Ciudad de México, 9 de noviembre (SinEmbargo).– El triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos traerá un “tsunami” imparable para México, que tendrá que enfrentar antes de enero de 2017, dijo Edgardo Buscaglia, director del International Law and Economic Development Center e investigador principal en Derecho y Economía en la Universidad de Columbia en Nueva York, en entrevista con SinEmbargo.
La inversión extranjera se detendrá, la crisis migratoria con violaciones masivas a los derechos humanos se convertirá en una tormenta para las minorías hispanas de todo el hemisferio, y no sólo para los mexicanos indocumentados radicados en Estados Unidos, planteó el investigador.
“La primera tormenta traerá una crisis migratoria y violaciones masivas a los derechos humanos contra las minorías hispanas, que ya se comenzaron a dar en Estados Unidos. Luego viene una ola económica: depreciación del peso, mayor inflación, inestabilidad económica y política”, previó.
Pero no todo está perdido. Si bien para Buscaglia el Presidente electo estadounidense cumplirá gran parte de lo que prometió –como el imponer altos aranceles a las importaciones mexicanas y aumentar las barreras comerciales–, México puede aprovechar la crisis para reencauzar su política comercial.
El Gobierno de México, dijo, aún puede “mirar hacia el sur” y generar pactos comerciales hacia Centroamérica y Sudamérica para transformarse en un líder, como lo fue en las décadas de los 60 y 70 del siglo XX.
“Puede comenzar a reconstituir todos los programas hemisféricos y refocalizar su política comercial hacia Asia. Entonces se podría minimizar el shock inicial, que no se puede evadir, pero si se puede aminorar el shock a largo plazo, asumiendo que este hombre, energúmeno [Donald Trump], hará lo que realmente dijo que iba hacer, porque la credibilidad de este hombre depende de que cumpla los disparates que propuso”, explicó.
MÉXICO PREPARAR LA CONTENCIÓN SOCIAL
Edgardo Buscaglia insistió en que parte del “tsunami” que se avecina –y que golpeará al país durante los próximos seis meses– es la deportación masiva de inmigrantes no sólo mexicanos sino hispanoamericanos.
Una buena parte del voto que llevó a Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos es racista. En Nueva York, recordó, ya empiezan a darse disturbios racistas en contra de los hispanos.
Y alrededor de 10 millones de personas que pudieron votar por el republicano son anglosajones que perdieron sus empleos y nunca los recuperaron en los 90 del siglo pasado, así como los que se quedaron sin sus viviendas entre 2008 y 2009 sin ser atendidos por el Estado.
Edgardo Buscaglia opinó que deberá darse una política “hemisférica”, no sólo en México, con la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de los Estados Americanos (OEA) para proteger a los inmigrantes.
“Tienen que intervenir la ONU y la OEA para ayudar a México, que tiene que reconstruir su pacto nacional para enfrentar el tsunami que se viene de Estados Unidos, no sólo de violaciones de derechos humanos a sus compatriotas, sino en materia comercial y de seguridad”.
“México tendrá que crear políticas de contención social porque, si empiezan a retornar cientos de miles de migrantes de Estados Unidos sobre México, se va a desatar una crisis social en el país. Esto sucederá en los próximos seis meses; no necesitamos esperar a que Trump asuma el poder, porque los mercados odian la incertidumbre –que es el peor enemigo de los inversionistas–, así que la inversión hacia México se disminuirá de inmediato. Por tanto, vamos a tener esta crisis social y económica antes de enero”, vislumbró.
MEXICANOS E HISPANOS, CON MIEDO
En línea con lo que Edgardo Buscaglia define como una crisis humanitaria, los migrantes en Estados Unidos resienten ya el miedo de las deportaciones por parte del próximo Gobierno de Trump. El magnate estadounidense prometió regresar a sus países a 11 millones de migrantes indocumentados, y de éstos la mayoría son mexicanos.
De acuerdo con reportes de las agencias de noticias EFE y AP, debido a la ausencia de una estrategia clara, las políticas migratorias de Estados Unidos se han guiado durante décadas por una serie de memorandos que pueden cambiar según los vientos políticos y que ahora pueden sumergirse en un torbellino bajo un mandato de Donald Trump.
“El miedo está ahí pero lo más importante es despertarse mañana y ver qué se necesita hacer para cambiar esto y seguir luchando”, dijo Blanca Gámez de 27 años y residente en Nevada, quien aseguró guardar “esperanza” en un rinconcito de su corazón.
El triunfo del republicano Donald Trump, que comenzó su campaña en julio del pasado año lanzando un fuerte ataque contra los inmigrantes de origen mexicano, genera interrogantes y temor entre la comunidad inmigrante y latina de Estados Unidos, ante las amenazas de que el republicano llevará a cabo deportaciones y suspenderá programas de protección para más de 700 mil “dreamers”.
En México, el pánico ante el triunfo del republicano hundió el valor del peso, ante las amenazas de que Trump no sólo hará deportaciones masivas sino que construirá una pared, confiscando o aumentando tarifas a remesas que envían los trabajadores mexicanos para pagarlas. Un temor similar recorrió la comunidad musulmana, que fue objeto de los ataques del líder en más de una ocasión, llegando a proponer una moratoria temporal a los inmigrantes de esa religión.