10/16/2009

Los periodistas pal café.....



Julio Hernández López: Astillero
A diferencia de los anteriores zócalos (electorales), el de ayer fue desbordado por una amalgama de movimientos e intereses sociales de diferente origen y destino, cuyos reclamos, textura y ánimos deberían generar replanteamiento de estrategias bélicas al gobierno federal golpista, cuya renuncia fue exigida ayer con insistencia nada acomedida. La valoración y dimensionamiento de la marcha de ayer puede hacerse sin caer en la tentación inducida de anexarla a las pretensiones o la fuerza personal de López Obrador, quien de manera calculada evitó llegar al templete, oficialmente atorado en la extrema retaguardia, deseoso en realidad de ceder el escenario a los trabajadores en lucha.
La gran movilización popular de ayer demuestra la falsedad de las versiones oficialistas que varios medios controlados difunden acerca de la impopularidad de la resistencia contra el más reciente de los caprichos del calderonismo húmedo. Pero no ha de ser en cuestión de números en donde un análisis ha de empantanarse (a la hora de redactar esta línea son las 20:18 y frente a un café con Internet inalámbrico en 16 de Septiembre siguen pasando grupos rumbo al Zócalo, eufóricos, ondeando banderas, coreando consignas, que van a una Plaza de la Constitución de la que una hora atrás se retiró este tecleador, cuando ya estaba llena). Lo importante de ayer es el grado de madurez y participación de segmentos progresistas y de izquierda que por primera vez han podido asomar con una visión de futuro y sin ropajes partidistas o electorales a la lucha abierta y masiva desde el fraude de 2006. Por ello ha sido posible ver grupos estudiantiles y juveniles en cantidades y alegría como no se había logrado tener en ningún momento de la lucha poselectoral. Por ello ayer hubo los errores y problemas naturales de toda organización social que empieza a definirse, desde los contingentes que sin esperar a la vanguardia oficial comenzaron a marchar rumbo al Zócalo, dejando muy atrás a los liderazgos oficiales y su formación protocolaria, hasta los discursos que tenían ese tono ajeno a la veneración de candidatos y a la lamentación obligatoria del pasado escamoteado (a las 20:26, un reportero internacionalista comunica a Astillero News que frente al Sheraton Alameda está pasando el último grupo de caminantes rumbo al Zócalo).
Lo sucedido ayer muestra que, en una realidad política tan polarizada, sólo tomando al pasado como referente de fuerza y convicción se podrá tejer con posibilidades de éxito el futuro. Dicho de otra manera: hoy se tiene la gran oportunidad de darle viabilidad, incluso electoral, incluso a AMLO, a un movimiento de resistencia al fraude, pero a condición de que sepa entender que el México actual requiere definiciones de lucha que van más allá de las personalidades fuertes y las proclamas repetitivas y que requiere más horizontalidad, más estructura y más pluralidad. Con sagacidad, López Obrador está haciendo todo lo posible para que la carga de animadversión y difamación que los medios oficialistas le tienen reservada para cada ocasión en que aparece en actos importantes no sea transferida al movimiento de defensa de los electricistas. Esa es una postura positiva. Con el agregado importante: la gran movilización dependió de instancias colectivas, de un trabajo de organización que aun teniendo como eje al líder Martín Esparza no podrá ser aplastado ni calumniado sólo a partir de un individuo. (Inteligente forma de López Obrador de hacerse más presente mediante la ausencia. En nombre de su movimiento habla Claudia Sheinbaum, luego de que los organizadores lo han pedido, pues la intención de los lopezobradoristas era que ni siquiera se produjera esa intervención. Porfirio Muñoz Ledo arenga e incendia, aunque en el propio templete hay quienes escuchan la oratoria del multipartidista con histórico escepticismo.)
Lo de ayer no fue una demostración de fuerza (músculo político, adelantaba un diario, como si de fisicoculturismo social se tratara) sino de razón y convicción. Podrían haber sido la mitad, y habrían sido muchos; podrían haber sido el doble, sin decisión y coraje, y habrían sido pocos. Fueron los justos, en nombre de muchos más. Tanto en la capital del país como en otras ciudades. Tanto en cuerpos presentes como en ánimos ausentes pero solidarios. Una jornada cívica de rechazo profundo a un gobierno (más allá de consideraciones sabidas de ilegitimidad), a sus acciones y su orientación. Hoy es un exceso recordar que Calderón es un espurio o un pelele; los hechos hacen innecesaria la insistencia verbal; la protesta de ayer hubiera sucedido en los mismos términos aun cuando se reconociera plenamente la legitimidad de Calderón. Y la sentencia de la plaza pública ni siquiera ve tanto hacia atrás: que renuncie, que se vaya, por lo que ha hecho y lo que previsiblemente seguirá haciendo: 2009 es el punto de partida, teniendo en cuenta 2006 pero entendiendo que éste es el año del quiebre, éste es el año del agravio generalizado que agudiza las conciencias y motiva la militancia. Así se articuló ayer la demanda generalizada de que se vaya el culpable de tantas desgracias, grito en el corazón de la patria que políticamente no es cosa menor en un país que según el propio rector de la UNAM está en riesgo de estallidos sociales (al final del mitin, Martín Esparza pide que Marcelo Ebrard sea mediador ante el gobierno federal que, dice el dirigente sindical, ya está dispuesto a abrir esa forma de negociación).
Mientras tanto, Felipe sigue dando golpes al interés popular. La gente marchaba y protestaba mientras él abría las puertas a los intereses trasnacionales en materia de transgénicos, al autorizar las primeras dos solicitudes para sembrar ese tipo de maíz. Greenpeace también necesita marchas de apoyo y resistencia ecológica. Por lo pronto, se abrieron las posibilidades de mesas de negociación, se desplegó una movilización equivalente o mayor a la de los mejores actos de López Obrador y revivió una izquierda y un movimiento social que la derecha calderonista consideraba doblegado. ¡Feliz fin de semana!
Fax: 5605-2099 •
juliohdz@jornada.com.mx
¿Y dónde se encuentra, o está escondido, Jorge Gutiérrez Vera? ¿Gutiérrez who? Hasta el domingo pasado desempeñaba el cargo de director general de Luz y Fuerza del Centro. Sus empleos recientes fueron en el sector privado, pero ya había trabajado antes en la compañía de luz: fue subdirector general de 1982 a 1992. Gutiérrez Vera no compartía la visión de que la empresa fuera un nido de ratas. Inclusive se mostraba optimista respecto al futuro de las relaciones con su sindicato. Al renovarse el contrato colectivo en 2008, decía que habían convenido la reingeniería de procesos productivos, la adopción de indicadores, metas de productividad, así como mejoras en la atención a los usuarios. El aumento salarial se pactó en el nivel que aceptaron otros sindicatos: 4.25% directo al salario y mejoría en algunas prestaciones. En la revisión del año actual, las negociaciones fueron tensas, como siempre, el incremento quedó en 4.9%, nada extraordinario. La secretaria de Energía reclamó al sindicato que no hubiera cumplido las metas fijadas en la revisión anterior y el organismo gremial argumentó lo contrario, supuestamente 99% ya habían sido solventadas. Gutiérrez Vera dio un dato revelador: el déficit permanente en que operaba se debía en gran parte a que la Secretaría de Hacienda es la que fija el costo de la luz al consumidor y además determina el precio en que se compra a la Comisión Federal de Electricidad, ya que LFC sólo es distribuidora. Siendo su testimonio de importancia capital ¿por qué no aparece Gutiérrez Vera? Si existía tal grado de corrupción –de acuerdo a sus superiores– sin duda estaba enterado y eventualmente era cómplice. ¿Por qué no ha sido llamado por la PGR?
La codicia
Es importante que aparezca Gutiérrez Vera por otra razón. En una declaración que hizo en los días de la revisión del contrato 2008, quizá se encuentren algunas claves del conflicto de hoy. Incurrió en el desliz de anticipar que la empresa se preparaba a prestar el servicio de transmisión de voz, datos e imagen a través de fibra óptica, mejor conocido como triple play. En otras palabras, LFC sería proveedor, así fuera por conducto de otra empresa, de servicio telefónico, de televisión e Internet. Una mina de diamantes. Para tal fin se conformaría una nueva empresa de telecomunicaciones en la que se requeriría de inversión privada, un socio tecnólogo nacional o extranjero. El sindicato recientemente reveló que dicha compañía es una que formaron dos ex secretarios de Energía del foxismo, Fernando Canales Clariond y Ernesto Martens. Algo que debe aclarar el ex funcionario que anda hecho ojo de hormiga es si los ex secretarios eran los elegidos de Los Pinos, o tienen sus propios candidatos para hacer el negocio. Hay otro dato: anteayer la secretaria Georgina Kessel anunció que sería una nueva empresa la que sustituiría a LFC. Sin ninguna elegancia fue desmentida horas después: la elegida es la Comisión Federal de Electricidad. Pero Alfredo Elías Ayub tiene su red. ¿Acaso quieren juntar las dos en un solo negocio? Sería saludable que Gutiérrez Vera diera la cara y nos aclarara muchas dudas, porque quizá aquella indiscreción en que incurrió el año pasado despertó la codicia de muchos, y es uno de los motivos del conflicto de estos días.
Los que no pagan impuestos
Con frecuencia se dice que las grandes empresas no pagan impuestos, o pagan muy poco. Se trata de los grandes contribuyentes, con ingresos acumulables para ISR superiores a 500 millones de pesos anuales. En efecto, el régimen de consolidación fiscal que se contempla en la ley permite que alrededor de 400 grandes grupos empresariales, mismos que en conjunto acumularon ingresos por 4 millones 960 mil millones de pesos en 2008, tengan una carga fiscal en ISR de apenas el 1.7% en promedio. Esto equivale a pagar solamente 85 mil millones de pesos. En el caso figurado de que la carga fiscal de estos grupos fuera de 5%, en lugar del 1.7%, estaríamos hablando de una recaudación por alrededor de 250 mil millones, en lugar de los 85 mil millones que actualmente pagan. Eso sería suficiente –con algunos ahorros en el gasto del gobierno– para tapar el agujero sin necesidad de castigar el consumo de la población. El problema es el quién, o quiénes, son los que no pagan: las telefónicas, las televisoras, las cerveceras, los fabricantes de comida chatarra que, a su vez, son patrocinadores de las televisoras, los picudos del país. Este fin de semana los jefes de los grupos de la Cámara de Diputados trabajarán horas extras para afinar el presupuesto de 2010. Tienen esa opción, apretar un poquitín, tampoco se trata de ahogar a los grandes (no) contribuyentes, si es que lo permiten los intereses del gobernador Peña Nieto, Beatriz Paredes, Francisco Rojas y el senador Beltrones
e@Vox Populi
Dice el inquilino de Los Pinos y jilgueros que lo rodean que el decretazo en contra de Luz y Fuerza del Centro no tiene relación alguna con la privatización del sector eléctrico. Qué bueno que lo aclaren, porque es lo mismo que dijeron sus cuatro antecesores en la residencia oficial y a estas alturas el balance de tan rotunda negativa se traduce en que alrededor de 40 por ciento de la generación eléctrica en el país está en manos del capital privado, fundamentalmente trasnacional.
Que Felipe Calderón no busca la privatización del sector eléctrico es una verdad tan grande y contundente como aquella del presidente del empleo o su diagnóstico de la crisis (simple gripa o catarrito, como diría Carstens). ¿Será que en sólo seis años cambió de ideas, por mucho que los hechos demuestren lo contrario, y no quiere privatizar? Lo anterior, porque es increíble que el ahora inquilino de Los Pinos maneje otro concepto que el abiertamente planteado ante los senadores de la República el 17 de noviembre de 2003, como secretario de Energía en el gabinetazo de otro de los accidentes históricos que registra la política mexicana (léase Vicente Fox).
Como recordar es vivir, va lo que seis años atrás Calderón delineó como la política energética perfecta, misma que ahora, con el acelerador a fondo, intenta concretar a golpe de extinciones. ¿Qué dijo en aquel noviembre de 2003 ante los senadores?: “es necesario complementar la inversión pública con inversión privada, bajo diversas formas de participación, para lo cual es indispensable dar plena certeza jurídica a la inversión (privada). Es precisamente esta última la razón de nuestra insistencia en que la reforma al sector abarque también una reforma a la Carta Magna. La adecuación al texto de los artículos 27 y 28 constitucionales es la única manera de otorgar plena certidumbre jurídica y con ello dar viabilidad al sector eléctrico, sin perder el control del mismo. En esta materia, lo que buscamos es que se establezca con toda claridad, en la Constitución, que los particulares podrán generar la energía eléctrica de manera complementaria a la que generan las empresas del Estado.
“A nadie le conviene una legislación que suponga riesgos. Debemos reformar para dotar de seguridad a la inversión existente, alentar la futura y al mismo tiempo dejar en claro en el mismo texto constitucional que el servicio público de energía eléctrica será prestado de forma exclusiva por el Estado a través de las empresas públicas. Ante la resolución de la Suprema Corte donde señala que la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica pudiera contener disposiciones contrarias a la Constitución, es indispensable una reforma que despeje cualquier duda sobre la legalidad y legitimidad de las inversiones privadas en el sector.
Ninguna legislación secundaria podrá dar los espacios de garantía y claridad que una modificación al texto constitucional puede establecer en materia de certidumbre, confianza y seguridad a todos los actores. Lograr que la inversión pública y privada compartan la responsabilidad de invertir en el sector generación, nos permitirá, además como gobierno federal, destinar recursos a otras áreas, vale la pena resaltar que las inversiones anuales que el sector eléctrico requiere, representarían más de dos veces las erogaciones en el presupuesto para ciencia y tecnología, dos y media veces el programa de Oportunidades, tres veces o más de tres veces la atención a la población indígena.... Entonces, sí, su obsesión es privatizar.
Y sobre la extinción de esta empresa pararestatal, un experto en la materia envía el siguiente apunte: “El gobierno federal argumenta que decidió desaparecer a Luz y Fuerza del Centro porque tuvo un déficit de 40 mil millones de pesos en 2008. Cabe preguntarse: ¿de dónde surgió ese déficit? La CFE le vendió a 1.20 pesos por kilovatio-hora un bloque de 40 teravatios-hora, cuando aquella paraestatal la compró a las productoras extranjeras en 80 centavos por KWH. Esta especulación significó para LFC un sobreprecio de 16 mil millones.
“En la ciudad de México existen varios miles de empresas en media tensión que se roban la energía, contratando personas para que alteren los medidores de electricidad. Con esta acción ilícita LFC dejó de percibir el año pasado 11 mil millones de pesos.
“A los más de 20 mil trabajadores jubilados que tiene LFC se les pagaron en 2008 cerca de 10 mil millones. El gobierno federal nunca quiso asimilar estos pasivos, sino hasta ahora que decretó la desaparición de esta empresa. La suma de estos tres conceptos resulta en 37 mil millones de pesos, que es similar al déficit de Luz y Fuerza del Centro: ¿será legal el argumento del gobierno federal para extinguir a LFC?
En 2008 la nómina de los más de 40 mil trabajadores activos de Luz y Fuerza del Centro fue de casi 15 mil millones de pesos. ¿Cómo es que el gobierno federal pretende indemnizarlos con 20 mil millones? De la plantilla laboral de LFC, casi 15 mil trabajadores se dedican a construir redes de distribución, líneas y subestaciones; los nuevos desarrollos urbanos cubren sus nóminas. ¿A quién le transferirá el gobierno federal este jugoso negocio? En la CFE las subestaciones y líneas son obras Pidiregas que ejecutan las trasnacionales, y las redes de distribución construidas por empresas particulares contratadas por los propios fraccionadores.
“El gobierno federal ha puesto a la CFE como el modelo a seguir para sustituir a LFC, y en muchos aspectos es válido. Sin embargo, por ejemplo en Acapulco los robos de energía en la zona hotelera son proporcionalmente más altos que en LFC. ¿Decretará el gobierno federal la extinción de esa zona de CFE? ¿Aceptará el Suterm esta decisión? Y en otras áreas energéticas, ¿qué hará con los robos en ductos de Pemex, y al consumidor en las estaciones de gasolina? (más de 40 mil millones de pesos anuales).
Es muy difícil defender al sindicato de LFC, que con su paternalismo ha propiciado la ineficiencia extrema, exceso de personal y corrupción; pero ese paternalismo ha sido tolerado por muchos años por la administración de la empresa y el gobierno federal. En particular, la crisis de sus áreas de atención al público, en las que se han negado a aceptar nuevas opciones para mejorar la calidad de servicio. Sin embargo, ¿ejercerá la misma acción correctiva el gobierno federal con los sindicatos de Pemex y de la SEP? (José Luis Apodaca Villarreal,
japodaca@prodigy.net.mx).
Las rebanadas del pastel
En el gobierno de la creatividad, sorpresa tras sorpresa: ¿a quién adjudicó el paquete carretero del Pacífico Norte? ¡Milagro!: a Carlos Slim y su empresa Ideal, candidata a recibir los dineros de las Afore para infraestructura.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx

Julio Boltvinik: Economía Moral
En su artículo Problemas en la definición y medición de la pobreza, escrito en respuesta a la opus magna de Peter Townsend (PT), La pobreza en Reino Unido, con el cual terminé la entrega anterior (09/10/09), David Piachaud sostiene que PT no distingue privaciones de preferencias, alegando que muchas de las que identifica como privaciones son, o pueden ser, sólo diferencias de gustos. Mack y Lansley (1985), para evitar esta crítica, desarrollaron el concepto de carencia forzada, que orientaría la investigación británica subsecuente. Piachaud también criticó el análisis estadístico de PT que lo llevó a identificar un umbral de ingreso debajo del cual la privación crece desproporcionadamente, que PT identificó como la línea de pobreza objetiva (véase gráfica), lo que dio lugar a un debate.
Análisis Internacional de la Pobreza (1993)1. Colección de ensayos de PT y recuento de dos debates clásicos: con Amartya Sen (sobre pobreza absoluta/relativa) y con Piachaud (ya referido). El libro tiene tres partes: 1) Teoría y medición de la pobreza, con ensayos sobre: el panorama de la pobreza en el mundo; la conceptualización de la pobreza (traducido en Comercio Exterior, mayo de 2003); la identificación de la LP objetiva (con David Gordon, usando la técnica estadística del análisis discriminante); privación (reproducción del artículo comentado a continuación); teoría de la pobreza; los debates con Sen (sobre el carácter absoluto o relativo de la pobreza) y Piachaud; y sobre la necesidad de estadísticas más independientes sobre pobreza. (Para el debate con Sen, véase la entrega del 26/06/09). 2) El tercer mundo, con artículos sobre India y Kenya. 3) El primer mundo, con un artículo sobre la pobreza en la GB y otro sobre la política social europea.
Privación (1988). La privación puede ser objetiva, subjetiva colectiva y subjetiva individual, y las tres versiones son valiosas para el análisis social. La selección de indicadores ha sido muy pragmática y ha dependido del acervo estadísticos que se han desarrollado más con la aprobación política que con la científica. Se gastan enormes sumas en el análisis de un pequeño número de indicadores primitivos. Es como construir un maravilloso edificio con paja. La inversión en la tarea de desarrollar mejores y más duraderos indicadores resultará económica a la larga. En los indicadores de privación existe el peligro de tratar la edad, la etnicidad y la uniparentalidad como causas del fenómeno bajo estudio. En principio está mal considerar el ser negro o viejo, o vivir solo, o ser madre soltera, como parte de la definición de privación. Incluso si muchas personas de estos rasgos sufren privación, es su privación y no su status lo que ha de ser medido. Muchas personas que tienen ese status son demostrablemente no pobres.
Penultimátum
París: furor por México
Patricia Peñaloza: Ruta Sonora
The Flaming Lips
The Horrors (otra vez)
The Prodigy
Danzcervantino 2009

LFC: repudio a la extinción, necesidad de diálogo
Decenas de miles de integrantes de organizaciones sindicales, campesinas, populares y estudiantiles del país se congregaron ayer en el Zócalo de la ciudad de México y manifestaron su repudio al asalto de las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro (LFC) y la posterior liquidación de la compañía, decretada en los primeros minutos del pasado domingo. Quedó de manifiesto así un rechazo contundente de dichos sectores a una medida que se consumó en forma por demás arbitraria, de espaldas a la sociedad y al margen de la legalidad: como han expresado distintos especialistas en temas jurídicos, la decisión de desaparecer LFC careció de bases, pues no existía amenaza de huelga ni el servicio estaba en riesgo, y para extinguirla con el argumento de su inviabilidad financiera habría sido necesario llevar a cabo un juicio de conflicto colectivo de naturaleza económica, cosa que no sucedió.
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El Correo Ilustrado
Exigen al Poder Legislativo controversia constitucional
Le rogamos publicar esta carta dirigida a los 500 diputados federales:
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Las razones que el gobierno de facto ha dado para extinguir el organismo Luz y Fuerza del Centro (LFC) son fundamentalmente las siguientes: que el organismo se creó por un decreto presidencial y por tanto puede extinguirse con el mismo instrumento; que cada año hay cuantiosas transferencias presupuestales a LFC y que, por tanto, los costos del organismo son mayores que los ingresos, y que los trabajadores cuentan con privilegios inaceptables. Vale la pena resaltar y fortalecer diversos argumentos que se han puesto sobre la mesa, para desmentir estas afirmaciones.
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El 25 de octubre los ciudadanos uruguayos enfrentan una elección compleja en la que dirimirán paralelamente la posibilidad de un segundo gobierno del Frente Amplio, la obtención del voto en el exterior y, sobre todo, la decisión de anular –por la vía plebiscitaria– la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, que fue aprobada a la salida de la dictadura cívico militar en diciembre de 1986.
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Obama es una figura carismática. Lo demostró en las primarias de los demócratas, venciendo a la poderosa maquinaria de los Clinton, y repitió la hazaña en las elecciones nacionales, cuando aplastó la fórmula retardataria de John McCain y Sarah Palin. Durante su campaña, en visitas relámpago a Inglaterra, Francia y Alemania, atrajo multitudes que le valieron el título mediático de estrella de rock. Pero, ¿premio Nobel de la Paz 2009? ¿Cómo justificarlo?, salvo que se trate de un Nobel otorgado a las buenas intenciones; un premio a lo que aún no es, sino a lo que hará. Como si el parlamento noruego hubiese dicho: gracias por no ser como George W. Bush; gracias por ser un presidente diferente.
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La decisión del gobierno calderonista de asaltar las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro (10 de octubre) y decretar su desaparición (11 de octubre) como una vía para acelerar la privatización de la industria eléctrica del país y ofrecer pingües negocios a las mafias a las que se halla asociado se le ha revertido de inmediato, pues está poniendo en pie de lucha no tan sólo a los trabajadores electricistas y a múltiples sindicatos sino a amplios sectores de la nación que lo acusan de actuar en la más absoluta ilegalidad.
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Si las guerras salinistas contra Jonguitud y La Quina arrojaron como resultado final a Elba Esther y Romero Deschamps, Dios nos agarre confesados ante el resultado de las guerras calderonistas contra los sindicatos y el crimen organizado.
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La próxima Nochebuena, Pierre Soulages, pintor, cumplirá 90 años. Alto, fuerte, erguido, el esbozo de una sonrisa que parece contener el anuncio de una carcajada que es celebración de la inteligencia, la mirada profunda de la luz negra y chispeante de su pintura, Soulages contempla su alrededor con una lucidez a la que no escapa un ápice de la realidad... ni de lo imaginario. Sobre todo, de lo imaginario, más real que lo real, yacente en lo más hondo de las profundidades, raíces invisibles de las cuales emerge lo visible, todo eso que se va, que aparece para desaparecer, y que el artista trata de retener algunos momentos más en sus telas.
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El 6 de noviembre de 1997 tuvo lugar en Madrid un coloquio entre el escritor alemán Günter Grass y el español Juan Goytisolo. Ambos autores conversaron largamente sobre temas tan importantes, como el futuro de Europa después de la caída del Muro de Berlín, el neoliberalismo económico y el papel de los intelectuales en la sociedad.
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