4/16/2010

México: Han de perdonar pero no lo puedo escribir
Afuera de la línea amarilla tendida por la policía centenares de mirones enmarcaban la macabra obra de sangre sobe la Avenida Costera, dentro de lo delimitado.
Enrique Castillo Gonzále

Estuve ahí, pero no lo puedo escribir, el llegar el área estaba en silencio, el sol corría ya un poco adelante del cenit y el pavimento caliente hacía de cama a los que ya dormían; la Costera Miguel Alemán se convertía, ese miércoles 14 de abril, en la calle de la muerte.

Crucé la línea amarilla, esa famosa cinta que ponen en las series policíacas los policías para que solo la traspasen los detectives; el Infante de Marina me dio paso de manera súbita pues leyó que mi presencia además de ser necesaria no generaba peligro al perímetro que ellos vigilaban, ¿Qué vi? En el cruce que sale de la calle que está entre los Hoteles Playa Suites y el Hotel Emporio y la Avenida Costera Miguel Alemán permanecían detenidos mas de 7 autos, uno de ellos montado en el camellón y clavado en el parabrisas de un taxi colectivo de esos que corren sobre la Avenida, frente a ese una patrulla de la PFP y detrás del taxi una camioneta X-Trail que antes de detenerse cruzaba de un sentido al otro de la Costera y quedó sobre las rayas del cruce peatonal. Separada, como haciendo sentir que ella no era de ese grupo de coches que hacían montón, una camioneta del año tipo “Durango” sin placas color verde arenado, esperaba ser montada en una grúa “ahí iban ellos” dijo un agente …¿ellos?

Del vehículo montado sobre el camellón alcancé a ver que un muerto me observaba, un hombre moreno mal sentado detrás del asiento del copiloto dejaba ver que tal vez quiso acultarse de lo que estaba sucediendo afuera, no lo logró pues más de 50 ojivas lo encontraron. A 4 mts, sobre el pavimento y junto a su patrulla tendido cuan largo es, el cuerpo uniformado de un Policía Federal Preventivo, las botas puestas, el chaleco táctico antibalas en su lugar y el casco negro tirado “con los machos hacia arriba”, a los otros muertos ya se los había llevado la Cruz Roja, que bueno.

El fuerte olor a combustible, pues una bala atravesó un tanque de gasolina y, las voces conchudas de los peritos de la Procuraduría fueron la constante durante la operación de toma de evidencias y levantamientos cadavéricos; algo que tampoco puedo escribir es que, al ver a Infantes de Marina, Policías Federales y Policías Ministeriales yendo de un lado al otro de los 400m2 de escena del crimen, llevando sobre sus rostros pasamontañas negros, vino a mi mente la idea de un encordado de lucha libre donde los luchadores caminaban retando al rival, porque sí, probablemente el rival estaba fuera del encordado observándolos..Pero no lo voy a escribir.

Afuera de la línea amarilla tendida por la policía centenares de mirones enmarcaban la macabra obra de sangre sobe la Avenida Costera, dentro de lo delimitado, uno podía medir el nivel de compromiso de los funcionarios policiales “a mayor compromiso mayor preocupación” por lo mismo, a los Agentes de menor rango poco les faltó para sumarse al circulo de curiosos.

Ultimo Patrullaje.- ya les vemos el blanco de los ojos, atrás, sentimos en la nuca la respiración del traicionero ¿que más tenemos que esperar?

Balazo al aire.- hoy, jueves, el ir y venir de rumores es la constante

No hay comentarios.:

Publicar un comentario