7/16/2023

Nunca he consultado –como el 98 por ciento de la población- eso que llaman Constitución. Mi guía es la lucha de clases

Pedro Echeverría V.

1. Fui 42 años profesor y nunca abrí ese librito que le llaman “Constitución”. Tanto que se nombra, como la palabra “democracia”, que desde que adquirí conciencia me cayó hasta los huesos oír que la clase dominante la defienda. Sólo he pensado en los últimos 63 años que en todos los países hay clases sociales y lucha de clases y que una minoría del tres por ciento controla todo (la Constitución, la democracia) y que el 97 por ciento de la población vive subordinada al dinero y poder de explotadores y opresores. Sé que es un terrible “dogma”, pero puedo explicarlo con profundidad buscando siempre que la población entienda.

2. La Constitución –como en todos los países- fue redactada y aprobada por las clases dominantes después un golpe de Estado o una “revolución” como en México. No es cierto, es una brutal mentira, que las constituciones hayan sido hechas por el pueblo. En México la hicieron “sus” representantes con las únicas ideas firmes de la burguesía que dominaban en el mundo. Nombrar la palabra “pueblo” en escritos y discursos es la más grande demagogia, cuando se hace lo contrario. La Constitución en México lleva 106 años de antigüedad y el 80 por ciento de la población sigue viviendo en la pobreza con pésimos servicios de salud y educación.

3. Todos hablan de respeto o de violación de la Constitución según sus propios intereses; apoyan o uno u otro, según el partido o gobierno que los domina. Por ello desde adolescente repetí: “La constitución se estira o se afloja según quien la use”. Lo primero que defiende cualquier Constitución burguesa es la gran propiedad privada, es decir, la gran propiedad de los ricos, de los millonarios. Esto se practica también en la llamada “justicia”: las cárceles están llenas de gente pobre por robar una cartera, pero en el caso de los ricos que desfalcan miles de millones de pesos o dólares al estado, ellos van a la cárcel; les alcanza para repartir entre sus cómplices.

4. Por ello cuando hablan en México de “constitución “, “patria”, “bandera”, “himno” “héroes”, “premios de gobierno”, me parece de la mayor demagogia, me pongo muy mal del estómago, me tapo la vista y los oídos. Me pregunto: ¿Cómo pueden ser tan ridículos, tan idiotas, los gobernantes que en lugar de educar a la población buscan idiotizarla más con sus antojos? Así que no quisiera escuchar (nunca más) “quién viola o quién defiende la constitución”, cuando al 98 por ciento de la población le valió un carajo? A la población –como a mí- sólo nos interesó cumplir con nuestro trabajo, cobrar justamente por ello y salir a la calle a protestar cuando ha sido necesario.

5. Los presidentes de la República (como hoy AMLO) juran que gobiernan con la Constitución, pero sus enemigos señalan que es un violador de la ley. ¿Sabías que lo primero que se prohibió en el congreso constituyentes de 1916/17 fue que ningún delegado zapatista, villista y flores magonista –ninguna oposición clara o definida- podría ser delegado al llamado congreso? ¿Sabías que, a Zapata en 1917, a Flores Magón en 1922 y a Villa en 1923 los asesinaron con brutalidad por los “héroes” carrancistas y obregonistas? Así que no hay que escuchar a los fantoches traidores que hablan de constitución, leyes y héroes. Que cada quien piense y asuma su papel. (16/VII/23)



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