1/29/2009

Periodistas pal cafe.....



Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099

■ ¡Medalla de oro!
■ Masoquismo Fobaproa
■ FC: realismo al gusto
■ Sonora: Del Río de amigas

Pa’ que nadie se ande globalmente con chillidos, el meritito Presidente Fobaproa hizo saber al Mundo Davos que los mexicanos somos bien chidos, aguantadores y ponedores como pocos, puesto que el rescate económico de 1995, luego del fatídico Error de Diciembre, nos costó alrededor del veinte por ciento del producto interno bruto. La medalla de oro a la resignación social ante las injusticias refulge más si los cálculos zedillistas son contrastados, como el mismo Ernesto planteó con notable sentido de ilustración, con lo que pretenden meterle los gringos a su propio rescate. ¡Pamplinas imperiales! La hazaña mexicana en materia de apechugar fue más complicada y costosa, nos ha hecho saber el mexicano mejor colocado en los foros económicos internacionales. Además, La Neta es que “decir a la gente que vas a gastar todo eso en rescatar a los bancos no es fácil para nada y además porque (en México) había mucha pobreza”, reconoció el antecesor de Fox.

Con pocos reflectores, y más bien en paseo de evasión social, el precarista de Los Pinos parece ir aterrizando con motores obstruidos en las aguas heladas de la recesión. De la fanfarronería anterior, a los enredos de palabras para aceptar que sí, pero no o, cuando menos, no tanto. Sobre todo en referencia a los vaticinios del malvado gobernador del Banco de México, el tal Memo Ortiz que insiste en desinflar el globo de optimismo del cándido secretario Agustín Carstens y su jefe desarmado. Porque resulta que el susodicho Ortiz ha hecho saber que la expectativa de crecimiento para 2009 andará entre el –0.8 y el -1.8 por ciento, lo que irrita al voluntarioso michoacano dísel porque él quisiera que, mejor, se manejaran esos pronósticos de otra manera, pues malo es generar expectativas, pero también lo es plantear escenarios negativos y deteriorados que pueden (o no, acota esta columna talibán del escepticismo) carecer de fundamentos sólidos. Así parló el Lic. Felipe, productor de otra joya de claridad contundente: “Yo prefiero ubicarme en un escenario realista. Es la instrucción que le he dado a mi gobierno. Pero sobre todo concentrarnos no tanto en cuál puede ser el mejor pronóstico”. No pos sí: realismo que no sueñe con lo mejor pero tampoco acepte lo peor sino, más bien, como diría el clásico, todo lo contrario.

Sentado en su silla de mando para impulsar directamente planes de salvamento económico para su nación, Barack Obama envía involuntariamente modelos de contraste con la peligrosa pasividad del (mal) gerente de México. Alrededor de un tercio del paquete de ayudas aprobado ayer por la Cámara de Representantes se traducirá en rebajas fiscales para el 95 por ciento de los contribuyentes, y el resto se dirigirá a rubros de infraestructura, conservación del empleo y política social. En México, mientras tanto, la irritación y la desesperación sociales crecen, el gabinete demuestra cada vez más su terrible y criminal ineficacia, los problemas se acumulan y el presidente formal... viaja a lugares de ensueño y gasta el tiempo en participar en sesiones y actos de oropel que en estos momentos ofende.

Astillas

Por dos vías llegaron respuestas de la precandidata panista a gobernadora de Sonora, María Dolores del Río. Su “oficina de comunicación social” envió a esta columna una carta en la que se establece que, respecto al “supuesto tráfico de influencias” realizado por la ex directora del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), “cabe señalar que no existe ninguna irregularidad con dicha licitación”. Luego de tan contundente y explicable autoexculpación, quien como funcionaria asignó contratos a una paisana panista relacionada con uno de sus subordinados y a una amiga escritora, trata de deslizar a terrenos muy generales los señalamientos de haber actuado con favoritismo hacia personas específicas de su entorno. Dice tener “una satisfacción importante” de que hubiera sonorenses ganadores de contratos de la institución que dirigía y se pronuncia llena de entusiasmo porque cada vez haya más empresas y personas de aquella entidad que le entren a las licitaciones y concursos gubernamentales, pero sin explicar por qué el contratismo se aposentó en sonorenses tan políticamente relacionadas con ella (cambiar al mundo, en este caso hacer que la gente obtenga dinero público por tareas bajo sospecha, a veces tiene que comenzar, por desgracia, por los más cercanos a uno, o paisanos que luego ayuden en campañas electorales, podría decir la esperanzada contratante selectiva). Por su parte, el área de difusión y comunicación social del INEA envió la precisión de que Mario Alberto Corona, el novio de la panista hermosillense beneficiada con más de 2 millones 300 mil pesos, dejó de fungir como coordinador general de plazas comunitarias del INEA desde febrero de 2008. El comedimiento del INEA para terciar en el asunto podría ser explicable a la luz de que la encargada del despacho de los asuntos de la dirección general de ese instituto es otra panista sonorense amiga, Rebeca Josefina Molina Freaner, que fue oficial mayor del municipio de Hermosillo cuando Dolores del Río era presidenta y que quedó a cargo del INEA cuando la jefa renunció para irse en busca de la candidatura a gobernar Sonora...
David Garrido reporta que en la radio yucateca, a nombre del comité panista local, “ayer nos soplaron como 10 minutos de la vida, obra y milagros de San Camilo Mouriño, para darnos a conocer que la chiquillada del PAN sí las puede, inspirada por el chamaco de las orejas grandes y los negocios aún mayores”...
Y, mientras Diego Armando Maradona es declarado un peligro para el mundo derechista, dado que apoya abiertamente la relección de Hugo Chávez, ¡hasta mañana, con la testarudez del gobierno de Quique Gaviotón y del INAH en mantener sus resplandores teotihuacanos destruccionistas a pesar de la generalizada crítica en contra e incluso del reiterado exhorto que ayer hizo el congreso federal mediante su Comisión Permanente para que se suspendan las obras impugnadas y se instale una mesa de análisis sobre el tema!

Clase Política
Miguel Ángel Rivera
■ Derechos de los viudos
Una buena para los viudos: la Suprema Corte de Justicia declaró anticonstitucional el último párrafo del artículo 152 de la Ley del Seguro Social vigente hasta junio de 1997, que exigía mayores requisitos a los varones que a las mujeres para otorgarles la pensión. La primera sala del máximo tribunal determinó que esa diferencia transgrede los derechos de igualdad y de protección a la familia. Los ministros dieron amparo a un inconforme por considerar que la referida norma da un trato distinto en materia de género, por lo cual infringió la garantía constitucional de igualdad entre mujer y hombre para disfrutar de los servicios proporcionados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). La cosecha Con 25 votos en favor de las bancadas de PRI, PRD, y seis en contra, del PAN, el Congreso de Coahuila aprobó una reforma constitucional presentada desde la anterior legislatura por la bancada del tricolor para reducir de 31 a 25 el número de diputados locales, con lo cual se espera obtener una importante reducción del gasto público. La modificación entrará en vigor a partir de 2012 y es la segunda reducción del número de legisladores, pues en 2005 el Congreso lo integraban 35 diputados y en 2008 la legislatura quedó en 31… De malas los legisladores de Baja California, donde el PAN tiene mayoría: la Suprema Corte admitió una impugnación de la Procuraduría de Derechos Humanos de ese estado contra las reformas a la Constitución local que prohíbe despenalizar el aborto… En tanto, por unanimidad, el tribunal electoral federal (TEPJF) declaró inválido el acuerdo de cuatro de los siete consejeros del Instituto Electoral de Baja California para destituir a su presidente, Víctor Alarcón Requejo, por considerar que carecen de esa facultad y porque al depuesto no se le brindó la oportunidad de defenderse…
La diputada de Convergencia Martha Angélica Tagle Martínez criticó la decisión del IFE de permitirle al PAN el uso electoral de programas sociales… Al recordar el aniversario luctuoso de su ex dirigente Alfredo V. Bonfil, la CNC informó que se realizó con éxito y en calma la toma de las oficinas de Secretaría de Agricultura en nueve estados del norte del país en demanda de que el gobierno del presidente Felipe Calderón deje de “engañar al pueblo de México” y se conceda apoyo efectivo a los productores del campo… El precandidato a la gubernatura de Sonora, Ernesto Gándara, se reunirá esta tarde con la dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, para confirmarle su intención de participar en la elección interna, conforme a las bases aprobadas por la dirigencia nacional de su partido... Pemex dio a conocer los ganadores de la licitación para los servicios de inyección de gas húmedo a pozos petroleros, lo cual forma parte de las acciones para mantener la capacidad de producción de crudo…

Dinero
Enrique Galván Ochoa
■ Los devaluadores reunidos en Davos
■ El heredero de la miss Gordillo
■ Enseñando a pescar (2)
El último devaluador del priísmo –Ernesto Zedillo– y el primer devaluador del panismo –Felipe Calderón– se reunieron en Davos. Los unen muchas cosas, no sólo la trágica experiencia de empobrecer a la nación. Son arquitectos principales del Fobaproa –Zedillo como presidente de la República y el entonces joven Calderón como dirigente del PAN. Cualquiera podría pensar que el milusos de varias compañías trasnacionales le dio un curso intensivo al actual ocupante de Los Pinos sobre la forma como podría enfrentar la secuela de la crisis. Sin embargo, no debió estar ausente el tema político. Cada día es más evidente que se mueven las piezas para posibilitar el regreso del PRI, ante el catastrófico fracaso del panismo. Lo importante es la supervivencia del dinosaurio, no el disfraz, sea tricolor o azul. Zedillo tuvo aproximaciones con el cártel panista antes de entregarle el poder a Fox, a quien inclusive financió con 100 millones de pesos porque al final de la campaña no tenía dinero para pagar la habitación del hotel que ocupaba con su jefa de prensa, la señora Marta. Salieron del presupuesto sin que estuviera prevista una partida autorizada por la Cámara de Diputados, lo que constituiría un presunto delito cometido en complicidad con el secretario de Hacienda, José Angel Gurría, luego ampliamente recompensado por el pripanismo. Quizá lo que andan cocinando es entregarle la banda a un priísta del grupo zedillista, no del salinista. Es algo que llevaría a serias reflexiones a don Beltrone, estarían sacándolo de la jugada. Por cierto, el ex presidente dijo que el Fobaproa americano va a costar menos que el mexicano. Descubrió el hilo negro, ese dato ya había aparecido en esta sección. El heredero La miss Elba Esther nombró heredero de su enorme imperio. No se sabe que tenga hijos varones, así que no es sorpresa que haya optado por su nieto, René Fujiwara Montelongo. Va a ser diputado federal, figura en el primer lugar de la lista de plurinominales del Panal. Reinará en su momento sobre un feudo impresionante: en primer lugar, el sindicato y sus cuotas, el partido político y el subsidio del IFE, el ISSSTE y el Fovissste, con todo el negocio de construcción de casas, la Lotería Nacional… más lo que se acumule esta semana.

México SA
Carlos Fernández-Vega
■ Cuentos para distorsiones informativas
■ Tercera gran crisis en menos de 15 años

Estaba el inquilino de Los Pinos muy contento hable que te hable de lo bien que ha hecho las cosas, de lo resultón que le ha salido su gabinetazo, de lo cumplidor que es su gobierno, cuando ¡ay!, se mordió la lengua: “tan malo es generar expectativas sobradas o infundadas, infundadamente optimis- tas, como también generar expectativas cada vez más negativas y deterioradas que también pueden carecer de fundamentos sólidos”. Acto fallido que lo llevó a morderse la lengua, porque el inconsciente operó en su contra. Él no los recuerda, pero los demás sí: aquellos maravillosos cuentos, “infundadamente optimistas”, del gobierno de la “continuidad” sobre “catarritos” y “gripas” internas, versus “pulmonías” en terceros países; de crisis “externas” de suyo lejanas que nos hacían lo que el viento a Juárez, a la mítica narración de un México paradisíaco en el que sus habitantes viven en la abundancia y no tienen mayor preocupación que ser felices. Qué lástima: tan a gusto que platicó con Ernesto Zedillo, con quien intercambió hazañas y resultados “acerca de la transformación económica” mexicana. Tan contento que estaba, pero ¡zas!, que se muerde la lengua. Con sangre en la boca comenzó su estancia en el Foro Económico Mundial 2009 que se desarrolla en Davos, Suiza, donde asistió, según dijo, para “reducir o eliminar las distorsiones informativas en ciertas esferas del ámbito internacional que se pudieran haber generado”. Y tiene razón el inquilino de Los Pinos.
Es necesario combatir las “distorsiones informativas” con cuentos. Esa es su fórmula mágica, y de ello tiene un grueso inventario; uno para cada ocasión. Por ejemplo, para aquellos que se quejan porque la mitad de la población sobrevive en la pobreza y la miseria, allí está el cuento del Progresa; que la desocupación crece veloz, allí está el cuento del “Presidente del empleo”; que la inflación corroe el poder adquisitivo de los salarios, allí está el cuento de que “México tiene la menor inflación de América Latina”; que el deterioro económico avanza rápidamente, allí está el cuento de “nunca más otra crisis”; que la inseguridad y el narco avasallan, allí está el cuento de la “goliza”; que la tienda se cae, allí está el cuento de Davos para “poner en perspectiva la realidad del país” y “reducir o eliminar las distorsiones informativas”, y así por el estilo, lo que lleva a concluir que él tiene razón y 106 millones de mexicanos están “sobrada” e “infundadamente” equivocados. En este contexto, su encuentro con Ernesto Zedillo allá en Davos de inmediato trae a la memoria aquel chiste, que resultó cruel realidad, sobre que el ex presidente viajaba enloquecidamente y a toda velocidad por el periférico de la ciudad de México (Luis Téllez de copiloto) y, sorprendido, agriamente reclamaba: “¡mira nada más cuántos pendejos vienen en sentido contrario!”. Entonces, ya para que le pida luz al ex mandatario, es que de plano no sabe por dónde está la salida. En fin, el inquilino de Los Pinos viajó a Suiza para dejar en claro que si de crisis se trata a él no lo responsabilicen, que aquella es un problema externo y que una realidad muy distinta priva en este México paradisíaco.
Que sea feliz encerrado en su cápsula foxiana, pero en vía de mientras los amigos del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, enviaron a México SA sus Perspectivas Económicas 2009, en las que sobresale lo siguiente: “bajo el esquema de una política económica neoliberal, hoy vivimos la tercera gran crisis en menos de 15 años, donde existe algo innegable: tanto a corto como a largo plazos observaremos las consecuencias de la misma. La magnitud de la crisis de 1995 desembocó en el cisma político que contribuyó decididamente al cambio del partido en el poder tanto en el Distrito Federal (1997) como en el país (2000). El estancamiento del periodo 2001-2003 se tradujo en la profundización de los problemas estructurales del Estado mexicano y llevó a una agria batalla electoral, de la cual todavía se escuchan ecos y en donde el tema petrolero nuevamente los condujo a la palestra. Por tanto, no es irreal estimar que el nuevo ciclo recesivo que se cierne sobre el país afectará los cimientos sociales, económicos y políticos de México, particularmente porque su innegable escala global lo vuelve en desafío de enormes proporciones. Bajo dicho entorno los rezagos volverán a emerger y se harán más evidentes, cobrando su primera factura en la elección de 2009, cuando las instituciones electorales deberán atender el escenario político y social que se presentará”.
Y sobre las “distorsiones informativas” que alega Calderón, los expertos del ITESM/CEM subrayan: “la tardanza en reconocer el impacto que la crisis de Estados Unidos tiene sobre México será una asignatura que el gobierno federal deberá enfrentar. Existe un aspecto que también se hará evidente aa corto plazo: el plan anticrisis será incapaz de resolver el problema económico, pero no sólo porque esos planes son de mediano y largo plazos, sino también porque reflejan una contradicción esencial con el modelo económico que le daba sustento a la política aplicada en los últimos lustros: es el Estado el que debe reanimar al mercado, es decir, en última instancia será la acción del gobierno mediante su gasto público el encargado de hacer frente al ciclo económico negativo que acontece en el país”. Tal contradicción “es evidente cuando se analiza la génesis del llamado Programa Contingente de Infraestructura, el primero de los planes de rescate. En general lo que debe apreciarse es que en la presentación del presupuesto original, realizado el 8 de septiembre de 2008, el contenido del programa marcaba una disminución del denominado gasto en capital destinado a la inversión física, es decir, el proyecto de egresos era netamente contractivo en términos de generación de infraestructura.
Por tanto, al problema histórico se le agregaba una prospectiva de letargo, situación que en la nueva etapa de crisis era francamente comprometedora… Un hecho es innegable: el problema de la crisis económica no inició en 2009, los resultados en toda la economía comenzaron a sentirse desde 2007. La implementación de un programa de mediano y largo plazos se dio cuando los problemas ya estaban presentes en la sociedad”.
Las rebanadas del pastel
En Davos, el sonriente Zedillo presume que el costo del Fobaproa resulta mucho mayor al “rescate” bancario estadunidense: 20-22 contra 8-10 por ciento del PIB, respectivamente. Pero dejó a un lado lo más importante: que el “rescate” mexicano es uno de los más onerosos, económica y socialmente, en la historia financiera mundial, y que sus costos no terminan de pagarse… Y ante el obvio caos que registrará en julio, Germancito Martínez exige “sacar de la contienda electoral el tema del empleo”. ¿Olvidó aquella frase de campaña del “Presidente del empleo”, cuyos resultados hoy padece el país?

Ana María Aragonés
Es una vergüenza

La llegada del presidente Barack Obama al gobierno de Estados Unidos ha suscitado enormes expectativas y se espera un cambio de timón con relación a la nefasta política de su antecesor, que ha sido, en parte, la razón de la pérdida del liderazgo estadunidense a escala global. Los cambios que se esperan van desde la economía hasta los derechos humanos, que han sido tremendamente violentados en aras de una supuesta lucha contra el terrorismo, pasando por una nueva política migratoria.

En este contexto, en la página de la Casa Blanca se pueden leer las primeras ideas en relación con el tema migratorio: proteger las fronteras incrementando el personal, la infraestructura y la tecnología en las fronteras y puertos de entrada. Por otro lado, se piensa incrementar el número de migrantes legales para mantener a las familias juntas y satisfacer la demanda de trabajadores que los empleadores no pueden encontrar entre la mano de obra nativa. Se pretende evitar que los empleadores contraten a indocumentados y de esta forma desincentivar esta forma de migración. Además se señala que se va a permitir a los indocumentados que a través del pago de una multa y de aprender inglés tengan oportunidad de convertirse en ciudadanos, colocándose al final de la línea de las solicitudes. Finalmente, el documento señala que se debe trabajar con México para apoyar su desarrollo y así disminuir la migración indocumentada.
Son pasos interesantes porque, en primer lugar, no se plantea el regreso de los indocumentados a sus países de origen para acceder ya sea a la ciudadanía o, en su caso, a la residencia permanente.
De ser así, se reconocería el inmenso esfuerzo que estos trabajadores han hecho para la economía del país y dejarían de ver vulnerados sus más elementales derechos laborales. Aprender inglés no es ningún problema; por el contrario, ha sido un reiterado anhelo de estos trabajadores que, por su condición de indocumentados y a veces por el exceso de trabajo, ha sido imposible concretar. Otro punto importante es que se piensa incrementar la demanda de trabajadores legales, lo que indicaría que quien va a hablar ahora es la economía y no los políticos, que han estado casi siempre en contradicción, lo cual ha favorecido el flujo de indocumentados.

Sin embargo, reforzar la frontera, ya lo he dicho en otras colaboraciones, debe tener otros objetivos y no el de parar a trabajadores indocumentados. De hecho, si se logra realmente satisfacer la demanda de trabajadores incrementando el número de visas, será claro que los indocumentados disminuirán en forma importante, pues tendrán los canales legales. Hay que insistir en que a ningún trabajador le gusta ser indocumentado.

Plantear el apoyo a México para que logre su desarrollo es algo novedoso, que recuerda justamente la estrategia seguida por España, Portugal y Grecia cuando pretendieron entrar a la Comunidad Económica Europea de entonces. Fue precisamente la forma en la que estos países lograron incorporarse al desarrollo después de años de opacidad. En el caso de México las condiciones del apoyo tendrían que ser muy claras para evitar que estas ayudas se convirtiesen en una forma de imposición para otro tipo de intereses.

Si se busca una nueva relación con México, lo primero que debería ponerse en el tapete de la discusión es la eliminación de los enormes subsidios que Estados Unidos aplica a la agricultura, pues no sólo son contrarios al espíritu del TLCAN, sino que han sido una de las razones de la devastación del campo mexicano y, por supuesto, de los flujos migratorios hacia Estados Unidos.

Éste es un momento capital en el que surgen voces que quieren ser escuchadas por Obama, como las que se escuchan en la carta firmada por mil 200 agrupaciones de defensa de migrantes, organizaciones empresariales, de derechos humanos, civiles y religiosos en Estados Unidos que exhortan al mandatario a promover una reforma migratoria integral y para que cumpla con su promesa de campaña.
Y mientras esto pasa en Estados Unidos, resulta que en México la Comisión Permanente del Congreso aprueba que la Cámara de Diputados se embarque en una discusión sobre la pertinencia de aplicar la pena de muerte propuesta por el PVEM, aprobada por el PAN y el PRI. No sólo se trata de una discusión absurda y fuera de lugar, puesto que México ha firmado diversos instrumentos internacionales en los que compromete su posición en contra de la pena de muerte, sino que queda claro que para estos legisladores los temas nacionales, como son los trabajadores migrantes, que sostienen a buena parte de la economía nacional y de sus propios emolumentos con sus remesas, no merecen ni la más mínima atención. Es una vergüenza.


Octavio Rodríguez Araujo
Costosas y casi inútiles

Aquí no pasa nada, parecen decir las autoridades del Instituto Federal Electoral (IFE) y los dirigentes de los partidos. Éstos, en conjunto, recibirán para gastos de campaña, gastos ordinarios y otras “actividades específicas” la cantidad de 3.6 mil millones de pesos, aproximadamente, más lo que cuesta mantener el IFE, cuyo presupuesto de operación es de alrededor de 5.2 mil millones más. La suma de gastos presupuestados, según la nota de Alonso Urrutia en La Jornada (27/1/09), rebasa la que se estimó en el acuerdo del Consejo General del Instituto para el ejercicio fiscal de 2008, en el que se presumía de ajustes por austeridad, para luego pedir a Hacienda una ampliación de casi mil 500 millones más por necesidades derivadas de la reforma electoral.
Como sea, estamos hablando de más de 8 mil millones de pesos para que los 78 millones de ciudadanos, si asisten todos a las urnas (lo que no va a ocurrir), elijan a sus diputados.

A ojo de buen cubero cada diputado costará 16 millones de pesos, más lo que ganen mensualmente durante los tres años que ocuparán sus curules. Por otro lado, pero dentro de las mismas cifras mencionadas, partidos que nunca debieron tener registro, como Nueva Alianza (de Elba Esther Gordillo), recibirán (en este caso) 254 millones de pesos. El Socialdemócrata un poco menos: 190 millones.
Agréguese a lo anterior el costo de las campañas locales para gobernadores, presidentes municipales y diputados locales que también se llevarán a cabo este año. Estas cantidades millonarias se antojan todavía más extravagantes cuando uno se asoma a los métodos por los cuales se está designando a los candidatos a diputados.

En todos los partidos (sí, en todos) las candidaturas se están decidiendo por cuotas de poder de grupos internos, de gobernadores en turno y hasta por nepotismo de líderes bien colocados, nada que ver con asambleas de delegados democráticamente electos o por votación directa de las bases de los partidos.
Es cierto es que así ha sido antes y más cuando el PRI era el partido “casi único”. Pero uno esperaba (quizá con ingenuidad) que la transición democrática iniciada hace 30 años siguiera en curso y que los partidos se hubieran puesto a tono con esa esperanza de millones de mexicanos.

Nada. Las cosas siguen iguales que antes, pese a que el corporativismo sindical ha disminuido su peso sustancialmente.

Los partidos insisten en arreglos de cúpulas y los miembros de éstas continúan el palomeo que antes dominaba en el priísmo como modus operandi de los de mero arriba, comenzando por el presidente de la República. Éste influye poco ahora, pero los gobernadores, los dirigentes partidarios, los líderes “indispensables” y otros que por ahí andan son los que deciden y los que, a la vez, se oponen a toda suerte de democratización en el interior de sus organizaciones políticas. Las bases de los partidos, que no han sabido exigir sus derechos (incluso estatutarios), no cuentan; el 5 de julio se convertirán en bases de la sociedad, comunes y corrientes, y votarán o no según su amor por la camiseta partidaria (que en realidad es prestada), casi de la misma manera que los ciudadanos sin partido que no resuelvan abstenerse.

Si no hay democracia en el interior de los partidos, ¿por qué la habría en el ejercicio de la representación política? Aunque sea criticable (que no debiera serlo) que en las cámaras los diputados y los senadores respondan a los partidos que los llevaron ahí, razón por la cual a cada partido se le reconoce una bancada y un líder, uno esperaría que las lealtades de los legisladores fueran con su partido (y con sus electores) y no, como ocurre y ocurrirá, con quienes les dieron el visto bueno para ser candidatos, tanto uninominales como plurinominales. (Dije entre paréntesis que no debiera ser criticable que los legisladores respondan en primer lugar a sus partidos y luego a sus electores, porque en una sociedad con partidos políticos se supone que los ciudadanos votan por éstos, por sus propuestas y planteamientos, y no por quienes individual o grupalmente los hicieron candidatos mediante arreglos en la cúspide ajenos a la democracia más elemental y a las bases de esos mismos partidos.)

Las próximas elecciones entrañan ya (y nadie podrá cambiarlas) vicios de origen: por un lado un IFE que, al igual que los candidatos a diputados y que los anteriores consejeros electorales (Ugalde y compañía), es producto de negociaciones partidarias entre los “peor es nada” que escogieron para dirigirlo y, por otro lado, partidos divididos e incapaces de escoger a sus candidatos mediante reglas democráticas y transparentes para todo mundo.
No deberá sorprender a nadie, así las cosas, que la abstención el próximo julio sea mayúscula. Si esto ocurre el costo de cada diputado será muy superior al señalado al principio, por el escaso beneficio que obtendrá la República.
Mientras tanto, miles de personas pierden sus trabajos y otras miles (millones) no los consiguen, los costos de los productos básicos e indispensables para más o menos vivir aumentan, la inseguridad persiste, cierran empresas, disminuyen las remesas de nuestros paisanos en Estados Unidos y, en fin, se ve un horizonte negro que los panistas no quieren que se explote en las campañas de la oposición (porque la crisis no la provocó –dijo Germán Martínez– Felipe Calderón).
Sin embargo, hay una pequeña luz de esperanza: que el PAN y sus aliados (reales y formales) sean derrotados en todos los frentes y no sólo en la Cámara de Diputados federal.


Adolfo Sánchez Rebolledo
Todo, menos el cambio

Frente a la fuerza objetiva de la crisis, algunos discursos pierden significado al momento de pronunciarse y las grandes palabras se convierten en eufemismos. Así le ha venido pasando al secretario de Hacienda, el mago capaz de transformar la catástrofe que se nos avecina en mera “incertidumbre”, esa incierta tierra de nadie donde yace la retórica que acompaña las grandes promesas de gobierno. En lugar de ofrecer una visión realista y articulada del presente, útil para deliberar sobre qué hacer para escapar del atolladero, el secretario de Hacienda se esfuerza por hacernos tragar la píldora de nuestras “fortalezas”, el gastado optimismo que sólo se regocija con las cifras contables, pero ignora la realidad a la que se enfrentan los ciudadanos para los que, en teoría, trabaja.

Cualquiera que tenga un mínimo de capacidad de observación y sensibilidad advierte que la situación se deteriora a pasos agigantados. La pérdida del empleo golpea a las familias y cancela las esperanzas de los jóvenes. La crisis, ya lo hemos vivido, deja en la orilla la educación de millones, deteriora la convivencia en cuanto –sin la acción equilibradora del Estado y la participación ciudadana– instaura la ley de la selva en el mundo salarial, quebranta resistencias productivas y fomenta la desigualdad a grados extremos.

Ése es el cuadro en el que nos movemos debido a la crisis internacional que ya ha comenzado a afectarnos. Pero el gobierno, tal vez porque no estaba preparado para imaginar siquiera el fracaso del modelo económico que con tanto ahínco se aclimató en México, carece de reflejos, se ve lento y redundante; se mueve en círculos que van de la aceptación de algunas insuficientes medidas “contracíclicas” cuya aplicación parece posponerse sin razón, a la reiteración de un enfoque incapaz de trascender el viejo discurso.

A diferencia de lo que hoy se dice y discute en Estados Unidos al calor del relevo presidencial, aquí el gobierno no acepta la urgencia de ensayar una política económica distinta. La palabra cambio no existe en su minidiccionario de bolsillo.

La falta de aliento de Estado entre los gobernantes es tan notoria como decepcionante. Mientras el Banco de México ofrece un panorama desolador de franca recesión, el secretario de Hacienda persiste en tratarnos de convencer de que no hay conexión alguna entre lo hecho en los últimos sexenios y la situación actual. Cuando conviene, claro, todo mal viene de fuera, justo de ese mundo globalizado del que solía esperarse un dulce río de prosperidad. O del pasado estatista-revolucionario. O de la fatalidad que nos asigna más crisis de las que un secretario de Hacienda pueda resistir. Ni una sola palabra, en fin, sobre los efectos perniciosos de la integración que no toma en cuenta la desigualdad, las famosas “asimetrías” que los negociadores mexicanos del TLC escamotearon como el mal menor en la Gran Operación Integradora.

En el mundo perfecto del secretario Carstens no hay una línea que permita comprender por qué se deshizo el tejido social que permitió a generaciones de mexicanos no sucumbir a la urbanización salvaje, a las crisis o el hambre crónica. Puro elogio de sí mismo. Los “valores” aparecen sobrepuestos a los objetivos económicos y los actores de carne y hueso se desvanecen como si fueran simples datos. Nada sobre la ortodoxia nativa que ve en la regulación financiera al enemigo a vencer. Nada sobre el error que permitió abandonar, junto con la noción eficiente de mercado interno, el menor apunte industrializador, la renovación del mundo rural, la revolución en ciencia y tecnología como plataforma para mejorar la productividad.

Si no fuera trágico, daría pena ver cómo Cartens –y el Presidente en ruta hacia Davos– se esfuerzan todavía en vender a nadie el catálogo de reformas estructurales, incluidas aquellas que son papel mojado. No extraña que en un foro dedicado a preguntarse con angustia cómo crecer, el secretario responda pidiendo la reforma laboral, la venta patrimonial del ejido y otras lindezas.
El cuadro aterrador de una economía marcada por la caída del precio del petróleo y las exportaciones, la disminución de las remesas y la pérdida del empleo no mueve al funcionario a bosquejar alternativas fiscales, a la reflexión que corresponde al conductor de la hacienda pública de un país del tamaño de México, sino a ofrecer pequeñas lecciones de sabiduría económica convencional.
A esas conclusiones se sumarán mañana los menguados “capitanes” de la iniciativa privada, siempre en pos de un trato privilegiado, como si a su impericia no añadieran la voracidad desmañanada de quien ya se daba como “sujeto” del México moderno. Pedirán la reforma laboral para despedir y contratar sin limitaciones a trabajadores sin redes de protección social y todo, claro, en aras del individualismo, del arcaico comunitarismo de raíz religiosa que, en otras esferas no tan distantes, clama contra “los talibanes del laicismo”.
Sería deseable que en un foro consagrado a reflexionar sobre el momento y las opciones nacionales, los responsables del gobierno elevaran la mira. O se fueran a su casa.


John Saxe-Fernández

El silencio del Pentágono

Desde hace años las concepciones del Departamento de Defensa (DoD, por sus siglas en inglés) de EU sobre los problemas primarios de “seguridad nacional” en México, el Caribe y América Latina se centran de manera exclusiva e interesada en los efectos y no en las causas de la “inestabilidad”. No es por miopía conceptual. Tampoco es asunto menor si se recuerda que cuando sus docentes del Colegio de Guerra han señalado que los programas de ajuste estructural del “consenso de Washington” (auspiciados por el Comander-in-Chief desde el Banco Mundial –BM–, el BID y el FMI) están en la raíz del problema de seguridad nacional en México, se les margina y hasta se les castiga con el cese fulminante de sus cargos.

Y es que su desacato no fue menor: desarticulan y desautorizan las premisas de las hipótesis y justificaciones para las operaciones clandestinas y/o de intervención y ocupación militar, como migración ilegal, narcotráfico y criminalidad. El asunto cobra trascendencia cuando nos enteramos, gracias a datos y análisis ofrecidos por Jorge Luis Sierra, que en las hipótesis de guerra del Pentágono en México se prevén acciones militares “ante la posibilidad de que en los próximos 25 años, el Estado mexicano ‘se derrumbe´, como resultado del embate prolongado y cada vez más intenso del narcotráfico” (El Universal, 24/1/09). Se indica que los escenarios del Comando de Fuerzas Conjuntas del DoD, ubican a México “en el contexto mundial de los estados débiles, cuyo fracaso puede presentar ‘desafíos muy serios’ a los planificadores estratégicos y operacionales de la fuerza militar de EU” (ibid).

Se presentan así amenazas graves a la jurisdicción e integridad territorial mexicana, ya que el DoD utiliza estos argumentos “para planificar el uso de su fuerza en las siguientes décadas, lo que haría evidente que la intervención militar debe estar considerada dentro de los escenarios posibles en la relación EU-México”. En todo esto lo que más llama la atención es el silencio del Pentágono sobre el papel tan activo de EU en el auspicio de las condiciones básicas de esos “juegos de guerra” en los últimos 26 años al impulsar desde el FMI-BM-BID el retiro del Estado mexicano de sectores estratégicos desregulando y desnacionalizando bancos, ferrocarriles, petróleo, electricidad, infraestructura, agricultura, agua, etcétera, y propiciando el desequilibrio sociopolítico por medio de la rigurosa aplicación (con el concurso de sus empleados en Los Pinos, Hacienda y Economía) de un guión basado en una drástica reducción del gasto público; la anulación de subsidios al campo, a los alimentos, al transporte para los sectores populares; la promoción de despidos masivos de burócratas, técnicos y trabajadores de las empresas privatizadas; la desregulación en beneficio de banqueros y comerciantes; la eliminación de límites a ganancias y al capital especulativo; la supresión del control de precios, devastando más el ingreso familiar con los topes salariales; la promoción de la apertura total e indiscriminada a la inversión extranjera y a las mercancías y capitales del exterior, socavando empleo y aparato productivo; el auspicio de los inversionistas foráneos como piedra angular del modelo, instaurando una política cambiaria muy flexible que permite la entrada y salida irrestricta de capitales nacionales y extranjeros, es decir, con “libertad para saquear a un país si en otro hay mayor seguridad o mayores tasas de ganancia” (Ver Arturo Ortiz W., Política económica de México, 1982-1995, Nuestro Tiempo,1994). Hasta hoy EU considera básica la libre oportunidad para especular en bolsas de valores y paraísos fiscales donde se bursatilizan y rematan nuestros activos estratégicos.
Tal es el recetario para la informalidad económica, la criminalidad y el narcotráfico. El Pentágono sabe que el estallido social está en curso y es de largo alcance: sin cambio de rumbo siguen balcanización e incautación del país.


Ángel Guerra Cabrera

Bolivia: el arma revolucionaria del voto

El radiante resultado del referendo constitucional en Bolivia es un poderoso estímulo para las fuerzas populares de América Latina y su repercusión influirá mucho en los futuros desarrollos de la región. Pero no es el caso solazarse con la victoria puesto que cada una es otro punto de partida hacia nuevos enfrentamientos con las fuerzas reaccionarias.

Así lo confirma la desfachatada actitud sediciosa asumida por la oposición oligárquica frente a la aprobación en impecable consulta democrática de la nueva Constitución. Y es que por voluntad popular expresada con el voto el viejo orden encomendero y expoliador queda sin sustento legal, un extraordinario hito en la historia de Bolivia y en el difícil trayecto hacia la auténtica democracia latinoamericana. Esa que está surgiendo de las luchas populares del Bravo a la Patagonia y ha logrado importantes avances en los procesos de cambios revolucionarios en ese país, Venezuela y Ecuador. Los electores también se pronunciaron por limitar la tenencia privada de la tierra a 5 mil hectáreas, principio jurídico indispensable para liquidar el latifundismo en que una reducida elite ha sustentado por siglos su hegemonía.

La nueva Carta Magna sienta las bases jurídico-políticas para lo que Evo certeramente califica de “refundación” del Estado boliviano. Es decir, la transformación radical de la república oligárquica, racista y colonial, secuestrada tras la primera independencia, en una plurinacional, comunitaria, de los trabajadores, donde se reconocen la cultura, la identidad y el poder para decidir su destino de las mayorías indígenas, privadas desde la conquista –al igual que los otros sectores oprimidos– de los más elementales derechos económicos, políticos y sociales. Consagra, asimismo, el control de los recursos naturales por el Estado, su papel rector de la economía y prohíbe las bases militares extrajeras.

El triunfo es más meritorio porque ha exigido una brillante demostración de talento e imaginación políticos de Evo Morales y los movimientos sociales para desmantelar los continuos embates subversivos de la oposición. Es sorprendente su paciencia, claridad y firmeza de propósitos y, a la vez, flexibilidad negociadora e irrestricto respeto por las formas democráticas frente a una oligarquía que conserva casi intacto su poder económico, cultural e ideológico y disfruta del apoyo del sistema de dominación imperialista. Esa ejecutoria mereció el respaldo de todos los gobiernos sudamericanos, agrupados en la Unasur, en su histórica decisión de condena al golpismo contra el gobierno de La Paz.

Pero la oligarquía reitera su naturaleza antidemocrática, pues no había terminado el conteo de votos y vuelve a la carga amenazando con desconocer y obstaculizar la instrumentación de la nueva Constitución. Atrincherada en las prefecturas y los comités “cívicos” de la llamada Media Luna, su reclamo de autonomía departamental no se sostiene, justo cuando la nueva ley de leyes la proclama como derecho de todas las comunidades y pueblos, pero edificada desde abajo. Lo que subyace en su fraudulenta petición de autonomía es el afán de perpetuar sus indignantes prebendas. Así como antes los dueños de Bolivia arrebataron a su pueblo la tierra, la plata y luego el estaño, esta pandilla fascista pretende ahora no sólo conservar sus inmensos latifundios, sino que sean las trasnacionales las que se sirvan del usufructo de los ricos yacimientos de gas boliviano.

Lo que está en juego es el derecho de los pueblos a disponer de sus recursos naturales y el precedente que está sentando Bolivia de que es posible conquistarlo con el voto. Los oligarcas separatistas lo saben y por eso ofrecen sus servicios al imperio a cambio de apoyo político para su agenda antinacional. Es muy reveladora la curiosa cobertura del referendo por los periódicos de la Sociedad Interamericana de Prensa, sus homólogos españoles y CNN, que cuestiona nada menos que la legitimidad de una Constitución aprobada por más de 60 por ciento del electorado, pues según ellos “divide” al país.

Sería un día de fiesta para los pueblos de las democracias “avanzadas” cuando su voto sea tomado en cuenta para adoptar las decisiones fundamentales que los afectan, como es norma hoy en Bolivia, Venezuela y Ecuador.

Editorial EL UNIVERSAL
A las mujeres no les cumplen

29 de enero de 2009
Qué facil es votar una ley y después dejarla botada. ¿Cuántas veces nuestros legisladores se han alzado el cuello con leyes estéticamente perfectas, moralmente loables, pero sin pies con los cuales sostenerse en la realidad? Tal es el caso de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Hace dos años fue anunciada como modelo en América Latina, pero hoy no se ha concretado ninguno de sus principales objetivos.

Con bombo y platillo el gobierno federal publicó el 1 de febrero de 2007 el decreto por el que se expidió la ley para “prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, además de garantizar su acceso a una vida libre de agresión para su desarrollo y bienestar”. Con motivo del acto celebrado hace dos años, el presidente Felipe Calderón aseguró que la suya sería una gestión “implacable contra la violencia de género”.

Para cumplir con tales expectativas se planeó la creación de un Sistema Nacional de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres —dentro de los 60 días siguientes a la entrada en vigor de la ley—; de un Banco Nacional de Datos y de un diagnóstico nacional sobre las formas de violencia contra las mujeres —ambos con un plazo de 365 días posteriores a la entrada en vigor—; una alerta de género; la emisión de órdenes de protección; programas de reeducación para los agresores y capacitación al personal policiaco y de procuración de justicia.

¿Qué se hizo de todo lo anterior? Nada. ¿Quiénes son los responsables de que eso no sucediera? La Federación, los estados, los municipios, el DIF y el Instituto Nacional de las Mujeres, de acuerdo con las responsabilidades que asigna la ley, ya que debieron coordinarse para “diseñar instrumentos, políticas, servicios y acciones para garantizar lo establecido en esta legislación”.

Amnistía Internacional (AI) alerta que en 25 estados del país el cambio legal no ha tenido ningún impacto, por lo que “la seguridad y la vida de miles de mujeres está en peligro”. O más bien, sigue en peligro, ahora con el agravante de que los niveles de violencia y delincuencia general en el país —con su respectivo impacto en el género más vulnerable— se han incrementado respecto de la fecha en que se publicó la reforma.

En algunos estados como Guanajuato y Oaxaca ni siquiera existen leyes que protejan a las mujeres de la violencia. En el resto de los 29 estados, sólo en cinco cuentan con un reglamento que permita su aplicación: Aguascalientes, Jalisco, Nuevo León, San Luis Potosí y Yucatán. Y es que, sin la homologación que exige la reforma constitucional, cada entidad tendrá valores distintos respecto de lo que entienden por derechos de las mujeres.

Podría parecer, según lo dicho hasta ahora, que los legisladores federales cumplieron con la simple aprobación de la reforma; sin embargo, tal presunción se cae si la ley establece que los organismos de la sociedad civil denunciantes tienen que reunir las pruebas —cual fiscalía— para probar la violencia de género o si, en el presupuesto 2009 para el rubro, los propios diputados hacen un recorte de más de 300 millones de pesos a sabiendas de que la reforma no ha tenido avance alguno.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 señala que hasta 80% de las mujeres en México ha sido violentada alguna vez en su vida. Sólo en los 13 estados del país con mayores agresiones —del 1 de enero de 2007 al 31 de julio de 2008—, el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio reportó mil 14 homicidios dolosos contra ellas. La negligencia del gobierno federal, los gobernadores y los legisladores está costando muchas vidas.

Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
Foros ‘light’
A pesar de las evidencias, hay una necedad sospechosa en minimizar esta crisis de dimensiones gigantescas

En Davos o el Senado, da igual. Aquí y allá se habla de la crisis como un juego de apariencias, un artilugio de cristales. Pero sin enfrentarla cara a cara al espejo.
En Suiza: “Fíjense cómo los ricos nos preocupamos por los pobres”; “por eso hacemos tan largo viaje hasta este austero lugar”; “sí, claro que abordaremos la crisis, pero desde las cúpulas del poder político y económico, ¿o hay de otras?”; “a quién le importan las inteligencias luminosas o los grandes líderes sociales”; “aquí la pregunta es cuánto del mundo nos queda —todavía— para repartir”.
En México: “A ver si van aplaudiendo este esfuerzo de sus heroicos legisladores”; “al fin y al cabo que con sus impuestos pagamos a ex presidentes, oradores profesionales, a precio de oro”; “nomás para la foto, aunque lleguen con sus discursos gastados de siempre”; “cantemos todos a coro: la crisis nos vino de fuera… aquí nadie es culpable”.

Sigue sin caerles el 20 y menos aún darles línea. Hay una necedad sospechosa en minimizar esta crisis de dimensiones gigantescas.

Por su parte, el gobierno federal, en voz del secretario de Hacienda —el del célebre catarrito—, dice que “habrá algunos periodos de estancamiento”. Para lo cual propone medidas tan trascendentes como abrir a los capitales foráneos la telefonía fija; cosa que casualmente favorecería a la empresa extranjera que ahora dirige su predecesor en el cargo. De quien se dice, por cierto, que sigue mandando.

Por el estilo, el gobierno calderonista se autoelogia como “sensible a las demandas populares” y anuncia una reducción en el incremento sistemático al precio del diesel, que suena a broma cruel cuando ya han reventado el autotransporte y la pesca en todo el país por los aumentos a los combustibles.
Mientras tanto, la única voz sensata en medio del desconcierto hace anuncios estremecedores. Entre otras cosas, el gobernador del Banco de México ha establecido que nuestro país decrecerá entre 0.8% y 1.8% en 2009; que se perderán más de 300 mil empleos en el sector formal de la economía; que las remesas han caído en más de 10% y que el poder adquisitivo del salario se sigue deteriorando día a día. Peor, imposible.

Así que la crisis que sólo era financiera es ahora una rotunda crisis económica y, más aún, una despiadada crisis social que se extiende, dolorosa, por ciudades y pueblos de todo el país.

En este marco de pesimismo documentado el Congreso realiza el foro “México ante la crisis: ¿qué hacer para crecer?”. En el que, por denominación, pareciera que la crisis es para los señores legisladores algo distante y ajeno. Y que el del crecimiento es un tema insondable. Como si no hubiera ejemplos evidentes de lo que han hecho países exitosos lo mismo en Asia que en Europa, América y hasta África, para seguir creciendo aun en la crisis: abatir la pobreza, elevar el ingreso y estimular fundamentalmente el mercado interno.

En pocas palabras, cambiar un modelo económico que ha provocado el desastre del capitalismo a ultranza. El propio Obama ha establecido el derrumbe de los paradigmas al afirmar que ya no es posible el desarrollo si sólo se beneficia a los más ricos.

Pero aquí, hemos de conformarnos con un foro mediocre. Eso sí, con carísimos profesionales del rollo. Sin Hernando de Soto, Amartya Sen, Muhammad Yunus y otros personajes que de verdad han revolucionado la ciencia económica al plantear la generación de riqueza a partir de la pobreza.

Lo dicho, un foro light, descremado, sin gas, pasteurizado y descafeinado


José Luis Calva
La recesión tiene permiso

Al presentar el Informe sobre la inflación octubre-diciembre de 2008, en el que el Banco de México pronostica una caída del Producto Interno Bruto de entre 0.8% y 1.8% durante 2009, así como la pérdida de 160 mil a 340 mil empleos formales, Guillermo Ortiz señaló: “Esto corresponde a cualquier definición de recesión”.
Me resulta inevitable recordar La muerte tiene permiso de Edmundo Valadés: “Pos muchas gracias por el permiso, dijo don Sacramento, porque como nadie nos hacía caso, desde ayer el presidente municipal es difunto”. De igual modo, la economía mexicana entró en recesión desde el año pasado, como lo reconoce el propio Banco de México al estimar una caída del PIB durante el último trimestre, como lo habíamos advertido oportunamente en este espacio al analizar las sucesivas fases de la desaceleración económica.

Los signos inequívocos de que México se enfilaba hacia una recesión aparecieron en el curso de los primeros siete meses de 2008. En cifras desestacionalizadas que permiten comparar los sucesivos meses —puesto que eliminan los efectos de factores estacionales—, el índice de la producción industrial agregada alcanzó su pico en diciembre de 2007 (con 115.7 puntos), descendiendo desde entonces hasta 111.4 puntos en noviembre de 2008, con la particularidad de que la producción manufacturera alcanzó su pico en enero de 2008 (119.1 puntos), decreciendo posteriormente hasta 114.6 puntos en noviembre.

En el mercado externo nuestras ventas no petroleras alcanzaron su pico en julio de 2008, con 21 mil 531.5 millones de dólares (en cifras desestacionalizadas), descendiendo posteriormente hasta 16 mil 491.06 mdd en diciembre; y en el mercado interno, el índice de ventas al mayoreo alcanzó su pico en mayo de 2008, con 119.5 puntos, decreciendo hasta 112.1 puntos en noviembre.

Finalmente, la tasa nacional de desempleo abierto pasó de 3.63% en febrero de 2008, a 4.71% en diciembre; y el número de trabajadores permanentes inscritos en el IMSS, que en noviembre de 2007 ascendió a 12 millones 819 mil 978, se ubicó desde entonces abajo de ese nivel (con excepción de octubre), registrando 12 millones 768 mil 716 trabajadores en noviembre, es decir 51 mil 262 menos que un año antes.

Por eso, frente a la renuencia de las autoridades a reconocer la gravedad de la desaceleración, reiteradamente recordamos la importancia de los diagnósticos tempranos, debido a que las acciones contracíclicas de política macroeconómica suelen actuar con notorio rezago sobre la economía real: las de política monetaria tardan hasta 18 meses en transmitir la totalidad de sus efectos y las de política fiscal son de efecto también rezagado.

A pesar de la gravedad de la desaceleración, las autoridades monetarias y hacendarias no adoptaron oportunamente resueltas acciones de política contracíclica. De hecho, a contracorriente de la Reserva Federal estadounidense, que redujo su tasa de interés primaria desde 4.75% hasta 0.5% en 2008, el Banco de México aumentó su tasa de fondeo bancario de 7.5% a 8.25%.

Por su parte, la SHCP mantuvo inalterable su meta de balance fiscal cero; y aunque desde los primeros meses de 2008 fueron anunciados dos programas de política fiscal supuestamente contracíclica (el Fonadin y el PAE), éstos tuvieron alcances tan limitados, que retrospectivamente aparecen como simples actos de mercadotecnia política.

No fue sino hasta hace dos semanas cuando el Banco de México decidió reducir su tasa de fondeo bancario, pero sólo de 8.25% a 7.75%. Y las acciones de política fiscal anunciadas para 2009 por la SHCP y el presidente Calderón son de tan escasa relevancia que tendrán un efecto cercano a cero sobre el crecimiento económico.

Hay que remarcarlo: la economía mexicana no saldrá del hoyo mediante simples actos de mercadotecnia política; son necesarias enérgicas acciones contracíclias de política macroeconómica, a fin de reactivar la economía mexicana y defender nuestros empleos.

Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM

Fernando Turner D.
Monopolios, Carstens y Ortiz
En el foro sobre la crisis y el crecimiento que está llevando a cabo el Congreso, tanto el secretario de Hacienda como el gobernador del Banco de México se refirieron a la falta de competencia interna de la economía como una de las causas de su escaso crecimiento.

A pesar de la tibieza, el lenguaje tecnocrático y dentro de su larga lista de reformas estructurales “pendientes” y de la insuficiencia de las realizadas, ambos personajes señalan la existencia de monopolios y oligopolios como causa del estancamiento y obstáculo principal para salir de la crisis.

Cuidándose de manifestar su propia responsabilidad en la creación y protección de algunos de los innumerables monopolios y oligopolios que pueblan nuestra economía, alcanzaron a sugerir el fortalecimiento de las atribuciones de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) para eliminar este importante obstáculo.
Varios problemas se perciben en estas intervenciones. Primero, no señalan estas prácticas como la causa principal de la falta de competitividad nacional. Si estos personajes fueran más técnicos y menos políticos deberían señalar claramente, y de preferencia con análisis estadísticos y argumentos técnicos económicos sólidos, que una economía no puede estar abierta al exterior y cerrada al interior, pues tiende al estancamiento por la anemia generada en los sectores productivos liberalizados pero lastrados por los monopolios en el interior. La inversión disminuirá en dichos sectores, que son los que más emplean, y a la larga desaparecerán.

Segundo: junto con el diagnóstico, deberían manifestar acciones efectivas dentro de sus atribuciones para reducir el poder económico inhibidor de la competencia. Hay una larga lista de acciones que la misma Cofeco ha señalado para apoyar la competencia y acabar con privilegios de mercado y a las cuales Hacienda se ha opuesto. Entre otras: eliminar trabas al comercio exterior impuestas para proteger a favoritos del gobierno o para fiscalizar doblemente en aduanas, tales como el registro de importadores, certificados de cumplimiento ecológico por las mismas empresas oligopólicas, tarifas fijas que impiden la competencia entre agentes aduanales, etcétera.

Por no decir del poder de compra de Hacienda y de su autoridad para ordenar que se eviten compras públicas de bienes a precios superiores a los internacionales.
En Banxico, sin hablar de modificar su ineficaz política monetaria que sobrevalúa permanentemente la moneda, podrían plantearse acciones para eliminar la perniciosa y permanente protección al oligopolio bancario, tales como agilizar autorizaciones de nuevos bancos; promover la creación de cooperativas de ahorro, microfinancieras y otras entidades no bancarias de ahorro e inversión; evitar privilegiar los depósitos bancarios sobre otros ahorros; entre otras.
Habría que agregar, además, la urgencia de establecer un organismo efectivo de financiamiento a pymes similar a la Small Busines Administration de Estados Unidos y decenas de países. Aquí se deja al empresario y consumidor pequeño a merced del agio, mientras en otros países se reconoce la falla de mercado que existe en el financiamiento a pequeños negocios y el Estado interviene para subsanarlo.

No quieren hacer lo requerido. Están para la foto y para la grilla. Para evitar ser responsabilizados del fracaso del “blindaje” que pregonaban y del estancamiento padecido desde hace 20 años. Del fracaso del modelo que pregonan y protegen.
Deberían presentar acciones efectivas para paliar la crisis. Deberían pensar, hablar y actuar en el mismo sentido y sentirse avergonzados ante la nación por su ya demasiado larga y fracasada gestión; y deberían, sobre todo, manifestar que realmente no saben cómo hacer crecer a este país ni mucho menos como sacarlo de la crisis.

Esperemos que Obama, Sarkozy, Merkel y los demás líderes sí hagan lo necesario.
Presidente de la Asociación Nacional de Empresarios Independientes, AC (ANEI)


Manuel Bartlett Díaz
Estado fallido
En mi colaboración del 11 de septiembre escribí: “Nos aquejan criterios de Estado fallido. No puede Calderón ignorarlo”. El tema reaparece: alarmantes declaraciones y documentos estadounidenses nos atribuyen el descalificativo; el gobierno responde medroso.

Estado fallido es aquel incapaz de cumplir, en diversos grados, sus responsabilidades esenciales, que comprenden garantizar la seguridad, pero es más que eso: implica numerosas deficiencias graves de gobernabilidad. Para Estados Unidos los estados débiles o fallidos representan peligro para la estabilidad internacional de la que se asume responsable, y algunos, según su soberano criterio, representan riesgos para su propia seguridad interna.
La clasificación por Estados Unidos de un Estado como fallido tiene efectos políticos graves, el concepto prepara intervenciones violentas o suaves, abiertas o disfrazadas. La ubicación de México en esta clasificación es una advertencia amenazante. No podemos ignorar su significado externo ni tampoco los problemas reales internos que urge atender.

El Departamento de Defensa estadounidense en un estudio nos incluye entre los estados débiles o fallidos, como país en riesgo de rápido y súbito colapso, junto con Paquistán. “Cualquier descenso de México al caos demandará una respuesta estadounidense acorde a sus serias implicaciones para la seguridad interna”. El general McCaffrey, ex zar antidrogas, afirma: México está en el filo del abismo, puede devenir en un Estado-narco.

Chertoff, secretario de Seguridad Interior de Bush, afirmó que el crecimiento del nivel de violencia en México por las drogas ha llevado a EU a planear el incremento de agentes, civiles y militares, en la frontera, con aviones, tanques… para proteger la seguridad de los estadounidenses.

El gobierno mexicano alega: “No somos un Estado fallido”, la violencia no afecta a todo el territorio, los muertos son traficantes; reclama modosamente el contrabando incontrolado de armas provenientes de Estados Unidos. Nuestro embajador insistió en el tema, reconocido en los textos mencionados, sin comprometer nada. El presidente del PAN lo niega y atribuye la imputación a opositores maldicientes.

Las afirmaciones estadounidenses son brutales e injustas, el problema es responsabilidad de ambos países; las medidas allá, tibias: crece el consumo de drogas y el tráfico de armas es un gran negocio armamentista. Circunscriben el problema a lo policiaco, a la corrupción, omiten soluciones a los problemas sociales que el propio término “fallido” implica.

La respuesta es timorata ante un vecino del que somos tercer proveedor de petróleo, con una relación comercial amplísima, cuya agricultura, industria y servicios diversos dependen de nuestros migrantes, esto reconocido en el documento McCaffrey. La amenaza que teme Estados Unidos a su seguridad interior no se resuelve con tanques, aviones, muros, sino con auténtica colaboración respetuosa de nuestra soberanía que permita solucionar los problemas sociales que alimentan la violencia descrita.

Paradoja, el país que nos “indujo” al Consenso de Washington, a la política neoliberal, que dictó la reducción del Estado a la inoperancia económica y social, hoy nos acusa de tener un Estado débil, fallido. Si no modificamos el modelo que sostiene Calderón, seguiremos sin Estado, pero eso sí, estaremos en la revista Forbes.

mbartlett_diaz@hotmail.com
Ex secretario de Estado

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