Desde 2018, México había registrado un aumento sostenido en el número de víctimas de trata de personas, alcanzando su punto máximo en 2022 con 940 casos. Sin embargo, en 2023, se observó una ligera disminución, con 935 víctimas reportadas a lo largo del año. En los primeros siete meses de 2024, se han registrado 451 casos, lo que representa una reducción en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando se reportaron 620 víctimas.
Ciudad de México, 25 de agosto (SinEmbargo). La trata de personas en México es un fenómeno devastador que afecta a toda la sociedad, siendo mujeres, niñas, niños y adolescentes los más vulnerables. Expertos consultados por SinEmbargo consideraron que la trata sigue siendo en gran medida un delito invisible, atrapado en la complejidad y con pocas denuncias. Además de la explotación sexual, la trata de personas se extiende a prácticas igualmente destructivas, como la explotación laboral y el reclutamiento forzado para actividades ilícitas, modalidades que también tienen un impacto severo en el país.
El reciente asesinato de dos mujeres venezolanas en la zona de Topilejo, al sur de la Ciudad de México, ha puesto nuevamente en el foco mediático el tema de la trata de mujeres, llevando a las autoridades a relacionar el caso con una red de trata de personas. Este delito ha afectado históricamente a poblaciones vulnerables en el centro del país, especialmente a mujeres migrantes.
La trata de personas se manifiesta en diversas modalidades que afectan a múltiples sectores de la sociedad. Mario Luis Fuentes, titular de la Cátedra Extraordinaria de Trata de Personas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destaca que la trata no solo implica explotación sexual. La explotación laboral y el reclutamiento forzado de personas, especialmente niños, niñas y adolescentes, son modalidades de trata presentes en el país, aunque reciben menos atención.
“Hay una noción de que la trata básicamente es para explotación sexual; obviamente la hay porque es lo que más se ha documentado, pero hay un ocultamiento de la otra trata, que es usar niños y niñas sin ninguna garantía de nada, para la pizca, para las minas, para su comercio de todo tipo. La trata con fines laborales se pierde porque siempre es más espectacular o es más claro la trata con fines de explotación sexual. El hecho es que la trata de personas sigue atrapada en una gran clandestinidad”, expresó Fuentes.
El especialista destacó que la trata de personas es grave porque las víctimas, en su mayoría mujeres, pero también hombres y niños, son despojadas de todos sus derechos y convertidas en mercancías explotadas para el beneficio de otros. Aunque la explotación sexual es la modalidad más conocida, la explotación laboral también es alarmante en México, especialmente en sectores como la agricultura, la minería y el trabajo doméstico.
“La trata es un delito que lo que lo hace realmente brutal y extremo es despojar a una persona de todos sus derechos, de su dignidad, y convertirla en una mercancía que es consumida y explotada por otros en beneficio de otros. Esta noción brutal, semejante a la esclavitud, se reconoce como un problema que expresa la realidad de un sistema de justicia con gran impunidad, pocas denuncias y una enorme falta de conciencia pública”, abundó el especialista.
Desde 2018, México había experimentado un aumento sostenido en el número de víctimas de trata, alcanzando un máximo en 2022 con 940 casos. El incremento fue constante durante cinco años, con un aumento significativo entre 2020 y 2021, pasando de 681 a 753 víctimas. En 2019, se registraron 682 casos, frente a los 584 del año anterior. Sin embargo, desde 2023, se ha observado una contención y una ligera disminución en los reportes, con 935 víctimas en todo el año.
En lo que va de 2024, de enero a julio, se han reportado 451 casos, lo que representa una disminución en comparación con el mismo periodo de 2023, cuando se registraron 620 víctimas.
“También creo que hay que decir y reconocer que en el país los datos de trata disminuyeron del año 2022 al 2024. La tendencia a lo largo de los años no mejora, pero de pronto pequeños decrementos son una buena pista”, destacó en entrevista con SinEmbargo, Tania Ramírez, directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
Quintana Roo destaca como la entidad con el mayor número de víctimas, concentrando el 27.27 por ciento de todos los casos a nivel nacional. Otras entidades con alta incidencia incluyen la Ciudad de México, con 62 víctimas; Puebla, con 42; el Estado de México y Chihuahua, con 31 cada uno; Zacatecas, con 26; y Baja California, con 21.
Las altas cifras de trata en Quintana Roo “están claramente asociadas a cuestiones de turismo y al denominado turismo sexual”, según la directora de Redim.
Las mujeres y niñas son las principales víctimas de trata de personas. De acuerdo con el Informe sobre la Situación de la Trata de Personas en México, presentado este año por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 8 de cada 10 víctimas son mujeres, y en casi el 30% de los casos, las víctimas eran menores de edad.
La directora de la organización Redim también destacó que la trata de personas en México afecta principalmente a mujeres y adolescentes, lo que está relacionado con los estereotipos de género y las múltiples formas de violencia que sufren debido a su género y edad. Aunque sería crucial contar con datos desagregados por rangos de edad para entender mejor esta problemática, actualmente no se dispone de esa información detallada.
“Es un delito que está altamente asociado con el ser mujer, muy probablemente por los estereotipos de género y por esta mezcla en donde a las niñas, mujeres y a las adolescentes también se les afecta por motivos de género y por motivo de edad”, señaló la activista.
La situación es especialmente grave para niñas, niños y adolescentes en condiciones de pobreza extrema, quienes son más susceptibles a caer en las redes de trata, ya sea con fines de explotación comercial, mendicidad forzada o explotación sexual.
Tania Ramírez Hernández destacó que la trata de niñas, niños y adolescentes ha mostrado un preocupante incremento en los últimos años, especialmente entre 2019 y 2022. Además, la especialista señaló que en México existe un sesgo de género en los casos de trata.
Citando datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Ramírez señaló que durante ese periodo, 2,596 personas de entre 0 y 17 años han sido víctimas de este delito en el país. De este total, 1,940 eran mujeres y 656 eran varones, reflejando una clara correlación entre la trata y la violencia de género.
En su mayoría, las víctimas de trata de personas originarias de México son explotadas dentro del país, aunque hubo llamadas atendidas desde Estados Unidos, España y Egipto. Foto: Captura de pantalla.
El reporte “Trata de personas, desafío global y virtual” presentado en julio de 2023 por el del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, señala que aunque la explotación sexual y prostitución ajena se mantuvo como la finalidad de explotación predominante, aglomerando el 68 por ciento de las denuncias; también hubo un incremento de 23 puntos porcentuales para las modalidades de trabajo forzado y explotación laboral en el primer semestre de 2023, con relación al mismo periodo de 2022.
En el caso de la Ciudad de México, el Consejo pudo identificar que las alcaldías con mayor número de denuncias por trata por cada 100 mil habitantes eran, en orden: Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Coyoacán, Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Iztacalco, Iztapalapa, Xochimilco, Álvaro Obregón, Tlalpan, Gustavo Madero, Tláhuac y Azcapotzalco.
LA EVOLUCIÓN DE LA TRATA
Luis Fuentes señala que la trata de personas ha evolucionado significativamente en las últimas décadas. Durante la primera década del siglo XXI, a partir de la aprobación de la Convención de Palermo, la trata de personas comenzó a ser reconocida como un problema serio, con campañas públicas y leyes que buscaban combatirla. México comenzó a legislar y a crear instituciones específicas para enfrentar este delito. Sin embargo, Fuentes insiste en que, en la última década, la atención se ha desviado hacia otros problemas, como los homicidios y el tráfico de drogas, relegando la trata de personas a un segundo plano.
“Se hicieron campañas, pero no se fortalecieron las capacidades. En esta década, desde 2020, el tema de trata empieza a diluirse, porque toma centralidad el tema de los homicidios, a partir de 2008 y de drogas. Entonces se perdió el imaginario gubernamental, político e incluso social de la trata de personas, aún cuando hay, sin duda, testimonios y evidencias como la vida en la Ciudad de México”, destacó Fuentes.
LAS MODALIDADES DE TRATA
En México, la trata de personas se manifiesta en diversas modalidades, incluyendo la explotación sexual, la explotación laboral, la mendicidad forzada y la utilización de menores en actividades delictivas (reclutamiento forzado). Según la Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Trata de Personas, este delito abarca diversas acciones como captar, enganchar, transportar, transferir, retener, entregar, recibir o alojar a personas con fines de explotación.
Las modalidades de explotación reconocidas incluyen esclavitud, prostitución ajena, explotación laboral, mendicidad forzosa, utilización de menores en actividades delictivas, adopción ilegal, matrimonio forzoso, tráfico de órganos, entre otras.
La explotación sexual es la forma más visible de trata. Tania Ramírez explica que esta modalidad del delito se asocia frecuentemente con víctimas adolescentes, mientras que la explotación comercial o la mendicidad forzada suelen involucrar a niñas y niños más jóvenes. Este patrón sugiere que la edad y el género son factores determinantes en la vulnerabilidad ante la trata.
Luis Fuentes, por su parte, destaca que México ha dejado de ser un lugar de origen para convertirse en un punto de tránsito y destino de la trata de personas, especialmente con fines de explotación sexual. Mujeres de Cuba, Colombia y de la ex Unión Soviética son trasladadas al país para ser explotadas sexualmente, mientras que otras son llevadas a Estados Unidos, alimentando el mercado sexual en ambos países. “En la trata con fines de explotación sexual, en todos los tipos, México dejó de ser un lugar de origen —desde mujeres mexicanas llevadas a Estados Unidos o mujeres mexicanas llevadas a los centros turísticos para la explotación de trata— y se convirtió en un lugar de tránsito, es decir, mujeres que son llevadas a través de México para ser explotadas en el gran mercado sexual de Estados Unidos y, obviamente, de consumo”, dijo.
De acuerdo con un análisis realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México con respecto las rutas de trata a nivel nacional, se pudo identificar que la mayoría de las víctimas mexicanas fueron explotadas al interior del país en 21 de 32 entidades de la República, mientras que también se detectó la explotación en Estados Unidos, España y Egipto.
En cuanto América, los principales reportes provinieron de México y Estados Unidos; y de las entidades mexicanas el 60 por ciento de los reportes se dieron en Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Nuevo León y Veracruz.
Por el otro lado, las víctimas que provenían de Centro y Sudamérica fueron explotadas en diversos estados de México, así como en Perú y Estados Unidos.
“México es considerado país de origen, tránsito y destino. Siete de cada 10 víctimas identificadas son de nacionalidad mexicana, originarias de 20 estados, entre los que destacan Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Oaxaca, Jalisco, Chiapas, Tlaxcala, Veracruz, Nayarit y Quintana Roo”, se lee en el informe del Consejo.
La explotación laboral, aunque menos visibilizada, también es una modalidad relevante, con redes que operan como agencias de colocación, ofreciendo trabajos bajo falsas promesas.
“Hay una noción de que la trata básicamente es para explotación sexual, obviamente la hay porque es lo que más se ha documentado, pero hay un ocultamiento de la otra trata, que es usar niños y niñas sin ninguna garantía de nada para la pizca, para las minas, para su comercio de todo tipo, o sea, la trata con fines laborales”, señaló Mario Luis Fuentes.
Tania Ramírez, directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), subraya que estas modalidades representan un amplio espectro de violaciones a los derechos de las niñas y niños en el país. En particular, la explotación laboral se ha identificado como una de las formas más prevalentes de trata, afectando tanto a menores como a adultos.
En el caso de la mendicidad forzosa, las víctimas, a menudo menores de edad, son explotadas para generar compasión en el público y obtener dinero. Aunque no todas las situaciones de mendicidad implican trata.
Y es que, a pesar de que la explotación laboral es un flagelo que debe combatirse, Ramírez señala la necesidad de un enfoque crítico hacia el trabajo infantil, diferenciando entre explotación y prácticas culturales de trabajo en comunidades.
La especialista destacó que el trabajo de niñas, niños y adolescentes, si bien no es ideal, puede ser una forma de pertenencia comunitaria y adquisición de conocimientos en algunos contextos.
“Ciertamente, todas estas posibles materializaciones del delito de trata reflejan un escenario de vulneración bastante amplio de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Concretamente, en cuanto a la explotación laboral, en Redim intentamos ser muy cuidadosos con lo que esto implica. Por supuesto, la explotación laboral es uno de los mayores flagelos, no solo en el caso de niñas y niños, sino también de personas adultas. El trabajo nunca debería realizarse bajo condiciones de explotación, y para eso existen estándares y leyes. […] Porque hay muchos chicos y chicas que trabajan, por ejemplo, haciendo artesanías con sus propias manos para apoyar una actividad familiar que, además, es parte de su cultura. Si se observa esto como explotación laboral, podría y ha sido perseguido y castigado, lo cual podría terminar siendo una criminalización de la pobreza y de prácticas culturales que tienen su sentido y pertinencia en los lugares donde se encuentran”, agregó.
Otra modalidad preocupante es la utilización de menores en actividades delictivas, que se ha diversificado en los últimos años. Fuentes subraya que el crimen organizado en México no solo trafica con drogas, sino que también se dedica a la trata de personas, operando como grandes consorcios empresariales ilegales con múltiples actividades delictivas. Estas organizaciones buscan maximizar su rentabilidad, lo que incluye el tráfico y la explotación de personas en todo el territorio nacional.
“Un tema que no se ha tocado mucho es el reclutamiento forzado de niñas y adolescentes para actividades ilegales […] entonces, el reclutamiento para fines de violencia o fines ilegales se vuelve también una actividad, ya sea para el halconeo o para ser sicarios. Tenemos estos relatos de niños y niñas y adolescentes de menos de 7 años que se vuelven sicarios”.
Las redes de trata utilizan diversas tácticas para captar víctimas en México. Desde ofertas laborales fraudulentas hasta el enamoramiento y la manipulación emocional, los traficantes explotan la vulnerabilidad emocional y psicológica de sus víctimas.
Fuentes destaca que el confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19 exacerbó estas vulnerabilidades, aumentando el riesgo de que más personas cayeran en las redes de trata.
“El proceso de enganche va desde el clásico caso del rapto, seguido por la generación de adicciones, etcétera, hasta otros temas terribles, como el reclutamiento que hoy en día también se da a través de medios móviles y páginas de internet. También se han hecho públicos casos de enganche mediante la oferta de relaciones afectivas o enamoramientos que se generan a través de internet. Ya no se trata solo del caso que veíamos hace siglos, donde una niña es robada en un parque; ahora existe un proceso de enganche emocional que puede llevar al matrimonio, y que después del matrimonio continúa con la explotación de la aparente pareja”, dijo Fuentes.
En cuanto al modus operandi de las redes de trata en México, Tania Ramírez destacó que estas emplean diversas técnicas de enganche, adaptadas a las distintas formas de explotación. Para la explotación laboral, muchas veces se presentan ofertas de trabajo que resultan ser engañosas, atrayendo a menores y adolescentes de comunidades rurales con promesas de mejores condiciones de vida en zonas urbanas.
Para la utilización de menores en actividades delictivas, que se ha diversificado en los últimos años, Ramírez menciona que en algunos casos, los niños son reclutados a través de videojuegos, donde falsos reclutadores observan su comportamiento y habilidades antes de invitarlos a participar en actividades criminales.
FACTORES DE RIESGO: MIGRACIÓN, NIÑOS
El género, es decir, ser mujer, ser niño, la pobreza y la migración son parte de los principales factores de riesgo para ser víctima de trata, coincidieron los especialistas.
Tania Ramírez indicó que la pobreza es un factor clave que aumenta la vulnerabilidad de ciertas comunidades a caer en redes de trata, especialmente en estados como Chiapas, donde la pobreza extrema entre los pueblos originarios facilita la acción de estas redes. Las niñas y adolescentes, en particular, son vistas como objetos intercambiables bajo lógicas de dominación, lo que incrementa su riesgo de ser explotadas.
La migración se ha convertido en un factor de riesgo significativo para la trata de personas en México. Mario Luis Fuentes, titular de la Cátedra Extraordinaria de Trata de Personas de la UNAM, explicó cómo la vulnerabilidad de las personas en situación de migración las expone a diversas formas de explotación.
“La población en situación de conseguir algo para sobrevivir o seguir caminando puede ser objeto de todas las vejaciones y dignidades, y finalmente lo que vemos es un estado muy debilitado para enfrentar no solo la explotación sexual, sino también otros fines como la explotación laboral”, destacó Fuentes.
Las rutas de trata suelen originarse en poblaciones vulnerables que recorren el país, siendo las grandes ciudades y centros turísticos los principales puntos de consumo y explotación, coincidieron los analistas.
México forma parte importante del corredor migratorio más transitado del planeta, según explica la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en su recomendación 145/2024, emitida en abril del presente año.
La posición geopolítica de México respecto de los Estados Unidos de América “constituye uno de los factores que más influyen en su política migratoria, por lo que nuestro país es considerado un territorio de origen, tránsito y retorno de personas en situación de movilidad humana. Cada año, miles de personas en situación migratoria irregular transitan por el territorio nacional con el fin de llegar a los Estados Unidos de América (EUA), quienes se ven obligadas a transitar de manera anónima por caminos de extravío y solitarios para evitar el contacto con la autoridad migratoria o cualquier agente del Estado, y así no ser deportadas a sus países de origen; otras más optan por contratar el servicio de traslado ofrecido por traficantes que poco o nada les interesa su vida o bienestar”.
Otro grupo vulnerable son los niños, niñas y adolescentes migrantes, especialmente aquellos no acompañados, quienes enfrentan un riesgo mayor de ser víctimas de trata o de ser reclutados forzosamente por grupos delictivos, abundó por su parte Tania Ramírez.
La lucha contra la trata de personas en México, coincidieron los entrevistados, requiere una atención integral y urgente, especialmente para proteger a los menores, quienes siguen siendo las principales víctimas de este delito. En ese sentido, Fuentes enfatizó que, mientras el sistema de justicia no se fortalezca y se aborde la impunidad, el problema de la trata de personas seguirá siendo grave.
Sugeyry Romina Gándara
Ha trabajado como reportera y fotoperiodista de nota roja en Chihuahua. Los últimos años, ya radicada en CdMx, los ha dedicado a cobertura sobre temas de desaparición, seguridad y víctimas de la violencia.
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