4/23/2009

Periodistas pal café.....


La luz se va haciendo a mitad del túnel (es decir, en el tránsito rumbo a las elecciones intermedias). México está en vías de ser salvado por la prodigiosa intervención de superhéroes generosos y desinteresados: por un lado, el archiconocido Chente Focs que en su cuartel de San Cristóbal Ranch ha sido convocado por Calderón Dreams para que intervenga en los comicios venideros como promotor del voto y de resultados adulterados (el citado personaje tiene certificación de calidad electoral ISO-0.5 por ciento). El peinador y maquillista político que usa como alias de trabajo la denominación Germán Martínez incluso ha presumido a los mexicanos la adquisición de temporada, asegurando que quienes critican a la estrella guanajuatense (cuya representante comercial es la afamada señora Marta S.A.) son meros ardidos que no soportan el éxito del mito del Bajío que, modesto y comprensivo, ha permitido que su brillo sea atenuado, para que no moleste tanto a los ojos de los mortales, mediante acusaciones de fraudes, corrupción y despilfarro que le han hecho algunos locos disfrazados de diputados federales que no quisieron aprobarle algunas de sus cuentas públicas aunque acabaron negociando colocarlas provisionalmente bajo la alfombra, en espera de que pasen los comicios de julio próximo.
Otro libertador de México es mujer y habla en inglés. Hillary se llama y ayer dijo ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que es necesario que ellos “libren al pueblo de México”. No dijo la señora Clinton si en la nación secuestrada se están produciendo armas químicas letales y por ello se deba autorizar una invasión como en Irak, pero arengó a los legisladores gringos en términos de intervencionismo armado: “Tenemos que derrotar a esos cárteles de la droga. Tenemos que derrotarlos, desarmarlos, capturarlos o matarlos; tenemos que librar al pueblo de México de este flagelo”. Empeñada en “hacer que fluya el dinero” para darlo al calderonismo, la secretaria de Estado reveló que en su reciente viaje a México, el mes pasado, le “quedó muy claro que los cárteles de la droga superan en armas al gobierno mexicano, la policía y el ejército, y necesitamos intentar corregir ese desequilibrio”. Mientras ella hace su luchita recaudatoria en Washington, en la ciudad de México se avanza en la pretensión de instalar una oficina coordinadora de acciones conjuntas de Estados Unidos con el país bajo tutela y se especula sobre la posibilidad de que el calderonato proponga reformas legales para que le sea permitido declarar una forma rápida y “ligera” de estado de excepción. El cuadro de militarización podría extenderse, según declaración reciente de Monte Alejandro Rubido García, el secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad Pública, quien consideró que la estancia de soldados en las calles de varias ciudades se mantendrá al menos hasta 2013, es decir, cuando menos hasta después de las elecciones de 2012 y de la instalación de un presidente de la República. ¡Salvados!
Astillas
Es muy probable que Manuel Bartlett no vaya como candidato a diputado federal de representación proporcional por el Partido del Trabajo. El primer lugar de la lista correspondiente a la cuarta circunscripción electoral, a la cual pertenecen, entre otras entidades, el Distrito Federal y Puebla, será para Porfirio Muñoz Ledo, quien se negó a ceder esa colocación distinguida para que Bartlett, previa renuncia al PRI, tuviese pase seguro a San Lázaro. Aun cuando el ex secretario de Gobernación ha dicho que da por cerrado el tema, en el PT mantienen la esperanza de que acepte la postulación en un tercer lugar, que implica riesgos de no llegar a la curul... En distritos federales correspondientes a la delegación Iztapalapa serán candidatos a diputados de mayoría relativa Jaime Cárdenas, Mario di Costanzo y Gerardo Fernández Noroña. La idea del movimiento de resistencia civil es combatir abiertamente a los candidatos postulados por el chuchismo perredista, y no sólo en esa demarcación... Un lector suspicaz pregunta, luego de ver a Encinas interceder por Jesús Ortega en pasado abucheo público: “¿Por qué Alejandro va en el primer lugar de la cuarta circunscripción y no en el 13, sin posibilidades de llegar, donde lo pretendían ubicar sus aliados –Bejarano, Batres y compañía–, quienes dieron prioridad a sus espacios e intereses antes que reconocer el liderazgo del ex jefe sustituto de Gobierno? ¿Se sabe que ese lugar de absoluto privilegio prácticamente se lo regaló la corriente que tanto criticó? Es decir: Encinas será diputado federal y, probablemente, coordinador de la bancada, gracias al chuchinero que tanto criticó; si fuera un poco consecuente, renunciaría a ese espacio como lo hizo con la secretaría general del comité nacional perredista”... Sergio Delgado informa desde Durango: “Tan inverosímil como el caso de la indígena que secuestró a seis Afis es el de Enrique Vera Lozano, a quien mataron a golpes en la Procuraduría de Justicia del estado y cuyo deceso las autoridades de dicha dependencia lo atribuyeron a ‘suicidio con el cierre de su chamarra’. Afortunadamente ya se logró una segunda necropsia y como el cadáver, por lo fríos que fueron los primeros meses del año, se conservó muy bien, en Durango estamos a punto de saber qué ocurrió exactamente en las mazmorras de la Policía Judicial del estado el pasado domingo 18 de enero. Los hermanos del difunto consiguieron, vía mordidas a burócratas de la PJE, videos de la sesión de torturas de Enrique y hasta foto de sus últimos minutos de vida. Eso da una idea del grado de corrupción a que han llegado nuestras instituciones judiciales”... Y, mientras Medina Mora habla del uso legítimo de la fuerza, Beltrones dice que no le interesa la Presidencia de México sino la mejoría de éste, las tierras de Tula se encarecen y los mineros de Cananea se niegan a recibir liquidaciones, ¡hasta mañana, en esta columna sin agenda partidista episcopal!
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Dinero
Atrae la Corte el litigio Sahagún vs. Proceso
General Motors, en la mera orillita
La embestida contra Bancomext
Enrique Galván Ochoa
Hay buenas noticias para el gandallaje político nacional. Primero, don Beltrone y don Gamboane acordaron con el panismo mandar el expediente de las (malas) cuentas del gobierno de Fox a la congeladora. Extasiado, Héctor Larios, don Gordone, jefe del cártel azul, se complace en anunciar que ya quedó oculto en el inexpugnable fondo del “archivo muerto”. Según la explicación oficial, no se quiso dar a la ciudadanía el bochornoso espectáculo de desnudar la corrupción gubernamental en víspera de elecciones. Es más creíble la extraoficial: los panistas tienen información confidencial –espionaje telefónico– de los jerarcas priístas y éstos optaron por la tregua. En otro lado, la Suprema Corta decidió atraer el caso de Marta Sahagún contra Proceso, que dirige el valeroso periodista Rafael Rodríguez Castañeda. El litigio tiene que ver con un texto de Olga Wornat, reproducido por la revista, en el que la señora Marta narra algunas andanzas amorosas, pero la información fue tomada de un documento que ella misma escribió para conseguir la anulación de su primer matrimonio. Proceso ya había sido absuelto, pero ella insiste en que debe ser indemnizada porque sufrió daño moral. ¿Cuál? Digo, ¿cuál irá a ser la decisión de los señores ministros?
10 años
Creada por Ernesto Zedillo en medio de la pasada gran crisis, como un dulce para consolar a los clientes de los bancos que perdían automóviles, departamentos, casas, todo su patrimonio, la Condusef llegó a su décimo aniversario. Su primer director fue un priísta, Angel Aceves, ya fallecido, a quien siguieron Oscar Levín Coppel –supuesto priísta pero maquilero– y el panista Luis Pazos. Los dos últimos han resultado nefastos. La Comisión Nacional de Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros en la práctica ha sido una protectora de los intereses de los banqueros.
En la orilla
General Motors anunció anoche que no hará el pago de mil millones de dólares a sus acreedores el próximo día uno de junio. Llegó a la mera orilla y no hay retorno. Para esa fecha habrá sucedido cualquiera de estos dos acontecimientos: o alcanzó un acuerdo para cambiar deudas por acciones de la empresa o se acogió a la ley de quiebras, según el anuncio del director de asuntos financieros, Ray Young. Uno de sus colegas, por cierto, el que desempeñaba el mismo cargo en la hipotecaria Freddy Mac, ya nacionalizada, apareció muerto en circunstancias extrañas. Se habla de suicidio.

Ni el más excéntrico y disparatado de los magos hubiera logrado lo que Felipe Calderón y Eduardo Sojo, con su equipo de estadística, consiguieron con un solo comunicado de prensa: sacarse de la manga la friolera de 243 mil empleos virtuales, con lo que redujeron” la tasa oficial de desempleo abierto en el país de 5.3 por ciento en febrero a 4.76 por ciento de la población económicamente activa en marzo de 2009 (sin duda un “logro” marca Fox, porque hasta los más optimistas pronosticaron exactamente lo contrario).
Apenas nueve días atrás el inquilino de Los Pinos festejaba, también al estilo Fox, “la creación neta de casi 4 mil empleos formales, registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social” en marzo de 2009, pero ayer esa cifra la multiplicó, con la ayuda de Sojo, por casi 62: ya no fueron 4 mil los empleos generados en el tercer mes del presente año, sino alrededor de 243 mil, según ellos.
¿Qué sucedió en esos nueve trascendentales días que permitió al inquilino de Los Pinos multiplicar los puestos de trabajo como si fueran panes bíblicos? Debió ser algo divino, porque incluso Felipe Calderón no alcanzó a presumirlo como parte de los “signos alentadores en nuestra economía” que dice haber visto allá por el pasado 13 de abril, cuando celebraba aquello de los 4 mil empleos. Sin duda, algunos mal pensados (también los bien pensados) cavilarán que el único resorte real que mueve al michoacano para sacarse de la manga 243 mil empleos virtuales es el electoral, toda vez que no pocos mexicanos no dejan de pensar en el “presidente del empleo”, aunque no exactamente en los términos que el directamente involucrado y los panistas suponen.
Tras seis meses al hilo de incremento en la tasa oficial de desempleo abierto, ¿de dónde sacó el inquilino de Los Pinos 243 mil puestos de trabajo en sólo nueve días? Aun en el lejanísimo caso de que fueran reales, ¿qué sectores, cuáles empresarios, generan 8 mil 200 empleos cada 24 horas en el país, como asegura el Inegi? Para dar una idea de qué se trata, ese ritmo (virtual) de creación de plazas laborales haría un acumulado en el año cercano a 3 millones, o lo que es lo mismo 2.5 veces más de la demanda real anual, la cual, dicho sea de paso, hace muchísimo tiempo que ni de lejos se cubre.
Con los multicitados 243 mil empleos que según el gobierno calderonista se crearon en marzo, Calderón y Sojo dicen haber recuperado de un plumazo todas las plazas oficialmente canceladas en el país durante el primer trimestre de 2009 y, generosos que son, todavía regalan a los mexicanos un pilón cercano a 110 mil puestos de trabajo. Lástima que sean buenas noticias virtuales.
Algo falla, porque las propias cifras oficiales en materia de empleo (Inegi, IMSS, Secretaría del Trabajo) documentan que en marzo de 2009 los puestos de trabajo registrados en el IMSS sumaron 3 mil 630 en las principales áreas urbanas (estadística del Seguro Social) y 14 mil 325 en todo el país (ídem de la STPS). De cualquier suerte, esos mismos indicadores detallan que en el primer trimestre del presente año se cancelaron 181 mil 675 plazas laborales urbanas, o 138 mil 291 en todo el país. Y ya en el masoquismo, indican que de noviembre de 2008 a marzo de 2009 la pérdida suma 595 mil empleos urbanos, o 525 mil a nivel nacional.
Muchas cifras que sólo llevan a un resultado: en caso de ser real, lo que desde luego se duda, en el mejor de los casos la “reducción” en la tasa oficial de desempleo abierto en el país habría sido de entre 0.009 y 0.03 por ciento, de tal suerte que de 5.3 en febrero pasó a 5.291/5.27 por ciento en marzo de 2009. Eso sí, salvo en la manga de Calderón y Sojo, por ninguna parte aparecen los 243 mil empleos, un volumen que, con crisis o sin ella, no se registra en ninguno de los 28 meses de inquilinaje calderonista en Los Pinos. Es la magia electoral: en los hechos crece la cancelación de plazas laborales, pero en el discurso “baja” la desocupación.
Por muchos polvos mágicos que esparzan, el desempleo no se reduce por decreto, porque según la citada estadística gubernamental, la tasa oficial de desempleo abierto creció de 3.56 por ciento el primer día de diciembre de 2006, a 5.3 por ciento el último de febrero de 2009 (es decir durante la “presidencia del empleo”), periodo en el que casi 800 mil mexicanos obligadamente se sumaron al desempleo, o lo que es lo mismo, al de por sí voluminoso ejército de reserva.
El optimismo gubernamental resulta tan falso como la supuesta recuperación del empleo y la economía, y de ello da cuenta el FMI, cercano amigo del inquilino de Los Pinos: de acuerdo con su más reciente estimación, divulgada ayer, el PIB mexicano registraría una caída de 3.7 por ciento (y contando) en términos reales durante 2009, una cálculo que muy lejos está de avalar los “signos alentadores” que dice ver Calderón. Tal desplome resultaría casi 2.5 veces mayor al promedio de América Latina (-1.5 por ciento) y alrededor de tres veces superior al de Brasil (-1.3), según la misma proyección. Lo bueno es que la Secretaría de Hacienda asegura que “sólo” será de 2.8 por ciento.
Las rebanadas del pastel
Vía correo electrónico llega una propuesta de los mineros de Cananea para solucionar el conflicto: “si Grupo México y su dueño Germán Larrea argumentan en la Junta Federal de Conciliación que debe cerrarse la mina y la planta de Cananea, porque eso es de ‘fuerza mayor’ y ya es inoperante, lo más lógico es que ese consorcio renuncie a la concesión que el gobierno federal le ha dado para explotar y administrar este centro de trabajo, o el gobierno quitársela, y que pase a las manos de los trabajadores para su correcta explotación económica y adecuada administración. Ya buscaremos la alianza con empresarios socialmente responsables que sepan hacer bien el trabajo, que organicen empresas rentables, que no exploten ni humillen a los trabajadores, y que respeten la autonomía y la libertad sindical, así como los demás derechos obreros. Sin adelantarnos, podría ser en un sistema o modelo de cogestión obrero-empresarial. Lo decimos en serio. Es el momento de grandes y graves decisiones. Un conflicto como el minero, que ha permanecido ya tres años sin solución, demuestra la incapacidad, ineptitud e irresponsabilidad con que Grupo México, con la complicidad del gobierno empresarial, utiliza un bien que la nación le otorgó para su debido manejo, no para su desmedido lucro, ni para aplastar la dignidad de sus trabajadores”.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx

Navegaciones
">Consejos y recetas inútiles o no
Pedro Miguel


Quién sabe cómo se le hace para escribir. Para escribir en general y para escribir, en particular, cuento, novela, poesía, reportaje, discurso, carta, acta circunstanciada o mensaje de amor. Se me vienen ahora a la cabeza algunos recetarios célebres, como el que formuló el uruguayo Horacio Quiroga (1878-1937), dirigido a quienes deseaban incursionar en un género que él manejaba con maestría: el cuento. Lo tituló Decálogo del perfecto cuentista y está en todas partes en Internet. Por lo breve, lo reproduzco:
I. Cree en un maestro –Poe, Maupassant, Kipling, Chejov– como en Dios mismo. II. Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo. III. Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia. IV. Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón. V. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra a dónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas. VI. Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: Desde el río soplaba el viento frío, no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes. VII. No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo. VIII. Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea. IX. No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino. X. No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.
Cortázar (1914-1984, aunque muchos pensamos que sigue vivo por ahí), en una reflexión mucho más extensa titulada Del cuento breve y sus alrededores, juzgó lo postulado por Quiroga: Si nueve de los preceptos son considerablemente prescindibles, el último me parece de una lucidez impecable. La noción de pequeño ambiente da su sentido más hondo al consejo, al definir la forma cerrada del cuento, lo que ya en otra ocasión he llamado su esfericidad; pero a esa noción se suma otra igualmente significativa, la de que el narrador pudo haber sido uno de los personajes, es decir, que la situación narrativa en sí debe nacer y darse dentro de la esfera, trabajando del interior hacia el exterior, sin que los límites del relato se vean trazados como quien modela una esfera de arcilla. Dicho de otro modo, el sentimiento de la esfera debe preexistir de alguna manera al acto de escribir el cuento, como si el narrador, sometido por la forma que asume, se moviera implícitamente en ella y la llevara a su extrema tensión, lo que hace precisamente la perfección de la forma esférica.
Más que ofrecer consejos, el gran cronopio exploraba, con base en su propia experiencia, las singularidades del género, abría al lector una ventana generosa a los tripamentos e intimidades del oficio de narrar y dejaba instalada una plataforma para, a partir de su texto, lograr un gozo mayor en la lectura esclarecida de cuentos breves. Posiblemente el argentino tuviera plena conciencia de la inutilidad de cualquier recomendación literaria genérica y en materia de creación le apostara más a los resultados de una suerte de trance (aunque lúcido) que al cumplimiento de un manojo de reglas.
navegaciones@yahoo.comhttp://navegaciones.blogspot.com
Pedro Miguel: Navegaciones


Editorial La Jornada
Perspectiva económica alarmante
De acuerdo con una estimación formulada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), las economías latinoamericanas experimentarán, en el año en curso, una contracción de 1.5 del PIB en promedio, y en 2010 emprenderán, también en promedio regional, una modesta recuperación de 1.6 por ciento. La situación particular de México, de acuerdo con la prospectiva del organismo financiero internacional, será mucho peor que la del conjunto continental: el FMI pronostica un resultado negativo de 3.7 por ciento para este año y un crecimiento de uno por ciento para el entrante. Las cifras del organismo contrastan con las estimaciones formuladas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), mucho más optimistas, que cifran la contracción económica en 2.8 por ciento para este año.
Aunque hay razones para pensar que las cifras del FMI pueden ser más realistas que las de la dependencia mexicana, habida cuenta que la segunda puede responder a consideraciones de índole política –como la cercanía de las elecciones de julio próximo– para atenuar los datos en alguna medida, un pronóstico es más alarmante que otro, pero ambos son indicativos de la inminencia de una circunstancia muy grave que no va a constreñirse al ámbito de los indicadores macroeconómicos sino que, por el contrario, afectará de manera inevitable el entramado institucional y el tejido social del país.
Para eludir tales afectaciones no basta con los “blindajes” financieros que el gobierno calderonista anuncia como garantía de estabilidad nacional ante la crisis. Se requeriría, además, una estrategia clara y precisa para amortiguar los impactos económicos en los niveles de ingreso, consumo y vida en general del grueso de la población, pero hasta la fecha las autoridades no han sido capaces de presentar a la opinión pública un programa en este sentido. Más allá de los discursos tranquilizadores, además de acciones a todas luces insuficientes y tardías –como el programa de empleo temporal, el anuncio de la construcción de una nueva refinería y el otorgamiento de algunos subsidios marginales al consumo entre los sectores más necesitados–, el único empeño gubernamental significativo ante la crisis en curso se orienta a procurar el fortalecimiento –o rescate, en casos extremos– de los grandes consorcios empresariales en problemas, no a auxiliar a pequeños y medianos empresarios, asalariados, deudores físicos, causantes cautivos y pequeños agricultores, ya sean propietarios individuales, ejidatarios o comuneros. Está vigente, pues, la línea de política económica impuesta en el país desde la presidencia salinista y en virtud de la cual ha tenido lugar la insultante concentración de riqueza en unas cuantas manos y la depauperación sostenida de las mayorías.
A lo que puede verse, el grupo en el poder sigue siendo incapaz de percibir las relaciones entre bienestar económico y estabilidad política y social y, a la inversa, entre pobreza, atraso y marginación, por un lado, y violencia delictiva, descomposición institucional e ingobernabilidad, por el otro.
A mera guisa de ejemplo, cabe preguntarse cuántos empleos perdidos significará una contracción económica de 2.8 por ciento, como la que augura Hacienda, y cuántos, una caída de 3.7, como la que pronostica el FMI. Sean cientos de miles o sean millones, es claro que la pérdida súbita de ingresos, expectativas, nivel de vida, certidumbre y autoestima que conlleva el quedarse sin trabajo generarán, a su vez, dramas personales, familiares, vecinales y regionales que alentarán, por su parte, los descontentos sociales y políticos, alimentarán, directa o indirectamente, las filas y los negocios de la delincuencia organizada y debilitarán la presencia, la autoridad y la percepción del Estado –de por sí tenue e incierta, por decir lo menos– en los ámbitos correspondientes.
Sin embargo, las autoridades federales siguen sin acusar recibo de la gravedad de la circunstancia.


Opinión
Octavio Rodríguez Araujo: Ante la crisis de representación
El número de encuestas sobre las próximas elecciones se multiplica, como ha ocurrido desde algunos años conforme se acerca el momento en que los ciudadanos elegimos a nuestros representantes, sean en el Poder Ejecutivo o en el Legislativo. Ahora es el turno de la Cámara de Diputados y de otras elecciones locales que coinciden en la misma fecha.
Las encuestas conocidas nos hablan de alta abstención y de cierta inclinación al voto nulo. Ambas expresiones, que ciertamente pueden darse en julio, serían una demostración de que los partidos y sus candidatos han caído en descrédito. Pero también la llamada cámara baja, lo cual no sería una novedad.
Los diputados en México no han gozado de la simpatía de los ciudadanos desde, por lo menos… siempre. Hubo una época, si le creemos a Rudolph de la Garza en un viejo estudio sólo publicado en español parcialmente, en que los diputados cumplían también funciones de gestoría. Pero desde hace unos 40 años con trabajos son identificados en el distrito donde fueron electos, sin duda porque han hecho muy poco por sus electores, si acaso los han tomado en cuenta. Los diputados son, en conjunto, representantes de la nación, pero individualmente se deben, refiriéndome a los de mayoría relativa o uninominales, a quienes los llevaron a la Cámara. Los de representación proporcional o plurinominales, en cambio, se deben a negociaciones en la cúpula de sus partidos para lograr los primeros lugares en las listas que nos presentan en cada elección (tal vez esto explique por qué algunos precandidatos cambian de partido, pues no será lo mismo ocupar el lugar 15 en una lista que el tercero, por ejemplo).
No es exagerado decir que en México, y quizá en muchos otros países, los políticos y la política se han desprestigiado en años recientes, sobre todo a partir de que tanto izquierdas como derechas se corrieron a un conveniente centro donde han terminado por confundirse unos con otros. En el centro político, cuya característica principal es la ausencia de compromiso con una clase social concreta, todos los partidos se parecen y ofrecen más o menos lo mismo. El centro es, de alguna manera, la no definición y ésta, a su vez, la mejor forma de ganar más votos, pues es más incluyente que las propuestas más definidas, más comprometidas, más clasistas. Cualquier partido que quiera de veras ser competitivo en los tiempos actuales tendrá que ubicarse en el centro ideológico y político, es decir, en el poco o nulo compromiso con determinados sectores de la población.
Sin embargo, en lo anterior ocurre una paradoja: un partido de centro (izquierda o derecha) gana más votos que si fuera de izquierda o derecha radicales, pero pierde credibilidad, identificación del elector con él. Es probable que esto explique por qué los líderes han podido posicionarse por encima de los partidos y con más éxito que éstos.
La extensión de la paradoja mencionada tiene un resultado más o menos visible: cada vez menos ciudadanos se identifican con los partidos existentes, con los órganos de representación y con la política. Si A se parece a B y B se parece a C, ¿por qué votar? Y, si además, una vez que están en la Cámara o en el gobierno de un estado o en la presidencia de un municipio no hacen lo que prometieron en campaña ni lo que demanda la gente, menos interés por votar.
El problema es que si pocos votan y muchos se abstienen o anulan su voto en las casillas electorales, no cambian las cosas. Los que voten, sean los que sean, decidirán la composición de la Cámara o el gobierno de un estado o de un municipio. La representación en las democracias se gana con votos, con un voto más que los contrincantes. La legitimidad que otorgan las mayorías no les importa a los representantes o, en otra interpretación, las mayorías son las que ganan aunque sean menos que las mayorías que se abstienen. Así funcionan las reglas democráticas. Y, dicho sea de paso, la democracia no tiene la culpa de la pérdida de credibilidad de los partidos y de sus candidatos. Son éstos los culpables por no ofrecer en el discurso y en sus acciones suficientes atractivos para ganar realmente a las verdaderas mayorías y hacer de la democracia un ejercicio de auténtica participación popular. Bien decía Carlos Vilas que “la democracia representativa está relacionada penosamente con la participación social”, peor cuando los partidos poco hacen, si acaso, por incitar responsablemente tal participación de la sociedad. López Obrador lo está intentando arengando al pueblo y trasmitiendo su mensaje en su ya largo recorrido por todo el país, pero los partidos no han hecho lo mismo. ¿Pensarán los dirigentes de los partidos que es responsabilidad de la Secretaría de Educación Pública levantar y formar la conciencia política del pueblo? No lo creo, pero tampoco cumplen esta función, ni como partidos ni como representantes electos. ¡Y luego quieren que voten por ellos!
Lo que ahora está en juego en el ámbito federal no es la Presidencia sino la composición de la Cámara de Diputados. Hagamos todo lo posible por que el PAN, que en las encuestas está mal, pero mejor que el PRD, gane el menor número posible de curules. No será anulando los votos ni quedándose en casa como se podrá castigar al partido blanquiazul. Habrá que participar, aunque sólo sea para disminuir la representación del PAN. Todos los partidos se parecen, pero no son iguales, y esto hace la diferencia. Muchos dirán que no hay a cuál irle. De acuerdo, pero, como en todo arreglo partidario, siempre hay unos que están más a la derecha que otros.
Hay, ciertamente, una crisis de representación, pero no hagamos de ésta una crisis de participación. De nuestra participación dependerá que los derrotados no seamos nosotros.

Jorge Carrillo Olea: La ultraderecha mexicana:
Todos lo niegan pero todos lo hacen. No estoy hablando del pecado carnal que tanto asusta de dientes para afuera a los de la derecha extrema. Me refiero a los que son, sin confesarlo, escondidos, sin orgullo y con vergüenza, miembros formales o no de la Organización Nacional del Yunque, o simplemente El Yunque, la organización medieval que los acoge, o en otras latitudes miembros de La Sagrada Familia. Nunca aceptan su filiación.
Sus miembros visibles más prominentes dentro del PAN no son en realidad los auténticos dirigentes cupulares, éstos no se ven. Así, los dos funcionarios principales y otros más resultan simplemente las marionetas de un movimiento mayúsculo que no va tras las elecciones simplemente: va por el país en sus términos históricos, filosóficos, políticos y materiales, un poder siniestro tras telones.
Sus nombres al final poco importan, importa más su caracterización con sus valores de siempre: el catolicismo más rancio, el poder económico, su elitismo, el desprecio por las culturas ancestrales, su obsecuencia ante lo extranjero, una gran insinceridad en todos sus actos, deshonestos y corruptos como nunca se había visto, pero sobre todo exhibiendo su doble discurso y su doble moral.
Se escabullen, son ambiguos, pueden armonizar el misticismo, sin rubor alguno, con lo que ellos asumen como pecado. Son practicantes a fondo de lo que hasta ayer eran sus banderas de crítica hacia otros partidos y que hoy las han tomado en propiedad y explotado. Lo que antes les asustaba hasta el golpe de pecho, hoy es su práctica cotidiana.
En su ejercicio de gobierno, han acreditado tibieza, ignorancia, ineptitud, voracidad por el poder, uso inescrupuloso de los bienes oficiales a su servicio y en los procesos electorales, no presentan ideas consistentes, menos progresistas, sólo pedestres agresiones. Sólo predican la vigencia de los valores eternos, los valores jurídicos sustituidos por la moral católica. Siguen, como centro de su dialéctica, reprobando la planeación familiar, el uso del condón como instrumento de la higiene sexual; condenan a los homosexuales, como si entre ellos no los hubiera; se oponen al replanteamiento del aborto, a las sociedades de convivencia, a la unión libre, a los derechos de minorías, a la educación laica. En una palabra: desconocen el paso del tiempo y cómo ello es incompatible con un Estado moderno. Todo lo miran con estrechez, todo a través de un catolicismo, también, por cierto, totalmente desfasado
Sería interesante saber en términos precisos qué es lo que plantearían como atractivo electoral. Cuando el mundo está estremecido por un cambio de cultura, un cambio de edad histórica, como el que lo llevó de la Edad Media al Renacimiento, ellos prohíben besarse en la calle, el uso de ropa “atrevida” o los desfiles del orgullo gay y sandeces como ésas. La ultraderecha busca ante todo la toma del poder, una vez ahí, se proponen la perpetuación para beneficiar política y económicamente a su grupo compacto, bajo el pretexto de la instauración de la “causa” con el amparo de Cristo Rey. Olvidan que históricamente a la derecha mexicana siempre le toca la de perder.
Se habla entonces, de una conspiración conducida por El Yunque para mantenerse en el poder, tomando artificiosamente los principios básicos de catolicismo. Los miembros de la organización, que lo son también de muchas cofradías, están incrustados en diversas instancias de gobierno.
Como se observa, a diferencia de las altas miras de una derecha racional e inteligente, como la alemana o la chilena, está la chabacanería de la ultra nuestra, y ante su cerrazón ha sido imposible una relación constructiva con la Democracia Cristiana, hija de la Rerum Novarum, de León XIII, con sus diversas interpretaciones, imán universal de un ala atendible de la derecha.
En el fondo se han apropiado del acrónimo del PAN y de sus principios fundacionales, pero no los siguen, los traicionan a cada paso, son simples descendientes del sinarquismo; siguen siendo simplemente los fanáticos cristeros de hace décadas o los que como fuerza que se opone, hicieron posible una definición firme del México liberal, progresista y justo que se dio en nuestra Constitución de 1857.
La extrema derecha mexicana, escondiendo su verdadero rostro tras el anonimato, acechando, infiltrando, adoctrinando y fanatizando a quienes llegan a confiar en ellos; maquinando sus planes tras las sombras y usurpando siempre el fervor religioso de seguidores bien intencionados, sus dirigentes, así como sus más incondicionales militantes, presentan para la incipiente democracia mexicana uno de sus más grandes desafíos al inicio del tercer milenio.
hienca@prodigy.net.mx

Adolfo Sánchez Rebolledo: Perdone la molestia que le cause esta obra


Apenas ayer David Brooks, corresponsal de La Jornada en Nueva York, reportaba las molestias causadas en ciertos círculos republicanos por la actitud del presidente Obama en los foros internacionales de semanas recientes. Previsibles muchas de ellas, lejos de restarle importancia, en realidad las puyas contra la supuesta “debilidad” del novel mandatario subrayan la trascendencia del nuevo estilo presidencial y la complejidad de la ruta recién iniciada. Sin duda, hay enojo y no sólo en las filas más conservadoras, pues incluso entre los que entre nosotros admiten su talento comienzan a presentarse fisuras, dudas, reticencias.
No es una exageración decir que varios de los “formadores de opinión” han sufrido para explicarse el tono distendido de la reunión de Puerto España, pues una cosa es aceptar el progresismo en Norteamérica y otra muy distinta aplicar la lección para América Latina (sin excluir a Cuba).
Para ellos, todo se reduce a cuestión de personalidades enfrentadas en la pugna entre el Bien y el Mal. Ni una palabra sobre la crisis. Ningún intento de comprender el derrumbe del “integrismo democrático”, impulsado por los Bush, repetido por los Aznar y sus epígonos locales, como los Fox; en suma, ausencia absoluta de reflexión sobre las promesas caídas del pensamiento único concentradas en el llamado Consenso de Washington. Pero también aquí hay extremos. Por ejemplo, Andrés Openheimer, gurú del periodismo sindicado, compara el libro de Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina (obsequiado por Chávez a Obama), con el Mein Kampf (Mi lucha), de Hitler. Uf.
Acostumbrados a pensar ubicándose en el lugar y la perspectiva de los intereses estadunidenses, numerosos comentaristas “liberales”, inclusive “expertos” en los temas de relaciones internacionales, viven en esa cuerda floja, entre la obamanía y el temor a que su mundo de certezas siga cayendo al vacío. (Son la contraparte de los que en la izquierda ya saben de antemano qué va a ocurrir.) Sólo un botón de muestra: cuando critican el embargo porque éste “no ha funcionado” demuestran cuál es su verdadero talante. En lugar de oponerse a una medida injusta, prepotente, sostenida sin cambios por casi cinco décadas (independientemente de la opinión que el régimen cubano les merezca) se suman al coro del “realismo” que pide quitar a “los Castro” el pretexto para continuar en el poder, aun cuando comprenden que el Congreso de Estados Unidos no lo hará porque...bla, bla, bla.
Y es que no la tienen fácil, pues una de dos: o niegan la profundidad de la crisis económica, institucional e ideológica que está en curso o la aceptan con todas sus previsibles consecuencias en la vida social.
Las cosas son de tal manera que ahora deben admitir que la intervención del Estado no siempre resulta ineficaz, que las nacionalizaciones son legítimas y que la redistribución del ingreso por la vía fiscal es el mecanismo más democrático al alcance de los gobiernos; que la propiedad privada no es sagrada cuando está en juego el interés general, que la democracia, en fin, requiere de una base de sustentación que no puede ser el capitalismo salvaje, depredador de la sociedad y la naturaleza.
A la luz de los cambios que parecen necesarios, me pregunto qué pensarán todos aquellos que honestamente pidieron no mezclar política y economía para no “adjetivar” a la democracia, cuando en realidad estaban renunciando a crear una verdadera ciudadanía.
En cierta forma, para hablar concretamente de México, pasamos de la esquizofrenia que daba por existente la democracia porque estaba plasmada en las leyes, al culto a los procedimientos, al desprecio por los grandes temas sociales que están en el fondo del pacto constitucional, elevando a la categoría de gran paradigma el esfuerzo individual, la empresa privada, la continua desacreditación de los bienes y los espacios públicos, la misma idea de comunidad de hombres libres que da origen al municipio.
En estos años nos hemos olvidado de la cultura como un componente esencial de la libertad, de modo que la educación del Estado se ha instrumentalizado al servicio del poder, en tanto que la enseñanza privada, vinculada de suyo a las iglesias y al poder económico, pasa a ser pieza esencial para la cohesión de las elites oligárquicas.
México mira al norte pero no entiende de qué se trata y cuando vuelve la vista hacia el sur apenas si se identifica con sus vecinos. Tanto hemos cambiado en estos años. El presidente Fox creyó que la cosa era ser y actuar como un americano más, pero antes de que se diera cuenta ya se había convertido en una caricatura impresentable de la vieja dignidad presidencial imaginada por el Constituyente del 17.
Calderón, más joven y más doctrinario que su antecesor, navega, sin embargo, como un “pragmático”, quizá porque su partido se quedó sin ideas propias antes de ponerlas en práctica, cuando la alianza con Salinas y Zedillo los llevó a la antesala del poder.
Aquel partido conservador que aspiraba a una República gobernada por la “gente decente” hoy sólo tiene una obsesiva preocupación: retener el poder para articularse a plenitud como un componente esencial del arreglo oligárquico. Al final, los actuales dirigentes del PAN no entienden que el cambio anunciado por la victoria de Obama es inseparable de la crisis de una sociedad que no puede seguir reproduciéndose sobre los mismos valores y esquemas.
Tal vez nadie sepa por ahora cómo y cuándo terminará esta brutal remodelación de la arquitectura social planetaria, pero es seguro que nada será como antes. Y eso es lo que no perciben en Los Pinos (y no sólo allí), creen que la crisis se resolverá administrativamente, mediante decretos o circulares de Hacienda. Tal vez convendría recordarles lo que escribió hace unas semanas en The Atlantic el ex economista en jefe del Fondo Monetario Internacional, Simon Johnson:
“La opinión convencional entre las elites continúa siendo que el actual desplome ‘no puede ser tan malo como la Gran depresión’. Ésta es una visión equivocada. Lo que tenemos ante nosotros podría de hecho ser peor que la Gran depresión: porque el mundo está ahora mucho más interconectado, y debido a que el sector bancario ahora es tan grande estamos ante un bajón sincronizado en casi todos los países, un desfallecimiento de confianza entre las personas individuales y las empresas, y problemas mayúsculos para las finanzas gubernamentales. Si nuestros líderes se despiertan ante las posibles consecuencias, aún podríamos ser testigos de una dramática toma de acción sobre el sistema bancario y la ruptura de la vieja elite. Esperemos que para aquel entonces no sea demasiado tarde”.
Cuidado. Crisis trabajando.

Emir Sader: ¿Por qué Las venas...?
Por qué Hugo Chávez escogió Las venas abiertas de América Latina para regalarlo al nuevo presidente de Estados Unidos?
Porque es uno de los libros esenciales para entender a América Latina y al propio Estados Unidos. “La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta”.
Un libro que asienta la comprensión de nuestra América en los dos pilares que articulan nuestra violenta inserción subordinada al mercado capitalista internacional: el colonialismo y las dos más grandes masacres de la historia de la humanidad: la aniquilación de los pueblos indígenas y la esclavitud. El capitalismo llegó a estas tierras chorreando sangre, demostrando a lo que venía. No a traer civilización fundada en las armas y el crucifijo, sino opresión, discriminación, explotación de los recursos naturales y los seres humanos.
El proceso de colonización, que cambió de forma con el paso a la explotación imperial, es el fundamento del tema central y el nombre de la obra: “Es América Latina la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha trasmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados, desde fuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo”.
Las venas demuestra fehacientemente cómo “… el subdesarrollo latinoamericano es una consecuencia del desarrollo ajeno, que los latinoamericanos somos pobres porque es rico el suelo que pisamos y que los lugares privilegiados por la naturaleza han sido malditos por la historia. En este mundo nuestro, mundo de centros poderosos y suburbios sometidos, no hay riqueza que no resulte, por lo menos, sospechosa”.
“Con el paso del tiempo, se van perfeccionando los métodos de exportación de las crisis. El capital monopolista alcanza su más alto grado de concentración y su dominio internacional de los mercados, los créditos y las inversiones hace posible el sistemático y creciente traslado de las contradicciones: los suburbios pagan el precio de la prosperidad, sin mayores sobresaltos, de los centros (…) Ya se sabe quiénes son los condenados a pagar las crisis de reajuste del sistema. Los precios de la mayoría de los productos que América Latina vende bajan implacablemente en relación a los precios de los productos que compra a los países que monopolizan la tecnología, el comercio, la inversión y el crédito.”
El presidente de Estados Unidos dijo, con razón, que la reunión de Trinidad y Tobago demostrará su significado por los efectos concretos que tenga. Ningún efecto será más importante que las consecuencias que él –y tantos otros mandatarios latinoamericanos– saquen de la lectura de Las venas abiertas de América Latina, de nuestro mejor escritor, Eduardo Galeano.
Las verdades de sus páginas se han confirmado al transformarse el libro en prueba irrefutable del carácter subversivo del que fuera agarrado con un ejemplar en su casa, durante las dictaduras militares latinoamericanas.
Por la fuerza de sus verdades es por lo que este libro latinoamericano merece estar en cualquier lista de lecturas indispensables, hechas o por hacer. Es el mejor regalo que un latinoamericano puede dar al presidente de Estados Unidos, a todos y a cualquier estadunidense, a todos los latinoamericanos, por lo que descifra de nuestra historia y de nuestra identidad, de nuestro pasado y de nuestro presente.



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John Saxe-Fernández: Obama: carisma y sustancia
Aunque los estilos contrastan, con la primera visita de Barack Obama a México sucede algo semejante a como Bush inició su gobierno: ambos hicieron aquí proclamas de gran impacto militar y geoestratégico, pero la magnitud del mensaje pasó casi desapercibida. En 2001 Bush usó el lenguaje de los hechos militares y desde nuestro territorio ordenó un ataque aéreo contra Irak: un anticipo del encadenamiento de operativos que desembocarían en la agresión a Afganistán y la petroguerra, genocidio y ocupación de Irak.
Fue un evento “macroliminal”, es decir, un estímulo tan grande, que muchos no lo captaron. También pasó con la visita relámpago de Obama al Distrito Federal, en ruta a la cumbre de Trinidad y Tobago. La escala fue percibida como un acto “sin consecuencia” por el estilo del mandatario, quien siguió la tradición de Teddy Roosevelt del speak softly, but carry a big stick (habla suave, pero lleva un gran garrote). Al revés de Bush, Obama fue tan tenue en sus dichos, tan “subliminal”, que la dimensión sustantiva del “recado” a México, Latinoamérica, el Caribe y el mundo permaneció envuelto en el velo de sonrisas, juventud, buenos deseos y carisma, que también llevó a Puerto España.
De paso en México, casi como por casualidad, ratificó a los medios lo que anunció como candidato: que con la Iniciativa Mérida su gobierno apoyaba a Calderón contra el narcotráfico y crimen organizado. Por ser la “iniciativa” calca del Plan Colombia, un represivo y corrupto esquema de invasión y ocupación con fuerza militar, paramilitar y mercenaria en curso en ese país, lo dicho por Obama merece traducción: permanecerá la primacía de los dispositivos castrenses y de seguridad (Pentágono –DdD-, CIA, DEA, etcétera) en la proyección de poder estadunidense al sur del Bravo y en aquellas regiones del mundo que, por sus recursos naturales se consideran de “interés vital” para Estados Unidos, sus contratistas y grandes firmas. El embajador Carlos Pascual es parte de “eso”.
Esta postura privilegia acciones y diseños que comportan enormes erogaciones militares para la “estabilización y reconstrucción”, es decir, para operativos de “invasión y ocupación” por los recursos. Inmune al gran déficit fiscal y la megacrisis económica, en 2010 el DdD gastará 534 mil millones de dólares (mmdd), un aumento de 4 por ciento, más 130 mmdd en Irak y Afganistán. C. Drew y E. Bumiller desde el International Herald Tribune (6, 4/09) sintetizan en qué consiste el “nuevo diseño” elaborado por el secretario de Defensa, Robert Gates: se rebajan gastos para conflictos convencionales con Rusia y China junto con reducciones o eliminaciones de fondos para sistemas de armamento avanzado (balísticos, aéreo-espaciales, etcétera) y se aumentan las partidas para más efectivos al Ejército y cuerpo de marinos, manteniendo al personal que iba a ser removido en la fuerza aérea y la marina, así como mayor apoyo al espionaje, vigilancia y aviones no tripulados (Predator, Reaper y Drones), como los propuestos para México por el almirante Müllen, jefe del Estado Mayor y que Obama, el Comander-in-Chief, en violación del derecho internacional, lanza hoy sobre Afganistán, Pakistán e Irak con decenas de bajas civiles, pánico y huida de miles de ellos. Como se asignan más fondos a las “fuerzas especiales” y la “guía” de ejércitos extranjeros, Michael T. Klare (The Nation, 4 mayo de 2009) ve símiles con las funestas invasiones, operaciones encubiertas y contrainsurgencia de Kennedy.
Finalmente, Gates compra más naves de guerra para litorales que usaría la Cuarta Flota en ríos navegables y cuencas como el Amazonas, Orinoco, etcétera, y pospone la reducción de la marina de aguas profundas hasta 2040, a fin de mantener presencia en las líneas de comunicación marítima donde transitan mercancías, combustibles, entre otras materias primas vitales, desde y hacia Oriente Medio, Japón, Rusia, China, India, África, América Latina y Europa.
Con Obama, estilo y carisma importan. Pero mucho más la sustancia.
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Ángel Guerra Cabrera: Perdón, me quedo con la Alba
Barack Obama perdió en la cumbre de Puerto España la oportunidad idónea de censurar el genocida bloqueo contra Cuba y abogar por su levantamiento, único punto que, aunque no estaba en la agenda, le fue reclamado unánimemente por los líderes de América Latina y el Caribe. Con ese sólo gesto habría pasado honrosamente a la historia, cuando se han reunido como nunca en Estados Unidos condiciones y fuerzas políticas partidarias de suprimir el castigo a la isla. Su opinión pública, incluso la de origen cubano, apoya esta postura que coincide con la de numerosos legisladores, entre ellos importantes líderes camarales demócratas y republicanos, destacados jefes militares en retiro, influyentes círculos empresariales y conocidos tanques pensantes. No hablemos de la oposición de todos los gobiernos del mundo, exceptuado el fiel aliado sionista.
Pero Obama no parece darse por enterado. Ante el coro contra el bloqueo en Puerto España, váyase a saber si cautivo de las obsesiones de asesores, como el cavernícola Jeffrey Davidow o neoliberales fundamentalistas al estilo de Larry Summers, osciló entre las actitudes evasivas y los injerencistas condicionamientos a la soberanía y autodeterminación del pequeño país agredido, hostigado y cercado por la mayor potencia militar de la historia. En resumen, el joven, inteligente, carismático y popular –por ahora– presidente de Estados Unidos no se decidió a adoptar la única posición que habría hecho creíble su promesa de iniciar una nueva etapa en las relaciones con América Latina. En primer lugar por su singular contenido simbólico y además porque la diplomacia estadunidense no llevó al cónclave, si es que tiene alguna, otras opciones con que dar respuesta a las aspiraciones de los pueblos de la región.
De la cumbre se ha cultivado una matriz mediática almibarada, según la cual, en un prodigioso acto de magia, el simpático y cordial inquilino de la Casa Blanca cambió en unas horas la nefasta imagen que Estados Unidos se ha ganado a pulso en los pueblos de América Latina y el Caribe. Pero lo cierto es que aparte de las sonrisas, apretones de mano y buen talante mostrado ante las cámaras con sus homólogos, de allí no salió un solo acuerdo que contribuya a solucionar, y ni siquiera a mitigar, el trágico panorama social que han causado las políticas aplicadas por Washington en nuestra América desde inicios del siglo XIX. No es casual que Obama llamara a olvidar el pasado y que con excepción del anfitrión Patrick Manning, a quien tocó la ingrata tarea de hacerlo en solitario, el documento final no fuera firmado, como estaba previsto, por ninguno de los jefes de Estado y gobierno. No era posible lograr la aprobación de un texto que intentaba pasar gato por liebre, pues continúa recomendando, aunque de manera vergonzante, las mismas políticas que han conducido a la actual debacle económica y civilizatoria.
Hugo Chávez expresó elocuentemente lo que muchos pensábamos del llamado de Obama a olvidar el pasado y “pensar en el futuro” cuando le obsequió un ejemplar en inglés de ese tesoro histórico y literario nuestro americano que es Las venas abiertas de América Latina, obsoleto según “expertos” no identificados, citados con sonrisita Colgate por la conductora de turno de CNN. Fue escrito hace 30 años, dijo… Y Evo Morales remachó: sin nuestro pasado no se puede construir el futuro.
Es ese futuro por el que están luchando los pueblos el que se perfiló en la Cumbre de la Alternativa Bolivariana para Nuestra América (Alba), celebrada en Venezuela, vísperas de la reunión de Puerto España. Allí sí se analizaron las causas profundas de la crisis actual, “de carácter sistémico y estructural y no una crisis cíclica más”. El documento de la Alba para la Cumbre de las Américas afirma: “La crisis económica global, la del cambio climático, la alimentaria, y la energética son producto de la decadencia del capitalismo que amenaza con acabar con la propia existencia de la vida y el planeta”. Señala la necesidad de un modelo alternativo al capitalista basado en la solidaridad y no de competencia, y reafirma la integración económica, política y cultural latinocaribeña como instrumento de la liberación de nuestros pueblos.
La Cumbre “de las Américas”, a la sombra ominosa de la OEA, es, por el contrario, una herramienta deliberadamente concebida con el propósito de la integración subordinada a Washington.
aguerra_123@yahoo.com.mx

Rosario Ibarra
“Lo ‘levantó’ el Ejército”
El sobre fue enviado de Torreón. Lo dejó en mi casa un joven “que tenía la mirada muy triste”, me dijo la persona que lo recibió. El contenido era algo así como una denuncia anónima, ya que sólo eran recortes de periódicos de la ciudad de donde procedía, todos con notas y reportajes de abusos de miembros del Ejército.
Uno de los encabezados decía: “Militares agreden con 50 tablazos a albañil”. Y una fotografía mostraba las lesiones del pobre hombre en piernas, glúteos y tórax.
De inmediato se me vino a la mente el relato de un joven que, allá por 1979, fue secuestrado por agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), y que fue llevado al local que tal “dependencia” ocupaba en la calle Circular de Morelia número 8 (siniestro feudo de Miguel Nassar Haro), en donde fue torturado junto a otros dos jóvenes que eran sus amigos.
Parte de la “técnica” de la tortura era igual a la sufrida por el albañil de Torreón: golpizas brutales en todo el cuerpo con una tabla, que producían dolores muy intensos y que a uno de ellos le arrancaron la vida por “estallamiento de vísceras”... Su cuerpo se perdió en el misterio del Campo Militar Número Uno, en cuyos sótanos fueron confinados los otros dos amigos por largo tiempo.
Es terrible lo que pasa en este país en el que la historia de violaciones a las leyes, de corrupción y de impunidad se repite al correr de los años. Es doloroso ver cómo crecen la simulación y la hipocresía y cómo desde el poder se envilece a esa parte del pueblo que se llama Ejército, bajo las órdenes obtusas de intimidación y de maltrato a sus hermanos de clase.
Treinta años han pasado desde los “tablazos” recibidos por aquellos jóvenes, y hoy este pobre hombre de Torreón sufrió lo mismo y, aparte, lo violaron.
Otro de los recortes de periódico dice: “La noche del martes se activó el código rojo porque se reportó la desaparición de tres hombres, uno de ellos policía municipal. Los levantaron los militares”.
Por si esto fuera poco, recibí, no de manera anónima, sino en escrito dirigido a mí, la denuncia de la desaparición de dos jóvenes veterinarios, Isaías Uribe y Juan Pablo Alvarado Oliveros, también de Torreón, que fueron secuestrados, heridos, por soldados que dispararon al vehículo en el que viajaban.
Es larga y emotiva la descripción que del suceso hacen los familiares de Juan Pablo, así como el recuento de cuanto han hecho para encontrarlos, las instancias a las que han acudido, y doloroso el reclamo que hacen a las autoridades castrenses por el temor de que tanto Juan Pablo como Isaías estén graves, pues la camioneta que tripulaban fue encontrada con varios impactos de bala y había sangre en los asientos.
La familia de Juan Pablo ha pedido que la “dejen entrar a las instalaciones del 33 Batallón de Infantería y de la 11 División, con domicilio conocido en carretera Torreón-Matamoros, ejido La Joya”, o que cuanto antes liberen a los dos jóvenes.
Del archivo de mi memoria salta el recuerdo, también de hace 30 años, al leer las palabras La Joya, pues en ese lugar, en un campo militar al que llaman así, estuvieron muchos de los desaparecidos que nuestra terca lucha logró liberar. Ojalá que la tenacidad de los padres y hermanos de Juan Pablo Alvarado y la de su amigo logren liberarlos del injusto cautiverio que sufren, ya que dicen quienes les conocen que ambos son personas honradas, dedicadas al ejercicio de su profesión, que no han cometido delito alguno.
Los familiares de Juan Pablo dicen que si cometió algún delito, “que lo pongan inmediatamente a disposición de autoridad competente”.
Ojalá, como expresan también los familiares de Juan Pablo, llenos de buena fe, ojalá —repito— se trate de “una confusión por parte de los elementos del Ejército”, y ojalá sean liberados pronto.
También esperan ellos y esperamos muchos en este país que no siga habiendo desaparecidos, que se erradique la tortura, que se libere a los miles de presos políticos que llenan las cárceles de todo el territorio, y que el Ejército vuelva a sus cuarteles para calma y tranquilidad de todos: de ellos, los soldados, y de nosotros.
En el gobierno quisieron cambiar la palabra desaparecido por la de levantado, pero de nada le sirvió, porque la gente dice cuando secuestran, cuando desaparecen a alguien: “Lo levantó el Ejército”...
Dirigente del comité ¡Eureka!






Lydia Cacho
Plan B
Jóvenes desesperanzadas
Luego de una charla en Londres sobre el impacto de la guerra en la vida de las mujeres en México, se me acercó una joven compatriota de 19 años.
Sus ojos al borde de las lágrimas expresaban algo muy distinto a lo que decían sus palabras. Ella y sus amigos vinieron becados a Inglaterra en busca de respuestas, pero igual la soledad les arrebata el alma y se preguntan: ¿cuál es el sentido de la vida? ¿Vale la pena? ¿Y qué significa el futuro en México?
Llegaron sus amigos y decidimos ir a un café. Me encontré emocionada ante sus reflexiones, inteligentes, creativas, llenas de pasión y, sin embargo, inundadas de miedo, de incredulidad en el futuro, en la vida y el sentido que buscan sin encontrar. Recordé a los estudiantes mexicanos con quienes hablé hace un año en Los Ángeles. Alfonso, de 21 años, dejó la carrera de Economía porque cada vez que leía los periódicos mexicanos no podía más que llorar; su madre le consiguió inútilmente un terapeuta.
Recordé los años 70, cuando era niña, en el Distrito Federal. Mi madre, sicóloga, trabajaba con los adolescentes callejeros que vivían los ecos de Tlaltelolco, de la represión y la desesperanza. Sabían y entendían mucho más de lo que sus madres creían. Los medios de entonces mostraban el México que ordenaba Echeverría, pero se respiraba la incertidumbre. Algunos fumaban mariguana, otros simplemente no creían en los adultos y tiraron sus sueños a la basura.
Mi madre decía que los discursos no educan, la necesidad transforma y la esperanza se construye, así que organizó a varios grupos de chavos que ahora llaman “banda” para educar a niños en las ciudades perdidas.
Cuando mi madre murió, a su entierro llegaron un par de profesores universitarios.
Me contaron que mi madre les dijo a los 16 años, cuando eran “motorolos”, que si creían que los adultos eran una porquería y que el país se desmoronaba, se fueran a enseñar a las nuevas generaciones a inventar un país diferente. Y lo hicieron. Enseñaron a leer y escribir a una veintena de niñas y niños que vivían en los basureros. No cambiaron al país, pero tocaron las vidas de otros, eso le dio sentido a la suya propia. Tal vez allí está el secreto, al menos eso espero.



Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
El tonto loco
De niño le enseñaban a uno los nombres de los dedos de la mano, del más pequeño al más gordo: niño chiquito, señor de anillo, tonto loco, lamecazuelas y matapiojo. Siempre me hizo gracia el de en medio; la explicación era que se trataba del más torpe y —en esos tiempos de tierna infancia— el más inútil.
Ahora no es algo tan gracioso: el tonto loco es un tipo que fue presidente de este país; que le hizo un grave daño a México; que cometió una larga serie de abusos y raterías por los que no ha sido ni juzgado ni castigado; que nos hizo quedar en ridículo en medio mundo; que descarriló el proceso democrático en 2006 y que por su intervención descarada nos heredó una presidencia débil y manchada de origen por la sospecha; con todo lo que ello ha significado para la nación. El propio Tribunal Electoral reconoció en su dictamen que la grave injerencia del entonces presidente puso en riesgo el proceso y el mismo Fox proclamó que el triunfo le correspondía. Todavía antier, en su megalomanía enfermiza, se cita en tercera persona diciendo que “el PRI está tratando de utilizar al presidente Fox para sus deleznables propósitos”. ¿El presidente Fox? ¿Y ahora? ¿Pos éste? Yo no sé qué opinen en Los Pinos, pero supongo que no les hace mucha gracia.
Pero además del desastre de 2006, Fox cometió numerosos crímenes de toda índole. Algunos de carácter político e histórico. Otros de la más baja ralea. Todos igualmente reprobables:
—La degradación de la institución presidencial desde su llegada a la residencia oficial: el escándalo del toallagate; la ridiculez onerosa de las cabañitas acogedoras y la arrogancia de nuevos ricos —de él y toda su parentela— sólo comparable a la llegada de los Beverly de Guanajuato.
—Vicente Fox traicionó la Constitución desde que juró el cargo, con sus irresponsables saludos familiares y luego con la formación de la “pareja presidencial”; más tarde, con la necedad interesada y desquiciada de hacer presidenta a una vendedora de Purina.
—Desperdició la oportunidad histórica de una bonanza económica mundial y seis años de ingresos petroleros irrepetibles que se esfumaron en el mar de lodo ineficiente y pestilente de su administración.
—Nos ridiculizó ante el mundo con patinazos como el de José Luis Borgues en España y el “comes y te vas” con Castro en Monterrey.
—Su desquiciamiento mental lo llevó a creer que como había sacado al PRI de Los Pinos, tenía derecho a toda clase de delitos y a la total impunidad.
—Se ha burlado una y otra vez de nuestro proceso democrático al recomendar cínicamente a los funcionarios panistas que dejen sus oficinas y se salgan a hacer campaña como él lo hizo siendo presidente.
—A quién, si no a un demente nostálgico del poder, se le ocurre hacerse una réplica del despacho presidencial en su megamansión que, junto con el Centro Fox, se hizo construir con dinero público.
El Vaticano tiene razón: Fox está loco. Pero loco y tonto, tiene que rendir cuentas. ¡No más faltaba!



Miguel Carbonell
Mirando para otro lado
Las polémicas declaraciones del obispo de Durango nos advierten sobre algo muy obvio y conocido, pero que hace falta recordar una y otra vez: que los ciudadanos sabemos más que las autoridades. O, al menos, no estamos tan acostumbrados como ellas a mirar para otro lado, dejando así de cumplir con la función para la que fueron nombrados.
El caso de la ubicación de El Chapo Guzmán es muy sintomático, pues hay miles de personas en Durango que saben sobre su paradero (salvo los negligentes funcionarios encargados de aprehenderlo, claro). Pero lo mismo puede decirse en temas mucho más cotidianos y cercanos. Citemos algunos ejemplos:
1. Sale uno a casi cualquier calle del DF y se cruza con docenas de taxis pirata circulando con placas particulares. ¿Por qué las autoridades no los detienen? ¿Será que no los ven?
2. Se sube uno al Metro y afuera de casi todas las estaciones se venden todo tipo de productos pirata, violando las leyes de derechos de autor y de propiedad intelectual. ¿Será que las autoridades tampoco se suben al Metro?
3. Hay colonias enteras en muchas entidades federativas que están asentadas en terrenos “irregulares” o aun en reservas naturales. Se trata de cientos de miles de viviendas perfectamente visibles. ¿Se ha sabido de una demolición de alguna vivienda, de una sola, por violar los ordenamientos de uso de suelo o medioambientales?
4. En muchas ciudades medianas y pequeñas de la República hay cientos de tiraderos de basura a cielo abierto, muchas veces ubicados junto a transitadas carreteras. ¿Tampoco los funcionarios responsables conducen por esas rutas?
5. El gobierno mexicano se queja frente al de Estados Unidos por el tráfico de armas que cruzan todos los días la frontera. ¿Alguien ha llamado a cuentas a los directores de las aduanas mexicanas? ¿Algún lector ha visto una comparecencia ante las cámaras del Congreso de algún alto funcionario para hablar del tema?
6. El fraude fiscal es el deporte más practicado en México. Cada año se produce un daño al erario público que suma miles de millones de pesos. ¿Dónde están los responsables de la depredación fiscal? ¿Qué pasa con los gobernantes —sobre todo en el nivel municipal— que dejan de perseguir a los incumplidos y les ofrecen incentivos para que sigan sin pagar?
7. Cualquier persona que se pare en una agencia del Ministerio Público verá sin mayor esfuerzo la tupida red de coyotes y funcionarios corruptos que la rodean, por no hablar de las llamadas madrinas que apoyan a los policías ministeriales en tareas que van desde buscar el café cada mañana hasta practicar actos de tortura. ¿Cómo es que no se ha logrado una depuración de las agencias y un mejoramiento en la atención al público? ¿Por qué no se ha podido terminar con la mordida que envilece todo el sistema de procuración e impartición de justicia en materia penal?
8. Hay docenas de denuncias sobre los abusos del Ejército en su lucha contra la criminalidad organizada (torturas, ejecuciones, allanamientos, detenciones arbitrarias y un largo etcétera). ¿Por qué su comandante en jefe no les pone un alto, cuando la CNDH ha documentado detalladamente tales atropellos?
Se trata de casos para cuya identificación no hace falta ser experto ni haber sido entrenado en la academia “García Luna” de formación policiaca. Nada de eso. Hace falta solamente salir a la calle sin guardaespaldas y tener un poco de sentido común.
Lo peor de todo es que las autoridades, en vez de por lo menos fingir que no saben dónde está El Chapo, le dicen al obispo que presente formalmente su denuncia o mejor se calle. Y luego todavía se preguntan por qué los ciudadanos desisten de denunciar en 90% de los casos en que son víctimas del delito. No hay forma con esos políticos que tenemos. Son una calamidad pública, sin distingo de partido.
www.miguelcarbonell.com
Investigador del IIJ-UNAM

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