10/12/2011

Los periodistas pal café.....




El superhéroe ha vuelto a salvar al mundo (o cuando menos a una parte relevante de él). De golpe, gracias a sus especiales poderes de investigación inducida, frenó todo un complot internacional, colocó a sus archienemigos conocidos como Los Zetas en una especie de paredón binacional, metió a México en el apasionante rejuego de espías, atentados, venganzas y maquinaciones de Estados Unidos contra Irán (y al revés), y demostró a sus conciudadanos que a un paladín de la justicia, como es él, El Gran Felipe, le resulta más fácil identificar a un presunto terrorista en tránsito que a mexicanos masacrados en Veracruz o en el tamaulipeco San Fernando (por citar sólo un par de ejemplos del amplísimo expediente de asesinados y desaparecidos) o a jefes narcotraficantes del cártel de Sinaloa (nomás por citar un caso, prácticamente al azar).
Es la sublimación de las potencialidades creativas de la afamada firma cinematográfica oficial denominada García Luna Productions, no necesariamente porque lo reportado sea un montaje, pero sí porque el ánimo escenográfico y la intencionalidad justificatoria son similares a las que tanto reconocimiento han acarreado al ingeniero químico a cargo de la seguridad pública desde el plano federal. Sí se puede, nomás hay que encontrar la ocasión propicia, dirían los felipistas emocionados porque en medio de la descomposición del país ha sido posible insertar en planos internacionales el mito genial de la calidad ejecutiva de la inteligencia operativa mexicana: “n’ombre, y que se nos quiere colar un cuate que disimulaba sus propósitos bajo su inconfundible nombre original, y que lo detectamos porque tenía orden gringa de aprehensión, y que no lo dejamos llegar acá a que se siguiera poniendo de acuerdo con sus compinches para luego ir a Guachinton a causar vandalismo en embajadas y asesinar a diplomáticos”. Cien mexicanos del gobierno dijieron, con el Vítor Cal.
El estado policiaco del calderonismo rinde frutos a su matriz en Washington en un episodio que suministra coartadas al poder gringo para dar continuidad a su obsesión contra Irán y, al demostrar esa eficacia argumental, recibe palmadas de agradecimiento y frases anonadadas, como la de Hillary Clinton que ha calificado el episodio del complot fallido de logro increíble. Increíble, en efecto, es la historia de un conspirador iraní que busca, tal vez en los avisos clasificados, a un narcotraficante mexicano que le ayude a colocar bombas en la capital de Estados Unidos. Y resulta que el supuesto cómplice es uno de los informantes de la DEA, agencia ésta que se mueve como si nada en México, no solamente para bien armar a los cárteles, sino incluso para simular que sus agentes son mercaderes mexicanos de droga. Las primeras noticias parecen caer en error o cuando menos ser coincidentemente confusas al no precisar los términos de la trama, pues en primera instancia pareciera entenderse que nunca se permitió al complotista entrar a México, ya que habría sido detectado a tiempo por el diligente instituto de migración, aunque The Washington Post dice en
wapo.st/q8xAN4 que el conspirador tenía amplio contacto con mexicanos desde Texas, donde residía, y que había realizado repetidos viajes entre Irán y México.
Por lo pronto, y para beneplácito de su plan en curso de desarticulación de las posibilidades de subsistencia de la nación mexicana, el calderonismo ha de brincar de gusto porque con este episodio peliculesco (aunque se lee como las páginas de un libreto de Hollywood, el impacto habría sido muy real y muchas vidas se habrían perdido, explicó ayer el director de la FBI, Robert Mueller) ha consolidado a México en el archivo de los peligros para la seguridad nacional estadunidense que son susceptibles de intervención. Por ejemplo, la siempre oportuna secretaria Janet Napolitano dijo ayer, en un foro organizado por la Universidad George Washington, que la lucha contra los cárteles mexicanos es asunto de seguridad interna de Estados Unidos.
Felipe ya tendrá quién lo salve, en lo político y lo electoral, pues ha demostrado ser fiel servidor de los propósitos estadunidenses (cabría preguntarse si el escándalo desatado respecto a Irán, y la eventual acometida bélica o las represiones en curso habrán de facilitar a Barack Obama su atorada relección). Además, involucrando a Los Zetas en el complot fortalece el desarrollo de la política casi explícita de combate exclusivo a los tales zetas para dejar el campo libre al cártel ganador, el favorito de este sexenio y el anterior. Cierto es que al involucrar a nuestro país en el minado terreno del conflicto que Estados Unidos busca detonar con Irán a como dé lugar (los presuntos bombazos podrían ser como el alegato bushista de las inexistentes armas químicas de destrucción masiva utilizado para invadir Irak), México se convierte también en un blanco posible, pero eso al superhéroe nativo poco le importa, decidido como está a seguir salvando al mundo, o porciones selectas de él, aunque en casa todo se desmorone.
En otro asunto de belicismo al revés, para glosar lo relacionado con el quinto Informe de gobierno calderonista los diputados federales citaron a comparecer al secretario de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván... en las propias oficinas del funcionario, adonde acudirán los legisladores convocantes, como si la obligación de trasladarse correspondiera a ellos y no al compareciente.
El escándalo de los presuntos atentados por realizarse en Washington desplazó de la atención pública el viaje de Andrés Manuel López Obrador a Estados Unidos y su planteamiento de que es necesaria de allá hacia acá una política de cooperación para el desarrollo y no de ayudas en materia de seguridad. El tabasqueño destacó la imagen sintomática del nuevo embajador estadunidense en México cuyo primer acto mediático fue la entrega de helicópteros militares. En vez de ello, explicó el aspirante a candidato presidencial, hubiera sido deseable la entrega de cheques para financiar proyectos productivos. ¡Hasta mañana!
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Enrique Galván Ochoa: Dinero

Y no hay quien califique a las calificadoras? Después de descalificar la capacidad de pago de los gobiernos de Estados Unidos, España e Italia, ahora Standard & Poor’s y Fitch han bajado la calidad crediticia de 15 entidades españolas, entre las que se incluyen BBVA y Santander. No han dado a conocer los directivos de los bancos, tampoco los gobiernos de España y México, las consecuencias. La más severa es Standard & Poor’s, que recortó la calificación de la deuda a largo plazo de Santander, BBVA, Bankinter, Banco Sabadell, Ibercaja, BBK y la Kutxa. Además, pone en revisión negativa la calificación de Caixabank y Bankia, al tiempo que amenaza con recortar la nota del Popular. Fitch, por su lado, bajó solamente la calificación a Santander, BBVA, Sabadell, Banesto, Popular, Caixabank, Guipuzcoano y la Caixa, por considerar que los bancos no deben tener una calificación mayor que el país en el que estén domiciliados. Al paso que van, las únicas que tendrán buena calificación serán las propias calificadoras. Y de la consistencia de su criterio pueden hablar los préstamos que con su aval se han hecho en México a gobiernos estatales y municipales que hoy están técnicamente quebrados. Nótese que S&P bajó la nota al sistema financiero español en su conjunto hasta grupo 4, en la escala de uno a 10 que emplea la agencia para medir la fortaleza del sector en función del riesgo país. “Tras esta rebaja –dice el diario Expansión–, el sistema financiero español tiene la misma categoría que la de países como República Checa, Israel, Corea, México y Eslovaquia.
Este pacto no es con Dios
En las condiciones en que se encuentran las instituciones crediticias europeas está resultando difícil para Sacyr, el emproblemado socio del director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, encontrar quién le lance un salvavidas para pagar sus millonarias deudas que vencen el próximo diciembre. Suárez Coppel dice que el arreglo que hizo con su amigo Luis del Rivero ya no tiene reversa. ¿Será? Va acercándose la fecha en que debe comparecer ante la Cámara de Diputados y hay un intenso cabildeo para hacerle menos amargo el trago. A algunos diputados está pareciéndoles extraño que no se hable del negocio petrolero que tiene un valor de miles de millones de dólares al año. En el cuadro de arriba aparecen los datos de los últimos años.


Se confirmó el anticipo sobre el endurecimiento geoestratégico de Rusia con la parusía de Vlady Putin (ver Bajo la Lupa, 2/10/11): desde la configuración de la unión eurasiática hasta su visita de dos días a Pekín.
Greg Howard considera que la unión eurasiática de Putin compite con Estados Unidos: una tentativa para reconstruir la Unión Soviética en forma similar a la Unión Europea (UE); The Slatest, 4/10/11.
El objetivo, según Putin, consistiría en crear condiciones reales para cambiar (sic) la configuración geopolítica y geoeconómica del continente entero (¡súper sic!), lo cual tendrá un positivo efecto global (sic).


Un grupo de políticos, académicos e intelectuales, todos ellos abajo firmantes de un desplegado, se han pronunciado a favor de lo siguiente: si ningún partido dispone de mayoría en la Presidencia y en el Congreso, se requiere una coalición de gobierno basada en un acuerdo programático explícito, responsable y controlable, cuya ejecución sea compartida por quienes lo suscriban. En el inventario de promotores hay de todo: de viejo cuño y de muy viejo cuño, que comparten una firme decisión: consolidar la democracia constitucional en México para dar respuestas a las exigencias de justicia, equidad, desarrollo y seguridad.
Pues bien, tan eminentes personajes deberían pensar en los mortales, que sumamos millones, y detallarles qué tipo de coalición es la que proponen, porque, si recordamos los hechos, a lo largo de los últimos 20 años los mexicanos no han visto ni padecido otra cosa que una coalición de facto entre tricolores y blanquiazules –con la participación perredista en algunas ocasiones– (recuérdese la ley Televisa, por ejemplo) a la hora de lo que ellos llaman gobernar, y lo han hecho siempre en aras –según declaran los coaligados– de dar respuestas a las exigencias de justicia, equidad, desarrollo y seguridad de quienes habitan esta heroica República. Y los resultados de tan propositiva alianza están a la vista de todos: sin respuestas y sin atención a los grandes problemas nacionales, el país se desmorona, mientras el horno social cada día se calienta más.
Tal desplegado apareció a escasas horas del comienzo oficial del proceso electoral 2012, de tal suerte que el llamado no está dirigido al actual gobierno (cuyo titular prometió incluir en el gabinete a representantes de distintas fuerzas políticas, lo que, desde luego, incumplió). Entre los abajo firmantes aparecen ex gobernadores y otros en funciones; ex senadores y diputados y algunos que todavía gozan de fuero, con ganas de convertirse en candidatos a Los Pinos; ex funcionarios gubernamentales (salinistas, zedillistas y foxistas; calderonistas no, porque están en el ejercicio del hueso); el actual jefe de Gobierno del Distrito Federal; ex candidatos a la Presidencia de la República y a gubernaturas, amén de académicos y hombres de letras. Todos ellos proponen una coalición para consolidar la democracia constitucional en México.
Poco más de 20 años atrás, después de un proceso electoral por demás sucio y fraudulento, algunas eminencias del aparato político consideraron que una coalición de facto entre priístas y panistas sería una excelente solución al desencuentro, como lo calificaron, derivado del referido proceso. Así, Ejecutivo y Legislativo se dedicaron a destrozar el país. Muchos de los abajo firmantes de hoy se coaligaron en aquel entonces, y dos décadas después de nueva cuenta recurren a dicha figura para dar respuestas a las exigencias de justicia, equidad, desarrollo y seguridad, es decir, a lo mismo que los motivó a coaligarse en los gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón.
Cada quien con su conciencia, pero entre los hechos más sobresalientes de esa coalición de facto que ha operado a lo largo del referido sexenio de 20 años (de Salinas a Calderón) se cuentan los siguientes (no es un inventario completo; sólo hasta donde la memoria ayude):
Coaligados, tricolores y blanquiazules siguieron al pie de la letra la instrucción del entonces inquilino de Los Pinos, Carlos Salinas, para destrozar el aparato productivo del Estado y privatizar absolutamente todo, siempre con el discurso de que el dinero que se obtendría por la desincorporación (léase privatización) de los bienes de la nación no tendría otro destino que atender las urgencias de los mexicanos. Por esa ruta transitó la banca, las siderúrgicas, las aerolíneas, los ingenios azucareros, los puertos, la minería, la telefonía, y muchos otros sectores estratégicos, mientras las urgencias de los mexicanos se hacían cada día más urgentes, porque nadie atendió nada. Se concentraron en el negocio, y los amigos del régimen hicieron fila para que les dieran su respectiva rebanada de esa riqueza privatizada. Y se las dieron
Coaligados, en 1995 atendieron la instrucción del entonces inquilino de Los Pinos, Ernesto Zedillo, de incrementar 50 por ciento la tasa del IVA y aplicar un draconiano programa de ajuste que reventó a los mexicanos, no muy sólidos de por sí. Lo único que aportaron para la historia fue la roqueseñal. También permitieron el oneroso rescate de la banca, las aerolíneas, los ingenios azucareros y las carreteras, entre otros (todos privatizados en el sexenio anterior), con recursos de la nación, los cuales, según promesa de la coalición, se destinarían a dar respuestas a las exigencias de justicia, equidad, desarrollo y seguridad. De igual forma, tricolores y blanquiazules avalaron la privatización de los ferrocarriles y los satélites propiedad de la nación, para entregárselos a los mismos empresarios amigos del régimen, y legalizaron el Fobaproa (1.2 billones de pesos pagaderos por los mexicanos). Por si fuera poco, permitieron la extranjerización del sistema financiero, después –claro está– de sanearlo con dinero de los mexicanos.
Coaligados, aplaudieron el advenimiento del cambio –que nunca se dio– y permitieron todo tipo de locuras y excesos del nuevo inquilino de Los Pinos, Vicente Fox, a quien ovacionaron cuando éste definió el nuevo concepto de la democracia mexicana: de, para y por los empresarios (aunque no todos, sólo los amigos del régimen). Por unanimidad, la coalición aprobó la ley Televisa, el saqueo de la nación, los permisos para casinos (que hoy son cuestionados por ellos mismos), el derroche de los excedentes petroleros, la privatización del sector eléctrico y del petrolero, la permanente violación a la Constitución, las frivolidades de la parejita presidencial y su ilegal cuan descarada intervención en el proceso electoral de 2006. Los recursos de la nación siguieron fluyendo para apuntalar al gran capital, mientras los mexicanos seguían en espera de las multicitadas respuestas prometidas.
Coaligados, avalaron el cochinero electoral de 2006, impusieron al candidato blanquiazul y dieron el banderazo para que comenzara uno de los sexenios más nefastos y pútridos (y miren que en esto hay una pelea cerrada para obtener el título) de la historia mexicana.
Ése es el rápido balance de la coalición, pero hoy, ante el inicio formal del proceso electoral 2012, algunos creen que lo mejor que puede sucederle a México es que sigan adelante los coaligados que en cuatro sexenios al hilo destrozaron al país, porque ellos, dicen, sacarán del hoyo a la nación en el siguiente periodo de gobierno.
Las rebanadas del pastel
No, pos sí.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mxhttp://twitter.com/cafevega


Ricardo Yáñez: Isocronías
El diálogo entre el novelista Irving Wallace, acá ejerciendo como reportero, su inicial profesión, y el doctor Sven Hedin, juez de física, química y literatura en la asignación de los Nobel, ocurre en Estocolmo por estas fechas del 46.
El doctor Hedin es para entonces a la vez, dice Wallace, un héroe sueco en tanto investigador y escritor y, dada su proclividad nazi un escándalo sueco y un motivo de embarazo. Tiene 81 años, 33 de ellos como jurado literario. Se vuelca en confidencias. Cito al entrevistador: Los amargos prejuicios personales de un solo juez, el doctor Carl David af Wirsen, poeta y crítico, impidieron que le fuera concedido el Premio Nobel a Tolstoi, Ibsen y Strindberg.

El Correo Ilustrado
Exigen protección para comuneros de Santa María Ostula
Apoco más de dos años de que los comuneros nahuas de Santa María Ostula recuperaron el predio Xayacalan, en manos de supuestos pequeños propietarios de La Placita, han perdido la vida 25 comuneros y cinco más se encuentran desaparecidos. Los comuneros se han conducido por la vía jurídica, reclamando la restitución de su territorio ante las dependencias agrarias, como el Tribunal Unitario Agrario con sede en Colima. Las autoridades agrarias resolvieron reponer el procedimiento y en ese trámite legal se encuentran; al mismo tiempo, como parte del Programa de Atención a Conflictos Sociales del Medio Rural de la SRA, se ha propuesto una vía concertada a las partes. También la CIDH pidió medidas cautelares. Hasta ahora no hay resultados y los grupos armados siguen respondiendo con violencia. Exigimos que las autoridades federales y estatales den muestras de tener la capacidad o voluntad de otorgar seguridad a los comuneros de Ostula. El más reciente crimen de Pedro Leyva debe esclarecerse.


No pocos exégetas y detractores del Che han observado que se fue de Argentina a causa de la dictadura peronista. La verdad es más simple: el joven anhelaba conocer el mundo, y fue en sus recorridos en motocicleta o a pie donde aprendió a ponderar el entusiasmo que el peronismo suscitaba en los pueblos de América Latina, a mediados del siglo pasado.

Luis Linares Zapata: Rebeldías de las clases medias

Al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) lo encabeza una dirigencia colectiva de singular composición. Durante los dos primeros años –cuando fungió como gobierno legítimo– sus tareas de proselitismo las llevó a cabo de manera cuasivoluntaria. Los recorridos por el país fueron abarcantes y así han seguido hasta la actualidad, aunque ahora han tomado la forma de un movimiento inédito. Se trataba de identificar, e incorporar, a ese segmento olvidado de la población que, aun en medio de francos temores de ser sujetos de variadas formas de represión, se declaraba listo para transformar su atribulada realidad. Se les pedía no perder las esperanzas de que un México más justo para todos es posible. Y, frente a esos entusiastas contingentes, se expusieron las distintas salidas para cambiar la asfixiante situación que impide a las mayorías nacionales llevar una vida digna y productiva. La respuesta, desde un inicio, fue alentadora y se ha robustecido con el ensanchamiento de la conciencia colectiva experimentado a raíz de la cruenta decadencia que aqueja al país.

Alejandro Nadal: Evolución de la crisis
Hasta dónde llegará la crisis? A medida que se profundiza y agrava, y frente a un horizonte de estancamiento que se alarga, las perspectivas sobre su naturaleza van evolucionando. La idea misma de recuperación comienza a desdibujarse. La crisis permite ver lo absurdo que era la normalidad.

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