10/28/2023

Las esclavas sexuales de la Segunda Guerra Mundial que han provocado un nuevo conflicto diplomático entre Japón y Corea del Sur


Redacción
BBC Mundo


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Varios activistas colocaron la estatua en Busán el 28 de diciembre.

Japón ha retirado temporalmente de Seúl a su embajador en Corea del Sur, y todo por una estatua.

La efigie, de bronce y apenas metro y medio de altura, representa a una "mujer de confort" joven y descalza, sentada en un banco.

Fue colocada por activistas frente al consulado japonés en Busán, la segunda ciudad más grande del país.

¿Pero quiénes son estas mujeres y por qué han provocado de nuevo un conflicto diplomático entre ambos países?

Se las llama "mujeres de confort" a las esclavas sexuales que estuvieron al servicio de los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.

Mujeres de China, Filipinas, Indonesia y Taiwán también poblaban los burdeles militares, pero las coreanas constituían la gran mayoría.

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Se calcula que unas 200.000 mujeres fueron las esclavas sexuales de soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial y de ellas sobreviven 46 en Corea del Sur.

Se calcula que en total llegaron a sumar 200.000, de las que según se cree en Corea del Sur sobreviven 46.

"Somos muy viejas. Vamos muriendo año a año, una por una", le dijo a la BBC una de ellas, Lee Ok-seon, de 88 años, en 2013.

"Como un matadero"

La mayoría habita en la Casa Compartir, un hogar de retiro de la ciudad de Gwangiu, un verdadero museo viviente del sufrimiento.

Ubicada a la vera de un camino rural, no puede ser más diferente de las cabañas y granjas de tomates que la rodean: está llena de placas y estatuas que dan cuenta de las historias de sus habitantes.

Son historias como la de Lee Ok-seon, quien contó a la BBC que fue raptada a los 15 y enviada a la fuerza al noroeste de China, en aquel entonces bajo control japonés.

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Lee Ok-seon fue raptada a los 15 y esclavizada sexualmente por tres años en una de las así llamadas "estaciones de confort".

Llevaba tiempo rogándoles a sus padres que la enviaran a la escuela, pero con una docena de hijos que alimentar no podían permitírselo.

Así que la enviaron lejos de casa, a trabajar como empleada doméstica. Y fue entonces cuando la secuestraron y la llevaron a China.

Una vez allí, fue esclavizada sexualmente por tres años en una de las así llamadas "estaciones de confort", instaladas por el ejército japonés para atender a sus soldados.

"Era como un matadero, pero no para animales, sino para humanos. Allí se hacían cosas horribles", recordó Ok-seon.

Y mientras lo contaba, mostraba las numerosas cicatrices en sus brazos y piernas, producto —dijo— de puñaladas.
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La primera filmación conocida de las "mujeres de confort"

Explicó también que intentó escapar del burdel varias veces.

"Pero me atraparon y me pegaron, una y otra vez".

Y las palizas le hicieron perder parte de su capacidad auditiva y algunos dientes.

Según el voluntario del hogar, por otras lesiones producidas en aquella época también quedó estéril.

Disculpas recientes

Pero a pesar de las decenas de testimonios del estilo y de que los padecimientos de las mujeres como Ok-see salieran a la luz por primera vez en 1981, Japón no reconoció el uso de burdeles de guerra hasta 12 años después.

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Quienes colocaron la estatua en Busán no están de acuerdo con el pacto alcanzado por Corea del Sur y Japón el 28 de diciembre de 2015 sobre las "mujeres de confort".

Tokio ofreció disculpas por primera vez por ello en 2007, aunque muchos no las consideraron sinceras, ya que varios japoneses aún siguen negando la existencia misma de las esclavas sexuales durante la Segunda Guerra Mundial.

Y el 28 de diciembre de 2015 las autoridades de Corea del Sur y Japón sellaron un acuerdo con el que esperaban pasar definitivamente esa amarga página de su historia, justo el año en el que se conmemoraba el medio siglo del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

"El primer ministro (Shinzo) Abe expresa de nuevo sus más sinceras disculpas y arrepentimiento a todas las que padecieron inconmesurables y dolorosas experiencias y sufrieron heridas psicológicas y físicas incurables como mujeres de confort", declaró desde Seúl el ministro de Relaciones Exteriores japonés, Fumio Kishida, al hacer el anuncio.

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Japón ofreció disculpas por las "mujeres de confort" por primera vez en 2007.

Y el acuerdo incluía también un fondo de compensación de 1.000 millones de yenes (unos US$8,3 millones) para apoyar a los sobrevivientes.

Con el pacto, Seúl se comprometió a dar el asunto por resuelto "final e irreversiblemente", siempre que Tokio cumpliera sus promesas.

Inconformes

Pero hoy parece haberse iniciado otro capítulo en este conflicto de larga data, con la colocación de la estatua y con la retirada temporal del embajador japonés de Seúl.

Los activistas colocaron la escultura frente al consulado de Japón en Busán el 28 de diciembre de 2016, justo al año de haberse firmado el acuerdo.

Y lo hicieron para criticar el pacto mismo, ya que consideran que se llegó a él sin haberlo consultado con las víctimas y que no recoge el reconocimiento de la responsabilidad legal por parte de Japón.

De hecho, no es la única estatua que representa a "mujeres de confort" que existe en Corea del Sur.

Se cree que hay unas 37 en total. Y también se colocó una en Australia, lo que provocó una disputa entre las comunidades de japoneses y surcoreanos que allí viven.

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La estatua de una "mujer de confort" colocada en Sídney provocó conflictos entre las comunidades surcoreanas y japonesas que viven en Australia.

La policía de Busán trató en un principio de retirar la que situaron allí el mes pasado, en medio de la presión de los ciudadanos por que la dejara.

Así lo reportó el medio local The Korean Herald.

Pero a los dos días la ministra de Defensa de Japón, Tomomi Inada, visitó el polémico santuario de Yasukuni, en Tokio, un lugar en el que se encuentra un listado de los nombres de 2.466.532 soldados japoneses y coloniales (27.863 coreanos y 21.181 taiwaneses) caídos en conflictos bélicos, entre los que se encuentran algunos considerados criminales de guerra.

La República Popular China, Corea del Norte y Corea del Sur, entre otros países, ven el santuario como símbolo del militarismo japonés de la Segunda Guerra Mundial.

Así, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur describió la visita de la funcionaria surcoreana al lugar como "deplorable".

Mientras el Ministerio de Defensa expresó "profunda preocupación y pesar" por el suceso, que consideró en contraste con el mensaje pacifista enviado por el primer ministro japonés Shinzo Abe durante su viaje a Pearl Harbor el 28 de diciembre.

Asimismo, las autoridades locales de Busán autorizaron que la estatua de la "mujer de confort" se recolocara ante el consulado japonés.

Retirada del embajador

Ahora Tokio considera que la estatua viola el acuerdo sellado con Seúl sobre el tema el 28 de diciembre de 2015.

En un comunicado hecho público este viernes, el primer ministro Abe insistió en la necesidad de que surcoreanos y japoneses cumplan con el pacto.

Y anunció la retirada temporal del embajador de Corea del Sur, así como suspensión del intercambio de divisas y de unas conversaciones económicas de alto nivel previstas.

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A Ok-seon la obligaban a satisfacer a soldados japoneses destacados en China.

"Hemos pedido a Corea del Sur en repetidas ocasiones que resuelva esta cuestión de forma apropiada, pero la situación no ha mejorado. Y es por eso que hemos tomado estas acciones", explicó este viernes el secretario jefe del gabinete, Yoshihide Suga.

Ya antes Tokio había tachado de ilegal la estatua de una "mujer de confort" ubicada fuera de su embajada en Seúl.

Según Japón, dicha estatua infringe la Convención de Viena de 1961, que dicta que los países anfitriones deben proteger los edificios de las misiones diplomáticas que albergan.

"Aun habiendo cuestiones difíciles, los gobiernos de ambos países deberían continuar desarrollando su relación en base a la confianza", dijo por su parte el Ministerio de Exteriores de Corea del Sur este viernes, a través de un comunicado.

Así que hoy, con la estatua de Busán, vuelve a avivarse un conflicto de larga data entre Corea del Sur y Japón.

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