6/07/2012

Los periodistas pal café....




Siete de cada ocho de los nuevos votantes acreditados por el Instituto Federal Electoral (IFE) de 2006 a este año provendrán de zonas no urbanas, pese a que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó en el censo nacional de población de 2010 que cada vez eran menos los mexicanos que vivían en áreas rurales. Visto de otra manera, en estos seis años aumentó el número de mesas receptoras de votos en una proporción peculiar, pues por cada diez nuevas mesas por instalar en zonas no urbanas habrá 1.5 en área urbana.
Las contradictorias clasificaciones entre los dos institutos citados permitirán que para los próximos comicios se presente a las urnas casi el mismo número total de votantes no urbanos (26 millones, con nuevos y antiguos integrantes del padrón electoral, según el IFE), que el total de los habitantes de la zona rural (25 millones de todas las edades, incluyendo niños, adolescentes, jóvenes y adultos, según el Inegi).
Los datos provienen del estudio realizado por los científicos Luis Mochán y Víctor Manuel Romero, quienes en 2006 descubrieron fuertes anomalías en la elección presidencial, y por Fernando Magariños. Siempre fundadas en datos públicos del IFE y el Inegi, las estadísticas raras se expresan en cifras redondeadas:
“El IFE clasifica a las casillas como urbanas y no urbanas. En 2006 el número total era de 131 mil. De éstas, 70 por ciento eran urbanas y 30 por ciento no urbanas. En 2012, el número total de casillas es 143 mil. De éstas, 64 por ciento son urbanas y 36 por ciento no urbanas. Se tuvo un incremento de 12 mil casillas de 2006 a 2012. De éstas, mil 500 son urbanas y 10 mil 500 son no urbanas.
“En 2006 el padrón era de 71 millones de votantes. De éstos, 52 millones eran urbanos y 19 millones no urbanos. En 2012 el padrón es de 79 millones de votantes. De éstos, 53 millones son urbanos y 26 millones son no urbanos. Se tuvo un incremento de 8 millones de votantes de 2006 a 2012. De estos, un millón son urbanos, 7 millones son no urbanos.
En 2000 la población del país era de 97 millones de personas, 75 por ciento urbana y 25 por ciento rural. En 2010 la población del país era de 112 millones de habitantes, de los cuales 78 por ciento es urbana y 22 por ciento rural. La población urbana muestra un incremento con respecto a la rural. En 2010 la población urbana es de 87 millones de personas, mientras que la rural es de 25 millones.
El IFE debe explicar rigurosamente las razones que tuvo para hacer las clasificaciones y reseccionamientos que arrojan los datos duros consignados aunque, habiéndose publicado aquí mismo en días anteriores un esbozo del asunto (sin las precisiones que hoy se ofrecen), el consejero presidente, Leonardo Valdés Zurita, evitó pronunciarse, resistiendo incluso las insistentes exhortaciones que en Twitter se le hicieron.
Los extraños acomodos del aparato receptor del voto, al multiplicar el volumen del sufragio no urbano de manera brutal (este término fue comentado por uno de los autores del estudio) encuentran una llamativa coincidencia estadística con el vivero electoral en que suele encontrar provisiones salvadoras el partido de tres colores: el voto llamado verde y no en referencia a sus aliados de falsa ecología, sino a segmentos rurales que le resultan al PRI más manejables que los urbanos. Allí el tricolor ha encontrado fórmulas para dar la vuelta a votaciones que en lo urbano parecían aplastantemente perdidas. En una elección como la próxima, esos pertrechos de campo podrían resultar definitorios para explicar una eventual disparidad entre lo que los pobladores de las ciudades hayan vivido y lo que las cifras oficiales reporten.
Siguen llegando múltiples reportes de irregularidades en el proceso de designación de funcionarios de mesas receptoras de votos y de su obligada capacitación. Combinaciones de todo tipo que acaban mostrando un ánimo descuidado o, por el contrario, muy dirigido a desalentar la participación de ciudadanos y, de manera marcada, a cerrar el paso a quienes tienen preparación académica notable.
En ese sentido es muy ilustrativo lo que a esta columna comenta José G. Carmona García, quien fue consejero en el Instituto Electoral de Tamaulipas, a propósito del episodio narrado en anterior columna e intitulado La ciudadana Radetich: “Situaciones muy similares se están presentando en Ciudad Victoria. Para muestra: un conocido resultó insaculado, se le notificó al respecto y a la semana le llegó el nombramiento como presidente de casilla ¡sin ser capacitado! Nos enteramos de varios casos similares. Claro, la reacción de las personas, en la mayoría de los casos, ha de ser ‘yo no iré, pues no me siento preparado para esa responsabilidad’. ¡Exactamente eso es lo que se espera! Total, ya estarán tempranamente formados los ciudadanos que, por ley, podrán ser nombrados de la fila como funcionarios de casilla. No se dificulta mucho suponer de quiénes se trata. La ‘estrategia’ se implementó en 2006 y curiosamente estaban tempranamente formados los maestros que pasarían a ser tomados de la fila para ejercer como funcionario de casilla. Así las cosas, no creo que sean pifias o descuidos del IFE, creo que es una estrategia implementándose”.
Astillas
El arzobispado de Oaxaca se regodeó ayer al reproducir en su portal de Internet unas falsas declaraciones de la subprocuradora de justicia del estado, Iliana Hernández Gómez, en el sentido de que se daban 72 horas para que La Jornada entregara los documentos y videos que han sustentado las denuncias, bajo la firma de este tecleador astillado, del actuar pederasta del presbítero Gerardo Silvestre Hernández y de la comprobada protección que le sigue otorgando el arzobispo José Luis Chávez Botello. A partir de esa mentira, la cuenta de Twitter @LumenRadioOax se esmeró en denunciar el periodismo fanático, las fuentes dolosas en las que abrevan quienes causan dolor y división y la exigencia de que el autor de las notas de denuncia compareciera para dar datos a la autoridad. La subprocuradora desmintió lo que se le atribuía... ¡hasta mañana!

Hasta el último día de su sexenio Calderón seguirá inventando medidas en contra de la gente. A través de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) propone que se aumente la edad de jubilación de 65 a 67 años, según esto para mejorar la pensión de los trabajadores. Otra manera de conseguir el mismo fin sería bajar las comisiones de las afores, pero eso jamás pasaría por su mente. Mientras tanto, el gobierno socialista del presidente Hollande aprobó ayer la reforma de las pensiones, a contrapelo de la política de austeridad que está de moda en Europa. La ministra de Asuntos Sociales de Francia, Marisol Touraine, anunció que las personas que comenzaron a laborar a los 18 o 19 años tendrán derecho a jubilarse a los 60 años, y no deberán esperar a los 62, como estipula la ley aprobada en 2010 por el recientemente derrotado Nicolas Sarkozy.
The Economist: ¿quén pompó?
En esta campaña en que las encuestas pareciera que quieren decidir los resultados, se ha sumado la de una publicación que tiene fama de seria: el semanario británico The Economist. Hace este planteamiento a sus lectores: México estaría mejor bajo el gobierno del PRI. ¿Estás de acuerdo con esta moción? Puede verse al instante el resultado de la votación: ayer indicaba que 76% está de acuerdo y 24% en desacuerdo. Lo curioso es que para The Economist sólo hay dos candidatos: Peña Nieto y Josefina. Sus jefes de campaña, Luis Videgaray y Roberto Gil Zuarth, respectivamente, disponen de un espacio para defender sus posiciones. Hay otro para los lectores. Uno, de nombre Sadi Carnot, escribió lo siguiente: “Este debate ha sufrido seriamente de la exclusión del candidato del PRD y preocupa el silencio de parte de The Economist respecto de los resultados de la votación. Para resumir el debate: Gil Zuarth argumenta que el PRI no hizo nada en 70 años, sino enriquecer a una elite y entrampar a la democracia, mientras Videgaray argumenta que el PAN no ha hecho nada en 12 años tampoco. Sí. De acuerdo. Esta es la razón por la cual muchos mexicanos votarán por AMLO”. La revista debe a sus lectores una explicación mínima: ¿se trata de un anuncio pagado? Y, en su caso, ¿quién lo pagó?
Las ruinas
Lo que inquieta a algunos panistas no es si Josefina ganará las elecciones, ya las consideran perdidas, sino ¿qué va a quedar del partido?; ¿quién será el encargado del timón después del naufragio? El enfrentamiento atroz de Felipe Calderón y Vicente Fox (incluida Marta Sahagún, por supuesto) de algún modo redita el de Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo que llevó al PRI a caer al tercer lugar de la votación hace seis años. Sólo que el tricolor se mantuvo a flote gracias a sus 20 gobernadores, una fuerte presencia en el Congreso federal, decenas de ayuntamientos y congresos locales. El panismo se enfila a perder no sólo la Presidencia, sino tres gobiernos locales: Morelos, Jalisco y, el año siguiente, Baja California. ¿Quién recogerá la pedacería?
La telefónica de las televisoras
Ayer por la tarde se esperaba que la Comisión Federal de Competencia resolviera –en segundo análisis– la solicitud de Televisa y TvAzteca para asociarse y ofrecer servicios de telefonía celular, aunque no necesariamente se haría pública su decisión ayer mismo; primero tendría que notificarla a las partes interesadas. Antes, la comisión había cancelado –también en segundo análisis– una multa por mil millones de dólares al Grupo Slim –el competidor. No sería una sorpresa que en un fallo salomónico ahora favoreciera a las televisoras. Recientemente el diario británico Financial Times dijo que la comisión ladra pero no muerde

La fiesta debió ser de colección y sus efectos sobradamente sicodélicos, porque los llamados responsables de la política económica acumulan varias semanas autofelicitándose, con floridos piropos, por lo que ellos llaman hacer bien las cosas, lo que a su vez ha provocado la envidia de la comunidad de naciones, la cual ya no siente lo duro sino lo tupido. En cambio, de acuerdo con la versión de los referidos responsables, los mexicanos son felices y groseramente pudientes, pues gozan de las mieles de una economía maravillosa y perfectamente aceitada.
Nadie sabe a quién creen que convence con ese idílico discurso, pero del inquilino de Los Pinos para abajo la feliz famiglia financiera del sector público se la pasa hablando de un país inexistente, en el que, también inexistente, funciona la mayor y mejor economía del mundo, mientras en el resto del planeta la crisis golpea cada vez más fuerte. En tiempos del señor de la lengua larga y las ideas cortas se promocionaba Foxilandia, lo que provocó no pocas reacciones en contra al constatarse que esa versión estaba sobradamente alejada del México real. Pero el que lo sucedió en la residencia oficial dejó corto a su antecesor, pues se dedicó a promover Calderolandia, muy alejada de Foxilandia, lo que ya es decir.
Sobre la economía mexicana en las últimas semanas se han escuchado versiones verdaderamente fantásticas: es de otro planeta, dijo José Angel Gurría (ex secretario de Hacienda con Ernesto Zedillo y miembro de número de la famiglia financiera del sector público mexicano); tiene una posición envidiable, ha dicho el doctor catarrito, Agustín Carstens, gobernador del Banco de México; tiene fortalezas estructurales en varias dimensiones, aderezó José Antonio Meade Kuribreña, secretario calderonista de Hacienda (el tercero en el sexenio); la tasa de crecimiento (económico) es la más alta desde la década de los 70, remató Felipe Calderón. Y así por el estilo. Entonces, ¿qué dieron de beber en la fiesta?
Entre lo más reciente se encuentra lo que ayer reseñó La Jornada (Roberto González Amador): “la economía mexicana se encuentra en posición ‘envidiable’, aseguró este martes Agustín Carstens, mientras José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Hacienda, sostuvo que en un entorno de volatilidad ‘tenemos fortalezas estructurales en varias dimensiones’. La posición ‘envidiable’ de México en el actual contexto internacional es resultado de la responsabilidad y disciplina en la aplicación de la política fiscal –relacionada con el gasto de los recursos públicos–, así como de una política monetaria –enfocada al control de la inflación– ‘prudente y firme’, indicó Carstens, al participar en el quinto encuentro de educación financiera organizado por Banamex”.
Y más: “el estado en el que se encuentra la economía mexicana, detalló el gobernador Carstens, contrasta con el que prevalece en varias de las economías más desarrolladas del mundo, que enfrentan dificultades para reducir sus déficits fiscales, amenazas de quebrantos financieros y dilemas nada sencillos entre la indispensable responsabilidad fiscal y el anhelado crecimiento económico. Una vez expuesta su visión de la economía nacional, Carstens consideró necesario mantener las políticas fiscal y monetaria ‘responsables y sostenibles en el tiempo’. En el mismo foro, José Antonio Meade Kuribreña aseguró que en la economía mexicana existe un ‘dinamismo balanceado’ entre la demanda externa y la interna y consideró que ‘hay muchas razones para estar optimistas y para apostarle al futuro de la economía mexicana’. Entre ellas citó que en un entorno de volatilidad financiera internacional ‘tenemos fortalezas estructurales en varias dimensiones’. Una primera, dijo, es que la economía se maneja con un tipo de cambio flexible que exige una conducción económica responsable. ‘En ese contexto los fundamentales de la economía mexicana son muy sólidos, y por ello, como vimos en el pasado reciente, donde atravesamos también periodos de alta volatilidad, estamos seguros de que el tipo de cambio va a reaccionar conforme se restablezcan las condiciones de normalidad en los mercados financieros internacionales’.”
Fiestón, sin duda, pero como se ha señalado en este espacio, la economía sólida, creciente y extraterrestre no parece tal cuando se recuerda que por su mediocridad e incapacidad mantiene en la pobreza a la mitad de la población, y contando; que no genera empleo para sus habitantes y ha destrozado el poder adquisitivo de la población; que expulsa mano de obra o la condena a la informalidad; que no distribuye el ingreso ni la riqueza; que en el último sexenio a duras penas creció a una tasa promedio anual de 1.8 por ciento, y que cada día ofrece menos oportunidades para los más y se coloca entre los últimos lugares de crecimiento latinoamericano, cuando sería obligado que se ubicara entre los primeros.
Y sobre la citada declaración de inquilino de Los Pinos (“la tasa de crecimiento en México es la más alta desde los años 70), la estadística oficial (Inegi) aporta los siguientes elementos: la mayor tasa reportada en dicho decenio fue de 9.7 por ciento en 1979; la más elevada con el actual inquilino de Los Pinos ha sido de 5.5 por ciento en 2011; la menor para el primero de los periodos citados fue de 3.39 en 1977, mientras con el susodicho fue de -6.5 por ciento. Así, en los años 70 la tasa anual promedio de crecimiento fue de 6 por ciento; entre 2007 y 2011 de 1.48 por ciento, una diferencia de cuatro tantos. Si todo va bien, el calderonato cerrará su ciclo con una tasa anual promedio de 1.8 por ciento.
¿Qué ingirieron en la fiesta? Quién sabe, pero de que les pegó, les pegó, y el efecto más notorio es la inagotable capacidad que tienen para decir sandeces, un día sí, y el siguiente también. Y así lo han hecho en el sexenio, y la famiglia a lo largo de 30 años.
Las rebanadas del pastel
Con escalofriante exactitud, Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto han hecho mancuerna para reproducir la propaganda negra y la guerra sucia del proceso electoral de 2006. Ayer Felipe Calderón, hoy el par de arrinconados candidatos del prianismo que ya no saben cómo detener el ascenso de Andrés Manuel López Obrador. No es con propuestas o con programas tangibles como intentan combatir a su contrincante, sino con las mismas mentiras, manipulación y recursos verdaderamente deshonrosos. Así llegó el Felipillo a Los Pinos, y allí están los resultados. ¿El electorado está dispuesto a que se repita el fracaso prianista?



Cientos de integrantes del movimiento #YoSoy132 se manifestaron ayer afuera de la Comisión Federal de Competencia (CFC) en contra de la fusión entre Televisa y Iusacell –propiedades de Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego, respectivamente–, la cual fue discutida nuevamente por el pleno de ese organismo, y constituye una amenaza a la política de competencia del Estado mexicano.

La guerra sucia, atentado al voto libre
La guerra sucia no sólo busca manchar a algún candidato. Enloda a la democracia misma. Y de eso se trata. Quienes la promueven no son demócratas, no creen en el gobierno del pueblo, por el pueblo para el pueblo. Fox dijo: de los empresarios, por los empresarios, para los empresarios; en realidad debió haber dicho para unos cuantos empresarios, los más poderosos.

Hace 12 años, en el 2000, cuando llegó el PAN al poder, todos los mexicanos se preguntaron si para el futuro de México habían tomado la decisión correcta en esa elección, después de haber pasado por una etapa de ineficiencia y arrogancia de los últimos periodos del PRI en el gobierno.

La estabilidad fue uno de los valores centrales del régimen autoritario; era un objetivo más que un medio para garantizar metas de largo plazo, por ejemplo, un crecimiento económico sostenido. No cabe duda que un régimen político estable es una condición para la prosperidad social. Sin embargo, cuando la preservación del orden establecido se convierte en el propósito fundamental del gobernante, éste pierde la capacidad de responder a cambios en el contexto y, por consiguiente, no ajusta el régimen a las transformaciones del entorno. Convertida en objetivo, la estabilidad propicia la formación de estructuras inflexibles y disfuncionales. Es el caso de los grandes sindicatos que el PRI legó a la democracia mexicana, y que hoy son sus principales enemigos. La rigidez institucional que reflejan y que se disfraza de estabilidad, no sólo es frágil, también alimenta en la sociedad actitudes esencialmente conservadoras. Las ofertas de los candidatos presidenciales reflejan este conservadurismo en la ausencia de ideas novedosas o audaces, pese a que unos hablen de cambio y otras de diferencia.

En el escenario en el que Peña Nieto y López Obrador compitan al parejo por la Presidencia de la República, dejando al PAN en un claro tercer lugar, es dable pensar que los panistas adoptarían cualquiera de las siguientes opciones:1) votar por su candidata, independientemente de los errores que ha cometido y de los apoyos que ha recibido; 2) abstenerse; 3) votar por la continuidad del proyecto de país que apoyan los grupos hegemónicos de su partido y que comparten con el PRI tecnocratizado y neoliberal, y 4) votar contra el PRI. Las dos últimas opciones serían voto útil, unos por Peña Nieto y otros por López Obrador. Lo anterior no quiere decir que todos los panistas harían lo mismo, pero sí es posible pensar que unos u otros escogerían, repito, cualquiera de las opciones mencionadas.

El PAN, su candidata, ya no saben si reír o llorar. Cuando las temidas encuestas anuncian la caída de Josefina al tercer lugar y se abre la posibilidad de un cierre entre Peña y López Obrador, Vicente Fox anuncia que votará por el puntero, es decir, por el emblemático representante del partido que él ayudó a sacar de Los Pinos, cuando decía a los cuatro vientos que ellos, los panistas, partiremos en dos el curso de la historia nacional. Al análisis maniqueo de entonces sucedió una política errática, superficial, pero sobre todo oportunista. Fox se adaptó a lo que iba quedando del viejo presidencialismo, le dio continuidad a la política económica dominante con la estrecha perspectiva que le permite su exigua formación empresarial. Transó con los poderes fácticos; le concedió privilegios sin igual a los medios y se olvidó de la reforma democrática del Estado.

No darán motivo, a diferencia de las sicilianas, al libreto de una ópera, si bien contienen material suficiente para la farsa… o la tragedia. Era de esperarse, y muchos lo expresamos, que se configurase una coyuntura poco auspiciosa. El plazo de gestación de esta cumbre del G-20 no llegó a su término por los apremios políticos del hospedero. Después de Cannes (3 y 4 de noviembre de 2011) no hubo tiempo para poner en práctica ni las decisiones urgentes, relacionadas en buena medida con la crisis europea, ni las estrategias de reactivación económica y regulación financiera, que reclamaban mayores plazos de implementación. Antes de Los Cabos (18 y 19 de junio de 2012) se acumulan –sobre todo en los países avanzados, pero también en ciertas economías en desarrollo dinámicas– los nubarrones que ensombrecerán la apurada celebración del encuentro.

En muchos frentes hay incertidumbre. En Grecia, por ejemplo, este domingo, por segunda vez en un mes, se decidirá si los ciudadanos aprueban que se mantengan las duras condiciones establecidas por la troika infernal (Banco Central Europeo, Consejo de ministros de Europa y FMI) o se negocian con la prioridad de recuperar el crecimiento y la creación de empleos, no si se mantienen en el euro. En España, por su parte, el castigo de los mercados a la parsimonia del nuevo gobierno y a su pésimo manejo de la crisis de Bankia, parece llevarle al sendero vivido por Irlanda y Portugal: la necesidad de un rescate europeo.

La plaza Tahrir, de El Cairo, volvió a rebosar de pueblo el martes pasado. Igual que ocurrió a partir del 25 de enero de 2011 y durante 18 días hasta el derrocamiento de Hosni Mubarak, hombre de confianza de Washington y Tel Aviv, ríos humanos inundaron el histórico espacio. Ahora para exigir que se impida competir en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales al general Ahmed Shafik, ex primer ministro del régimen mubarakista, aplicándole la vigente ley de exclusión política; y para rechazar recientes fallos judiciales que involucran a Mubarak y allegados a su régimen. Uno de los asombrosos veredictos condenó a cadena perpetua a Mubarak y su ministro del Interior, para quienes la fiscalía pedía la horca por los cientos de muertos ocasionados en las movilizaciones que lo derrocaron, pero absolvió a seis altos jefes de policía directamente implicados en los hechos. Otra agraviante sentencia absolvió de cargos de corrupción al ex dictador, sus dos hijos y un multimillonario socio de negocios.

Fundado hace cincuenta años por el hombre de los claroscuros, Héctor Azar, en una pequeña sede de la calle de Sullivan, el Centro Universitario de Teatro (CUT) dependiente de la Universidad Nacional Autónoma, ha recorrido un largo camino hasta 1980 en que ya contó con una sede definitiva en el perímetro del Centro Cultural Universitario. Con los indudables altibajos en su haber, y con la característica hasta ahora de ser un diplomado, se puede decir que del CUT han egresado algunos de los actores y actrices más importantes de nuestros escenarios y ha sido dirigido por reconocidos creadores escénicos hasta el actual titular, Mario Espinosa, que decidió celebrar el medio siglo del centro siguiendo la tradición de solicitar a un dramaturgo un texto inédito para la graduación de los alumnos. Y aquí una apostilla: sería deseable la publicación de las obras escritas con esta intención –a excepción quizás de Casanova o la fugacidad de David Olguín ya editada por El Milagro. Espinosa recurrió al dramaturgo Ernesto Anaya y a la compositora Gabriela Ortiz para la graduación de la generación 2008-2012 y el resultado es Maracanazo, samba-tragedia en tres actos, que se presenta fuera de su sede, en el teatro Juan Ruiz de Alarcón.



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