5/31/2008

Hay lisonjas que ofenden.


Debió haber sido desagradable para Felipe Calderón que el único gobernador estadounidense que dice admirarlo es el racista Arnold Schwarzeneger, más serio es que fuera el orador que hablara en nombre de sus colegas en una reunión de gobernadores fronterizos; podríamos pensar que fuera cosa seria para el mexicano si el presidente tuviera sentido de la dignidad y reconociera la importancia de ser lisonjeado por alguien con un discurso tan perverso como el que maneja el gobernador de California.
Pensándolo bien, que mas da lo que se diga, si en la reunión del halago lo expuesto pareció ser una más en la larga serie de falacias a la que nos esta acostumbrando el gobierno. Parece que estos gobernantes desprecian la inteligencia de la sociedad y piensan que pueden decir cualquier ocurrencia considerando que no nos daremos cuenta de su verborrea sin sentido.El presidente mexicano reunió en la Ciudad de México a los gobernadores fronterizos con la única ausencia de la gobernadora de Arizona, mujer demócrata alineada con la extrema derecha estadounidense en el tema del ataque a la inmigración.
Nadie puede sostener que los demócratas son de izquierda y mucho menos que no simpatizan con la causa de agredir a los trabajadores indocumentados. El gobernador de Nuevo Mexico Bill Richardson que trata de utilizar políticamente su mexicanidad, sostiene que primero hay que castigar y luego hablar del resto. De paso no duda en tomar dinero de los dueños de cárceles privadas que se benefician del encarcelamiento de indocumentados.
Calderón aprovecho la reunión para continuar bordando sobre la falacia de que México es un país de tránsito y que por lo tanto la culpa del narcotráfico responde a la enorme demanda de Estados Unidos. Esto era válido hace varias décadas pero por lo menos en los últimos 10 años la ecuación cambio; México es un país consumidor y el consumo ha aumentado de manera escandalosa y preocupante, así se puso de pechito para que se lo recordara el embajador de Estados Unidos.
No se puede negar que Estados Unidos es el país consumidor más importante del mundo, pero la solución del problema debe asumirse desde ambos lados y sería mejor a nivel mundial, y a partir de una formulación inteligente del problema y acciones innovadoras y audaces. Las pullas verbales no sirven para gran cosa. El narco rebasó a los gobiernos y los tiene desconcertados tratando de pensar en un discurso que disculpe su incompetencia y falta de imaginación.
Mejor hubiera hecho Calderón si hubiera amarrado el tema de la colaboración en el narcotráfico a una agenda bi-nacional mas completa, la que irremediablemente incluye la emigración mexicana.El disociar los temas bi-nacionales provoca que reciba a Schwarzeneger como si fuera un amigo de México sin tomar en cuenta que las visitas que hace este personaje al país las usa para legitimar sus actos discriminatorios en contra de los mexicanos en California.
El gobernador recién veto dos leyes muy importantes para la defensa de los inmigrantes. La ley (California AB 502) que requería el establecimiento de un programa piloto para contratar con organizaciones sin afán de lucro para atender a inmigrantes indocumentados que son víctimas de violencia; y la ley (California AB 1669) que autorizaba crear centros de trauma para ayudar a víctimas que son inmigrantes.Un estudio reciente demuestra que en California la llegada de inmigrantes ha propiciado una caída de la criminalidad y hay estudios que demuestran hasta el cansancio la enormidad de la contribución económica de los inmigrantes. Pero el gobernador racista no lee lo que sale de su esquema mental y mejor se mantiene fiel a su alineación con la extrema derecha.
Si Calderón tuviera dignidad lo menos que hubiera hecho es que el gobernador no hablara y en caso extremo, simplemente negarse a recibirlo y declararlo persona non grata.Imagínese que pensará un inmigrante que ve de cerca la persecución en California y conoce de las acciones del gobernador, al ver que este es recibido amistosamente en la presidencia de México.Calderón recibió un gobierno que estaba de rodillas y al parecer la postura ya le gustó porque no la abandona.
Y lo mas grave es que se postra ante racistas de esta calaña.Hace poco en una reunión un funcionario internacional le sugirió que debería asumir un discurso y una postura política mas fuerte frente a Estados Unidos, pero el presidente mexicano argumentó que con lo que esta en debate actualmente –que no es casi nada- es suficiente; que no quería hacerlos enojar; en pocas palabras, tiene la bota al cuello y no quiere que le apliquen un poco de presión.Esta es una forma poco soberana de ver las relaciones bi-nacionales, una postura de negociación poco productiva para los intereses nacionales y una falta de respeto para los mexicanos.

Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com

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