1/02/2010

Los periodistas pal café.....


Carlos Fernández-Vega: México SA
Para este arranque de año nuevo los mexicanos esperaban una lluvia de estrellas, pero de nueva cuenta recibieron un huracán de aumentos de precios y deterioro social. En 2010, México acumula 28 años consecutivos de dictadura neoliberal –cinco máscaras para el mismo gobierno–, con su probada ineficiencia y sus sobadas medidas dolorosas, pero necesarias que han hundido al país en la mezquindad política, el raquitismo económico y el desplome en el nivel de vida.
Veintiocho años al hilo, pero como al mal tiempo recomiendan buena cara, van algunos chistes para un mejor inicio de año, todos ellos contados en tres actos por el cómico en turno –ahora de vacaciones–, que no son otros que los repetitivamente narrados en su momento por cada uno de sus cuatro antecesores en el puesto, todos con el mismo humor negro:
Primer acto: gracias al esfuerzo de todos los mexicanos recibí un país con estabilidad económica, hemos mantenido y consolidado esta situación favorable con bajas tasas de inflación y de interés. Lo hemos hecho porque no estamos dispuestos a volver a vivir otra crisis económica en el país. Mi administración ha dado señales claras de rumbo, de firmeza y de certidumbre a los inversionistas. En parte por ello, la confianza internacional en México ha crecido notablemente. Turbulencias recientes en los mercados financieros internacionales han obligado a los bancos centrales de otros países a inyectar cientos de miles de millones de dólares a su sistema financiero para atender problemas de solvencia. No ha sido el caso de la economía mexicana que ha demostrado solidez en su sistema financiero y monetario. En otros tiempos, estas turbulencias hubieran generado una crisis económica. México ha logrado sostener importantes tasas de crecimiento del empleo a pesar del bajo crecimiento de la economía de Estados Unidos, que ha limitado la expansión de nuestra propia economía. Es urgente revertir las terribles condiciones de desigualdad que se viven en el país y cerrar la brecha entre los pobres y los ricos; a la luz de esta realidad queda claro que tenemos los mexicanos una enorme deuda con los más pobres, México no puede esperar más, llegó la hora de pagar la deuda social con los que menos tienen. Se trata de generar más riqueza, y al mismo tiempo, de distribuirla mejor. Transformar a México de un país que pierde a lo mejor de su gente a través de la migración, en un México que es capaz de generar oportunidades de ingreso a los mexicanos aquí en su tierra. De un México amenazado por la criminalidad y la violencia, a un México en paz, un México libre, un México donde nuestros hijos puedan caminar, jugar, estudiar, crecer y vivir en paz y con dignidad. Qué cuentas vamos a rendir a nuestros hijos acerca de lo que hicimos o dejamos de hacer por México en estos años que nos ha tocado vivir (septiembre, 2007).
Segundo acto: estamos realizando grandes esfuerzos para que no se afecte la economía de las familias mexicanas más pobres. Un ejemplo de ello es que a pesar de los ajustes, el precio de la gasolina en México es 40 por ciento más barata que lo que cuesta en Estados Unidos y su precio en México es la tercera parte de lo que cuesta en muchos países de Europa. Lo hacemos para apoyar, precisamente, a las familias más pobres. A pesar de todo eso, la economía mexicana ha resistido razonablemente con solidez este escenario económico adverso y poco a poco vamos saliendo adelante. El crecimiento de nuestra economía en el primer semestre de este año fue de casi 3 por ciento. Si bien es cierto que no es el crecimiento que necesita el país para progresar, es positivo este dato dado las condiciones tan adversas que tuvimos que enfrentar. El empleo también ha seguido creciendo, ya van más de 800 mil nuevas fuentes de trabajo en el país desde el inicio de mi gobierno. Los problemas económicos internacionales que ahora enfrentamos son transitorios a final de cuentas, van a quedar atrás; pero lo que va a permanecer son los cambios de fondo que le estamos haciendo a la economía. Al final de esta coyuntura difícil tendremos una economía más fuerte, más sólida, que crecerá más rápido y generará más empleos. Mi gobierno seguirá trabajando todos los días para buscar y dar solución a los temas que más te preocupan a ti y a tu familia. Un México más seguro y más justo, más limpio, más libre y más democrático, donde todos los mexicanos podamos vivir mejor (septiembre, 2008).
Tercer acto: en esta administración nos trazamos también la meta de transformar nuestra economía, a fin de hacerla más competitiva y capaz de generar los empleos que necesitamos. En la segunda mitad del año pasado, en 2008, México comenzó a sufrir los efectos de la crisis económica internacional. En efecto, ésta ha sido la peor crisis económica en décadas, pero gracias al esfuerzo de todos, logramos que su impacto en el empleo y en el ingreso de los mexicanos fuese considerablemente menor a lo que se registró en crisis anteriores. Entre las medidas concretas que tomamos para proteger los empleos de los mexicanos, se encuentran las siguientes: el Programa de Preservación del Empleo. Ahí protegimos a los trabajadores, en particular los de las industrias exportadoras, que fueron las más afectadas por la caída de nuestras ventas externas. Ampliamos el Programa de Empleo Temporal. Y así, en el primer semestre del año brindamos oportunidades de trabajo a medio millón de mexicanos, cuyas familias, sin estas actividades, no hubieran tenido posibilidad de ingreso. También, la administración ha adoptado una política social integral que busca igualar las oportunidades de vida digna para los mexicanos. Pasada esta difícil coyuntura, ahora la prioridad debe ser recuperar la senda del desarrollo humano sustentable, la del combate a la pobreza, la del crecimiento económico acelerado con justicia y con generación de empleos. Y quienes tenemos responsabilidades públicas, no podemos permitir que la grandeza de México, que está en su gente, en sus recursos, en su historia, quede finalmente frustrada en sus posibilidades por la falta de visión de los actores políticos, que nos impida ponernos de acuerdo para cambiar y acerca de cómo cambiar al país (septiembre, 2009).
Las rebanadas del pastel
Lo que no es chistoso es que a partir de ayer se incrementó el precio del gas LP, otra medida dolorosa, pero necesaria, que se suma al inmisericorde bombardeo de aumentos para vivir mejor, el peor chiste de todos.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx
Estás de acuerdo con las bodas de homosexuales? Ochenta y siete por ciento de mil 936 personas que participaron en nuestra encuesta por Internet de la última semana del año contestaron afirmativamente. Sin embargo, 57 por ciento se pronunció contra la adopción de hijos.
Metodología
Enviamos por correo electrónico 2 mil 500 cuestionaros a miembros de El Foro México tomados aleatoriamente de sus casi 5 mil miembros registrados. Contestó 77 por ciento. Las opiniones que reproducimos enseguida muestran las distintas posiciones que han asumido los ciudadanos frente a la polémica ley promulgada por la asamblea del Distrito Federal. Suscríbete y participa en los sondeos que hacemos semanalmente.
Opiniones
La ley que reconoce la unión matrimonial entre parejas del mismo sexo representa un avance en materia de derechos políticos para los habitantes de la ciudad de México. Sería necesario que leyes de este tipo fuesen aprobadas en todo el territorio nacional, pues mientras no esté institucionalizado este tipo de matrimonio, la homofobia seguirá campeando en la sociedad con todos los males que conlleva.
Eduardo Durán Alvarado / Distrito Federal

El Correo Ilustrado
Recuerda levantamiento zapatista y aplaude regreso de la Cocopa
Hace 16 años una parte significativa del México olvidado –alrededor de 10 mil campesinos indígenas del estado de Chiapas, representando al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)– dio una respuesta militar y política contra el stablishment del Estado mexicano y los caciques regionales.
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Durante las negociaciones de Naciones Unidas sobre cambio climático en Copenhague, Dinamarca, en diciembre pasado, la delegación de Bolivia comparó lo que allí sucedía con la película Matrix. Agregó que los únicos que tomaban la pastilla roja (que en la película permite ver la realidad como es) eran los que marchaban protestando por las calles de Copenhague. Es una de las imágenes más atinadas que he escuchado.
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Cuando las encuestas señalan que el nivel de aceptación del gobierno de Michelle Bachelet supera el 70 por ciento, y su candidato presidencial, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, no alcanza el 30 por ciento de los votos (29.6), algo no cuadra.
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Porfirio Muñoz Ledo
Tierra sin ley
Durante los últimos días este diario publicó notas secuenciadas de primera plana que ilustran el fresco del México actual. El eje de la trama es la disolución del Estado de Derecho por el ejercicio de la violencia institucional, aunado a la pérdida de jurisdicción sobre el territorio en beneficio de una estrategia diseñada desde el exterior.
La primera reza que, en opinión de especialistas, somos hoy un frente de batalla de los Estados Unidos: “su guerra contra la droga”. En cuarenta años el consumo se ha elevado de modo imparable en ese país y el núcleo delictivo que lo promueve se ha instalado al otro lado de la frontera.

Incapaces de disminuir el uso de enervantes decidieron combatir su abastecimiento en Colombia y luego atajarlo en México, con la docilidad creciente de nuestros gobiernos. Sólo en este sexenio dicha política ha cobrado aquí más de 16 mil víctimas y allá ninguna.

No estamos ocupados militarmente como Irak, ni invadidos como Afganistán, sino sumidos en una guerra intestina por cuenta ajena. Como en otras revueltas, la mayoría de las armas para ambos bandos vienen del mismo lado. En este caso, también el dinero con que las compran los rebeldes, estimado por el Departamento de Estado en 27 mil millones de dólares.

El Plan Mérida no es una admisión de “corresponsabilidad”, sino un atenuante del desnivel de arsenales, electoralmente útil y, en la práctica, estimulante de la violencia. Es además un instrumento internacional espurio que avala las violaciones a los derechos humanos cometidas por el Ejército.

Dice el obispo Vera que el gobierno incurrió en una “ejecución extrajudicial” en el asesinato de Beltrán Leyva y volvió a prácticas centenarias, llamadas en la Revolución “ley del monte”. Lo hizo utilizando a marinos en tierra al margen de la ley y sacudiendo nuevamente el avispero del crimen.

Las noticias que nos colocan en primeros planos internacionales se refieren a nuestro potencial delictivo. En una década “los cárteles mexicanos alcanzaron la quinta posición entre los grupos criminales del mundo, expandieron sus operaciones a 47 países y se ubicaron como la mayor amenaza del continente”. Ascendieron al 90% de la venta de cocaína a Estados Unidos y están infiltrados en el 58% de los municipios mexicanos.

Ocupamos el sexto lugar mundial en asesinatos de periodistas y, según la DEA, los criminales se aprestan al ataque de “blancos civiles”, a efecto de mermar aun más los asideros del gobierno. Los servicios norteamericanos de inteligencia consideran que “la influencia corruptiva de los cárteles impide a las autoridades mexicanas gobernar algunas zonas del país”.

Carrillo Olea coincide en que “si sombreamos los estados donde reina el narcotráfico, reconoceremos las entidades donde hemos dejado de gobernar”. Echando cuentas: “ya perdimos la mitad del territorio”. En tanto que el actual director del Cisen admite que “la seguridad nacional en México está en pañales”.

Históricamente, un problema de salud pública mal tratado se convirtió en cuestión de seguridad pública, que a su vez fue transformada en crisis de seguridad nacional y regional. Como afirma Buscaglia: “la delincuencia nunca desparece, sólo se puede contener imponiendo las reglas de juego del Estado”, cuando éste existe.

Aguilar y Castañeda en su libro El narco: la guerra fallida demuestran con información concluyente el fracaso de la estrategia actual, cuyas razones fueron políticas: “lograr la legitimación perdida en la urnas y en los plantones a través de las armas”. Acudiendo a la experiencia internacional, sugieren la legalización que “no aumenta el consumo y sí disminuye la violencia”.

Estamos en los límites del golpe de Estado, entendido como entrega del poder a una autoridad al margen de la ley. Urge emprender un proceso contrario: legalizar la acción pública y acotar el delito vía el combate a la corrupción y la ampliación del bienestar.

Diputado federal (PT)

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