7/19/2017

Los periodistas pal café. . .


Fue muy afectuosa la bienvenida oficial a Javier N. Llevaba unas horas de haber llegado a tierra mexicana y ya tenía las primeras muestras de gratitud de sus amigos con poder: la procuraduría federal de justicia, a cargo de otro conjurado del peñismo, Raúl Cervantes Andrade, envió a la primera audiencia judicial a un trío de abogados que ni siquiera sabían bien a bien de qué estaban acusando al engallado Javidú (para justificado beneplácito de él y de su quinteto de carísimos defensores), a tal grado que el juez a cargo del caso amonestó a los presuntos representantes de la sociedad por su incapacidad e imprecisión.
La Secretaría de Hacienda, a cargo del precandidato presidencial priísta (pero independiente) José Antonio Meade Kuribreña, colaboró de manera entusiasta (aunque, para ser más precisos, de manera abstinente) a que el mencionado Javier N se sintiera realmente en casa, bien atendido y bien servido. A tan trascendente y delicada audiencia judicial, el precandidato Meade se permitió no enviar a ningún representante de la temible (en otros procesos) Unidad de Inteligencia Financiera, de tal manera que no se pudo dejar constancia técnica, ante el juez, de los detalles específicos de las acusaciones contra el amigo Javidú. El fiero e implacable titular de esa unidad (donde se concentran los secretos y claves de los movimientos financieros importantes), es un viejo conocido del mundillo del sospechosismo: Alberto Bazbaz Sacal, el abogado mexiquense que fue procurador de justicia siempre recordado por su rol estelar en el caso de la niña Paulette, encontrada muerta, de forma absolutamente inverosímil, en un resquicio de su colchón.
La temporada de rebajas benefició inmediatamente al precitado N (del que no se debe decir que se llama Javier Duarte de Ochoa), pues sólo pudo dejarse asentado, en esa primera diligencia judicial, un presunto desvío de recursos públicos por menos de nueve por ciento de lo que originalmente se había establecido. Es decir, sólo se pudieron acreditar acusaciones por 38.5 millones de pesos, de los 438 millones inicialmente considerados. Tampoco hubo precisión respecto de otros movimientos financieros e inmobiliarios (en su cuenta tuitera, @arturoangel20 publicó detalles de lo sucedido, y en https://goo.gl/ursF4r, reportes de los cuales esta columna ha tomado referencias).
Respecto del caso Duarte, aquí se ha hablado con insistencia y anticipación acerca del previsible uso de mecanismos de siembra de errores e impericia, por parte de acusadores gubernamentales, para propiciar la posterior liberación e incluso declaración de inocencia de presuntos delincuentes. Es un método recurrente en asuntos de alto nivel del crimen organizado: pifias de procedimiento, equivocaciones sustanciales, enredos de cifras, datos y nombres; constancias, peritajes y diligencias con fechas, nombres o cargos de autoridades citados de forma errónea, y las muy famosas violaciones al debido proceso.
Lo sucedido este lunes constituye, por desgracia, una primera confirmación de que el gobierno federal no tiene ninguna intención firme de que haya justicia en cuanto al ex gobernador de Veracruz. Sólo una voluntad de máximo mando pudo dar instrucciones para que la PGR y Hacienda se abstuvieran de presentar un frente ministerial y hacendario que fuera suficientemente experto, vigoroso y preparado para enfrentar al ex mandatario y su equipo de defensores, encabezado por quien a su vez ha sido abogado de la también muy enriquecida Elba Esther Gordillo.
Cierto es que en el curso del proceso judicial podría enderezarse o subsanarse una porción de los errores originales, pero sembrar estos desde el principio, de manera escandalosa y abierta, ayuda a los abogados defensores de Javier N y fortalece las fundadas especulaciones respecto de la protección de los amigos con poder para uno de los suyos. En el circo Javidú lo mismo se suspenden órdenes de aprehensión, como sucedió ayer en dos casos, que aparecerán nuevas acusaciones que ya no se tomarán en cuenta (pues sólo se le juzgará a JDdeO por los delitos específicos consignados en su pedido de extradición). Por lo pronto, se extiende la percepción de que el expediente contra Javier N está siendo acomodado para que el amigo dure el menor tiempo posible en prisión (unos cuantos años), tenga las mayores comodidades (pronto se declarará enfermo y le asignarán una habitación especial en el siguiente reclusorio), disfrute de una fortuna levemente afectada (algo tendrá que ceder) y su familia siga intocada, en especial la esposa, que sigue en viaje transcontinental. ¡Bienvenido, amigo Javidú!
A propósito, el caricaturista Alarcón sugirió, en Twitter, que ahora se mencione como Javier HDSPM a tal ex gobernador, dado que por restricciones de orden judicial se ha ordenado no usar el apellido Duarte de Ochoa mientras no haya una sentencia condenatoria. Este tecleador no entiende el significado de tan mayúsculas iniciales propuestas, así que se limita a reproducir la iniciativa.
Sigue la telenovela coahuilense: en el Instituto Nacional Electoral se considera que el priísta Riquelme rebasó los topes de gastos de campaña en 7.86 por ciento y el panista Anaya en 4.56 punto%. De confirmarse tales cifras, se anularían las elecciones, pero con una consecuencia dañina para el moreirismo, pues Riquelme no podría volver a competir, mientras Anaya lo podría hacer, al no rebasar el 5 por ciento de irregularidades. Faltaría, desde luego, la palabra final que daría el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Y, mientras un fantasma recorre México, el fantasma de los socavones, las carreteras mal construidas, las muertes que pudieron impedirse y los negocios impunes de autoridades y constructores, ¡hasta mañana, con el tal Sistema Nacional Anticorrupción ya con temprana constancia impráctica, revuelo en estructuras sistémicas de burocracia y élites, mientras sube la intensidad de la corrupción gubernamental conforme se acerca el fin de la fiesta pinolera, el Año de Hidalgo que esta vez ha sido de sexenio completo!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Un demoledor artículo de La Civiltà Cattolica, avalado por el Vaticano, arremetió contra el fundamentalismo evangélico en Estados Unidos que opera una interpretación distorsionada de las Sagradas Escrituras y el Viejo Testamento para promover la guerra, desde su postura sobre el cambio climático, los migrantes y los musulmanes (https://goo.gl/Pkd1id).
Los autores, Antonio Spadaro, editor en jefe de La Civiltà Cattolica, y Marcelo Figueroa, reverendo presbiteriano (sic) y editor en jefe de la edición argentina del L’Osservatore Romano (rotativo del Vaticano), son confidentes de Francisco, el papa jesuita argentino.
El artículo centra sus letales dardos en Steve Bannon, anterior editor del portal Breitbart, quien es curiosamente católico, pero de corte escatológico (en el sentido teológico), cuya demonización de los migrantes mexicanos y musulmanes opera bajo la “visión maniquea de un mundo dividido entre el bien y el mal, donde la beligerancia puede adquirir una justificación teológica (sic) y sus reverendos buscan un fundamento bíblico usando textos de las Escrituras fuera de contexto”.
Spadaro y Figueroa se refieren al teólogo evangélico Rousas John Rushdoony, considerado el padre del fundamentalismo cristiano estadunidense de hoy, quien señala a Bannon como el exponente de su filosofía: “una necesidad teocrática supersic!): someter el Estado a la Biblia con una lógica que no es diferente a la que inspira al fundamentalismo islámico (¡supersic!)”.
La teopolítica de Rushdoony/Bannon, genuino culto apocalíptico, colisiona con el papa Francisco y su postura de construir puentes en lugar de muros.
El reverendo Rushdoony (1916-2001) es el padre del reconstruccionismo (sic) cristiano o la teología dominionista que alimenta hoy las redes políticas del Council of National Policy y proclaman el Evangelio de la Prosperidad, cuyos seguidores, gratificados por Dios, son físicamente saludables, materialmente ricos y personalmente felices.
Otro reverendo, Norman Vincent Peale (1898-1993), ofició el primer matrimonio de Donald Trump e inspiró a Richard Nixon y Ronald Reagan con su best seller El poder del pensamiento positivo (https://goo.gl/fjguc7).

Los chilenos han tomado las calles y están en creciente efervescencia social por las miserables cantidades que, a la hora del retiro laboral, les garantizan las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), es decir, el jugoso negocio que, con dinero ajeno, el dictador Augusto Pinochet le armó al capital privado. Y tal convulsión avanza sostenidamente, porque en el mejor de los casos recibirían el equivalente a poco menos de 38 por ciento de su salario promedio, y descontando.
Pero si en aquella nación sudamericana las llamadas AFP han sido un rotundo fracaso para efectos sociales (en cambio, el negocio para los amigos del régimen es suculento), para los mexicanos ha resultado mucho peor, pues, también en el mejor de los casos, los candidatos a una pensión (cuatro de cada 10) obtendrían una cantidad aún menor que los chilenos, pues ésta representaría 26 por ciento de su ingreso promedio, o lo que es lo mismo, el equivalente a un salario mínimo.
El compromiso original fue crear un sistema justo y moderno, pero de acuerdo con la OCDE, México está en el sótano de los beneficios pensionarios (va directo al colapso, advierte dicha organización) y, si bien el negocio privado de las Afore (prácticamente una copia de las AFP chilenas) ha sido rotundamente exitoso, para los supuestos favorecidos –los dueños de los dineros acumulados– resulta una condena a muerte por hambre.
Al cierre del primer semestre de 2017 (cifras oficiales) en México están registradas alrededor de 58 millones de cuentas, que amparan cerca de 2.9 billones de pesos; es decir, alrededor de 51 mil 400 pesos por cabeza, en promedio. Para efectos prácticos, tal cantidad alcanzaría para no más de un año y nueve meses de pensión (considerando que la edad de retiro es 65 años), a razón de un salario mínimo mensual a precios actuales. Después de eso –si el pensionado sobrevive–, se acabó el beneficio garantizado por la Afore.
He allí una muestra de lo justo y moderno que ha resultado el sistema pensionario privatizado. Sobre el particular, el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados divulgó su análisis temático (bajo la firma de Gerardo Fernández Espejel), del que se toman los siguientes pasajes.
México ocupa los sitios más rezagados entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en el sistema de pensiones. Junto con Corea del Sur ninguna nación como la nuestra registra el hecho de que la subsistencia de los adultos mayores depende, preferentemente, de la ocupación. La incidencia mayor en esta variable en la OCDE –que explica por qué se le sigue llamando el club de los ricos– es en las transferencias. México tiene la mayor incidencia en pobreza por ingreso en promedio por grupos de edad avanzada.
Nuestro país ha intentado elevar las aportaciones de manera voluntaria con campañas publicitarias y por medio de apoyos fiscales; no obstante, aún no se percibe un cambio en la expectativa en las condiciones sociales que tendrán a futuro las personas en edad avanzada. Pudiera ser que las políticas públicas no han tenido el impacto suficiente; tal vez el bajo porcentaje de población dentro del sistema de seguridad social para el retiro lo siguen ubicando con los números más pobres dentro de la OCDE.
De acuerdo con la información de la citada organización, se aprecia el débil comportamiento del sistema de pensiones mexicano; sus tasas de reposición y de remplazo en todos sus rubros son prácticamente las más bajas, mientras la riqueza de las pensiones también se encuentra en la última posición.
La campaña oficial (10 pesitos al día, que promueve la Consar) es una alerta en relación con la baja o nula capacidad de la mayoría de los trabajadores para construir un patrimonio financiero por medio de sus cuentas de ahorro para el retiro que les permita una vejez digna, al mismo tiempo que la carga presupuestal para el gobierno federal continúa en aumento para hacer frente a las pensiones del viejo régimen, así como para garantizar una pensión mínima entre la población dentro del SAR y aquellas en el régimen anterior.

Me ha costado mucho trabajo ser el tallerista que soy. No siempre bueno, no siempre atinado, pero constante, arriesgado, tesonero; si se quiere, entre comillas, sacrificado. Y en ocasiones –lo siento– acertadísimo. No se crea que me gusta decir esto, mas si no lo dijera sentiría que estoy traicionando al propio taller, a algunas o a todas las personas con las que he trabajado. Citaré otras opiniones.
Carmen Villoro, defeña-tapatía: Tallerista de cuerpo entero, Ricardo Yáñez ha hecho, durante muchos años, poesía viva. Escritores, bailarines, cantantes, músicos, dramaturgos y poetas hemos asistido a sus talleres para aprender a escribir y hemos descubierto una claridad que trasciende a la palabra. Es una lástima que hasta la fecha no se tenga un registro de esta poesía efímera que constituye una buena parte de la obra de Ricardo Yáñez.
Armando Alanís, coahuilense: Recuerdo la primera sesión en la Casa de la Cultura: el primer ejercicio se encaminaba a soltar amarras, romper diques y disponernos a crear sin miedos ni barreras (que nada más estaban en nuestra cabeza). Formamos parejas. A mí me tocó el propio Ricardo. Se trataba de situarnos uno delante del otro y mirarnos a los ojos en silencio durante unos minutos, dejando en libertad la imaginación. Yo veía a Ricardo, sus ojos acuosos, y como sabía que era de Guadalajara se me ocurrió pensar que mi amigo y coordinador del taller era miembro de un mariachi, y que sobre su panza sostenía la panza de madera de un enorme guitarrón. Pude ver su traje negro con botonadura de plata, y hasta el sombrerote de pana, ladeado sobre su cabeza. Me eché a reír. Ricardo también se carcajeaba: al mirarme a los ojos, quién sabe qué estaba imaginando. Me convirtió, seguro, en la cucaracha de Kafka, o en Rocinante, que no en don Quijote.

El duelo interminable. Argentina, un poblado a orillas del río Paraná, época actual. Cuando la familia de la mujer de Wenceslao decide reunirse para celebrar el Año Nuevo y con él la tradición local del inicio de la temporada en que comienza a despuntar el limonero real, ella se niega obstinadamente a participar en los festejos. Su negativa obedece al luto tenaz que observa por la muerte de su hijo único, seis años atrás. Nada ni nadie puede apartar a la mujer de su empeño por vivir ensimismada en la remembranza del ser querido, y su actitud empecinada provoca en su esposo un vago malestar que se extiende como una epidemia hacia el resto de los familiares y amigos cercanos, contaminando los festejos y enrareciendo las atmósferas apacibles en que habría de transcurrir el ritual de cada año. Esa sensación de inquietud indefinible es la sustancia temática (sugerida, nunca del todo explícita) del largometraje más reciente del argentino Gustavo Fontán.


SNA: el parto de los montes
Hoy empieza oficialmente a funcionar el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), no porque todo esté listo para ello, sino porque terminó el plazo legal definido hace un año, en un contexto de exasperación social por la opacidad, la discrecionalidad y la falta de rendición de cuentas en el manejo de los recursos públicos. En ese lapso, las instituciones políticas del país respondieron con el establecimiento de ese sistema, para lo cual fue necesario modificar siete leyes federales y crear nuevas dependencias, como la Fiscalía Anticorrupción, un consejo consultivo y un secretariado técnico, a las cuales se agregaron los ya existentes Comité de Participación Ciudadana, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), la Secretaría de la Función Pública (SFP), el Tribunal de Justicia Administrativa, el Consejo de la Judicatura Federal y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).

Exigen libertad de preso en la CDMX
Por este conducto nos solidarizamos con nuestro compañero Luis Fernando Bárcenas Castillo, sentenciado a cinco años y nueve meses de prisión e interno en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, víctima del esquema de represión sistemático y generalizado que ha impuesto el gobierno capitalino, ya que es un preso político acusado de manera infundada y por delitos cuya inconstitucionalidad se ha declarado.

Desde la distancia los damnificados de siempre veían la gran ceremonia de inauguración. Esto aconteció hace poco menos de cuatro meses, faltando algunos días para el inicio de la Semana Santa, tiempo de vacaciones cuando miles de automóviles y autobuses transitarían por la vía cuya puesta en marcha concitaba la presencia de Enrique Peña Nieto y altos funcionarios que muy sonrientes atestiguaban el acto.

El trágico socavón, donde se enfanga el ya muy menguado crédito gubernamental, atempera el desatado calentamiento electoral rumbo a 2018. El tiradero de escombros en que se convirtió al multicitado Paso Exprés para Acapulco tendrá todavía cursos insospechados. La cauda de negativas consecuencias que acarreó tan funesto suceso carretero impuso una tregua difusiva al alboroto partidista y difusivo. Cuando se vuelva al opacado alegato de alianzas y candidaturas, muchas de las valoraciones, antes planteadas como posibles o inconvenientes, sufrirán retoques notables. Las luchas internas personales en el PAN requieren, con urgencia, prontas salidas si se quiere evitar el naufragio en proceso que lo acorrala. El ya menguado poder decisorio de la mera cúspide priísta no podrá soportar, inmune, el adicional e inclemente golpeteo en curso. Mientras más tarde se proceda a fijar y limpiar responsabilidades de dicho socavón, mayores serán los raspones que recibirá la cúpula. Las complicidades, corruptelas y muchas torpezas que se van destapando, rebasarán, ampliamente, los evidentes errores en la construcción de ese eje carretero. La tragicomedia que aqueja a la burocracia perredista es digna de calificarla como enfermiza. Ya no pueden, las distintas corrientes (tribus), seguir el sainete en que las meten, con sus berrinches, obsesiones y trueques, sus enquistados dirigentes.

La injerencia de la ultraderecha israelí en Argentina empezó con el atentado dinamitero contra la embajada de Tel Aviv en Buenos Aires (17 de marzo de 1992, 22 muertos, 242 heridos), y abrió su filial el día en que otro bombazo redujo a escombros el edificio de la Asociación Mutual Israelita (AMIA), en el centro de la capital porteña (18 de julio de 1994, 85 muertos, 242 heridos).

Hubo algunas noticias buenas. Al sentarme a escribir, se me ocurrió que valía la pena invocarlas: buscar el calor de algunos rayitos de sol, en medio de tanta oscuridad.
Muchos analistas económicos se preguntan cuándo vendrá la próxima recesión en la economía mundial. Otros exclaman sorprendidos: ¿Cómo es posible? ¿Todavía se habla de una recuperación anémica y ya están pronosticando la próxima recesión?

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