3/01/2017

Aumenta el malestar social


Utopía

Eduardo Ibarra Aguirre

Sólo el 36.9% de la población se declara a sí misma como “satisfecha” con “la vida en general”, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, datos analizados por Mario Luis Fuentes, titular del espacio periodístico México Social (Excélsior, 28-II), y también del programa del mismo nombre en Canal 11.

De acuerdo con el economista y autor de Política social del siglo XXI: retos y perspectivas en México, el INEGI cuenta con una serie de ejercicios analíticos a los que denomina estadísticas experimentales. Son instrumentos de medición sobre temas diversos que si bien no forman parte de las estadísticas oficiales que conocemos, presentan una visión panorámica sobre diversas problemáticas de interés social.

Entre aquellos instrumentos destaca el Módulo de Bienestar Autorreportado, conocido como Biare, que tiene como objetivo realizar mediciones sobre lo que denomina “bienestar subjetivo”. Esto es, sobre cómo se percibe la población a sí misma y que pueden englobarse como “estados de ánimo”.

De esta manera, el módulo que desarrolla y aplica el INEGI tiene el objetivo de conocer tres dimensiones de la subjetividad. En sus propias palabras son: 

“1) Satisfacción con la vida en general y con aspectos específicos de la misma, denominados dominios de satisfacción; 
2) Fortaleza anímica y sentido de vida, es decir, su grado de acuerdo con enunciados referidos al concepto de eudemonía; 
y 3) Balance afectivo, que explora la prevalencia de estados anímicos positivos o negativos en un momento de referencia”.

El ejercicio más reciente corresponde a enero de 2017. Y los resultados se miden en una escala de 0 a 10. El 0 corresponde a un nulo nivel de satisfacción y el 10 al nivel máximo de satisfacción percibida, en los tres dominios mencionados.

En cuanto al “nivel de satisfacción con la vida”, la medición de enero de 2017 arrojó un ligero descenso respecto al mismo mes de 2016. Este año se ubicó en 7.9 puntos, frente a los 8 alcanzados en enero de 2016. El retroceso es relevante ya que se ubicó por debajo de los niveles reportados en 2015 y 2016, y obtuvo un valor similar al de 2014.

De un total de 12 dominios particulares, el INEGI identificó a cinco de ellos que no muestran variación respecto a 2016; es decir, la satisfacción respecto de la vivienda, el vecindario, logros en la vida, actividad u ocupación y estado de salud.

Por el contrario, hubo siete dominios que arrojaron una disminución en enero de 2017 respecto a enero de 2016: 1) calidad de las relaciones personales, pasó de 8.6 a 8.5; 2) perspectivas a futuro, disminuyó de 8.2 a 8, en el mismo lapso; 3) nivel de vida, bajó de 8 a 7.9 en el periodo mencionado; 4) disponibilidad y calidad del tiempo libre, pasó de 7.7 a 7.6.

Otro indicador a la baja es “la satisfacción con la ciudad en que se vive”, la que pasó de 7.1 en enero del año pasado a 6.7 un año después; el sexto es la “satisfacción con el país”, descendió de 6.6 a 5.5 puntos en el mismo lapso; mientras que el indicador sobre “la satisfacción con la seguridad ciudadana” disminuyó de 5.4 a 4.7 puntos en el último año.

El INEGI y su método BIARE, explica Mario Fuentes Ayala, ubican el grado de satisfacción con el bienestar en cuatro rangos. El 3.1% de la población urbana se ubicó en el rango de como “insatisfecha”; 11.3% como “poco satisfecha”; 48.7% “moderadamente satisfecha”, y únicamente 36.9% se colocó en el rango de “satisfecha”.

Con estas mediciones, autoridades y críticos enriquecerán decisiones y análisis.

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