12/11/2014

Los periodistas pal café . . .



No hay ceremonia relevante en la que no asome de alguna manera la protesta por los estudiantes de Ayotzinapa. La administración peñista arrastra por el país y el mundo una estela negativa causante de repudio imparable. Ya han olvidado sus planas y portadas elogiosas muchos de los principales medios extranjeros de comunicación, convencidos de que el momento mexicano fue una construcción fantasiosa de élites salvajemente embriagadas de un dizque reformismo con pies de barro.
Ayer tocó el turno a Oslo, donde la paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi recibieron el Nobel de la Paz. Hasta allí llegó Adán Cortés (de 21 años), un estudiante de relaciones internacionales de la UNAM, que con una bandera mexicana manchada de sangre (como su país) solicitó a Malala que no olvidara a México, donde nos están matando. Vista por muchos millones de personas que en todo el mundo seguían los detalles del Nobel, la protesta de Cortés constituye uno de los diarios esfuerzos de mexicanos pertenecientes a todo el abanico sociocultural mexicano que están convencidos de que deben hacer algo por cambiar la insoportable situación de su patria, en un proceso agudizado por la desaparición de los normalistas rurales y la muy significativa postura de la administración peñista, cargada de omisiones, fabulaciones, distorsiones y complicidades, irritantemente confirmativa de que en este país no hay ni siquiera esperanza en algo parecido a la justicia.
En la zona del Ajusco, en la delegación Tlalpan de la ciudad de México, Anayeli Bautista Tecpa se sumaba a la lista de ejecuciones que con tintes políticos o sin ellos se han desatado desde que el rostro desollado de Julio César Mondragón impactó a los mexicanos a finales de septiembre pasado desde una calle de Iguala, luego del asesinato de algunos de sus compañeros (además de futbolistas juveniles y ciudadanos sin vinculación con Ayotzinapa) y la desaparición de 43 más.
Anayeli había obtenido el más alto puntaje en los exámenes de admisión de la Facultad de Química de la UNAM y por ello, junto a otros 80 jóvenes aplicados, su nombre había aparecido en la Gaceta de esa universidad, con la reproducción de palabras suyas relacionadas con las expectativas de progreso y superación. Fue secuestrada días atrás, sus padres no consiguieron la suma pedida por los captores y el cuerpo de Anayeli apareció por allí, en alguna de las calles de dolor de este México sin ley.
En ese contexto de descomposición generalizada, una institución sumida en el descrédito total, la Procuraduría General de la República, recibió ayer la aprobación de los legisladores federales para cambiar de etiqueta y llamarse en el futuro fiscalía, con presuntas mejorías procesales y ejecutivas que servirán para lo mismo que las normas actuales, es decir, para nada positivo. Con un añadido de preocupante imposición transexenal, pues ahora el fiscal en turno se mantendrá en el cargo durante nueve años, con autonomía que impida al siguiente ocupante de la silla presidencial (luego de 2018, se supone) remover a esa herencia envenenada.
Si las circunstancias fueran otras, Jesús Murillo Karam estaría recibiendo felicitaciones aunque buena parte del país estuviera apesadumbrada por tal expectativa. Nueve años de dicho ex gobernador de Hidalgo parecieran demasiado para un país que ya se ha cansado de él (del gabinete en general y del jefe de éste), de la misma manera que él, a su conveniencia, se declaró extenuado cuando ciertas preguntas periodísticas le obstruían el desarrollo de su libreto sobre Iguala. Pero subsiste la versión de que el cansino procurador será uno de los funcionarios a remover por EPN en enero venidero. No hay condiciones para suponer que el eventual adiós a Murillo, para dar paso al fiscal de nueve años, vaya a significar algo mejor para la nación. Serían simples reacomodos cupulares para seguir con las mismas políticas repudiadas en el país y el extranjero.
Ansiosa por tratar de recomponer la figura a nivel internacional, la administración peñista ha recurrido a los mecanismos clásicos de utilización demagógica de sus representantes diplomáticos (aquí se han publicado los instructivos oficiales enviados a embajadores y cónsules, con simulación de preguntas y respuestas ante periodistas y batería de tuits a difundir). Pero también ha contratado costosas agencias de relaciones públicas, como United World, firma con sede en Londres y representación en Estados Unidos, la cual preparó un suplemento de 16 páginas que fue encartado este martes en la edición de USA Today, el diario que tira más de 2.2 millones de ejemplares al día (aquí puede verse el suplemento completo).
Como es natural (para eso se paga), el suplemento es la sublimación bajo factura de los más caros sueños del peñismo. El título es México, las reformas impactan a la nación, y bajo él se deslizan los datos, estadísticas, infografías, discursos y frases más notables de la imaginación gubernamental mexicana. Llama la atención el espíritu solidario en términos de erogaciones publicitarias por parte de algunos de los gobernadores por ello considerados tan cercanos a Los Pinos. Veracruz de Duarte (Javier), por ejemplo, es el único estado que sufraga una plana entera, con cargo a difusiones turísticas. Chiapas de Velasco, Coahuila de Moreira y Tlaxcala de González Zarur también llevan publicidad explícita en el mencionado suplemento, y ellos y otros mandatarios estatales (Chihuahua de Duarte –César–, Campeche de Ortega Bernés, Yucatán de Bello, Durango de Herrera y el estado de México de Peña-Ávila, por ejemplos, van en entrevistas o recuadros). La plana de cierre de ese himno peñista corre por cuenta de Fermaca, empresa dedicada al ramo energético que tiene como subsidiaria a Tejas Gas de Toluca. ¿Cuánto costó ese esfuerzo en inglés y a todo color por convencer al selecto público extranjero de que en México las cosas son distintas a como por todo el mundo hoy se están denunciando? ¡Hasta mañana!
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Los gasolineros de la República estarían dispuestos a hacer un paro en sus estaciones de servicio si el gobierno rehúsa cambiar las condiciones que ha impuesto la reforma energética, ya que podrían llevarlos a la quiebra. Se reunieron ayer en Guadalajara, en el Foro sobre el Futuro del Sector Gasolinero, convocados por la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas). El panorama que tienen enfrente es este: a partir del próximo primero de enero comenzará un periodo de transición en el que tendrán que ponerse a competir entre ellas antes de que, en 2017, lleguen las empresas extranjeras a establecer sus propias gasolineras. El gobierno dejará de determinar un precio oficial y en su lugar pondrá un precio máximo sugerido, que tendrá un incremento conforme a la inflación –el presidente de Amegas, Pablo González, calcula que este aumento rondará los 40 centavos. Los expendios podrán ofrecer descuentos al público, pero no vender los combustibles por encima del precio máximo sugerido. Es un plan perverso, dicen, para que las estaciones de servicio desaten una guerra de precios –que acabará con el de por sí reducido margen de ganancia por litro– y se coman las unas a las otras antes de que lleguen Shell, Chevron o Petrobras a instalarse en cada esquina. Hay una situación absurda: según la ley, los gasolineros no pueden modificar los precios de los combustibles más que al alza, de manera que si comienzan a bajar el costo por litro podrían ser sancionados por la Comisión Federal de Competencia. Los asociados a Amegas firmaron un acuerdo de responsabilidad y honestidad, por el que se comprometieron a unirse para sostener un mismo precio de la gasolina, puesto que no se puede competir con rebajar unos centavos, cuando el competidor ilegal que está en las calles oferta las gasolinas con rebaja de siete pesos por litro, indica el documento.
Los PRInetes del Apocalipsis
A pesar del anuncio de la intervención del Banco de México y la Secretaría de Hacienda, los capitales en fuga ganaron ayer otro round. El peso cayó a 14.87 por dólar –va camino a los 15 pesos de los años 2008-09. El petróleo siguió en picada: bajó de 56.70 a 54.40 pesos el barril (Pemex de exportación). Los inversionistas lamentaron la caída de la Bolsa Mexicana de Valores en 2.28 por ciento. Los papeles de algunas empresas se vieron severamente afectadas: ICA, 5.64 por ciento; LAB, 4.88; Alfa, 4.60, y Sanmex, 4.54 por ciento. No son hechos aislados, tienen como común denominador el desplome del precio internacional del petróleo. ¿Estamos ante la primera gran crisis del siglo XXI de un gobierno priísta? Como dicen por ahí: si un pajarraco camina como pato, grazna como pato y nada como pato, es un pato. Si hubiera prudencia –y honestidad– de los funcionarios del gobierno, detendrían, al menos por el momento, la entrega de concesiones de exploración y producción. Al menos hasta que se aclare el panorama. Sin embargo, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, esta mañana anunciará la próxima asignación de 14 yacimientos de petróleo en aguas poco profundas que licitará el gobierno el próximo año, como parte de la llamada ronda uno. Baratitas, para que los socios se animen a entrarle al negocio.
¿Más impuestos, más préstamos o recorte?
De acuerdo con el economista en jefe para México de Bank of America Merrill Lynch, Carlos Capistrán, la menor producción petrolera, la caída en el precio del crudo y el mayor costo de las coberturas para 2016 pondrán a la Secretaría de Hacienda en el dilema de subir impuestos, elevar el déficit o contraer el gasto para reducir las presiones a las finanzas públicas a partir de ese año. Pero conociendo como conocemos a la clase política, el comentario es del autor de esta sección, contraer el gasto no es opción. Optarán por elevar los impuestos y endeudarse más.


Tres noticias, ninguna de ellas positiva, que se tornan recurrentes en esta temporada pasajera: el precio del barril mexicano de exportación volvió a caer; el tipo de cambio se mantiene en riguroso sentido contrario, y la Bolsa Mexicana de Valores se zarandea, con notorias pérdidas para las grandes empresas, incluida la que al inquilino de Los Pinos le da orgullo.
Aunque son simuladores profesionales, la sonrisa de los funcionarios del mundillo financiero del sector público mexicano es cada día más forzada, al igual que la manifiesta confianza en los no pocos discursos que cotidianamente pronuncian. Ya ni los más ilusos dan un cacahuate por la sobada frase oficial, la cual presume que vamos por el rumbo correcto.
Resulta que la volatilidad pasajera se niega a ser tipificada como tal, y para hacer patente su inconformidad ayer apretó un poco más las tuercas: el tipo de cambio peso-dólar concluyó la jornada en un máximo de 14.87 bilimbiques por billete verde, contra 14.70 del día previo, con todo y la disponibilidad de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México para inyectar 200 millones de dólares al mercado cambiario nacional y así –según pretendían– atemperar presiones en contra de la traqueteada divisa nacional, algo que, por cierto, no lograron.
Los grupos financieros Santander y Banamex-Citigroup cerraron sus respectivas operaciones cambiarias al menudeo en 14.87 pesos por dólar, mientras el BBVA-Bancomer lo fijó en 14.84 unidades por billete verde. Por su parte, Banorte lo ofreció a 14.75, todos ellos con precios sustancialmente por arriba de la jornada previa.
La volatilidad pasajera también patentizó su rechazo en el mercado petrolero, y el oro negro mexicano destinado a la exportación cerró jornada en 54.40 dólares por barril (información oficial de Pemex), lo que equivale a un descenso de 4.8 por ciento con respecto al pasado martes, o si se prefiere una baja de 2.74 dólares, precio que ya aplica para las ventas del próximo año.
Con el nuevo ajuste (léase caída), el precio del barril de exportación se coloca en niveles similares a los registrados en abril de 2007. Habrá que ver hasta dónde estiran las coberturas del ministro del año, pero el hecho es que el citado precio resulta 24.60 dólares menor al considerado en el armado del presupuesto de egresos de la Federación para 2015, o lo que es lo mismo, 31 por ciento por debajo de tal proyección.
Y la perspectiva no es grata. Ayer el Departamento estadunidense de Energía, por medio de la Energy Information Administration (EIA), divulgó sus estimaciones sobre el precio petrolero promedio para el próximo año. Así, el barril del West Texas Intermediate se ubicaría en 62.75 dólares, mientras el Brent del Mar del Norte no pasaría de 68.08 billetes verdes. Las caídas con respecto al cierre de 2014 serían de 33 y 32 por ciento, en cada caso.
Aunque la EIA no lo menciona, si se consideran como referencia los precios citados por esa misma agencia gubernamental, el promedio del barril mexicano rondaría entre 55 y 57 dólares. Aparte, desde luego, la contabilidad por el descenso en la plataforma de exportación, de tal suerte que las finanzas públicas sí sufrirán, con todo y coberturas, si es que a la hora de la hora resultan tan efectivas como las presumen.
Por cierto, la EIA documenta que a lo largo de 2014 el precio de la gasolina regular (el equivalente a la Magna que se vende en México) registró un descenso de 7 por ciento, y para 2015 estima una baja adicional de 23 por ciento, como resultado de la caída de los petroprecios, de tal forma que los consumidores de aquel país resultarán beneficiados. De hecho, la EIA subraya que se espera que los menores precios del petróleo crudo ayuden a reducir 27 por ciento (alrededor de 632 dólares, casi 10 mil pesos mexicanos al tipo de cambio actual) los gastos de combustible para calefacción de los hogares este invierno en comparación con el anterior.




Como resultado de dos años y siete meses de trabajo, en los que se recabaron cientos de testimonios, la Comisión Nacional de la Verdad de Brasil presentó ayer a la presidenta de ese país, Dilma Rousseff, un informe en el que se documentan las numerosas violaciones a los derechos humanos cometidas por la última dictadura militar que padeció ese país (1964-1985), y se demuestra que esas vejaciones respondieron a un esquema represivo estructural del Estado y no fueron casos aislados, como ha sostenido durante décadas el aparato militar y mediático de la nación amazónica.

Exige respeto de autoridades en caso de normalistas
Ayotzinapa fue la gota que derramó el vaso. La desaparición forzada de los 43 estudiantes nos demuestra la ineptitud e ineficacia de las autoridades mexicanas, nos demuestra que el sistema está totalmente corrompido y, peor aún, nos demuestra que no tienen oficio ni la credibilidad de la sociedad mexicana. No puede ser posible que a más de dos meses de los hechos ocurridos en Iguala, sólo se sepa del paradero de un estudiante.


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A lo largo de todo el año se mantuvo la solidaridad incondicional de sindicatos internacionales Foto Marco Peláez

La sociedad moderna vive, vivimos, como si la violencia fuese un elemento extraño, desde luego indeseable y hasta cierto punto excepcional, pero, por desgracia, no es así. Los medios de información dan cuenta cabal, detallada, incluso obscena, de hasta qué punto sobre los valores que orientan la convivencia civilizada persiste el desprecio por la vida que en sus formas mas destructivas cruza, sin admitirlo, intereses, religiones, ideologías, culturas. Nos negamos a admitir que la violencia, descontando su papel legítimo, condiciona el presente y determina el futuro, que más allá del egoísmo o la ambición, ésta tiene causas, orígenes y ámbitos de funcionamiento que la hacen parecer como inevitable. Por lo demás, estamos sometidos a su influencia de manera explícita o subliminal, condicionando las emociones y los reflejos de cada individuo. En rigor, el pacifismo es una ilusión, la utopía de nuestro tiempo.

La respuesta de un gobierno a las justas exigencias de sus ciudadanos sirve para aquilatar la legitimidad de dicho gobierno. En los últimos meses hemos visto a dos gobiernos –el de Estados Unidos y el de México– enfrentar situaciones que ponen a prueba el estado de derecho.

Hace unos días se reditó un importante libro de Sol Arguedas (1921-…): ¿Qué es la izquierda mexicana? (México, Grupo Editor Orfila Valentini, 2014), publicado originalmente hace 50 años.

En América quedamos esperando a Cervantes. Habría venido, si Felipe II atiende su petición del 21 de mayo de 1590 de hacerle merced de un oficio en las Indias de los tres a cuatro que al presente están vacantes, que es uno la contaduría del Nuevo Reino de Granada, o la Gobernación de la Provincia de Soconusco en Guatemala, contador de las galeras de Cartagena, o corregidor de la ciudad de La Paz.

La desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y las ejecuciones extrajudiciales de Tlatlaya desnudan la barbarie, crisis político-constitucional y rampante ilegalidad que acompaña a la militarización del combate al crimen organizado o al terrorismo. Apoyada por el Pentágono y la Iniciativa Mérida (IM) esa militarización se expresa en guerra irregular con espionaje, contraespionaje, fuerzas especiales y contrainsurgencia ante un enemigo interno que opera entre los civiles, como dice el Pentágono, asignando a las Fuerzas Armadas de México tareas de represión interna, sin mayor efecto sobre lo que dice querer erradicar.
Al presidente de Rusia, Vladimir Putin, hay que tomarlo muy en serio cuando habla, pues, a diferencia de su homólogo estadunidense y sus comparsas europeos, ha demostrado no ser un demagogo al uso, sino un estadista que responde por sus palabras. En su mensaje anual al parlamento, el 4 de diciembre, Putin realizó nuevamente claras advertencias sobre la sostenida y redoblada hostilidad contra su país de Estados Unidos y sus socios. El mensaje, cuyo texto íntegro se encuentra en inglés en el sitio oficial de la presidencia rusa, es complementario del pronunciado en el club Valdai, sobre cuya trascendencia histórica llamó la atención recientemente Atilio Borón.

El Pont Alexandre, así nombrado en honor al zar Alejandro III, fue construido para la Exposición Universal de 1900. Por su situación y su estilo, este puente es, sin duda, una de las más ensoñadoras travesías sobre el río Sena en París.
En San Pedro de los Pinos viví toda mi infancia. La casa que mi padre destinó para mí era la casa de mi abuela, y recuerdo muy bien cuando venía yo de niño a asomarme a su pozo agujereado allá detrás, en el jardín.
La gota de agua.
No recuerdo cuándo lo conocí, tal vez me lo presentó Edmundo Valadés en aquellos tan gratos encuentros de narradores que se daban a lo largo y ancho del país donde se reía uno a carcajadas y se bebía a borbotones. Entonces los diversos anfitriones culturales eran sumamente generosos hasta que, por fin, una gota derramó el vaso y de ahí en adelante dejó de haber cantina libre.

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