguíneos y, en este caso, hasta qué grado.
La democracia no está intrínsecamente peleada con la relección de los gobernantes y los representantes; de hecho, hay democracias ejemplares donde se practica. Sin embargo, en nuestro país la historia demostró que permitir la permanencia de los funcionarios elegidos por el voto popular más allá de un término genera más problemas que beneficios y se convierte fácilmente en un peligro para la supervivencia de la República. El ir y venir de Antonio López de Santa Anna entre Palacio Nacional, el exilio y las conspiraciones golpistas; las más de tres décadas del sanguinario porfiriato; el caciquismo del Maximato, e incluso la manera en que Benito Juárez demeritó su figura histórica al mantenerse en el poder, dejaron una huella indeleble en la memoria del pueblo mexicano y convirtieron el principio de no relección en un precepto irrenunciable.
Esta sabiduría emanada de la experiencia fue traicionada por los partidos del mal llamado Pacto por México, quienes entre 2013 y 2014 emprendieron el desguace de la Carta Magna y culminaron tres décadas de neoliberalismo con el desmantelamiento del espíritu social de la Constitución de 1917. Debe recodarse que ésta fue la más adelantada de su época al incorporar derechos sociales como la protección de los trabajadores, la educación gratuita, o la tenencia colectiva de la tierra; logros alcanzados gracias a que ese documento encarnó las demandas del pueblo alzado en armas para acabar con la tiranía del dictador Porfirio Díaz y del usurpador Victoriano Huerta.
Recordar la historia es entender que la iniciativa de la presidenta Sheinbaum, como otras promovidas por ella y su antecesor, no surgen en un vacío político ni mucho menos de un capricho personal, sino que representan la reivindicación y restauración de las conquistas populares que permitieron el nacimiento de México y su posterior conformación en un Estado social cuyo propósito es el bienestar de los ciudadanos; es decir, lo contrario del Estado mínimo neoliberal, limitado al saqueo de los bienes públicos y a la represión.
De este modo, el gobierno federal busca recuperar lo más valioso del texto original de nuestra Carta Magna al mismo tiempo que mantiene o amplía los derechos de nueva generación que escaparon al horizonte histórico de los constituyentes de Querétaro, como la igualdad entre hombres y mujeres, el reconocimiento de la diversidad sexogenérica, la tolerancia, el reconocimiento de los pueblos indígenas como sujetos de derecho o la protección del medio ambiente. En suma, no puede exagerarse la importancia de esta propuesta, y cabe desear que prospere en el Congreso hasta concretarse en leyes para beneficio de la vida política del país y del fortalecimiento de la democracia.
Esta propuesta del presidente de Estados Unidos significa profundizar el genocidio sionista de los neofascistas del gobierno israelí. Trump se convierte en cómplice criminal de los horrores contra el pueblo palestino cometidos en Gaza, Cisjordania y Líbano.
Esta profundización del genocidio en Gaza significa la negación absoluta del derecho internacional, de las múltiples resoluciones de los organismos internacionales por los derechos de la nación Palestina y la preminencia de la ley del más fuerte sobre las naciones y los pueblos.
La ONU y todos los organismos internacionales deben rechazar inmediatamente la propuesta de tierra arrasada y limpieza étnica de Trump en Gaza. Y tal vez sería oportuno cambiar provisionalmente de sede a la ONU, por ejemplo a Brasil o México, debido a las políticas del gobierno de EU por la limpieza étnica y genocidio en Gaza, por la criminalización de los migrantes y su diplomacia con amenazas arancelarias.
Desde hace meses y hasta hoy, 107 años después de la culminación de los trabajos del Congreso Constituyente, nuestra Carta Magna ha estado en el centro del debate público como tema recurrente en el escenario nacional, especialmente tras haberse consumado la posibilidad de reformarla radicalmente por una fuerza política, gracias a la hegemonía obtenida en los comicios de mediados del año pasado tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo. No obstante, la enorme importancia que en nuestro proceso social ha tenido el texto constitucional, merece tomar distancia al menos un momento de las volatilidades y radicalismos del presente para recuperar y ponderar los grandes aportes en las dimensiones social, política y económica que trajo la Constitución del 17, cuya pertinencia se mantiene vigente; sin que por ello dejemos de señalar los vacíos y desafíos de la Carta Magna ante las necesidades y urgencias actuales.
La Constitución de 1917 fue pionera a escala mundial en términos de derechos humanos y sociales. Si bien los derechos humanos, especialmente los civiles y políticos, ya eran reconocidos en otros marcos legales en el mundo y en la propia Constitución de 1857, el texto de 1917 incorporó de manera definitiva las garantías que en materia laboral y de propiedad colectiva –por señalar algunas– seguían disputándose en el resto de países desde las bases obreras y campesinas. La gratuidad y laicidad de la educación, la seguridad social, el trabajo digno y la jornada máxima de ocho horas; la propiedad y redistribución de la tierra, la soberanía nacional y la consolidación del Estado democrático con sufragio universal y división de poderes, son las principales aportaciones con las que la Carta Magna mexicana se situó a la vanguardia en el constitucionalismo mundial.
Este carácter garantista y democrático de la Constitución de 1917 hoy experimenta tanto reafirmaciones como retrocesos en la reforma constitucional que ha estado en curso durante los años recientes. Las reformas progresivas en materia de derechos colectivos; la consagración normativa de derechos sobre el maíz y el agua, o un conjunto de importantes programas sociales, son ejemplos de reformas que, aunque insuficientes o con vacíos por zanjar, sin duda fortalecen y ponen al día el espíritu del proceso constitucionalista de 1917 y lo ponen al día de cara a las nuevas necesidades del país. Sin embargo, ocurre lo contrario con las reformas en torno del Poder Judicial, los órganos constitucionales autónomos y la prisión preventiva oficiosa que inocultablemente contravienen el sentido democrático de nuestra Constitución.
Justo en clave democrática es tema de debate si una mayoría calificada debería disponer de atribuciones de tal calado para reformar los mínimos irrenunciables que establece la Constitución. La Carta Magna sienta las bases de nuestro estado democrático de derecho, por lo que cualquier reforma que debilite los equilibrios democráticos supone una contradicción con el espíritu de la misma. De cara a nuestra actual situación histórica, lo que parece más pertinente es crear espacios de debate ciudadano en que se discutan las justas medidas de blindaje de estos mínimos irrenunciables de nuestra Carta Magna sobre derechos humanos y fortalecimiento democrático, para evitar que las fuerzas hegemónicas de un cierto momento histórico, sea cual sea su signo, socaven el sentido democrático y garante de justicia social que inspiró un texto constitucional de vanguardia.
Como respuesta inicial se antoja no desechar sino, por el contrario, subrayar y reivindicar la vigencia del espíritu vanguardista en materia de derechos humanos que caracterizó a la Constitución Política de 1917. Necesitamos también, desde luego, un Poder Legislativo atento a los signos de los tiempos, que defienda la progresividad de los derechos reconocidos, que actualice los términos de la soberanía nacional frente al escenario geopolítico y económico actual y que refrende el valor democrático de la Constitución como pilar fundamental e irrenunciable de nuestro sistema político. Necesitamos, asimismo, un tribunal constitucional –como la SCJN– fortalecido para la defensa de los derechos de todos en apego al espíritu y sentido de ser de la Carta Magna. Así, en la revisión ya en curso de los términos de la relación México-Estados Unidos con motivo de la crisis migratoria, debería tenerse como preocupación central evitar las implicaciones atentatorias de los derechos humanos de medidas como la militarización de nuestras fronteras.
El aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917 es buen motivo para honrar sus aportes y avances, al tiempo que no renunciamos a pensar en las condiciones normativas que hoy necesitamos para vivir y relacionarnos con condiciones de dignidad y justicia. Es importante recordar que en México tenemos más de 120 mil personas desaparecidas, se cometen 82.1 homicidios diarios, de acuerdo con Global Witness; México es el cuarto lugar mundial con mayor cantidad de defensores del ambiente asesinados, así como el tercer país más letal contra la prensa y el que mayor número de desapariciones de periodistas concentra, según Reporteros Sin Fronteras.
En 2023, más de 100 mil personas murieron por sobredosis de opioides por tercer año consecutivo y las cifras crecieron, reflejo de una crisis explosiva de salud mental que refleja a su vez la crisis social y económica. Desde 2021, la inseguridad alimentaria aumentó 40 por ciento y, durante ese lapso, la pobreza creció 67 por ciento. Más de la mitad de los hogares de clase trabajadora viven en la pobreza o justo por encima de la línea de pobreza, aunque los datos oficiales disfrazan el alcance de la pobreza al establecer un nivel ridículamente bajo. Según el gobierno federal, 38 por ciento de hogares carecen de dinero suficiente para cubrir un gasto de emergencia de 400 dólares, frente a 32 por ciento en 2021. Más de la mitad de los hogares estadunidenses no reciben un ingreso estable y dependen de oportunidades de trabajo contingentes a medida que se presentan, mientras 80 por ciento informa que vive de sueldo a sueldo.
El Partido Demócrata abandonó a la clase trabajadora multiétnica hace muchos años. Desde la era Clinton ha sido un partido del neoliberalismo, de los multimillonarios de Wall Street, del complejo militar-industrial y de la guerra. Trump presentó un discurso populista que hablaba de la creciente inseguridad socioeconómica y la ansiedad social generalizada. Se las arregló para proyectarse como outsider político dispuesto a luchar contra la élite de Washington en defensa del hombre común. Manipuló el descontento masivo con este discurso populista, racista, nacionalista y neofascista con falsas promesas de resolver los problemas socioeconómicos de las masas. Convirtió a los inmigrantes en chivos expiatorios y cosechó el descontento masivo con los demócratas y el establishment.
El trumpismo 2.0 no representa una ruptura con lo que ocurrido en el último medio siglo, sino su punto final lógico, eliminando cualquier barrera restante a la acumulación desenfrenada de capital y culminando la contrarrevolución neoliberal. El equipo de Trump ha prometido eliminar cualquier regulación restante sobre el capital, recortar masivamente el gasto social, incluida la seguridad social (pensiones), reducir los impuestos al capital y a los ricos, expandir el aparato estatal de represión y vigilancia, y anular los pocos mecanismos restantes de rendición de cuentas democrática.
Este gobierno propone lograr esto restructurando el poder estatal para ponerlo bajo el control más directo del capital, es decir, consolidando la dictadura del capital trasnacional mediante nuevas dispensaciones políticas, incluida una vasta expansión de los poderes de la presidencia. Sin embargo, hay una enorme brecha entre la intención de Trump y su capacidad real para lograr sus objetivos. La crisis política de legitimidad del Estado y la crisis social de la clase trabajadora deben verse, más allá de EU, en el contexto de la crisis general del capitalismo global y en particular en su dimensión estructural, la sobreacumulación. El estancamiento crónico ejerce una creciente presión sobre los agentes políticos y militares del capital trasnacional para que abran espacios de acumulación. La clase capitalista trasnacional (CCT) y sus agentes deben emprender búsquedas cada vez más desesperadas de salidas para descargar el capital sobreacumulado. Esto hace que el sistema se vuelva cada vez más peligroso.
Los estadunidenses de la CCT han tomado un control más directo del Estado. Trump ha elegido a 13 multimillonarios para su gabinete. El hombre más rico del mundo, Elon Musk, actúa de copresidente no electo. Las corporaciones y los multimillonarios, especialmente de los sectores de la alta tecnología, financiero y energético, canalizaron millones sin precedentes al Comité Inaugural de Trump para garantizar que sus intereses estuvieran representados. El bloque hegemónico emergente del capital reúne a la tecnología y las finanzas con el complejo militar-industrial y el capital farmacéutico, las grandes petroleras y el sector inmobiliario también representados, con el capital financiero trasnacional en la cúspide.
Esto ocurre junto con una rápida polarización política a medida que el centro se derrumba, con la insurgencia de la extrema derecha neofascista y en control del Partido Republicano y de los tres poderes del gobierno. Trump no puede representar los intereses de los trabajadores y del capital y no tiene intención de abandonar el capital. Aparte de la extrema derecha organizada en milicias racistas y neofascistas como las que irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero de 2021, Trump tiene una base de masas en un sector de la clase trabajadora. Estos trabajadores esperan que Trump mejore su situación económica, pero no sucederá. Por el contrario, en la medida en que Trump tenga éxito, la situación de los trabajadores se deteriorará más. La coalición de Trump se desintegrará. La desilusión se instalará y, al final, su base de masas se desintegrará. Estas son las condiciones para que se desarrolle una opción popular de izquierda, pero también son condiciones bajo las cuales la tendencia fascista podría consolidarse en un abierto fascismo del siglo XXI.
Las clases dominantes temen levantamientos populares de masa y se han preparado para ello. Es casi inevitable que la fiesta del capital se derrumbe. Cuando eso ocurra, y cuando las protestas masivas se intensifiquen, se desatará aún más el estado policial global. Pasaremos muy rápido a una escalada del conflicto social y político. Trump prometió durante toda su campaña tomar medidas enérgicas contra el disenso político. La brutalidad absoluta del capitalismo global, como se exhibe ahora en todo el mundo, acabará saliendo a la luz y en EU nos pasará la factura.
*Distinguido profesor de sociología. Universidad de California en Santa Bárbara
Un planeta dominado por las grandes empresas de tecnología con base en EU, una nueva economía, aún más concentrada, fincada en las escandalosas ganancias que ellas perciben, con una dirigencia política individualista, autoritaria y con un gran poder para controlar la conversación global y someter las mentes de millones de personas y si fuera necesario, con un arsenal acrecentado de modernas armas de destrucción masiva. Este es el nuevo proyecto del capitalismo mundial que Trump encabeza. Con él acaba la era del neoliberalismo, que conformó la famosa Comisión Trilateral a fines de los 70, cuyo discurso era la interdependencia de las naciones, la reducción del Estado a la mínima expresión, el mercado como supremo regulador de la sociedad, la inclusión social limitada dentro de la democracia liberal.
La era que anuncia y empieza a imponer Trump tiene otros referentes: el unilateralismo y la supremacía de EU, en lo económico, en lo político, en lo tecnológico, en lo militar. No más multilateralismo ni interdependencia. No más igualdad ante la ley: unos cuantos, sobre la ley, como el mismo Trump. Todo el peso de la ley contra los pobres, los migrantes y las personas con adicciones o con otras preferencias sexuales. Clasismo y racismo puros y duros, sin disfraces.
El expansionismo del imperio estadunidense empieza una nueva era.
Ahora el referente de Trump es el presidente William McKinley
(1897-1901), quien lanzó la política imperialista estadunidense con la
guerra contra España, la expansión al Caribe con Cuba y Puerto Rico y al
Pacífico, con las Filipinas. Ahora Trump pretende recuperar el canal de
Panamá, hacerse de Groenlandia y anexarse Canadá. Eso subyace al hecho
de devolver al monte Denaly, el más alto de EU, el nombre del presidente
McKinley, así como imponer al Golfo el genitivo de América, como los
romanos llamaron Mare Nostrum
al Mediterráneo.
El afán de destruir todo contrapeso internacional ha hecho que Trump se aleje de todo compromiso multilateral, como el que su país salga de la Organización Mundial de la Salud y deje de aportar a su financiamiento, o que abandone el Protocolo de París sobre los gases de efecto invernadero, o que proclame el fin de la promoción de las energías renovables y la explotación intensiva de los hidrocarburos.
Los peligros que Trump y sus socios van a acarrear sobre todos son
concretos y próximos: van a sobrecalentar aún más este sufrido planeta y
acelerar el cambio climático que ellos niegan como invento de los
izquierdistas. Van a intensificar el despojo y la sobrexplotación de la
naturaleza. Están poniéndonos al borde de la guerra final al extremar la
polarización global entre EU y el resto del mundo que no se les someta.
Combatirán con todo a los migrantes, transgénero, las personas críticas
y contestatarias, defensores de derechos humanos, las mujeres
denunciantes, como las nuevas clases peligrosas
. La soberanía de
las naciones la podrán derribar a punta de aranceles y, dado el caso, de
cañonazos. Siempre esgrimirán el pretexto de que los malos de afuera
los inundan con drogas, fentanilo o migrantes, sin atender a las causas
descuidadas e incluso generadas por la sociedad estadunidense.
Para lograr el apoyo de las masas a este proyecto de muerte, está todo el aparato mediático y de redes sociales que controlan los magnates de la tecnología: la difusión de una cultura hedonista, individualista, consumista. Como señala J. L. Ballard: “El consumismo es el recurso más importante jamás inventado para controlar a la gente…el consumismo despierta un apetito que sólo el fascismo puede satisfacer”.
Cuando el desastre climático y la violencia omnipresente nos demandan cuidarnos unos a otros, cuidar nuestra casa común, construir nuevas formas de solidaridad y de cooperación, lo contrario se impone desde la Casa Blanca: una nueva etapa del capitalismo, más expansiva, más oligárquica, más patriarcal, más excluyente y devastadora.
Ante este proyecto alzó valiente su voz la obispa episcopaliana
Miriam Budde en la ceremonia religiosa de la inauguración de Trump. Pero
el gran capo del fascismo del siglo XXI se obceca en su mantra: por el mal de todos, primero los magnates
. Está vacunado contra toda forma de compasión.
Los primeros cambios citadinos se empezaron a notar con los inicios
de su industrialización (asentamientos de campesinos trasterrados en
núcleos de población cerca de las fábricas, pero socialmente lejos de
sus dueños). Pronto Monterrey ganaría el sobrenombre de la Chicago
de México o el Pittsburgh
del país. Gracias al porfiriato y su prolongación paralela en el gobierno de Bernardo Reyes, los miembros de la élite regiomontana mantuvieron una influencia económica determinante en los capitales de la ciudad
, dirá Alex Saragoza ( The Monterrey Elite and the Mexican State).
Esa influencia se tradujo en el imprimátur a las características urbanas, sociales y culturales de la capital de Nuevo León bajo el sello y los intereses de la élite empresarial en un considerable periodo que abarca casi siglo y medio.
Por tanto, esa élite es la responsable de que sus industrias intoxiquen a la población del área metropolitana de Monterrey (AMM); de que el crecimiento urbano sea acromegálico y desordenado; de que los recursos naturales, como el agua y la tierra, falten a la gran mayoría de la población, mientras a ellos les sobra. Responsables también de que la salud, la educación, la vivienda y la transportación sean precarias por la insuficiencia y mal funcionamiento de los servicios que los prestan y las políticas estatales que los diseñan.
Tal responsabilidad se deriva de que no hay gobierno estatal ni
municipal de las ciudades más importantes, hoy conurbadas en torno al
eje Monterrey-San Pedro, que no haya dependido de su voluntad o de la
capacidad determinante con el gobierno federal o con los partidos
dominantes (antes PRI o PAN y ahora Movimiento Ciudadano) para negociar
candidaturas y cargos de elección popular
.
La gran mayoría social es la que padece sus imposiciones en favor de la acumulación de riqueza, que es la que les sirve a los industriales, comerciantes, constructores, especuladores financieros e inmobiliarios para comprar candidaturas y puestos públicos o bien para imponer a los individuos que representan a los poderes constituidos y políticas que respondan a sus proyectos de negocios. Aunque, para ser más objetivos, su hegemonía es introyectada por quienes toman las decisiones de gobierno y actúan como empleados que se atropellan por servirles.
Es por ello que el Monterrey metropolitano está convertido en una cámara de gas que produce enfermedades. La atmósfera se ve cotidianamente cargada de micropartículas (PM10, PM5 y hasta PM1) de metales, de desechos químicos y gases provenientes de combustiones que generan emisiones tóxicas. El caso reciente de Zinc Nacional (EU nos envía basura peligrosa y se niega a recibir riqueza humana en quienes pretenden trabajar en su territorio) es sólo uno entre muchos. Hay fraccionamientos cuyo suelo está forrado de arsénico donde se ha permitido la construcción de viviendas. Hay fábricas enclavadas en densas áreas citadinas cuyos desechos industriales son incontrolables. Hay pedreras en las mismas condiciones.
Ninguna autoridad, a pesar de múltiples estudios y reclamos ciudadanos, ha sido capaz de resituar a las industrias contaminantes fuera del área urbana del AMM ni de controlar las emisiones peligrosas para la salud y ni siquiera, como el actual gobierno, de medir la polución para emitir las alarmas correspondientes, pues su acción para monitorear la calidad del aire ha sido suspender el mecanismo correspondiente. Es como si en la Ciudad de México se suspendiera la alarma sísmica para erradicar los temblores.
En el AMM gran parte de la fuerza laboral emplea entre cuatro y hasta seis horas para transportarse de su vivienda al trabajo y regresar. Con muy altas o bajas temperaturas debe esperar a la intemperie un autobús con cupo suficiente. Carece de tiempo libre y de una posible reflexión sobre sus condiciones de vida, de reparación física y anímica o de hacer hogar con su familia. El transporte colectivo es, además de insuficiente y malo, tan caro que ya se pide al gobierno que lo estatice.
Resultado de la incuria e irresponsabilidad de su élite, la fealdad y asimetría social de Monterrey se puede medir comparándola con el municipio aledaño, San Pedro Garza García. Aquí se han concentrado las cúpulas económica y política del estado. Su perfil es el de una ciudad próspera de EU, mientras la capital del estado es una urbe descuidada, caótica, incómoda e impaseable.
Otras ciudades del país pueden verse en el reverbero de la antigua Sultana del Norte. Tendría que haber un cambio drástico, profundo, de las condiciones económicas, políticas y sociales para que pudiera esperarse un horizonte urbano distinto en las áreas citadinas con mayores concentraciones poblacionales del país.
Nada que pueda calcularse a corto o mediano plazos, y quién sabe si en el largo, largo plazo.
Estos últimos días se han concentrado en el intento del presidente
Trump de iniciar una guerra comercial a gran escala, con especial
dedicación a nuestro país que, junto con Canadá, tiene aún vigente el
tratado que conocemos como T-MEC y que entró en vigor en 2020 para
sustituir, a instancias de Trump, al TLCAN, el peor acuerdo comercial jamás hecho
, segun él.
Como señala Julián Bilmes, “Trump lograba su objetivo estratégico de
reformar el TLCAN, e incluso de cambiarle el nombre, en una hábil
maniobra de marketing político (Julian Bilmes, T-MEC, un Nafta 2.0
XXI jornadas de Geografía, UNLP, del 9 al 11 de octubre de 2019).
Aunque Trump promete una vez más salvar la industria manufacturera
estadunidense y recuperar empleos rescribiendo un acuerdo comercial con
México y Canadá
(Katie Lobosco, Trump quiere renegociar su propio acuerdo comercial con México y Canadá
,
CNN, 14/10/24), la imposición de aranceles sería el fin de ese tratado,
por lo que habría que preguntarse si su deseo profundo es deshacerse
del mismo.
Tratados de libre comercio asimétricos son parte de una añeja práctica imperial elaborada bajo el fuerte impacto de la abundante y exasperante hipocresía británica, un viejo artilugio que forma parte de la diplomacia imperialista inglesa para conservar su hegemonía, ofreciendo tratados comerciales a las ex colonias con un leve favoritismo para mantenerlas bajo su control.
El TLCAN y el T-MEC son creados por las élites financieras, económicas y políticas, e impuestos a las clases dirigentes subordinadas, en este caso de Canadá y México.
Como lo expresé en un artículo para la revista Nueva Sociedad, conceptos como presidencia imperial
y su relación con el capital monopólico, o la noción de imperio
resultan más adecuados para describir y explicar estos mecanismos de integración
comercial y energética… Después de todo, ¿qué es lo que distingue a un
imperio de una alianza o un tratado de libre comercio? La inequidad de
poder, recursos e influencia es lo que distingue a un imperio de una
alianza –aunque los tratados de alianza a menudo formalizan o sirven de
disfraz para una estructura imperial o llanamente imperialista– (ver
Saxe-Fernández, México-EU: seguridad y colonialidad energética
Nueva Sociedad, #204, julio-agosto de 2006 ).
Utilizo el concepto de Presidencia Imperial en el sentido que le da el historiador Arthur Schlesinger Jr. ( The Imperial Presidency, Houghton Mifflin, 1973) para referirse a la enorme la enorme concentración del poder en la presidencia excediendo sus límites constitucionales , invocando poderes de guerra que son prioridad del Congreso.
En su excelente texto La derrota de Occidente (Ediciones Akal, México, junio de 2024), Emmanuel Todd señala que EU se está jugando mucho en la actual coyuntura: Su
dependencia económica del resto del mundo se ha tornado inmensa; su
sociedad se está desintegrando. Estos dos fenómenos están relacionados
.
EU es el único país avanzado que experimenta un descenso general de la
esperanza de vida, mientras aumenta la mortalidad entre los blancos de
45 a 54 años debido al alcoholismo, el suicidio y la adición a los
opiáceos.
En 1928, su producción industrial representaba 44.8 por ciento de la producción mundial, para 2019 había caído a 16.8 por ciento.
También, señala Todd, el declive estadunidense en la producción de bienes tangibles tiene su reflejo en la agricultura, pues tras la entrada en vigor del TLCAN este rubro sufrió un proceso de concentración, especialización y deterioro.
Opositores al tratado dentro de Estados Unidos argumentan que se han perdido cerca de un tercio de los empleos manufactureros en los estados de la región del Medio Oeste, fenómeno que se ha denominado Rust Belt (Cinturón del óxido), a raíz de la desindustrialización, producto de la deslocalización productiva de crecientes segmentos de las cadenas industriales tradicionales. (Bilmes)
Este tipo de propuestas son presentadas por Trump con la idea de rescatar a los trabajadores estadunidenses, pero como dice en entrevista el sociólogo William I. Robinson: “Trump no puede representar los intereses de los trabajadores y del capital al mismo tiempo… El trumpismo elimina las barreras restantes a la acumulación desenfrenada de capital, culminando la contrarrevolución neoliberal ( Periódico Epohi, 29/1/25, Rebelión.org).
Esto muestra la importancia de un poder judicial independiente, capaz de enfrentarse a las órdenes del ejecutivo federal, para proteger a los más desfavorecidos. Mientras se reprueba con toda razón el discurso y las medidas norteamericanas relacionados con la deportación de residentes indocumentados, es necesario verificar cómo se combate judicialmente a un poder ejecutivo que se siente ajeno al escrutinio judicial.
Casos similares llevaron a la reforma judicial bajo el argumento de
una corrupción no demostrada. Hoy, las órdenes del ejecutivo, avaladas
por el legislativo, apenas podrán ser detenidas. Un escenario similar al
gringo es impensable en México, ya sea por no contrariar al interés público
o a los muchos insertos de la constitución federal o por la falta de
promoventes, al existir el riesgo del enfrentamiento político. Ningún
político quiere pagar el costo oficial de sugerir siquiera un
enfrentamiento con las directrices de la cúpula real o nominal. El truco
de engrosar la constitución con medidas impropias de aquello que define
a una nación, para impedir que sean motivo de discusión en un juicio de
amparo u otra defensa constitucional, terminará por revertirse. La
reciente pifia mexicana en el procedimiento llevado ante la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el caso de la mujer nahua de la
Sierra de Zongolica, quien tuvo que acudir ante este organismo
internacional para reclamar el ataque sexual de soldados del ejército,
es una muestra de que el constitucionalismo instaurado por el partido en
el poder no impide la vigilancia judicial. Los hechos allí denunciados
son de 2007 y el estado mexicano insiste en que no hubo participación
del ejército. La defensa de la denunciante lamentó que la narrativa
de los representantes del actual estado mexicano sea muy similar a la
que sostenía hace 18 años el gobierno de Felipe Calderón
*.
Si en el extranjero se muestra la importancia de un poder
judicial independiente, en México comienzan a darse los choques entre
los juzgadores de carrera judicial y aquellos designados políticamente, a
pesar de no tener experiencia en tramitar y resolver procesos
jurisdiccionales. Esto sucede en dos formas: el personal (secretarios, y
demás) en contraposición de los suplentes de los jueces y magistrados
federales jubilados, quienes toman el cargo en lo que se hace la
votación constitucional; y, la confrontación de magistrados en órganos
colegiados. Esto último se dio en una sesión pública de una Sección del
Tribunal Federal de Justicia Administrativa, donde un titular con
carrera judicial evidenció el retraso de otro en el trámite de cientos
de actuaciones y en turnar proyectos contrarios a las constancias del
expediente. El indispensable conocimiento jurisdiccional obtenido por la
carrera judicial no puede ser sustituido por la eficacia política en
lograr ser nominado y adscrito. El mero hecho de permitir que personas
sin experiencia sean participantes de las insaculaciones que eliminan la
selección por méritos, es ya un atentado al indispensable servicio de
la impartición de justicia. Además, suponer que todas las decisiones
presidenciales y legislativas son estudiadas, técnicamente sostenibles y
justas es muestra de una soberbia sin cabida en un estado democrático.
Muchas resoluciones judiciales adversas a ese interés público
se dieron por el incumplimiento atroz de las medidas fijadas por leyes emanadas o gestionadas por esos mismos políticos.
Las fallas de la reforma judicial serán evidenciadas tarde o temprano.
* Jornada 1/01/25
ahuevado, se sepultaba en la Plaza México, a contemplar al diestro valenciano Enrique Ponce, que se encontró con un bomboncito
artistay resucitó su toreo que se quebraba sobre el ruedo; inquieto, bullidor, centelleante, salpicado de cegadoras chispas de luz que le enviaba hasta emborrachar a los aficionados.
Bailaba el toro de Los Encinos al ritmo de Enrique Ponce, en brillante ballet. Un toreo gracioso, merced a la enorme cantidad de poesía que atesora. Un toreo musical al que le faltaba la imaginación poética. Un toreo que cantaba y murmuraba canciones de cuna. Hasta que durmió al burel en las entrañas de su muleta. Un toro bebé, que planeaba, parecía amaestrado para el lucimiento del valenciano.
El torito se arrullaba en el vuelo de la muleta de Enrique, en la paz de una tela que no le molestaba, ni le obligaba, y le dejaba ir a su aire, en la quietud de la torera plácida. Dormido se le entregó el toro ante el baile del torero y se fue a acariciar vaquillas a la ganadería, hipnotizado de tanto trapo rojo, en la más deslumbradora fantasía torista, que precedería a noches de baile con las vaquillas antes de caer dormido…
Enrique Ponce meció el toreo y acabó con el cuadro. La plaza estaba llena de su espíritu y soñaba palmas de cava vieja. El baile valenciano tenía el ritmo de las cumbres onduladas, al seguir toreando Ponce, la muerte, al compás de la guitarra. Estilo de torear caminándole al toro con arqueo de cintura y asomo al vacío. Rito de faroles y río de gracia que rondaba las caderas toreras y latía bajo el milagro del toreo. Roja muleta en llamas, boca, pieles y jugos toreros llevaban un hechicero torero que seguía en lo profundo del ruedo peleando la supremacía del toreo.
El cristal de sus doblones fueron pumas de oscuridad al clarear y tuvieron formas llenas de sol y olores a leche caliente con rumor de fronda. No hubo más sol ni brisa que el aire mexicano que los acariciaba. Aire que llevaban los sueños dormidos sobre el silencio de ese baile interior de puro estilo valenciano, en el que se inspiró el torero para salir triunfador a hombros de la multitud de la Monumental mexicana, gracias a sus doblones únicos, que fueron toreo auténtico y enloquecieron al público, que una semana después aún no elabora la magia de este torero.
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