11/17/2008

Para crisis, la de la izquierda



En la actual situación confluyen varias crisis. Pero una de ellas destaca sobre las demás; la crisis de la izquierda.

Joze García La Yesca

En la actual situación confluyen varias crisis. La crisis financiera, la crisis de la economía real, la crisis energética, la crisis alimentaria y una profunda crisis ecológica. Pero una de ellas destaca sobre las demás, precisamente por afectar al núcleo desde el cual deberían surgir las respuestas y soluciones para todas las anteriores; la crisis de la izquierda.

En estos momentos, en los que ha explotado la burbuja especulativa de los valores neoliberales claramente sobrevalorados, los flujos de capital ideológico deberían refugiarse en los valores menos rentables a corto plazo pero mucho más sólidos de la izquierda. Lástima que por una vez no se aplique esta lógica financiera.

La presunta crisis del capitalismo puede ser entendida más bien como una lección de solidez. Quizás podamos aprender algo del enemigo. Lección número uno: la ideología es lo de menos, lo importante son los objetivos.
El capitalismo tiene claro los suyos; la acumulación de riquezas en pocas manos. Hasta hace bien poco la ideología neoliberal y los mitos del mercado, la mano invisible, el libre comercio, la desregulación, la privatización, etc. funcionaron bien como justificación ideológica vestida de pseudociencia para alcanzar los fines perseguidos.

Hoy el sistema abraza de forma descarada la nacionalización, la regulación, la intervención del Estado o el proteccionismo. Todo discurso, teoría, ideología, argumento o programa no tiene mayor utilidad que la de ponerse al servicio del fin primordial. Lo importante es mantener la acumulación y la explotación y si para ello hay que nacionalizar la banca se nacionaliza.

La diversidad, el espíritu crítico, la profundización teórica e ideológica deben seguir siendo valores de la izquierda. El neoliberalismo no es en sí una ideología sino la justificación de unos intereses determinados. Mientras que por un verdadero ideal se puede llegar a sacrificar los intereses personales, en el neoliberalismo ideal e interés son indisociables. Para el sistema capitalista la ideología es algo accesorio, al servicio de los intereses de las clases dominantes.

Para la izquierda las ideas son y deben seguir siendo fundamentales. Pero debemos aprender de la reacción del poder ante la crisis. Los ideales absolutos nunca pueden prevalecer sobre los fines y objetivos fundamentales. Dejémonos de sectarismos, de absurdas acusaciones recíprocas de reformismo y radicalidad, de divisiones teóricas que se traducen en dispersión práctica. Pongamos la ideología al servicio de la acción y no al revés.

Ahora que se anuncia la “refundación del capitalismo”, refundemos nosotros el sindicalismo, el socialismo, el anarquismo, el ecologismo, el feminismo, el indigenismo y todos los “ismos” que haga falta. Igual que ellos son capaces de reformarlo todo para dejarlo como está, debemos reformar la izquierda para dejarla como debería estar.

Si no aprovechamos esta situación, ellos saldrán de su crisis pero nosotros nunca saldremos de nuestra recesión.

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