8/11/2010

Protestas contra los fastos de la independencia en México

Los otros bicentenarios

El pasado 11 de agosto el colectivo de Ciudadanos Anónimos de México llevó a cabo una acción de protesta contra la celebración oficial del bicentenario de la independencia en su país.

- Otro bicentenario contra los fastos de la independencia


Colectivo Ciudadanos anónimos / Ciudad de México
Miércoles 25 de agosto de 2010. Número 131

Con motivo del bicentenario de la independencia de México, se están celebrando diversas efemérides entre las que destaca un encuentro futbolístico entre la selección de este país y La Roja; es probable que los jugadores no sepan que, curiosamente, el conquistador Don Hernán se exhibe, en la plaza de su tierra natal, con una bola entre los pies. Aparte del partido de fútbol, se realizan muchas otras acciones que incentivan la amistad entre ambos pueblos y, entre ellas, se halla la que nosotros proponemos.

Pretendemos ofrecer una revisión de la escultura expuesta en la plaza de Medellín, tierra natal del retratado Hernán Cortés, conquistador de México. En tal imagen pueden observarse símbolos que representan a las instituciones implicadas –política, religiosa y militar– junto a la cabeza despojada de un indio que está bajo el pie del pobre Hernán. Y decimos pobre porque preferimos pensar que fue asesino más por pobre que por ávaro. Esta parte de la obra, esta cabeza, posee un tratamiento plástico diferente, más tosco, menos realista y con carácter semihumano, en comparación con el de la figura dominante. ¿Cómo es posible que no sintamos vergüenza? ¿Qué piensan las instituciones representadas?

La ética, valor estético fundamental, nos hace cuestionar el contenido de la obra y su local de exhibición (la calle), y es esto lo que nos lleva a intervenir sobre la imagen, sin deformar la estructura, pues no discutimos su valor histórico. Nuestra intervención no va más allá del propósito artístico y, si se quiere, reflexivo, sin afán alguno de destrucción o daño. Así, pretendemos imaginar esta figura aún más ensalzada y viva.

Utilizamos pintura para ello: pensamos que añadiéndole el color de La Roja, y aprovechando la bola entre los pies, enriquecemos esta triste caricatura, lanzada así al estrellato, o estrellada, en estas fértiles tierras para el cultivo del tomate. A pesar del aparente exceso de nuestra efímera obra, consideramos que la pieza anterior, que resurgirá cuando la pintura desaparezca, es una ofensa al pueblo amigo de México, que reconocería un gesto de autocrítica sencillo y sincero al retirar definitivamente esta escultura. Debemos reparar con máxima urgencia nuestro insulto, esta glorificación cruel y arrogante del genocidio. Por favor, sustituyan esta representación fascista de Hernán Cortés por otra, como, por ejemplo, un monumento a todos los caídos en estas invasiones, en la que también se trate con dignidad al pueblo vencido en aquella agresión.

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