Pedro Echeverría V.
1. En política –como parte del quehacer social- se pueden adelantar juicios: “el PRI recuperará la Presidencia”, “Peña Nieto será presidente porque es el candidato de Televisa”, “el PAN ha llevado al país a nueve años de desplome económico y no tiene salida”, “López Obrador (AMLO) no es bien visto por el PRD como su candidato de 2012”. Pero esas tendencias que observamos no tienen que cumplirse como si fuera un dogma o una operación matemática. En política las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana y no por eso hay que dejar de trabajar al ritmo que se ha venido haciendo. Quizá por eso AMLO sigue exhortando a la población a “no desanimarse” y continúa desgastando todas sus energías y su salud en agotadores e interminables giras por todos los rincones poblados de la República mexicana.
2. ¿Ha habido en algún momento dudas en cuanto a la sólida alianza PRI/PAN? ¿Puede alguien negar que los políticos de esos dos partidos no solo han estado muy unidos en los bancos, en los negocios, por los colegios particulares donde egresaron y tienen inscritos a sus hijos, sino que incluso por lazos familiares? ¿Puede ignorarse acaso que al iniciarse el gobierno de Carlos Salinas en 1988 se firmó un pacto político entre PRI y PAN que pudo adelantar por seis años la famosa “alternancia” política? Como ya se ha estado propagando en los medios informativos parece que el regreso del PRI a la presidencia será “para siempre”. Y, aunque la población siga permaneciendo al margen de los partidos hasta ahora, no faltarán los presupuestos multimillonarios para hacer que los electores acudan a la urnas a legitimar al “nuevo PRI”.
3. López Obrador, el ex candidato presidencial despojado del triunfo electoral en 2006, advirtió que si el pueblo sigue entregando el voto a cambio de una despensa, de materiales de construcción o dinero en efectivo, nada va a cambiar en el país. Con mucho respeto, les digo que ya no se dejen engañar; ya le tomaron la medida a la gente pobre. Los del PRI y los del PAN saben que en el pueblo hay mucha necesidad y cada vez que hay elecciones trafican con la pobreza de la gente. Les dan cualquier cosa, les prometen todo y ya que tienen los votos ni los vuelven a ver. Ya no hay que dejarse engañar. ¿Cuándo van a volver a ver a esos candidatos? Cuando quieran ser otra cosa, cuando quieran ocupar otros cargos, dijo el tabasqueño. Les va a salir carísimo haber entregado el voto a cambio hasta de unas canastitas de plástico de 10 pesos, añadió.
4. Por primera vez escucho en AMLO –cuando dice: “si el pueblo sigue entregando… nada va a cambiar… ya le tomaron la medida a la gente”, un tono de desánimo. En él, que ha sido el campeón del optimismo, por lo menos desde el año 2000, cuando se hizo cargo del gobierno de la Ciudad de México y después de recorrer en tres ocasiones todo el país realizando mítines, es muy extraño. Cualquier otro político que haya sido tan golpeado, ignorado y calumniado por la radio y la televisión, que al mismo tiempo se haya entregado a terribles giras en camionetas por toda la República, ya hubiera caído de cansancio, se hubiese retirado a su casa, adoptaría otra estrategia política o de plano estaría encabezando un poderoso movimiento guerrillero al recomprobar que la alianza PRI/PAN es indisoluble y el papel de la centroizquierda es el de ir por los refrescos.
5. La realidad es que yo, personalmente, no aguantaría realizar cinco mítines al día y recorrer en camioneta 150 kilómetros diarios a toda prisa para llegar a los actos; mucho menos si son cuatro o cinco días a la semana teniendo la obligación de pronunciar 25 o 30 discursos. A mi me parece una locura, mucho más si es como López Obrador que lleva cinco años enteros –como si fuera una manda religiosa- haciéndolo. Y lo peor es que los medios de información silencian –como si no existieran- sus giras y sus actos, además que en cualquier oportunidad esos medios tratan de burlarse de él mediante calumnias. Ahora, más que nunca, se puede observar con claridad que las intensas giras de López Obrador no cuentan con los apoyos del PRD u otros partidos; son producto de un trabajo personal y de sus seguidores inscritos en listas lópezobradoristas.
6. Hace seis años, también a la mitad del sexenio de Fox, el PRI se impuso en las elecciones y sometió al gobierno en los asuntos fundamentales. Fue tan dura la derrota que sufrió el PAN gobierno que Fox contemplo por unos días su renuncia. El PRI no lo dejó y se comprometió a respaldarlo; es probable que Calderón haya pasado por la misma experiencia en estos días en que el PRI se impuso totalmente en las cámaras. El PRI perdió la presidencia en 2006 porque sufrió una terrible división a partir de la selección de su candidato presidencial. La batalla presidencial de entonces debió de ser entre el PRI y el PRD lópezobradorista, pero los priístas distinguidos –ante la división de su partido- prefirieron unirse al PAN para evitar por todos los medios que la centroizquierda, encabezada por AMLO, llegara a la Presidencia.
7. Hoy se ha publicado que Manuel Camacho –el exsalinista que desde hace cinco años ha estado como asesor de López Obrador- usando su enorme capacidad para conformar acuerdos, anuncia que “avanza la unificación de la izquierda” a partir de los tres partidos que conforman el Frente Amplio Progresista y de varias organizaciones sindicales, campesinas y estudiantiles, de escritores y de migrantes. Sin duda es un importante paso que desde hace mucho tiempo se ha venido madurando en diferentes organizaciones. No será una organización de izquierda sino de centroizquierda o socialdemócrata, pero había que esperar lo que resulta. Si continúa por el camino electorero será más de lo mismo, pero si se convierte en un instrumento de movilización de masas, de lucha por los intereses de los trabajadores, no dejaremos de apoyarlo.
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