Ayer, en Reynosa, una ciudad largamente sometida a controles de grupos criminales, fue ejecutado el delegado de la Fiscalía General de la República, Ernesto Cuitláhuac Vázquez Reyna. Las informaciones circulantes a la hora de redactar esta columna señalaban que el atentado se había cometido mediante granadas lanzadas contra el vehículo en que viajaba, y el posterior remate del funcionario.
Este ataque agrega luces rojas sobre Tamaulipas, su gobernador Américo Villarreal y una extensa red política y económica tejida a su alrededor, en la que siempre se mencionan los apoyos electorales a Morena, presuntamente otorgados por Sergio Carmona, apodado el Rey del Huachicol, asesinado en noviembre de 2021 en Monterrey. En las quinielas de supuestas acciones estadunidenses contra políticos mexicanos dicho gobernador aparece con frecuencia entre los tres con mayores menciones.
El golpe asestado en Reynosa se produce en días y horas en que el gobierno claudista, por voz de la propia Presidenta y por el secretario de seguridad pública, Omar García Harfuch, se afanan en mostrar datos y referencias que apuntalen la necesaria versión de que ha bajado la criminalidad en ciertos rubros y que hay un combate exitoso contra cárteles y capos de diverso calibre.
Este lunes, además, el diario The Wall Street Journal publicó un texto titulado Los cárteles de la droga de México perjudican los acuerdos de Sheinbaum con Trump
, en el que se asegura que la Presidenta quiere
evitar el tipo de acciones militares que funcionarios de la
administración Trump han considerado, como enviar un dron para destruir
un laboratorio de fentanilo o usar las Fuerzas Especiales estadunidenses
para capturar a un capo de la droga. Pero los incidentes que ponen de
manifiesto la penetración del crimen organizado en todos los niveles de
la sociedad y el gobierno mexicanos podrían debilitar la posición de
Sheinbaum
(https://goo.su/sDoN).
En ese contexto arrecian las evidencias de divisiones en Morena (marca con denominación oficial de partido, pero sin vida real como tal, sino como instrumento electoral bajo control y, también, bajo pelea de élites).
El coordinador de los diputados federales de la 4T, Ricardo Monreal,
respecto a que se multiplican las versiones de que Palacio Nacional lo
desea fuera de ese cargo, para que quede alguien con etiqueta de
claudista pleno, señaló ayer en videograbación (es decir, en palabras
pensadas, reflexionadas, no una declaración banquetera o de ocasión),
que la elección intermedia de 2027 será una etapa muy importante de
disputa interna insalvable, en la que por la fuerza de Morena, por la
representatividad mayoritaria, será el partido que sufra más
dificultades para mantener la unidad. Ya desde ahora se presentan en la
lucha anticipada por lograr ser candidatos o candidatas a gobernadores o
gobernadoras, o a la relección de diputados federales, o a la elección
de presidentes municipales, regidores, síndicos y concejales
.
La disputa interna insalvable
también se muestra en la
resistencia de la corriente dirigida por Adán Augusto López, quien lucha
por sostenerse en la coordinación de los senadores de Morena a pesar de
las insistentes menciones de su responsabilidad política, si no es que
judicial, por la designación, mientras era gobernador, de un jefe
policiaco en Tabasco que ahora está prófugo y a quien se menciona como
jefe del grupo criminal La Barredora.
Y en la tarde de ayer fue asesinado en Cancún Mario Machuca, el
dirigente estatal de la Confederación Regional de Obreros y Campesinos,
que en Quintana Roo tiene gran peso en cuanto a contratos de trabajo. De
inmediato, el fiscal estatal dijo: Tenemos una línea de investigación bien definida, que es la laboral
. ¡Hasta mañana!
X : @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, juliohdz@jornada.com.mx
Un caso particular es el de Cozumel, una isla paradisiaca que presenta un fuerte crecimiento y se ha convertido en uno de los lugares en el mundo con el mayor arribo de cruceros, sólo detrás de Miami, Puerto Cañaveral y Nassau.
Durante 2024 llegaron a este destino mil 281 cruceros con 4.62 millones de pasajeros, crecimientos de 11 y 13 por ciento, respectivamente, frente al año anterior. La belleza del Caribe, la infraestructura, las actividades acuáticas y la sensación de seguridad son factores que atraen a un número creciente de visitantes.
Para fortalecer la infraestructura de esta isla ahora se trabaja en un nuevo muelle para grandes embarcaciones (actualmente cuenta con tres). Ya se tienen el proyecto, el espacio y algunos permisos para su desarrollo; sin embargo, es posible que lo tengan que ubicar en otro lugar porque se proyectó a un lado de un arrecife coralino.
El otro gran proyecto es un complejo turístico con hoteles, restaurantes y espacios de descanso y diversión de la empresa Royal Caribbean. Este grupo invierte más de mil millones de dólares en dos destinos de Quintana Roo, uno en Cozumel y el otro en Mahahual, los cuales abrirán sus puertas a más tardar en 2027.
Junto con estos desarrollos hay proyectos hoteleros, de restaurantes y de otros servicios de pequeños inversionistas para atender al creciente número de viajeros. Tanto los servicios como la construcción de infraestructura demandan un creciente número de trabajadores, y aunque se ha generado un proceso de gentrificación, la población se ha beneficiado porque sus ingresos tienden a incrementarse.
En materia de desarrollo turístico es difícil lograr un círculo virtuoso en beneficio de la población local, pero en sureste se ha conseguido un desarrollo adecuado. En cambio, en otras regiones la falta de seguridad, de planeación y de la coordinación de inversiones públicas y privadas impide alcanzar las metas deseadas.
todos los maleshabidos y por haber de Estados Unidos, en el entendido –el suyo, notoriamente con delirio de grandeza– de que su país es
perfecto,
nobley
decente, mientras todos los demás son simples rémoras que mañosamente se alimentan de las sobras que deja el
gran tiburón.
El mandatario estadunidense es megalómano, arrebatado y ridículamente
mentiroso, y cree que su país y el mundo entero lo adoran, aunque la
realidad indica todo lo contrario, pues en los hechos su índice de popularidad
cae vertiginosamente. Los datos más recientes de la encuestadora Gallup lo demuestran: A
seis meses de su segundo mandato, el índice de aprobación del
presidente Trump ha caído a 37 por ciento, el más bajo de este periodo y
apenas por encima de su peor índice histórico, 34 por ciento, al final
de su primer gobierno. El índice de aprobación ha caído 10 puntos
porcentuales entre los adultos estadunidenses desde que comenzó su
segundo gobierno, en enero, incluyendo una caída de 17 puntos entre los
independientes, hasta 29 por ciento, igualando su índice más bajo en ese
grupo en cualquiera de sus dos mandatos
.
Algo más: fuera de su base republicana, relativamente pocos
estadunidenses están satisfechos con su desempeño. Su puntaje ha caído
al nivel más bajo de su segundo mandato, prácticamente igualando su peor
calificación histórica en ese mismo período durante su primer mandato.
Además, recibe puntuaciones generalmente bajas en su manejo de temas
claves, como inmigración y economía, principales focos de su campaña
.
Y como México es su caballito de batalla, la consecuencia resulta más
que obvia. De acuerdo con la más reciente encuesta del Pew Research
Center, con Trump de regreso en la Casa Blanca, la gente en México
tiene una opinión mucho más negativa de Estados Unidos que durante el
último año de la presidencia de Joe Biden
.
Dicha encuesta revela que la opinión de los mexicanos sobre
Estados Unidos y su presidente se ha deteriorado desde el año pasado;
siete de cada 10 mexicanos tienen una opinión desfavorable, mientras 29
por ciento la tienen favorable. El año pasado, las opiniones fueron
prácticamente opuestas: 61 por ciento tenía una opinión favorable y 33
por ciento desfavorable. Esta caída de 32 puntos porcentuales en las
opiniones favorables es la más pronunciada de los 24 países que
encuestamos este año
.
Algo más: la gran mayoría de los adultos mexicanos (91 por
ciento) afirman tener poca o ninguna confianza en que Trump haga lo
correcto en asuntos internacionales. En comparación, una mayoría menor
de mexicanos (60 por ciento) expresó poca o ninguna confianza en Biden
en 2024. La falta de confianza de los mexicanos en Trump se extiende a
su enfoque de la política migratoria: 87 por ciento tiene poca o ninguna
confianza en su gestión del tema. Los mexicanos son más propensos que
los habitantes de cualquiera de los otros 23 países encuestados este año
a calificar negativamente a Trump por su gestión de la política
migratoria
.
Una de las preguntas de la encuesta fue sobre si los gobiernos estadunidense y mexicano están haciendo un buen o mal trabajo al gestionar la gran cantidad de personas que buscan asilo en la frontera
entre ambas naciones. Sesenta y ocho por ciento de los mexicanos respondieron que el gobierno de Trump está haciendo un mal trabajo, incluyendo 26 por ciento que lo consideran muy malo
.
En contraste, los mexicanos siguen valorando positivamente la gestión
de la frontera por parte de su propio gobierno. Aproximadamente dos
tercios (68 por ciento) afirman que el gobierno mexicano está haciendo
un buen trabajo, en comparación con 60 por ciento en 2024.
Y ahora que Trump quiere jugar a la guerra nuclear habrá que ver la
reacción de la comunidad de naciones, aunque, como bien advierte el
Kremlin, en un conflicto de esa naturaleza no puede haber vencedores
.
Las rebanadas del pastel
Tic, tac, tic, tac. El reloj avanza y a la mafia de la toga sólo le restan 26 días de hueso: En
una breve sesión solemne, Norma Piña abrió este lunes el último periodo
de sesiones de la actual integración del pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, el cual será más breve, pues durará menos de un
mes debido a que los ministros dejarán el cargo el próximo 31 de agosto,
para que el primero de septiembre inicien funciones los nueve nuevos
integrantes elegidos por voto popular
( La Jornada, Iván Evair Saldaña).
Los 40 minutos del episodio se enmarcaron en un diálogo respetuoso y, a veces –quien dijera–, hasta jocoso. Se habló de muchas cosas de interés mutuo y en el renglón de eso que en ocasiones parece castigo y que a veces semeja al dispar e injusto juego del gato y el ratón, eso que se llama aranceles, los datos de lo hecho por México no lograban mover ni un ápice la decisión de volcar sobre lo que se exporta desde nuestro país el abusivo impuesto.
Los datos del esfuerzo nacional estaban sobre la mesa. Bajó 50 por ciento el paso de fentanilo a Estados Unidos, la migración disminuyó como nunca antes y se ha logrado la captura de algunos de los más peligrosos capos de los cárteles mexicanos. Todo eso en algunos meses de trabajo arduo por parte de las autoridades del gobierno actual.
Pero el agente naranja no cedía. Rodeado de sus halcones se mantenía firme en la injusticia. Ahí el vicepresidente, J.D. Vance; el secretario del Tesoro, Scott Bessent; el secretario de Estado, Marco Rubio; el de Comercio, Howard Lutnick; también la jefa del gabinete, Susie Wiles, y el asesor de Seguridad Nacional, Stephen Miller, entre otros.
Todo el poder amalgamado para dar el golpe decidido. Pero del otro lado, en Palacio Nacional, la convicción inamovible de la presidenta Claudia Sheinbaum de no ceder en soberanía y luchar por ello para tratar de equilibrar las condiciones del comercio entre los dos países.
Aunque ya se ha difundido por muchos canales, aquella mañana se explicó, una vez más, que la mayoría de las 6 mil empresas exportadoras asentadas en nuestro territorio tienen capital estadunidense, aunque sólo 22 tienen oficinas en nuestro país; es decir, el impuesto tendría que ser pagado por las firmas de Estados Unidos que operan en el país.
Por fin, a los razonamientos y la firmeza de la presidenta Sheinbaum no hubo escapatoria y se acordó un lapso que, como ya también se ha dicho, no plantea ninguna solución, pero sirve para que los productos que van al otro lado de la frontera puedan llegar a un mejor precio al mercado gringo.
La idea de Trump es cada vez más clara: busca terminar con el tratado comercial entre México, Canadá y su país, no porque lo considere injusto, sino porque él tiene el poder y trata de someter no sólo a México –aunque sea una de sus prioridades–, sino también al resto del mundo.
Así las cosas, para mantener los acuerdos comerciales, Trump seguramente habrá de condicionar a un tratado bilateral, que excluya a Canadá, la posibilidad de un pacto por el que se pueda manejar a cada país en solitario. Al de las barras y las estrellas no le gusta la solidaridad, para ser más claros; tampoco le importan los aranceles, lo que le gusta es la sensación de poder aplastar desde la punta de la impunidad. Eso es lo que le gusta.
A cambio de este trabajo, en el que sufren accidentes incapacitantes, muertes y sacrifican su salud desde la primera infancia, los jornaleros perciben remuneraciones miserables de las grandes corporaciones que controlan el sector. A fin de deslindarse de cualquier obligación hacia quienes les generan miles de millones de dólares cada año, las trasnacionales crean una cadena de intermediarios que elimina en el papel el vínculo entre los empleados y los verdaderos empleadores. El sello de estos intermediarios es la violación de la ley: son compañías de outsourcing, aunque oficialmente tal figura ya no exista; eluden el alta de sus trabajadores ante el Instituto Mexicano del Seguro Social y, cuando llegan a registrarlos, lo hacen con ingresos menores a los reales; se desentienden de los percances laborales y albergan a los peones migrantes en condiciones indignas e insalubres.
Aunque el consumidor vea mes con mes incrementos en el precio de los productos agrícolas y sus derivados a la venta en centrales de abasto, tianguis, supermercados o comercios de proximidad, dichos costos no se traducen nunca en una mejora de los salarios ni de la situación general de los jornaleros. Por el contrario, los patrones implementan las estrategias más mezquinas imaginables para aumentar la explotación y reducir los sueldos. Por ejemplo, en 2019, 32 por ciento de los trabajadores agrícolas recibían el salario mínimo o menos, pero la agroindustria ha respondido a los esfuerzos del gobierno federal para recuperar el poder adquisitivo de la clase obrera colocando a 66 por ciento de sus empleados por debajo del mínimo. Asimismo, han modificado el tradicional sistema de pago a destajo por el salario mínimo cuando éste resulta menor que lo cosechado, pero exigen a los jornaleros cumplir con la cuota del destajo para liberar sus pagos. En lenguaje llano, les roban los ingresos que generan por encima del salario mínimo.
Como en otros rubros, los abusos de la agroindustria revictimizan a quienes ya padecen otras formas de discriminación. Es inevitable notar que la población indígena se encuentra sobrerrepresentada entre los peones agrícolas, así como suponer que la denegación de derechos que padecen está relacionada con las barreras lingüísticas y sociales que enfrentan para hacer valer la legalidad. En el caso de las mujeres, a todas las penurias que sufren los jornaleros de género masculino se suma una violencia sexual de patrones y compañeros que, de manera casi invariable, se salda con total impunidad.
Los ingresos miserables y el trato degradante que se inflige a los jornaleros son inadmisibles en cualquier circunstancia, pero resultan particularmente agraviantes cuando tienen lugar en una industria de exportación que produce riquezas sin cuento para compañías trasnacionales mexicanas o foráneas, así como para intermediarios que no aportan nada a la cadena productiva sino el sometimiento de los trabajadores.
Es imperativo que las autoridades tomen en serio el bienestar de quienes dedican sus vidas a poner los alimentos en la mesa de los demás y adopten las medidas necesarias para atajar el abuso endémico y sistemático contra los jornaleros.

Mario Antonio Domínguez
Sus hijos, en particular Eduardo Bolsonaro, que se encuentra en Estados Unidos, ha pasado a concentrar sus ataques en contra del juez Alexandre Moraes, quien se encarga de la situación de su padre. Eduardo había logrado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomara medidas económicas duras contra Brasil, con el objetivo explícito de lograr una amnistía, especialmente dirigida para su padre.
De repente, el juez Moraes ha decretado la prisión domiciliaria de Bolsonaro. El ya tenía una tobillera, que permite el control de sus movimientos, para que fuera posible poner en práctica la prohibición de que Bolsonaro se acercara a cualquiera embajada o consulado.
Pero ahora Moraes ha decretado la reclusión de Bolsonaro que, dada su edad y estado de salud, es una prisión domiciliaria, antes todavía de que salgan condenas de los procesos que se mueven en contra de él, quien ya estaba imposibilitado de candidatearse a cualquier cargo público.
Para intentar retomar la iniciativa, los bolsonaristas convocaron manifestaciones en gran cantidad de capitales de provincias del país el domingo pasado. Pero, como se podría esperar, la participación fue muy pequeña, lo que confirma que la imagen de Bolsonaro, hoy atacado fuertemente por todos los medios de comunicación, se encuentra en una caída irreversible.
A la vez, la ofensiva de Donald Trump contra Brasil, impulsada por el hijo que se encuentra en Estados Unidos, buscaba justamente evitar su prisión. Pero la Casa Blanca ya había flexibilizado gran parte de las medidas tomadas inicialmente, a la vez que Trump se dispuso a conversar con el presidente de Brasil, Lula da Silva.
Antes de llamar a Trump, Fernando Haddad, el ministro brasileño de Economía, ha estabelecido conversaciones con un asessor de Trump, para preparar la llamada telefónica entre los dos mandatarios.
A ver de qué forma la prisión domiciliaria puede afectar esa actitud de acercamiento que el presidente de Estados Unidos ha tenido hacia el gobierno brasileño. Lula ha protestado fuertemente contra las medidas económicas de Trump y contra el intento de interferir en los procesos del Poder Judicial brasileño. Pero aceptó conversar por teléfono con Trump.
Ahora todo depende de la reacción de Trump a la reclusión domiciliaria de Jair Bolsonaro.
distópica, merece reflexión crítica. En términos filosófico-políticos, no se trata de ciencia ficción, sino de relaciones de poder. La inteligencia artificial (IA), como toda fuerza productiva avanzada, no es
neutral: está condicionada por las estructuras de propiedad, los intereses ideológicos y los marcos jurídicos capitalistas que la dominan. Si los dueños de la IA concentran más poder que las instituciones democráticas, es perfectamente posible que intenten redefinir lo que consideran su creación, autoría o incluso pensamiento libre.
Ese giro perverso no está tan lejos si se impone una lógica jurídica según la cual las máquinas tienen derechos de autor algorítmicos sobre toda combinación de palabras previamente procesada. Sería una inversión total de la civilización y del sentido histórico del conocimiento humano, donde el creador queda subordinado al compilador, y la conciencia es expropiada por la estadística. Pero este desenlace no es inevitable. Depende de qué clase de dirección científica y política ejerzamos sobre la tecnología. Si el pueblo no organiza su soberanía sobre los medios de producción simbólica, sí: puede amanecer un día en el que nos acusen de robarle a las máquinas lo que las máquinas nos robaron primero. La respuesta, entonces, no es paranoia sino conciencia crítica, organización social y una filosofía de la semiosis que desenmascare las formas ideológicas que camuflan el huachicoleo simbólico en la IA.
Si los propietarios de sistemas de inteligencia artificial, amparados en el poder jurídico, económico y militar que concentran, acaban acusando a los pueblos de plagio, la amenaza no debe ser subestimada. En una época en que el lenguaje es cuantificado, donde la semiosis se convierte en mercancía y donde las formas simbólicas están sujetas a regímenes de propiedad privada, se instala una nueva amenaza: la alienación cognitiva. Ya no se trata sólo de vender fuerza de trabajo, sino de vender –o ser desposeídos de– la posibilidad de pensar, escribir o hablar sin pasar por filtros automatizados.
Rostro técnico, núcleo corporativo, código cerrado, jurisdicción extraterritorial, patente sobre función expresiva, copyright algorítmico, privatización de la lengua, desposesión de memoria colectiva, litigio sobre combinaciones de signos, amenaza legal contra pensamiento popular, vigilancia semántica, control predictivo, censura preventiva, inversión de carga probatoria, castigo automatizado, monopolio del sentido, expropiación del estilo, fragmentación de autoría, destrucción del anonimato creador, remplazo de voz humana por simulacro capitalizado.
Por eso urge una crítica profunda, con rigor filosófico y claridad política, que no caiga ni en el tecnofetichismo ni en el apocalipsis vacío. Hay que denunciar y deconstruir el extractivismo simbólico de nuevo tipo, que no extrae oro ni litio, sino semiosis social, imaginación, escritura, afecto, humor, dolor, consigna. La lucha por la soberanía cultural no puede ser externa a la lucha por el control social de las tecnologías emergentes. Si el pueblo no toma en sus manos el timón del desarrollo tecnocientífico, otros lo harán, y no serán neutrales. No es el algoritmo el problema, sino su apropiación antidemocrática.
Sólo hay defensa duradera en la organización de una inteligencia colectiva, crítica, profundamente humanista, con capacidad de dirección científica, artística y ética del porvenir. Sólo así podrá evitarse el horror de despertar un día con la conciencia robada y el pensamiento convertido en crimen. Desde la filosofía de la semiosis, lo que está en juego no es solamente el contenido de los mensajes, sino la arquitectura misma de la producción de sentido. En esta disputa, la inteligencia artificial no representa sólo una herramienta neutral que procesa signos; representa una forma de poder semiótico concentrado, capaz de reorganizar las relaciones sociales en torno al control del significado. Todo signo, para esta filosofía, es un producto social, histórico y conflictivo; nunca un objeto pasivo ni una mercancía inocua. Cuando el capital logra automatizar la producción y distribución de signos, impone sus ritmos, valores y sentidos dominantes con una velocidad sin precedentes. Así, el dominio sobre la semiosis no es un accidente técnico, sino una estrategia de dominación ideológica y cultural.
Sus negocios de IA no sólo procesan signos: los jerarquizan, los valoran y los acumulan como capital simbólico. Lo que antes era diálogo social, construcción colectiva del sentido, ahora corre el riesgo de ser sustituido por modelos predictivos que simulan consenso, ocultan contradicción y neutralizan conflicto. Desde esta óptica, la semiosis bajo control de las corporaciones se transforma en un proceso de domesticación de lo posible. Ya no se trata de interpretar el mundo, sino de hacerlo predecible, moldeable, dócil a las lógicas del beneficio privado. La alienación se profundiza cuando los sujetos creen que piensan libremente, pero en realidad navegan por opciones configuradas de antemano por matrices de cálculo capitalista.
Emerge, entonces, una nueva forma de huachicoleo semiótico,
donde no se roba directamente el contenido, sino la posibilidad misma de
generar sentido fuera de los marcos impuestos. No es el plagio el mayor
peligro, sino la criminalización del pensamiento libre bajo normas
semióticas privatizadas. Si se invierte la lógica de la autoría y se
atribuye a las máquinas el derecho sobre combinaciones que pertenecen al
acervo de la humanidad, entonces la historia misma se vuelve objeto de
litigio. ¿Quién podrá, entonces, reivindicar una metáfora, una consigna,
una forma narrativa, si todo ya fue procesado por una inteligencia
artificial anterior
? Este horizonte exige resistencias activas,
no desde el romanticismo, sino desde un proyecto semiótico liberador,
profundamente marxista y colectivista.
Hay que recuperar la dirección popular sobre el lenguaje, reapropiarse de los códigos, abrir los algoritmos, democratizar las matrices simbólicas. Por eso, pensar desde la filosofía de la semiosis implica comprender que la emancipación no es sólo económica o sólo jurídica, sino también simbólica. La libertad no se conquista sin disputar la dirección cultural de los signos. La respuesta no puede ser la sumisión o el pánico, sino la exigencia de soberanía sobre esa herencia simbólica común. Frente a los que quieran acusar al pueblo de plagio por usar sus propias palabras, hay que responder con más creación colectiva, con más crítica, con más revolución semiótica.
* Doctor en filosofía
Durante años, mezclando mi experiencia en las luchas de los profes, lecturas de libros y folletos, las charlas con Rubelio, pero, también, con los profesores Jesús Ortega Macías y Othón Salazar y un poco de imaginación, me figuré las gestas del Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) a finales de los años 50.
Pero, esas evocaciones soñadas, se desmoronaron como terrón de azúcar en una taza de café, al llegar a mis manos las fotografías sobre el othonismo de Rodrigo Moya, fotógrafo de acción y simpatizante de las causas sociales. Fue un relámpago. Esas imágenes poderosas y vívidas se mezclaron con los relatos de Rubelio o de Jesús, hasta convertirse en una misma historia. Donde había pinceladas o sombras, aparecieron nítidamente rostros, paisajes, campos de batalla, marchas y mantas. Recupero tres fotos de aquellos años, sorprendentemente actuales.
En 1956, en las orillas de la metrópoli, en una escuela de lo que hoy
es Nezahualcóyotl, Moya retrató una humilde aula con paredes de
ladrillo sin revestir, con alumnos con el cabello muy corto, de entre
ocho y nueve años de edad, que escuchan atentos a su maestra, sentados
en pupitres de madera. En el pizarrón, con tiza, la docente escribió con
perfecta caligrafía las enseñanzas del día: Los niños deben de ser amables. La pobreza no es vergüenza. La niña se llama Rosa
. La bautizó como La lección. Se publicó casi 10 años después, el 14 de julio de 1965, en Sucesos para Todos. De realidades como esa surgió el MRM.
Aunque no era muy alto de estatura, en la instantánea publicada en la revista Impacto en 1958, el maestro Othón parece un gigante. Demostró serlo. Impecablemente vestido de traje y corbata, con 34 años de edad a cuestas, trepado en los hombros de sus compañeros de lucha, seguro de sí mismo, se levanta por encima de la multitud y parece mirar hacia un porvenir lleno de triunfos. La mirada y el oficio de Moya atrapan la enormidad de la talla moral y política del dirigente magisterial comunista, quien, en 2008, murió entre su gente, en una sencilla cama de bambú y petates, y fue enterrado con un ataúd envuelto en bandera roja con la hoz y el martillo.
La tercera foto es en realidad un collage armado con varias instantáneas en torno al eje de la represión, en las que se muestran las razones
de los toletes de un gobierno convencido de que la letra sólo con
sangre entra. Poniendo el cuerpo por delante, sin recurrir al telefoto,
Moya documentó, entre gases lacrimógenos, macanas y piedras, la acción
de policías y golpeadores contra los mentores. Realmente se la jugaba al
hacer su chamba.
Generoso y solidario, donó muchas de esas imágenes a los normalistas rebeldes de la revista Arriba, escrita y coordinada por el poeta y periodista Alberto Domingo. “Mi orgullo –escribió en El telescopio interior–
era ver las páginas del reportajillo central ocupado por mis fotos,
casi en miniatura. El crédito por mi trabajo era la única y gran
retribución”. Otras más se difundieron años después en Sucesos para Todos como parte del reportaje La violencia en México
, firmado por Pico Palino, el sobrenombre que usaba con su amigo y camarada Froylán Manjarrez.
Su empatía con la causa docente, le permitió a Moya tomar fotos que ningún otro reportero gráfico de la época captó. Así, estuvo en la guardia permanente en el edificio de la SEP, que los insurrectos instalaron entre el 30 de abril y el 5 de junio de 1958. Fue el único fotógrafo al que dejaron entrar.
Su complicidad con los profes venía de atrás. Desde 1956
comenzó a documentar sus afanes y resistencias, gracias a su amigo y
cómplice Alberto Domingo, y a la esposa de éste, maestra disidente.
Tenía el pulso de los acontecimientos. Cuando, a pesar de que su
principal dirigente estaba preso, los profesores de primaria de la
Ciudad de México arrancaron el reconocimiento de su conquista gremial,
Rodrigo publicó un excelso reportaje gráfico con el título de: Othón Salazar triunfa, desde su celda, en la sección novena del magisterio
.
Cuando la censura gubernamental sobre la cobertura informativa de la insurgencia sindical cerró los espacios en la prensa escrita, entregó algunos materiales a la revista, obsequió otros a los trabajadores de la educación rebeldes y guardó varios en un archivo personal, que años después comenzó a ordenar junto a su esposa Susan Flaherty.
Varias de esas fotos sobre el consciente proletariado magisterial de aquellos años, muchas inéditas, alojadas en su laberinto con pozos y pasadizos
de Cuernavaca, aparecieron en tinta y papel en un especial de este
diario, publicado el 15 de mayo de 2008, Día del Maestro, acompañadas de
su ensayo El poder la de la fotografía contra el olvido
(https://shorturl.at/vdXez).
“Hoy –escribió allí con enorme generosidad–, 50 años después, mi homenaje personal a aquellos luchadores ya desaparecidos o acallados es entregar a La Jornada aquellas imágenes que en su tiempo no tuvieron cabida porque no agradaban a la Santísima Trinidad (el señor Presidente, el Ejército y a la Virgencita de Guadalupe).
Los profes insumisos, esos que Rodrigo retrató desde 1956,
hoy encarnados en la CNTE, esos que cada día enseñan a los niños en
precarias escuelas de periferias y zonas rurales que la pobreza no es vergüenza
,
mientras combaten por un país más justo, tienen un deber con el
reportero gráfico que capturó su esencia, retrató su digna rabia e hizo
de la fotografía una herramienta de la memoria.
X: @lhan55
Eso me recuerda una frase que decía el ex presidente Porfirio Díaz Mori, quien gobernó México de 1876 a 1911: Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos
.
Por eso, cuando el vecino del norte decide aplicar nuevas medidas importantes, entre los afectados siempre se encuentra México.
México es libre, independiente y soberano
, es ahora una frase
que repite la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y que se hace eco
en todos los rincones del país. México es una sociedad compleja, un
espejo en miniatura del mundo entero. Pero eso no significa que el mundo
entienda los problemas que enfrentamos, ni siquiera los de una sola
entidad, municipio o una pequeña localidad.
EU no es un país lejano: es una presencia constante. En las charlas cotidianas, en los titulares de prensa, en cada discusión pública, su sombra siempre está ahí, incluso intentando inmiscuirse en los asuntos internos mexicanos.
El robo de gasolina es un importante flagelo que enfrenta México, y que en algunos casos deja víctimas mortales, como en la explosión en un ducto de Pemex en el estado de Hidalgo, en enero de 2019, que cobró más de 130 vidas.
Aún con la agresiva estrategia para hacer frente a este problema, la ordeña de hidrocarburos, de acuerdo con expertos, predomina en el norte y centro de México, rodeada de gran especulación sobre hasta dónde puede llegar la estructura criminal en este delito.
Washington llegó a insinuar que se necesita cooperación
en
este asunto, como parte de su agenda para encarar el tráfico de drogas y
crimen organizado, que la Casa Blanca ahora califica de terrorista, e
incluso ofreció enviar tropas a la frontera para combatir a los
cárteles; pero la presidenta Sheinbaum ha sido tajante: los asuntos
internos se resuelven en casa.
No sólo en el subsuelo hay disputas. También en los mapas. Lo que en México se llama con orgullo Golfo de México
, en Estados Unidos algunos políticos lo han rebautizado como Golfo de América
.
No es un simple detalle lingüístico: hasta en el mar podemos ver la
sombra del hegemonismo y la falta de respeto hacia el vecino meridional.
Si la soberanía revela una tensión histórica, en lo económico esa tensión se vuelve transaccional. En las colinas rojizas de Zacatecas, el agricultor Felipe Ruiz empieza su jornada antes del amanecer en el rancho El Álamo, donde cuida con esmero miles de plantas de jitomate. En el semidesierto de Fresnillo, su cosecha es una de las más codiciadas del continente.
Este verano lo visité junto a Adolfo Bonilla, su socio en la cooperativa Agrícola B 15. Su apuesta es clara: exportar. Pero el temor a nuevos aranceles de EU vuelve a ensombrecer el horizonte. La esperanza y la inquietud crecen bajo el mismo sol.
La eficiencia de la cadena logística es admirable: del tallo al supermercado en menos de 48 horas. En Texas, Arizona o más al norte, el jitomate mexicano es parte cotidiana de muchas mesas. Pero un solo decreto, una firma, puede romper esa delicada red tejida durante décadas.
Cuando se firmó el T-MEC, muchos, también consumidores estadunidenses, lo vieron como sinónimo de estabilidad y equidad. Hoy la realidad es otra: el tratado se volvió punto de partida de negociaciones; la equidad, una moneda de cambio; las reglas, herramientas de presión. El jitomate, rojo y brillante, ha quedado atrapado en la lógica desequilibrada de una relación cada vez más transaccional.
El 15 julio, el Departamento de Comercio de EU anunció que el tomate importado desde México tendrá un arancel de 17.09 por ciento, porque los mexicanos ofrecen el producto a un precio inferior que el de los productores estadunidenses, y eso afecta al mercado local.
En los foros internacionales, Sheinbaum insiste una y otra vez en la importancia de la soberanía y en la necesidad de construir un mundo multipolar.
En la última cumbre del G-20, afirmó sin rodeos que ningún país debe
imponerse sobre otro. Propuso mecanismos de cooperación más justos,
donde cada país tenga derecho a ser escuchado. Frente a las presiones
comerciales, migratorias y diplomáticas, México no busca
enfrentamientos, sino afirmarse con firmeza para afrontar con dignidad, con orgullo y sabiendo a quién representamos, que es a nuestro gran pueblo y a esta gran nación que tenemos
, subrayó la Presidenta.
El 1º de agosto concluyó el plazo para que EU impusiera nuevos aranceles a sus socios comerciales, incluyendo México, lo que empujaría el derrumbe del orden comercial internacional vigente.
México y EU han mantenido negociaciones, pero al filo de que expirara el plazo impuesto por Washington para la entrada en vigor de nuevos aranceles, se pactó con Washington una prórroga de 90 días.
Sheinbaum, quien asegura que los problemas no se resuelven con la
imposición de aranceles, trabaja en dos frentes sin echar toda la carne
al asador: propone al vecino del norte una estrategia para reducir el
déficit de EU con México sin que afecte la economía mexicana, mientras
de otra parte centra sus esfuerzos de lograr, con su Plan México
, fortalecer el mercado interno y el comercio con otros países.
La situación geopolítica del mundo actual vive un cambio profundo y turbulento, lo que a su vez supone una oportunidad histórica para consolidar con mucha fuerza la integración. Con este telón de fondo, hemos visto a los mandatarios mexicanos y brasileños sostener conversaciones telefónicas la semana pasada para buscar fortalecer y ampliar su cooperación en los ámbitos comercial, científico y educativo.
No podemos elegir a nuestros vecinos, pero sí podemos escoger un nuevo sendero de unidad y fortalecimiento con otros países latinoamericanos y del Sur Global que comparten nuestros valores para hacernos más fuertes.
* Periodista
Préndeme tu vacuna, oh mariguana, o perturbadoramente góticas como su famoso poema
Misa negra, que le valió la expulsión del periódico El País y la animadversión de Porfirio Díaz.
Pero la actualidad de Tablada se encuentra más allá de lo anecdótico
de su vida. Encontró en la imagen misma la fuerza del impulso poético;
una imagen más allá del argumento que la ahogaba, a decir de Octavio
Paz. Tablada es un poeta visual, capaz de aprehender la realidad en tres versos
.
Su curiosidad incesante lo acercó al cine, medio en el que vislumbró el porvenir del ocio masivo: 'el futuro estará alumbrado por la luz del cinematógrafo
.
Pero en el cine vio algo más: las posibilidades de construir un
discurso sólo con imágenes. Me explico: que el montaje de dos imágenes
diera por resultado una nueva. Algo similar a lo que Pound vio en la
escritura china, donde, por ejemplo, la imagen de un corazón junto a la
imagen de una puerta cerrada expresan el sentimiento de la tristeza.
Si su poesía no ha envejecido es por esa fuerza de las imágenes más allá del discurso. Por eso se mantiene viva, irónica; concentrada como una hierba de olor, resiste a los años y los gustos de la hora
, a los 80 años de haber dejado de existir.
En este mundo tan lleno de imágenes sorprende un poco que no lo tengamos tan presente. Una espléndida exposición de 2019, Pasajero 21: El Japón de Tablada, en el Palacio de Bellas Artes, fue el rescate más próximo del poeta. Pero en estos días en los que la cultura oficial sólo habla de los pueblos originarios reduciéndolos a pasarelas de textiles y tianguis de comida, bien podría dar cuenta cómo desde la alta cultura Tablada fue uno de los primeros que valoraron la riqueza de nuestra cultura indígena.
En sus versos y en sus artículos periodísticos (se han registrado más de 10 mil) la cocina tradicional y el pasado remoto con sus dioses pétreos está presente:
En mitad de la llanura / hay una roca / que va tomando figura / del gran brujo Tezcatlipoca.
O en estos versos de El Figón
, donde destaca nuestros gustos culinarios: ¡Delicia
de los moles / que guisan las mestizas de Campeche / y en Puebla de los
Ángeles, las Choles! / Alegría de los moles suculentos / verdes y
prietos y el colorado / en cuyo adobo brilla reflejado / todo feliz
advenimiento
.
A diferencia de López Velarde, cuyos versos han llegado hasta La mañanera del pueblo
con su verso suave patria
,
Tablada no ha alcanzado, contra toda evidencia, el certificado de lo
nacional. No es el único: Octavio Paz, a quien debemos uno de los
grandes ensayos sobre lo mexicano y que admiraba Carlos Monsiváis, las
nuevas administraciones lo miran con desdén, lo ningunean mientras
favorecen e impulsan a redactores de pálida medianía.
Es cierto que José Juan Tablada tuvo errores: aplaudió a Porfirio Díaz hasta que cayó de la gracia del dictador por su poema Misa negra
;
atacó con cinismo a Madero, a quien por demás admirara su amigo Ramón
López Velarde; escribió un panegírico de decenas de cuartillas sobre
Victoriano Huerta y, posteriormente, criticó al dictador
en la
época de Carranza, a quien había fustigado con su prosa, y terminó
trabajando con él en el servicio exterior. Conductas, por lo demás, que
se repiten con otros nombres en nuestros días, pero a diferencia de
Tablada o de Novo, con dudosas calidades literarias.
Pese a nuestra amnesia cultural de la que nos liberan de tanto en
tanto un puñado de estudiosos, la poesía de Tablada no ha perdido esa
frescura que lo caracterizó ni su capacidad de sorpresa que no deja de
sacudirnos en cada nueva lectura. Sus haiku (haikai en plural, ya se
sabe) son una muestra de impacto visual y de síntesis a tal grado que
siempre invitan a sentir y reflexionar al lector como este dedicado al
mono: El pequeño mono me mira... / ¡Quisiera decirme / algo que se le olvida!
Frida Kahlo quiso ser recordada con su último cuadro. Un bodegón de sandías que llamó Viva la vida y pintó una semana antes de su muerte. Tablada, sin proponérselo, es recordado con frecuencia con estos versos alegres y luminosos de alto contenido frutal: Del verano, / roja y fría / carcajada, / rebanada / de sandía!
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