8/31/2011

¿Por qué no estamos felices?


ESPECIAL LUSTRO PERDIDO: CALDERÓN Y SU DEUDA CON LAS MUJERES

Zona de Reflexión


Por Lucía Lagunes Huerta*

México, DF, 30 ago 11 (CIMAC).- En dos días el Ejecutivo federal rendirá su V Informe de Gobierno, ya en la recta final de su mandato con 50 mil muertos a cuestas, con un país convulsionado por las violencias, con un incremento de la pobreza y mayor desigualdad. ¿Qué nos dirá?

Por dónde iniciar un balance cuando la sangre corre y parece no detenerse, cuando cada vez se acerca más a nuestro entorno, a las personas cercanas, a quienes queremos.

El país esta de luto y no desde el pasado 25 de agosto, estamos de luto desde hace cinco años en que sin mediar nuestra opinión ciudadana fuimos llevados a una vorágine de violencia que no sólo no disminuye sino se incrementa y recrudece.

Se nos ha dicho que todo es por nuestro bien, por nuestra seguridad, que a los malos así se les debe de tratar, con mano dura. En esta lógica binaria tan estrecha de purismo, tendríamos que estar felices de ser parte del conglomerado de los buenos, sin embargo, no lo estamos.

Si ser buenas personas es tan bueno ¿por qué nos sentimos tan mal? ¿Por qué tenemos más miedo y nos sentimos menos seguras?

Cada día cuesta más trabajo sobrevivir en nuestro México querido donde la injusticia está recargada en el “sacrificio” del conglomerado de las buenas personas.

Lejos que las mujeres estemos más “seguras”, desde el 2006 las mexicanas estamos más expuestas a la violencia, pues las estadísticas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), retomadas por el Banco de Datos del Feminicidio de Isis Internacional, nos revelan que de diciembre de 2006 a octubre de 2009 han sido asesinadas tres mil 726 mujeres.

Tampoco nos hace sentirnos seguras el haber dejado atrás el porcentaje del 35 por ciento de la población económicamente activa y ser un 53 por ciento, y no nos hace felices porque eso implicó que el 60 por ciento de los empleos que tenemos están en la informalidad, según se informó ayer durante la novena reunión internacional de estadísticas sobre uso del tiempo y políticas públicas.

Trabajar 21 horas a la semana sin pago para cuidar a nuestras familias, además del trabajo doméstico, la jornada laboral pagada, de la violencia comunitaria que se vive día a día, tampoco nos hace más seguras ni más felices.

A esto qué tiene que decir el Ejecutivo federal, qué argumento usará para darnos la certeza que necesitamos de que “vamos bien”, de que la violencia de los malos “no es atribuible a sus acciones de gobierno”, sino por la maldad de los malos.

Qué nos dirá a la ciudadanía el Ejecutivo federal desde el Museo de Antropología, sede que en el último momento se decidió, porque “la solidaridad con los nuevoleoneses exige de las instituciones mayor prudencia, sensibilidad y sobriedad, debido a los difíciles momentos que están enfrentando”.

Los difíciles momentos no sólo están en Nuevo León: están en 32 entidades federativas, están en los millones de pobres que se suman a las estadísticas.

Qué certeza nos dará de que la justicia en este país, en este Estado de Derecho está del lado de las personas buenas, cuando las tres sentencias emitidas por la Corte Interamericana por la violación a Derechos Humanos de las mujeres en Campo Algodonero, en Ciudad Juárez, Chihuahua, y las violaciones tumultuarias de efectivos militares contra las indígenas Inés y Valentina, siguen sin cumplirse a cabalidad.

Si ser bueno es tan bueno ¿porqué nos sentimos tan mal?

Twitter @lagunes28

* Directora general de CIMAC A.C.

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