Lo hace, sin embargo, a casi año y medio de que Peña presentara la iniciativa de ley de Zonas Económicas Especiales, que pretende impulsar el desarrollo en la zona sur-sureste de México.
Y lo hace hasta un mes después de que Donald Trump llegara a la Casa Blanca y empezara a materializar las iniciativas políticas que ofreció en campaña, casi todas con un alto contenido racista y de un proteccionismo exagerado.
Lo primero que mostró esta gira de trabajo por España, es que el gobierno de Peña Nieto está pasmado y, ante la nueva realidad impuesta por el vecino del norte, empieza a actuar con extrema lentitud.
También deja entrever que la retórica de la política mexicana no cambia: acartonada y llena de discursos optimistas frente a una realidad que exige una política más imaginativa, más estratégica y no solo palabrería.
Gutiérrez Candiani dijo, por ejemplo, que “gracias a las circunstancias políticas que se tienen con nuestro principal socio comercial (Estados Unidos), hoy México nos obliga a voltear al mundo, aprovechar esta red de tratados de libre comercio, (que) los empresarios mexicanos veamos que hay mercados y hay alianzas estratégicas muy importantes y como todo en la vida, va a ser un parteaguas para que México crezca y se diversifique y tenga un sector exportador más equilibrado en términos de mercados”.
Suena genial, si no fuera porque de los 12 tratados comerciales con 46 países, que actualmente permiten un intercambio comercial de casi 800 mil millones de dólares, más del 80% son exportaciones que van al mercado estadounidense.
Es decir, México jamás supo aprovechar los múltiples tratados que signó con otras regiones del mundo. Como política de gobierno y como país claudicamos a ampliar la visión. Ahora, con retraso se inician los esfuerzos para lo que llamó, “profundizar nuestra red de comercio”.
Diversificación, competitividad leal, lazos, son términos que repitió en una conferencia de prensa con los corresponsales mexicanos acreditados en España y, todo indica, es el mismo que les expuso a los empresarios españoles en Madrid, Valencia y Bilbao.
Hubiera sido buen timing haber iniciado estas tareas de promoción en otras zonas del mundo cuando recién arrancaban los procesos internos de los partidos demócrata y republicano. Trump es quizá la peor pesadilla para México, pero está meridianamente claro que con ninguno de los otros aspirantes a la Casa Blanca, a México le hubiera ido mejor. Más allá de Trump, había que haber iniciado el viaje a robustecer a México en otros mercados con mucha antelación.
El expresidente de la patronal mexicana también dijo que para el programa de ZEE, México requerirá 300 mil empleos en los próximos 15 años y, por tanto, el regreso voluntario o forzado de mexicanos migrantes en Estados Unidos es una “gran área de oportunidad” para México, porque es “trabajador, bilingüe en la mayoría de los casos, preparado y capacitado, además, la mayoría son de los estados del sur-sureste mexicano”.
A ese dicho, agregó frases como: “todos los mexicanos van a ser bienvenidos” y “nos van a hacer un favor al regresar a gente tan valiosa”, que son propicios para abrir la boca de incredulidad de la visión que tiene la casta mexicana.
México ha sido extremadamente mezquino con los migrantes mexicanos que están en Estados Unidos, prácticamente los ha olvidado, y entre ellos suele haber resentimiento porque en México no han tenido oportunidades y, en algún momento de su vida, tuvieron que abandonar su lugar de origen. Por ello, este discurso gubernamental puede ser incluso ofensivo, porque solo busca mano de obra.
Se entiende que la iniciativa que encabeza Gutiérrez Candiani es meramente comercial/empresarial, pero no se refirió a si hay una fase posterior en el tema de inversión social en una región que se caracteriza por su atraso y la amplia gama de servicios públicos que se requieren.
Lo que el titular de la AFDZEE explicó es que una de las primeras inquietudes que le externaron los empresarios españoles, es si se va a cancelar el TLC. Explicó que, al margen de Trump, el Tratado de Libre Comercio con América del Norte se tenía que actualizar e incluir temas sensibles para los dos países.
Y que si, en el peor de los escenarios no hubiera más TLC, México tiene condiciones favorables en la Organización Mundial de Comercio, como país preferente, con lo cual “el impacto” por la ausencia del TLC, sería “menor”.
El tema que sí es una preocupación en el gobierno de México y así lo hizo saber Gutiérrez Candiani, es si hubiera un cambio fiscal como parte de la política de Trump, lo cual ya se ve como una nube negra sobre México, porque hay muchos anuncios en esa dirección.
A su juicio, una medida así, conllevaría que México respondería con un modelo espejo de medidas fiscales hacia los productos estadunidenses, con la grave consecuencia no solo para México sino para todo el mundo. Ese mensaje, sin embargo, no implica que la repercusión será mayor para México.
El proyecto busca potenciar las zonas donde el ingreso per cápita es de cinco mil dólares, frente a otros estados del centro y norte, donde llega a 18 mil euros.
Estas son diez entidades del sur-sureste, donde se piensan desarrollar en tres etapas, potenciar siete zonas económicas especiales. Cada una con su propia vocación de desarrollo.
En una primera etapa, dijo que se comprometerá una inversión de cinco mil 300 millones de dólares en infraestructura con recursos públicos y privados.
Otro aspecto que resulta llamativo es la exagerada oferta de incentivos que se le ponen en la mesa a las empresas para que se asienten en el sur-sureste de México.
No cabe duda que se deben ofrecer algunos incentivos, pero los que anunció Gutiérrez Candiani son quizá exagerados: Las empresas están exentas de pagar el Impuesto sobre la Renta durante los 10 primeros años y otros cinco años al 50%.
El IVA les será exentado “al 100% a perpetuidad”. “Todo el acceso a la tierra no tiene costo, por lo cual todas las empresas que quieran acceder a la tierra a través de concesiones, se pueden dar hasta 80 años sin costo alguno”, dijo.
Hay un paquete de incentivos para la seguridad social, las empresas sólo pagarán 50% durante los primeros diez años y 25% los siguientes cinco años.
Les ofrecerán facilidades al comercio exterior, incluidos recintos fiscales para facilitar la exportación e importación; habrá exención del impuesto sobre la nómina, que en México es del 2% o el 3%. Lo mismo el pago de predial, de traslado de dominios, impuestos al hospedaje y se negocia con los estados y ayuntamientos involucrados para que haya una “ponderación legal” para que las empresas que se instalen en la región tengan prioridad a la hora de participar como proveedores de gobierno.
Eso, al margen de los incentivos no fiscales como el crédito de la banca de desarrollo, con créditos con tasas preferenciales y 29 programas más de apoyo a la empresa.
Para terminar, el señor Gutiérrez Candiani ofreció a los empresarios españoles un modelo de ventanilla única, donde el municipio y el Estado “ceden” sus facultades para que los trámites de una empresa no tarden más de tres o cuatro días en dar una autorización y que se instale de inmediato. Es decir, los estados y municipios conceden una tarea primordial.
No está mal afianzar la relación económica con España –aunque explicó que se ampliará a otras zonas de Europa, América Latina y Asia—, pero hasta ahora México solo exporta a España el 1% de sus productos.
Por lo menos es un programa que puede ser productivo, pero llega tarde y con un planteamiento que se antoja muy desesperado por parte del gobierno de Peña Nieto.