5/06/2008

Donaciones influyeron en nombramiento de Alberdi en Unifem




Denuncian organizaciones de mujeres

De la redacción

México DF, 5 mayo 08 (CIMAC).- Ante el nombramiento de Inés Alberdi, el pasado 7 de abril, como directora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), varias organizaciones de mujeres han reclamado que ese nombramiento, en lugar de ser producto de la reflexión en un proceso riguroso y competitivo, fue influenciado por temas políticos y de financiamiento.

Así lo señala un texto de Rochelle Jones, publicado en el boletín de Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID), organización de afiliación internacional que vincula, informa y moviliza a personas y organizaciones que están comprometidas con el logro de la igualdad de género, el desarrollo sostenible y los derechos humanos de las mujeres.

El señalamiento de las organizaciones expresan, dice el texto, un sentimiento común sobre que este cargo ha sido esencialmente “comprado” por el Gobierno de España, y que Naciones Unidas cedió a las presiones políticas, sacrificando su integridad y transparencia por razones de financiamiento.

Organizaciones de derechos de las mujeres de Estados Unidos y Europa, así como del sur global han señalado que en el año 2006-2007, España fue el donante más importante de Unifem, contribuyendo con 114 millones de dólares.

Sin embargo, mientras el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se ha mantenido en silencio sobre el tema, la vocera de la ONU, Michele Montás, en conferencia de prensa “negó que hubiera una relación directa entre el nombramiento de Alberdi y las contribuciones de España a Unifem”, continúa el texto. Y “de acuerdo con una agencia de noticias, la propia Alberdi habría dicho a la prensa española que no podría negar que tal vez hubiera una conexión”.

Alberdi, señaló un comunicado de Unifem, ha trabajado durante 25 años en temas de género y políticas. Llegó a Unifem por su posición previa como profesora de Sociología de género de la Universidad de Madrid, donde ha enseñado Sociología política y Sociología de género desde 1993. Anteriormente fue directora de investigación en el Centro de Investigación Sociológica y ha publicado ampliamente sobre temas de familia y de la mujer.

Unifem tiene como mandato reducir la pobreza que afecta a las mujeres, frenar la violencia contra ellas, revertir la difusión del VIH/SIDA entre las mujeres y promoverlas en el espacio político en tiempos de paz y de guerra. Su Directora Ejecutiva es responsable de administrar un presupuesto de 100 millones de dólares, con 15 oficinas regionales y fondos para proyectos en Asia, África, América Latina y Europa.

EL PROCESO

La integridad del proceso de la ONU en el nombramiento de Alberdi, señala el texto de Jones, ha sido tema de una intensa preocupación. El cargo había estado vacante desde agosto del año pasado, cuando Noeleen Heyzer, de Singapur, dejó su cargo para ingresar a la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia y el Pacífico.

La lentitud del proceso para seleccionar otra candidata provocó algunas preguntas entre las activistas de derechos de las mujeres, recuerda Jones. Después de varias listas de candidatas calificadas, en particular de la doctora Gita Sen, cuyo nombramiento fue firmemente apoyado por una amplia gama de organizaciones de derechos de las mujeres de distintas regiones, Alberdi fue elegida por Kemal Dervis, administrador del Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en consulta con el secretario general, Ban Ki-moon y el Comité Consultivo de Unifem.

El incidente, señala Jones, provoca preocupaciones mayores para los movimientos de derechos de las mujeres y su compromiso con la ONU. El proceso daña la confianza de la sociedad civil en la seriedad de la ONU respecto a los temas de las mujeres. La inequidad de género y la feminización de la pobreza están relacionadas íntimamente a las políticas y decisiones, vetos y condicionalidades formuladas por Estados Unidos, otros países ricos y organizaciones internacionales dentro de las paredes de Naciones Unidas.

“La fe de la sociedad civil en estas instituciones continúa erosionándose. Como Alternativas de Desarrollo con Mujeres para una Nueva Era (DAWN) declaró: esta decisión puede ocasionar graves daños en un momento en el que se debate mucho sobre el fortalecimiento de la arquitectura de género de la ONU y sobre la seguridad que ofrece a la mujeres”, enfatiza Jones.

EL FUTURO

La tarea que tiene Alberdi por delante es enorme, considera Jones, complicada en este momento por el camino que ha tomado Naciones Unidas para su nombramiento. Como Roberto Bassio, del Instituto del Tercer Mundo, ha señalado, ‘no es muy bueno lo que este mensaje dice sobre la gobernanza de las Naciones Unidas’.

Recuerda también la autora que hace algunas semanas un grupo de Organizaciones no Gubernamentales escribió una carta a Ban Ki-moon reclamándole que anunciara los procedimientos que serían usados para los nombramientos, pues “el Secretariado debe evitar compromisos en acuerdos recíprocos con algunos Estados miembros”.

En el caso de Unifem, considera Jones, esto no tuvo resultado. Y esto complica el trabajo de Inés Alberdi, quien debe ahora elevar al Fondo de la categoría jerárquica y presupuestaria que las mujeres alrededor del mundo necesitan y merecen.

Y, concluye el texto, si la ONU va a impulsar el fortalecimiento de la arquitectura de género, es fundamental que el movimiento de mujeres permanezca comprometido con este proceso. Es evidente, dice, que el trabajo de Alberdi es importante y difícil y los desafíos que quedan por delante para la igualdad de género y los derechos de la mujer exigen activistas, organizaciones, participación de redes y que sus voces sean escuchadas.

08/GG

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