10/28/2015

Los periodistas pal café. . .



Ha terminado en Guerrero un periodo de gobiernos presuntamente izquierdistas, que confirmó la condición fallida de las expectativas de cambio a través de las fórmulas partidistas de entonces y de ahora, convertida esa entidad en un remolino de problemas y confrontaciones en todos los órdenes, con el PRI de vuelta al poder y sin expectativas de mejoría verdadera.
Históricamente difícil de gobernar, tierra de caciques (los Figueroa, como ejemplo depurado), con la violencia como método frecuente, el estado con capital en Chilpancingo fue dominado por facciones de tres colores hasta que el 6 de febrero de 2005 el empresario Zeferino Torreblanca Galindo (Guadalajara, marzo de 1954) ganó en nombre del Partido de la Revolución Democrática, con el mismo priísta de ahora, Astudillo, como contrincante. En 1999 Torreblanca había sido presidente municipal de Acapulco en nombre del PRD, pero siempre con el beneplácito del panismo, que no presentó candidato en aquella ocasión para dejar el paso libre a un político que en los cargos públicos acabó demostrando que Acción Nacional tenía razón al considerarlo muy cercano.
El siguiente perredista en gobernar Guerrero provino de una cocción al vapor. Siempre priísta, incluso cercano a Enrique Peña Nieto, Ángel Aguirre Rivero no fue postulado por el PRI a la sucesión de Torreblanca (el tricolor hizo candidato a Manuel Añorve Baños, primo del propio Aguirre Rivero) y de un día para otro pasó al sol azteca, en una operación en la que participó activamente el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, con otra cesión de facto del PAN en favor de Ángel, en el contexto de las alianzas que en varios estados realizaron Acción Nacional y el PRD. Ganó Aguirre para un periodo que fue recortado para quedar en cuatro años y siete meses, a fin de empatar los comicios locales con los federales. Durante tres años, Aguirre había sido gobernador sustituto de Rubén Figueroa Alcocer, luego de la matanza de Aguas Blancas que hizo caer al mandatario de mano dura en 1996. Ironías de la historia: Aguirre cayó en octubre de 2014 a causa de otra tragedia causada desde el poder, la desaparición de normalistas en Iguala. En su lugar quedó, durante un año, el sociólogo Rogelio Ortega Martínez, con experiencia en política de la Universidad Autónoma de Guerrero.
Tan peculiar ciclo perredista (Torreblanca, filopanista, ya abiertamente declarado ahora como parte de la corriente de blanco y azul; Aguirre, priísta dinosáurico, luego adquirente de una credencial del sol azteca; Ortega, maniatado por las circunstancias, incapaz de hacer algo más que sobrellevar las cosas) terminó con la tragedia de Ayotzinapa como principal referente. El PRD no pudo remontar la condena extendida por las maniobras que le han llevado a postular a personajes con evidencias oscuras (en el municipio capitalino de San Luis Potosí hizo lo mismo, llevando a la presidencia al mismo grupo, los Gallardo, que según el mando central perredista era una repetición del esquema de Iguala) e incluso pareció dejar el camino libre a un priísta, pues el aspirante más fuerte a la candidatura del PRD, Armando Ríos Píter, se negó a ser postulado, con lo que el sol azteca se concentró en ganar la compensatoria gubernatura de Michoacán, con Silvano Aureoles como carta muy bien vista y promovida por Los Pinos.
La batalla electoral en Guerrero se centró en PRI y PRD (Astudillo y Beatriz Mojica, respectivamente, como candidatos), con un reparto final de piezas que permitirá a estos partidos controlar la política del estado, bajo la batuta del tricolor. Morena presentó un candidato con gran preparación y congruencia política, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, pero quedó abajo del tres por ciento de la votación general. El ex comentarista deportivo, Jorge Camacho, casi llegó al cinco por ciento. Y Luis Walton, de Movimiento Ciudadano, ocho por ciento.
La construcción de la candidatura formalmente triunfadora, la de Astudillo, no parece provenir de acuerdos sólidos entre los grupos priístas en constante pugna, y las condiciones presupuestales son terribles, sin dinero para los compromisos inmediatos. Todo ello en medio de una ebullición social que ha llegado a niveles muy altos de protesta, en ocasiones con tintes de revuelta, con el tema de los normalistas desaparecidos como herida abierta y como motor y ejemplo de una lucha que no cesa.
Una intensa discusión (sobre todo en Twitter) se ha desatado a partir del envenenamiento de perros en un parque de la colonia Condesa, en la ciudad de México, y del conocimiento de que las primeras investigaciones apuntan como presunta responsable (aún no detenida) a una mujer de 75 años, quien según las primeras versiones estaría harta de las heces caninas no recogidas por dueños irresponsables.
Sin justificar las acciones criminales contra esos animales, los hechos de la Condesa colocan sobre la mesa de análisis el extendido problema de los propietarios de mascotas que usan espacios públicos (parques y jardines, principalmente) para pasearlos sin control (lo cual ha producido casos de agresiones peligrosas) y, sobre todo, para los naturales desahogos intestinales que con mucha frecuencia no son recogidos por los dueños en bolsas de plástico o que incluso, habiendo sido recogidas así, luego son abandonadas a medio camino.
En estas situaciones los límites de un derecho están establecidos por los derechos de los demás, y nadie puede obligar a personas que no aman a los animales (el autor de estas líneas ama a los perros) a someterse a ciertos abusos urbanos de moda, de pasear canes sin correa ni control y dejar su excremento por doquier. Problemas son, desde luego, causados por la falta de regulación y de su cumplimiento, en un México donde la convivencia social tiene aristas difíciles y tensas.
Y, mientras la Línea dorada abre algunas de las estaciones cerradas por razones técnicas que embonaron oportunamente con la poderosa Operación Marcelo, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Si algo debe copiar México de Holanda, y Ámsterdam en particular, no es la tolerancia al uso personal de mariguana (cantidades no mayores a 5 gramos por persona), sino el alto nivel educativo de su pueblo. Es impresionante el número de premios Nobel que han ganado los holandeses. En México, los ministros que componen la primera sala de la Suprema Corte han sido convocados hoy para discutir una iniciativa que de ser aprobada permitiría el uso de la yerba con fines de entretenimiento. Preside la sala Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, y la integran Olga Sánchez Cordero, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Arturo Zaldívar y José Ramón Cossío Díaz.
El autor de la iniciativa es Zaldívar y argumenta que prohibir el uso de la mariguana es contrario al libre desarrollo de la personalidad. Es decir, unos buenos toques servirían de ayuda para que los mexicanos desarrollen con libertad su personalidad. Estoy estos días en Ámsterdam, la ciudad pionera en materia de tolerancia –muchos años antes que Estados Unidos–, y lo que veo es que el gobierno está dando marcha atrás. Los coffee shops donde se vende mariguana y hachís en diversas presentaciones han venido disminuyendo en cuanto a número. El gobierno encontró que en la relación costo-beneficio estaba perdiendo el país, porque las mafias aprovechan la tolerancia para acrecentar el comercio de drogas duras, como la cocaína. Holanda está en el top ten de los países menos corruptos, según el Índice de Transparencia Internacional. México nunca ha logrado pasar el examen, año con año queda en menos de 40 puntos en una escala de 100. Las leyes holandesas continúan prohibiendo la droga, en México queremos de algún modo legalizarla. El sistema policiaco-judicial está corrompido. ¿Podrá el gobierno manejar la situación? ¿Quién gana si el proyecto del ministro Zaldívar resulta aprobado? Se sabe que el voto de sus colegas está muy dividido.
El fin del mito
En los infaustos años de la presidencia panista inventaron el mito del subsidio a la gasolina. Según esto, el gobierno hacía un sacrificio enorme para que Pemex la vendiera a un precio blando, aunque subiera en Estados Unidos. Hubo épocas en que llegó a aproximarse a 5 dólares el galón. Pero en realidad no era subsidio, simplemente recaudaba menos dinero, o nada, porque cuando la gasolina sube mucho de precio en el país vecino se come al IEPS, a pesar de los aumentos mensuales que hubo hasta el año anterior.
Pero cuando baja el valor de la gasolina, la recaudación se acrecentaba y entonces el impuesto arrojaba un saldo positivo. En los vaivenes Hacienda se ponía a mano. El primer día del próximo mes de enero Hacienda matará el mito. Impondrá un IEPS fijo, que sustituirá al actual. Así que, suba o baje el precio de la gasolina en el mercado internacional, Hacienda cobrará su parte, porque sólo dependerá del número de litros vendidos. ¿Era lo que queríamos los consumidores, o no? Que nos beneficiara la caída del precio del petróleo. Sin embargo, la medida de Hacienda llega tarde, por la devaluación. Cayó el petróleo pero subió el dólar. ¿Veremos en enero que baje la gasolina? Es aventurado predecirlo… ojalá.

En el intermezzo de la triunfal visita del mandarín Xi Jinping a Gran Bretaña (GB), Alan Wheatley y Paola Subacchi –adscritos al británico Royal Institute of International Affairs, conocido como Chatham House: uno de los principales think tanks del mundo–, juzgan que el primer ministro David Cameron “parece haber concluido que los riesgos de su amigable relación con Pekín son superados por la importancia de China para la primacía (sic) financiera de Londres (https://goo.gl/05cEAD)”.
Es mucho más que la preponderancia de la plaza de la City (Londres): se trata de la conectividad geofinanciera entre GB y su antigua colonia Hong Kong de casi 8 millones de habitantes, reincorporada en 1997 a China bajo el singular acuerdo de un país, dos sistemas, donde GB se despacha con la cuchara grande en su óptimo sector financiero.
Cuando regresé hace dos años a Hong Kong, la máxima entidad neoliberal del planeta y hoy región administrativa especial de China, me asombró el precio de medio millón de dólares el metro cuadrado en su zona financiera, lo cual es entendible cuando se coteja el Índice de Desarrollo Financiero (http://goo.gl/7xCsaR), donde el ranking de sus tres primeros sitiales lo ocupan Hong Kong (1), Estados Unidos (EU) (2) y GB (3), frente al anodino desempeño de los BRICS: Brasil (32), Rusia (39), India (40), China (23) y Sudáfrica (28).
El sector financierista global, donde prevalece la anglósfera, es el talón de Aquiles de los BRICS, superados ampliamente por el ancien régime del G-7: Canadá (6), Japón (7), Alemania (11), Francia (14) e Italia (30).
Los dos analistas Wheatley y Subacchi consideran que “un principal objetivo del cortejo (sic) asiduo de GB a Pekín es posicionar a Londres como el principal centro off-shore fuera de Asia para las transacciones del renminbi (RMB, por sus siglas en inglés) conforme se internacionaliza”.

Dicen los especialistas que “México no ganará nada con el Acuerdo de Asociación Transpacífico (ATP), ya que su competitividad es nula frente a los siete países de Asia y Oceanía que lo integran, con los cuales ha acumulado un déficit comercial de 293 mil millones de dólares entre 1993 y 2014… Los teóricos del comercio exterior han firmado compulsivamente acuerdos comerciales, y éstos han resultado un pésimo negocio para México y, sin duda, la firma del ATP lo empeorará” (La Jornada, Susana González).
Cierto: como es costumbre, el perdedor será el país, pero no el selecto grupo de empresarios autóctonos, que de todas han ganado todas, y las trasnacionales que de México han hecho su paraíso por cortesía de los seis gerentes al hilo que en los últimos 33 años han despachado en Los Pinos.
Sin embargo, hay que ponderar aquello de que la competitividad mexicana es nula frente a los firmantes del ATP, toda vez que los susodichos seis gerentes han hecho muy bien la chamba en beneficio de sus representados.
A lo largo del periodo citado la competitividad mexicana se ha basado en los salarios miserables que aquí se pagan, frente a los que se cubren en los socios principales (léase en singular, porque Estados Unidos, que no es socio de nadie, es el destino de 85 por ciento de las exportaciones presuntamente nacionales, y de allí mismo viene prácticamente todo lo importado).
Pues bien, México carecerá de competitividad en muchas áreas, pero nunca en salarios de inframundo. Esa fue una de las cerezas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (la diferencia entre los que se pagan aquí y los que se cubren allá supera los diez tantos).
Pasaron los años, se firmaron todo tipo de tratados y acuerdos comerciales con 46 países, y México no ha dejado de registrar tres elementos negativos: creciente dependencia del vecino del norte, déficit comercial y, obviamente, salarios de hambre. Y como no se saben de otra, ahora con el ATP ratificarán que por allí irá el tiro.
¿Qué tan competitivo resulta México en el marco del Acuerdo de Asociación Transpacífico? Nada, como advierten los especialistas, pero magnífico en lo que toca a mano de obra barata. De hecho, de los 12 países firmantes del ATP el nuestro es el más barato de todos, y por mucho.
El Banco Mundial recién publicó una suerte de inventario internacional de los salarios (Labor market regulation data) en el que rechaza tajantemente la sobrerregulación laboral en el mundo (pues sus efectos negativos están bien documentados en la literatura económica), pero alaba los niveles salariales alcanzados en el planeta.
Se conoce que el salario mínimo mexicano es el menor de América Latina, pero para darse idea del por qué de las alabanzas del Banco Mundial a su política laboral, es necesario subrayar que el mini ingreso autóctono (unificado, desde luego) es similar al que se paga (cuando se paga) en Burkina Faso, Cabo Verde y/o Chad, para no ir más lejos, y que resulta 2.5 veces inferior al que actualmente se cubre en China, cuando un par de décadas atrás la situación era a la inversa (en Hong Kong es de 852 dólares). Para no ir más lejos, el salario mínimo mexicano resulta 18 por ciento inferior al que se paga en Haití.


Hace unos días escuché y vi en Canal Once un programa que recordaba a Chava Flores (1920-1987), que me llevó al pasado. Éste, para mí, notable compositor no sólo me ha hecho reír: retrató lo que somos los mexicanos. Para no herir susceptibilidades, en ciertos aspectos y en sus composiciones nos recuerda que ya se fueron para no volver.
A mí en lo particular me hace evocar la ciudad y al leer los diarios la diferencia abismal entre un cañonazo de cincuenta mil pesos y lo que hoy se llevan los que están en posición de hacerlo. La ciudad sigue linda a pesar de lo que hoy sucede y Chava en sus canciones nos lo heredó. Azucarillos de a medio y a real, la melcocha y mil cosas más que sólo aquellos que no tienen mi edad no gozaron.



El lunes pasado la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió sobre el riesgo de ingerir alimentos cárnicos procesados como embutidos, jamones, salchichas y tocino, los cuales fueron calificados de cancerígenos con base en 800 estudios estadísticos en los que se dio seguimiento a grupos de población con diversas dietas durante periodos extendidos. El documento del organismo internacional clasificó las carnes rojas en general –aquellas que provienen del músculo de todas las especies de mamíferos– como probablemente cancerígenas y recomendó limitar su consumo. A decir del director de la IARC, Christopher Wild, se identificó una asociación entre la carne procesada y el cáncer de intestino, colon y recto, y una vinculación entre el consumo de carne roja y los tumores malignos en páncreas y próstata.

Campañas para rectoría: mucho proselitismo, poco debate
Miembros de la comunidad de la UNAM manifestamos nuestra preocupación por el curso que tomaron las campañas de los candidatos a ocupar la rectoría, caracterizadas en mucho por proselitismos y personalismos, dejando pasar una oportunidad importante para promover discusiones profundas y públicas sobre el carácter y funciones de la máxima casa de estudios y sus retos. Es crucial que la comunidad universitaria se involucre en una reflexión profunda y proactiva de esta naturaleza.

Se hizo uso de la tecnología para incitar a la barbarie. Por mensajes y redes sociales comenzó a difundirse en Ajalpan, Puebla, que en el poblado estaban retenidos unos secuestradores. De la cárcel fueron sacados por una turba iracunda los hermanos José Abraham y Rey David Copado Molina, para llevarlos a la plaza principal. En el camino los instantáneos justicieros los molieron a golpes, con palos y otros objetos contundentes.

En mi novela Sombras nada más, publicada en 2003, hay un episodio en el que relato la excursión nocturna que al terminar la última tanda de cine del teatro González, un grupo de estudiantes hace por las cantinas y antros de León, la ciudad donde estudié la carrera de derecho. Una de las estaciones de ese recorrido es el 3066, llamado así por su número de teléfono, situado en el barrio de San Juan, y cuyo dueño era un chino algo melancólico, que por rara excepción no había abierto un restaurante sino un lupanar.

Desde su fundación, Estados Unidos ha diseñado los paradigmas a seguir para la conducción del orden mundial, principalmente en el hemisferio occidental, comenzando por el continente americano, donde influyó en casi todos los procesos de independencia de las colonias. Después de su exitosa y trascendente participación en la Segunda Guerra Mundial, su grado de autoridad para la cimentación de los referentes a seguir se fortaleció.

La corriente de insatisfacción por las resultantes y efectos del modelo imperante es, con buen grado de aserto, la que integra en su seno a la mayoría de los mexicanos. Tampoco es difícil visualizar los ingredientes que la componen y extienden. Una somera exploración de estos asuntos muestran casi de inmediato, sus dolores, los deseos y aspiraciones, así como sus motivos de inconformidad. Lo que resta, entonces, y con miras a la venideras elecciones de 2016 y también para 2018, es empatarse con ese enorme flujo vital como la fuerza social y política imprescindible para orientar y conducir el futuro nacional. De la habilidad para insertarse en tal corriente y, desde adentro, proponer las salidas más atractivas, dependerá el deseado triunfo electoral.

Si el sino fatal del capitalismo está marcado por la acumulación de capital y la expansión económica, ¿qué significa ingresar en una etapa de estancamiento secular?

En 1956 pensar que los indios mesoamericanos tenían un pensamiento filosófico semejante al de los presocráticos griegos era una locura. Una idea extravagante y de mal gusto que sólo podría ocurrírsele quizá a Diego Rivera, quien se había empeñado en adquirir monolitos prehispánicos desesperadamente (más de 60 mil forman la colección que donó al pueblo de México) y en construir la que se convertiría en la última pirámide del mundo: el Anahuacalli.

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