Pedro Echeverría V.
1. Quizá Cuauhtémoc Cárdenas, de entrada, diga que es una vacilada ser candidato, por sus 88 años de edad; sin embargo, en el mundo aún hay gentes brillantes a los casi 100 años; lo importante es la voluntad de servir a la mayoría, así como querer usar los gigantescos conocimientos y experiencias que aún están en el cerebro. ¿Para qué carajos se necesitan políticos que se mueven mucho, que dan vueltas y vueltas, pero sin ideas no hacen nada? En estos casos las mentes brillantes no necesitan dar un paso, les bastan dos o tres pensadores para contrastar ideas y dos o tres ayudantes para que los medios de información difundan lo necesario. La mayoría de las cosas ya las conocemos, las hemos visto hasta el cansancio, no necesitamos girar más.
2. Cárdenas podría ser candidato natural del partido de López Obrador; no tendría que pedir permiso a nadie. Pienso que la mayoría de los empresarios y políticos estarían de acuerdo, no sólo por ser el heredero del general Cárdenas, sino porque su experiencia política viene de principios de los años sesenta en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN) donde lo conocí; además que ha ocupado infinidad de cargos como gobernador en la CDMX y Michoacán, además de dirigente político y legislador. Con Cárdenas desaparecería las molestas “corcholatas” de Morena, y se aseguraría continuar y componer “lo bueno y lo malo” del gobierno de AMLO. He sido en mi vida enemigo del sistema electoral, pero no he dejado de pensar.
3. La propuesta de Cárdenas la doy como un hecho sin conocer argumentos en contra; pero también la llamada “oposición” podría hacerlo candidato (muy difícil de que acepte) para derrotar al lópezobradorismo. Cárdenas declaró ayer: “Creo firmemente que el debate fortalece nuestra vida democrática, que para resolver los principales problemas del país: la inseguridad y la violencia, el rezago económico, la desigualdad social, la desmedida concentración de la riqueza, los riesgos del cambio climático, etc. hace falta una amplia discusión de ideas y que mientras más opciones existan, mientras más coincidencias se den entre las alternativas que presenten los diferentes sectores de nuestro país -incluido el Gobierno-, mejores serán los caminos que se decidan para atender las distintas problemáticas”.
4. Cárdenas ha repetido en declaraciones que en México se necesita con urgencia la implantación de una reforma fiscal que grave a los que más tienen y más ganen. López Obrador, extrañamente quizá por miedo, no ha querido confrontarse con los multimillonarios empresarios esperanzado en tener inversiones. No olvido a mi amigo Noroña que cuando se le preguntó acerca del empresario ladrón y asesino Salinas Pliego –imitando Noroña a López Obrador- tartamudeó respondiendo que “estaba cerca del gobierno y podría ayudar”; la realidad es que pensé que diría que debería estar en la cárcel junto a muchos súper poderosos denunciados de igual comportamiento. Por ello, cuando Cárdenas ha criticado la falta de una reforma fiscal, no queda más que apoyarlo.
5. Cárdenas podría ser el presidente de mayor edad, pero podría hacer muchas cosas buenas que beneficien a los pobres. No he tenido el interés en saber cómo se gobierna técnicamente, pero sí sé que quienes poseen ideas revolucionarias que busquen ir a la raíz de los problemas, pueden hacer cosas maravillosas. Cárdenas nunca fue en su vida marxista, izquierdista, pero tiene la herencia de su padre, un gobernante del sistema capitalista que dio algunas muestras de querer romper con un sistema de dominación de 1934 a 1940. Aunque personalmente he repudiado a todos los gobiernos, creo en las posibilidades de algunos cambios que beneficien a la inmensa mayoría de la población. (1/11/23)
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