7/08/2009

Ética y cinismo



Si evaluamos las elecciones con normas éticas, en extremos opuestos están el Verde Ecologista y el movimiento en favor de la anulación, inconforme con la corrupción política. La forma más convencional de analizar unos comicios es viéndolos como un concurso de belleza o una carrera de coches: lo que importa es quedar en primer lugar y recibir los premios. Una forma alternativa, menos utilizada, es revisar la forma en la que se obtiene el triunfo. Con este último criterio reviso la elección del domingo.
El PRI y el Verde Ecologista son ganadores indiscutibles; juntos alcanzarán la mayoría en la Cámara de Diputados y podrían condenar a Felipe Calderón a mil días de soledad, frustraciones e impotencia. Al PRI pueden criticársele los modos en los que triunfa, pero es imposible negarle sus bases sociales. Por los motivos que se quiera, existe un México priista. El Verde es una historia diferente, porque tiene un cuarto lugar sin base social, programa o principios. Toda su campaña estuvo sustentada en tres mensajes difundidos machaconamente: la promoción de la pena de muerte y la promesa de que un voto por ellos se transformará en vales para medicamentos y educación, lo que favorecerá a los desprotegidos.
En un país empobrecido, millones creyeron en esas promesas que violan la normatividad constitucional y legal por no apegarse a la veracidad exigida en el derecho a la información. Por ese motivo, el 28 de mayo Propuesta Política (APN) presentó -con el respaldo del Bufete Reyes y Castillo Consultores, que dona sus honorarios- una queja ante el Consejo General del IFE. Solicitó pronunciarse sobre la legalidad de los mensajes. Este martes 7 de julio, el IFE respondió declarando infundada la queja, confirmando la laxitud que facilitó la campaña de un partido que, en otro acto de simulación, lleva en su bancada a ocho o nueve diputados defensores de los intereses de las televisoras. Silvio Berlusconi tiene escuela en México.

¿Cómo es que la política sigue tan impregnada de corrupción y cinismo? Parte de la respuesta está en el derroche del capital ético acumulado por las oposiciones durante los años heroicos de la transición. Vicente Fox y Felipe Calderón han sido ejemplares en la manera de dilapidar la decencia acumulada desde 1939. La izquierda ha hecho lo mismo después de la brutal agresión que sufrió Andrés Manuel López Obrador en 2006. El Instituto Federal Electoral sigue refugiado en el dejar-hacer-dejar-pasar desde que los partidos lo castraron en 2003 y 2007. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales se cuecen aparte porque nunca tuvieron autoridad moral para desperdiciar.
Con esta perspectiva se entiende mejor la elección de 2009. Gobernadores, partidos, empresarios y capos se dieron vuelo apoyando a los suyos, aprovechándose de una legalidad llena de huecos. Como en 2006, lo único que importó fue alzarse con los presupuestos y los cargos. De persistir estas reglas, preparémonos para una batalla sin cuartel y sin árbitros por la Presidencia de la República. Una sorpresa de estas elecciones fue el vigor del voto nulo en algunas ciudades. Ante el colapso ético, fue una explosión de inconformidad de sectores urbanos bien educados e informados, que respondieron al llamado de esa parte de la juventud harta de la forma de hacer política en nuestro país. Como los políticos y partidos siguen viendo los comicios de manera convencional, su reacción ha sido ignorar el voto nulo, condenarlo o responsabilizarlo de sus derrotas.
Algunos nos endilgan la paternidad de las victorias del PRI y las derrotas del PAN y el PRD, y hay quienes aseguran que somos un instrumento de "la CIA y el Pentágono estadounidenses" decididos a seguir destruyendo a Andrés Manuel López Obrador.
Ignoro el destino de este movimiento que ahora tiene el reto de traducir en propuestas y organización la confianza de los casi 2 millones de electores que anularon el voto. ¿Lo aceptarán políticos y partidos o perseverarán en la descalificación de esos millones que anularon su voto? Carezco de respuestas. Mi única certidumbre es que, con la vara de la honestidad, hay una distancia enorme entre la estatura de los niños verdes y la de jóvenes como Elisa o El Negro. Una brecha tan grande como la del cinismo y la ética. La Miscelánea A propósito de cinismo, este miércoles 8 de julio comparecerá el director del Instituto Mexicano del Seguro Social, Daniel Karam, ante senadores y diputados.
Con suerte, presentará la lista de las aproximadamente mil 500 guarderías subrogadas por el IMSS. Habrá un mitin de solidaridad con los padres de los 48 niños en Donceles 16, a las cuatro de la tarde. A propósito del mismo caso, recibí un largo texto de Jorge Sáenz Félix, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Sonora. No me convenció, pero lo comentaré con más detalle en una columna sobre el colapso ético de los organismos públicos de derechos humanos.

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