11/18/2008

En Sudáfrica: mujeres expresaron el poder de los movimientos


XI Foro para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo

Por Lucía Lagunes Huerta/enviada

Cd. del Cabo, Sudáfrica, 17 nov 08 (CIMAC).- Desde Polonia hasta Irán, de Shangri-La a Zimbawe, las mujeres trabajan, crean, construyen estrategias, enfrentan a sus gobiernos y defienden los derechos de las mujeres: desde el aborto hasta el derecho a vivir sin esposos, sin dejar de ser personas.

Ante un auditorio de mil 500 mujeres de distintas lenguas, colores, culturas, en el sur de Sudáfrica, estas mujeres compartieron sus testimonios, sus estrategias, para transformar su vida y la de otras mujeres, en el segundo día de trabajo del XI Foro Internacional de la Asociación para los derechos de la mujer y el Desarrollo (AWID, por sus siglas en inglés) “El Poder de los movimientos”, que se realiza en esta ciudad y concluye hoy lunes.

Shirin Ebadi, premio Nobel de la Paz 2003, explicó lo que es hoy vivir en Irán y defender los derechos humanos de las mujeres. Ebadi, abogada quien después de la revolución islámica en 1979 fue obligada a dimitir a su puesto de jueza, narra cómo hoy es necesario ir de casa en casa para convencer, hablar con las mujeres y sus derechos.

Shirin Ebadi, quien describió cómo hoy su gobierno utiliza las leyes del Islam para oprimir a las mujeres, aseguró que “cuando el camino es correcto, el éxito está ahí y la victoria es nuestra”.

A Ebadi, quien ha sido presa en varias ocasiones por su defensa de derechos humanos, no lo detiene nada, ni los hackers gubernamentales, quien en más de una ocasión han destruido sus sitios en Internet, ni la prohibición gubernamental para contar en el país con banda ancha, ni los arrestos de ella y de las y los activistas que se suman a su causa.

Para esta mujer los errores son enseñanzas y un derecho del ser humano, el derecho a equivocarse. Y reconoce “uno de mis errores”: después de que me gradué de la universidad no era feminista, era abogada nada mas, después de la revolución, que cambiaron la leyes, sentí la opresión y comprendí que hasta el final de mi vida tenía que ser feminista…”.

Pese a tener casi todo en contra, sin lugar a dudas su tenacidad logró, en una sociedad cerrada, cambiar algunas leyes para la ventaja de la mujer iraní, como la ley concerniente a la custodia de las y los hijos, que fue aprobada en enero del 2004, y cuyo cambio favoreció a las madres.

“Recuerdo cuando al principio de la revolución la prensa quiso hablar mal de mí, me dijeron feminista, lo usaron como maldición, pero estoy muy contenta, ahora las mujeres y los hombres de Irán están orgullosos de ser feministas”.

Desde hace un año Shirin inició la campaña del Millón de Firmas donde cada mujer y hombre iraní que no estén conformes con las leyes discriminatorias pueden firmar una declaración en la que manifiesta su desacuerdo. Para obtener las firmas se han seguido dos métodos: la visita de casa en casa y el Internet, en donde en la página
www.we-change.org las y los ciudadanos iraníes obtienen información sobre esta campaña y firman.

La duración de esta campaña es de dos años. Sus objetivos son concienciar a la ciudadanía sobre las leyes desfavorables hacia las mujeres en Irán y anunciar el deseo de las mujeres y de los hombres de rectificar las leyes discriminatorias ante el Gobierno de la República Islámica de Irán y la opinión pública a nivel internacional

Su compromiso por los derechos de las mujeres la ha llevado, junto con las mujeres Nobel, a abogar en el mundo por los derechos humanos de las mujeres.

“Hemos decidido utilizar esta atención para que el mundo reconozca los problemas de las mujeres, hemos tenido mucho éxito. Debido al premio Nobel de la Paz, podemos aprovechar los foros, para traer la voz global del feminismo al mundo”.

MUJERES EN LAS OLAS

Sin los mismos reflectores, otras mujeres desarrollan iniciativas exitosas, como el movimiento Mujeres en las Olas, cuya estrategia es realizar abortos seguros en aguas internacionales, en un barco que ha recorrido varios países entre ellos Polonia, donde en 1993 las mujeres perdieron el derecho al aborto.

Wanda Nowicka recuerda cómo en 2003 el barco atrajo la atención de los medios de comunicación, lo cual nos ayudó a hacer conciencia en nuestra sociedad sobre este tema.

Otras estrategias que estas mujeres desarrollan en Polonia es promover una imagen positiva del feminismo, porque aún hay una imagen contraria, “estamos organizando pruebas y concursos de arte para hacer una consigna y afiches interesante que promueven una imagen positiva del feminismo. No es sólo una forma de participar sino también para llegar a otros grupos”, afirma.

A nivel regional, continúa, está el documental Astra, que cubre una serie de temas de reproducción y derechos sexuales, como el embarazo en adolescentes. Lo importante del movimiento feminista, señala Wanda, es la presión que ejercen para proteger los derechos de las mujeres. “Si no existiéramos (las feministas) no puedo imaginar dónde estaríamos, si no paramos esta ofensiva”. El feminismo es algo que merecemos, remata.

Meena Seshu, de Shangri-La, trabaja por los derechos humanos de las mujeres, especialmente con trabajadoras sexuales y una de sus estrategias es aprovechar el desarrollo tecnológico. A través de mensajes de celular se contacta con las mujeres, para hacer reuniones, promover los derechos y dar la voz de alerta después de allanamientos.

Shangri-La es un pequeño pueblo remoto, cada que hay un allanamiento todo el mundo lo sabe y hay una campaña de firmas, gracias a los mensajes de celular. Esto también ha permitido llegar a las mujeres que no tienen acceso a Internet.

El trabajo que realiza Meena también tendió el puente entre las trabajadoras sexuales con el movimiento de mujeres, ambas de encontraron y se reconocieron importantes unas para las otras, así hoy tienen una sola fuerza cuando la derecha ataca.

El diálogo con las trabajadoras sexuales y las mujeres ha colocado dos realidades: mientras las trabajadoras del sexo obligan a los hombres a usar el condón, las mujeres en sus casas ni siquiera pueden mencionarlo.

En Zimbabwe la crisis económica está relacionada con toda la crisis institucional y del sistema político que el país está sufriendo. La falta de alimentos y la desesperación de las personas por poder conseguirlos es una herramienta política utilizada por el Gobierno, quien distribuye alimento.

En este contexto, Martha Tholanah trabaja por las mujeres y sus derechos. Con pequeños grupos en las clínicas hospitales, trabajan todos los días pese a las restricciones a la libertad de asociación impuestas por el actual gobierno.

Burlando los obstáculos, Martha Tholanah se reúne en la clandestinidad con las mujeres para hablar del VIH/SIDA. “La gente viaja por otras razones, se le dicen a las mujeres que estaré en tal área, en tal sector, a través de los mensajes de texto. Es difícil porque muchas mujeres tienen que conseguir un teléfono, tomarlo prestado, en otras ocasiones se acaba la batería, muchas veces no llega los mensajes”.

El trabajo de las feministas con las mujeres ha permitido superar el estigma por ser mujeres positivas, muchas de ellas viudas.

“El feminismo era una palabra horrible, no entendimos el significado, pero ahora las mujeres tenemos estrategias diferentes para que las mujeres en lugares más remotas sepan de él”.

En este país donde se estima que más de un tercio de las personas sexualmente activas vive con SIDA y mil 500 mueren cada semana por causa de este mal, en su mayoría mujeres, el trabajo que se haga para prevenir no solo es fundamental sino urgente.

La relación VIH-pobreza no estaba asumida. “En los primeros mensajes, se creía que esto eran cosa de hombres gay, de hombres de Occidente. Si alguien tenía VIH, era que habías tenido relaciones con gay blancos, cuando nos dimos cuenta de que había mucho prejuicios”.

Hoy vemos que las lesbianas están muy marginadas, porque hubo mucha discriminación hacia las mujeres que dijeron que eran VIH y eran lesbianas, “vimos que todas estamos discriminadas y que hay que apoyarnos todas”.

Nani Zulminarni, quien en su exposición nos recordó la película Wather, al hablar del significado de la viudez para las mujeres, donde con la muerte del marido las mujeres dejan de valer, recordó la importancia de reconocer el papel de jefa de familia como una contribución social.

08/LLH/GG

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