11/04/2008

A la memoria de Túpac Amaru II


Después de 228 años de iniciada
LA GESTA HEROICA TUPACAMARISTA CONTINÚA (*)
El 04 de noviembre de 1780 estalló la gran rebelión tupacamarista, en Tinta (Cuzco) con el apresamiento y posterior ejecución del corregidor español Antonio de Arriaga. El cacique de Tungasuca, José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, fue el líder principal de la más grande conmoción social después de la conquista. Para calcular su magnitud citamos las Memorias del estadista español Manuel Godoy: “Nadie ignora cuánto se halló cerca de ser perdido, por los años 1781 a 1782 todo el virreinato del Perú y una parte del de la Plata, cuando alzó el estandarte de la insurrección el famoso Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaro, correspondido y ayudado en La Paz por Tupa Catari. El oleaje de esa borrasca se hizo sentir con más o menos fuerza en la Nueva Granada y hasta en Nueva España (...)
Dos largos años fueron necesarios para superar la rebelión peruana, y aun después de quebrada, no se logró domarla enteramente hasta después de otros dos años”.
LA IMAGINACIÓN LITERARIA AL MANDO
La inspiración literaria de las rebeliones precursoras de la independencia, está contenida en la obra del inca Garcilaso de la Vega: los Comentarios Reales. Antes de 1780 hubo dos ediciones españolas y varias extranjeras de la famosa obra del mestizo cuzqueño. También en el seno de la cultura popular navegaba el proyecto de regresión al incanato como sistema alternativo y más justo que la colonia. La literatura oral quechua, de generación a generación, reproducía el mito de Inkarrí. Desde ambas influencias, la rebelión tupacamarista obtuvo un programa rupturista frente a España, independentista y reconstructor de un pasado glorioso. Este programa logró imponerse sobre todas las posiciones reformistas.
LA INSPIRACIÓN EXTRANJERA
Como sucede en nuestros días, a toda rebelión de masas en el Perú se la explicaba como producto de influencias extranjeras. Así como hoy denuncian la ayuda y dirección venezolana del descontento popular, en 1780 los españoles acusaban a los rebeldes tupacamaristas de vínculos con los intereses de la corona británica. Se construyó una ficción aterradora sobre la presencia de agentes ingleses que asesoraban al cacique de Tungasuca. Y como manifestaba simpatías por los escritos de Garcilaso de la Vega, también esto sirvió para demostrar lo indemostrable. La calumnia se va a auxiliar demagógicamente del prólogo de los Comentarios Reales, el cual vaticina que los ingleses serían los restauradores del imperio incaico.
Eso no provenía de Garcilaso, sino del aventurero inglés, sir Walter Raleigh, citado por el prologuista Gabriel de Cárdenas. Lo único cierto es que la rebelión popular tupacamarista, nunca tuvo lazos políticos ni estratégicos con los ingleses. Tampoco con los masones. Ésta fue una estratagema del virreinato para deslegitimar las causas fundamentales del proceso.
TÚPAC AMARU LIBERADOR
En el proceso ideológico de Túpac Amaru hay una línea progresiva que va desde el justo reclamo pacífico por reformas hasta la insurrección armada independentista. La etapa del litigante contra los abusos de los corregidores, culmina en 1776.
La segunda etapa está caracterizada por su viaje y estadía en Lima (1776-1778) donde toma contacto con conspiradores criollos que, a decir de Micaela Bastidas, “le abrieron los ojos”. Ya en plena guerra (1781), radicaliza su separatismo después de las primeras victorias militares que le proporcionan un clima propicio para manifestar abiertamente los verdaderos objetivos del proyecto insurreccional. Como bien dice el historiador Carlos Daniel Valcárcel:
“La búsqueda de justicia social, dentro de una férrea estructura político-absolutista dominada por el principio de autoridad, lleva a la consecuencia lógica de buscar la independencia total”.
Ningún rebelde indígena ha expresado tanto la causa de los oprimidos como Túpac Amaru II. La liberación del flagelo de la mita y de los obrajes, muestra con claridad una toma de partido por los trabajadores manuales sometidos a servidumbre y semiesclavitud. Pero la propuesta más revolucionaria como libertador, es la abolición de la esclavitud.
EL PRIMER ABOLICIONISTA
La rebelión tupacamarista es un antecedente histórico de aquello que propone José María Arguedas, en su novela “Todas las sangres”. Descartamos con ello que haya sido una rebelión exclusivamente indígena. Por encima de limitaciones étnicas, se sobrepuso el interés de clase. Túpac Amaru II dio su famoso Bando de Libertad de los Esclavos, el jueves 16 de noviembre de 1780, a seis días de haber sido ejecutado el corregidor Arriaga, en manos del ocasional verdugo, su ex -esclavo negro Antonio Oblitas.
El rol de este personaje es significativo, desde el primer día de la rebelión hasta la hora postrera del sacrificio final. La sentencia emitida contra Túpac Amaru II, su familia y principales lugartenientes, hace singular mención y exceso de crueldad contra Oblitas, para así conjurar cualquier futuro levantamiento de esclavos o alianza de éstos con rebeldes indígenas. Notemos que el abolicionismo significaba el camino sin retorno a cualquier negociación pacífica, pues hería la médula del sistema colonial. Túpac Amaru es un auténtico precursor del abolicionismo antiesclavista, el cual fue posteriormente defraudado por los independentistas criollos.
ACTUALIDAD DEL TUPACAMARISMO
La peruanidad es producto y consecuencia de un proceso complejo y doloroso: la conquista. La rebelión tupacamarista es, por su composición social y por sus objetivos, lo que más nos identifica como peruanos. Por sus reivindicaciones, se diferencia de otros separatismos que no cuestionaban la esclavitud ni la servidumbre. El nacionalismo revolucionario que propuso el Amauta José Carlos Mariátegui, encuentra su mejor cimiento en la gesta continental de Túpac Amaru II. Hasta hoy la imagen del gran cacique de Tungasuca sigue atemorizando a los poderosos, cuyos agentes de seguridad acuden presurosos a borrar su nombre en los muros que los tupacamaristas pintamos.
La gesta liberadora que se inicia el 4 de noviembre de 1780 no ha concluido. Continúa con nuevas generaciones dispuestas a luchar por una auténtica y definitiva liberación nacional. * Publicado en Insurgencia Popular N° 3, órgano del Movimiento de Liberación 19 de julio, ML-19, octubre-noviembre 2008

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