7/27/2024

Columnas y opinión del periódico La Jornada sábado 27 julio 2024

 Columnas 

El caso Ayotzinapa es ineludible

Este viernes, los padres, las madres y compañeros de los normalistas de Ayotzinapa, junto a quienes han persistido junto a ellos, volvieron a salir a las calles en la jornada número 118 de acción global. Sí, durante nueve años y 10 meses no han parado; son 3 mil 540 días sin saber qué realmente pasó con sus hijos, los 43 jóvenes que se preparaban para ser maestros rurales antes de que el Estado los desapareciera. ¿No hay pruebas? Las hay, son públicas y contundentes. La participación del Ejército en la Noche de Iguala, el 26 de septiembre de 2014, es una verdad irrefutable, como argumentan las decenas de familias rotas desde hace casi 10 años.

Los testimonios, las investigaciones y el material visual prueban que aquella madrugada de septiembre el Ejército participó de manera vergonzosa en la desaparición de nuestros hijos, respondieron los padres y madres a la carta presidencial que niega que se pueda demostrar el involucramiento castrense.

Son los padres, madres y sus abogados los auténticos interlocutores. Son ellos quienes bajo todo tipo de tormentas no han cedido, y por eso no se ha conseguido fragmentar su representatividad, a pesar del cansancio del alma y la enfermedad que han aparecido.

A poco más de dos meses de que se despida la actual administración federal, Ayotzinapa sigue siendo el caso más emblemático de violación a los derechos humanos en México. No es el único, lamentablemente, pero se prometió resolver éste y levantó expectativas. Hubo, por parte de los familiares, voto de confianza. Pensaron que era el momento. Ahora saben que si lo que sigue es sólo continuidad, sus esperanzas no están arriba.

Amnistía Internacional advierte: Si no tienen nada qué ocultar, ¿por qué se niegan a entregar documentos cruciales? Son 800 folios del Centro Regional de Fusión de Inteligencia, que operaba en Iguala en 2014, los que se exigen que sean presentados por el Ejército. Se trata, entre otros datos relevantes, de transcripciones de llamadas telefónicas realizadas por actores vinculados con los hechos.

Ayotzinapa es ineludible, no sólo para el Estado, sino para una sociedad que no puede, que no debe olvidar.

Desinformemonos.org

Sucios, feos y malos
Es un título perfecto para un libro sobre la clase política mexicana… Pero en realidad corresponde a una de las mejores películas de Ettore Scola, consagrado director de cine italiano (1931-2016), quien obtuvo con esa cinta de 1976 el Premio del Festival de Cannes al Mejor Director.

El nombre original de la película es Brutti, sporchi e cattivi, y en México se estrenó en 1978. La vi entonces, por primera vez. Por el tema y maestría en su realización está emparentada con otra obra maestra, Los olvidados, de Luis Buñuel, y también con Los hijos de Sánchez, basada en la obra etnográfica de Oscar Lewis. De las tres cintas me quedo con Sucios, feos y malos, porque Scola aborda en forma no sólo artística, sino didáctica, la dinámica del círculo de la pobreza: fenómeno en el que las familias quedan atrapadas por varias generaciones el tiempo suficiente para que ya no queden ancestros supervivientes que posean y puedan transmitir el desarrollo intelectual, social y capital.

La película empieza con una adolescente casi niña embarazada, que está llenando su cubeta en el chorrito de agua de la única llave disponible en la zona. Después nos envuelve con humor en la vida cotidiana de las relaciones muy conflictivas de una familia de cuatro generaciones, cuyos miembros viven todos juntos en una casa de lámina, en un barrio marginal de Roma. Lejos, al fondo, el Vaticano. La escena final: otra adolescente casi niña embarazada con su cubeta en el chorrito de la misma llave.

El círculo de la pobreza sólo se rompe con auténticos programas sociales –no electorales–, que ofrezcan muchísimo más que limosnas corruptoras. Los programas sociales –salvo para la tercera edad pobre y discapacitados– no deben dar dinero, sino asegurar derechos reales a nutrición, salud y educación de calidad, especialmente para infancia y juventud. La pobreza es trágica y lacerante, invisibiliza y aniquila. Es causa de repudio y vergüenza para gobiernos de países en los que, como aquí, hay enormes fortunas y riquezas naturales que se despilfarran, mientras se otorgan millonarios sueldos y privilegios a una clase política que no los vale ni los merece. Urge redefinir prioridades. La infancia es primero, porque es la única etapa en que se puede romper el fatídico círculo de la pobreza.

Mayo Zambada-Chapito // Algo apesta a podrido // ¿Captura o entrega?
En un mar de confusiones e información encontrada (¿captura, entrega pactada, trueque de un delincuente por otro, liberación de Ovidio, la DEA, la FBI, participó o no el gobierno mexicano?, etcétera, etcétera), se ha divulgado que Ismael El Mayo Zambada, rey de reyes del narcotráfico mexicano, mago del escapismo, quien nunca pisó siquiera una agencia del Ministerio Público y el mismo que atinadamente pronosticó que nada importa si caen los capos, porque sus remplazos ya están ahí, ya duerme en una prisión estadunidense junto a Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de El Chapo.

El avispero se agitó desde la tarde del jueves. Primero, corrió la versión de que la DEA o la FBI capturaron a Zambada y a uno de los Chapitos; después, que en realidad ambos se entregaron a las autoridades estadunidenses; más adelante, que El Mayo fue engañado para viajar a territorio gringo, en donde supuestamente lo esperaban los cherifes; otra fue que ese par negoció una suerte de trueque (su entrega por la liberación de Ovidio Guzmán López), y como esas, muchas más. Lo único cierto es que horas más tarde el Departamento de Justicia confirmó la detención, sin precisar si fue captura o entrega, ni en qué condiciones.

En la mañanera de ayer, el presidente López Obrador tampoco tenía muy clara la situación. ¿Detención o entrega?, mientras la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, aportaba algunos elementos: el pasado jueves, a las 15:30 horas, se recibió una llamada de la embajada de Estados Unidos en México, para informar que El Mayo y Guzmán López se encontraban bajo custodia de las autoridades en El Paso, Texas. En una segunda llamada, a las 15:45, confirmó la información y reiteró que se tenía comprobada la identidad de las dos personas.

Rosa Icela detalló que el jueves, entre las 7:10 y las 7:31 horas se presentó ante el agente federal de Migración, en el área de aviación general del Aeropuerto de Hermosillo, un gestor de nombre Armando Ibarrola; presentó el plan de vuelo para una aeronave matrícula N8454Z, con programación de salida a las 8:00 horas; viajaría al aeropuerto de Santa Teresa, Nuevo México, frontera con Texas. El plan de vuelo indica un piloto a bordo de nombre Larry Curtis Parker, con la licencia respectiva. Y el gestor, en compañía del piloto, presentó también su pasaporte.

De acuerdo con la autoridad del Aeropuerto de Hermosillo, la aeronave despegó con un tripulante y la lista electrónica de pasajeros eso registró, pero a la terminal aérea de Santa Teresa llegaron tres, a quienes aparentemente esperaban los agentes estadunidenses. Sin duda, algo huele a podrido.

La Secretaria de Seguridad declaró: preguntan si fue entrega, si fue captura; eso es parte de la investigación y de la información que estaríamos esperando del gobierno de Estados Unidos. Hemos tenido buena información a partir de ayer con la embajada y hemos estado colaborando con ellos en diferentes procesos de extradición y de investigación de otros casos. ¿El gobierno mexicano participó en esta detención o entrega? La respuesta es: no.

Y sobre la presunta salida de la cárcel de Ovidio Guzmán López, la propia Rosa Icela reconoció que la embajada estadunidense en nuestro país le informó que definitivamente no está liberado; hay un cambio de medida cautelar. ¿Se convirtió en testigo protegido?, le preguntaron, y la respuesta fue existe el indicio que pudo haber sido así.

No puede olvidarse la entrevista (realizada en 2010) de Julio Scherer a El Mayo: “tengo pánico de que me encierren… No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría… Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió… El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus remplazos ya andan por ahí… Si me atrapan o me matan, nada cambia”, dijo Ismael Zambada al periodista.

Las rebanadas del pastel

Desde Palacio Nacional, atento saludo a Ricardo Salinas Pliego, con copia a los dueños de otras plataformas de manipulación: no utilizar los medios (de comunicación) como mecanismos para obtener prebendas o para chantajear a autoridades y obtener contratos leoninos, eso ya no funciona; aunque se aferren, esto ya cambió. Y por andar de grillo y de chillón, al evasor fiscal ayer se le desplomó 10 por ciento el precio de sus acciones de Elektra en la Bolsa Mexicana de Valores.

Twitter: @cafevegacfvmexico_sa@hotmail.com

Exclusión 
Los Juegos Olímpicos de París, inaugurados ayer en la capital de Francia, son la cuarta edición consecutiva de la fiesta universal del deporte, tanto en sus versiones de verano como de invierno, en que los atletas de Rusia, por una decisión política, no pueden participar representando a su país, y los pocos que quisieron someterse a la humillante práctica de superar los filtros que, a raíz de la anexión de cuatro regiones ucranias en 2022 estableció el Comité Olímpico Internacional (COI), tendrán que competir, otra vez, a título personal, sin uniforme de colores nacionales, ni bandera ni himno. Lo mismo los bielorrusos, por primera vez.

Desde los Juegos de Invierno en Pieongchang 2018, a consecuencia de la suspensión en dos ediciones olímpicas debido al escándalo de dopaje en Sochi 2014, los deportistas rusos pudieron asistir a Tokio 2020 (pospuesto a 2021 por la pandemia de covid) y Pekín 2022 como parte del grupo de atletas olímpicos de Rusia, primero, y del equipo del Comité Olímpico de Rusia, después.

Todo se agravó con la invasión de Ucrania en febrero de 2022 y el COI decidió extender la exclusión a París 2024, fijando requisitos que dejan fuera a cualquier deporte de equipo y a cualquier atleta que haya expresado la más mínima muestra de apoyo a la operación militar rusa en Ucrania o que tenga algo que ver con el ejército ruso, restricciones que se extendieron a Bielorrusia por permitir que se usara su territorio para invadir al vecino común.

Y el COI inventó el término AIN (siglas en francés de atleta individual neutral) con el que tan sólo 15 rusos y siete bielorrusos podrán aspirar a las medallas de París en modalidades como tenis, ciclismo o natación.

Al menos 63 deportistas rusos optaron por adquirir una segunda nacionalidad y ahora representan los colores de Australia, Francia, Grecia, Italia, Kazajistán, Uzbekistán y otros 20 países, incluida hasta Ucrania.

Estos son, resumidos, los hechos. Falta responder: ¿Hasta cuándo la política seguirá prevaleciendo sobre el deporte?, ¿tiene que sufrir las consecuencias un atleta que nada tuvo que ver con decisiones que se pretende castigar?

¿Acaso contribuye a lograr la paz excluir a unos cientos de deportistas que se prepararon durante años para la cita olímpica? El COI cree que hace lo correcto. ¿De veras?

EDITORIAL 
Esta semana se ha brindado al público información acerca de la situación actual de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), las dos grandes compañías energéticas nacionales que en el presente sexenio fueron objeto de un saneamiento profundo y de un verdadero relanzamiento que las pone en vías de superar de manera definitiva los graves daños que sufrieron a manos de las administraciones neoliberales.

El director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, afirmó que “no resulta exagerado utilizar el concepto de rescate, pues desde muchas lecturas la condición prevaleciente en 2018 era precaria" a causa de muchas decisiones previas que infligieron a la empresa un deterioro operativo muy crítico, una circunstancia financiera débil, así como falta de transparencia y negociaciones desventajosas con contrapartes comerciales. Con estos términos el funcionario se refirió a los contratos leoninos claramente lesivos para la empresa pública e injustificablemente favorables para sus socios privados, una impericia en los negocios que sólo puede explicarse por la corrupción de la tecnocracia que se apoderó de Pemex y de todo el aparato gubernamental en los sexenios anteriores.

Un dato ilustrativo de los esfuerzos para reflotar a la firma más grande del país se encuentra en la reducción de 25 por ciento de sus pasivos, los cuales pasaron de 132 mil millones de dólares en 2018 a 99 mil millones en 2024. Es cierto que este monto sigue siendo muy elevado y que representa un pesado lastre para las finanzas de Pemex, pero quienes usan ese dato para pugnar por su privatización omiten que la deuda no es producto de la falta de valor de la compañía, sino del saqueo sistemático al que fue sometida durante décadas. Las mismas voces que ansían entregar los bienes de todos los mexicanos a los dueños de grandes capitales machacan con el bulo de que el débito de Pemex es pagado con recursos presupuestales que podrían invertirse en subsanar las innegables carencias sociales.

Se trata de una doble mentira, pues los recursos que la empresa aporta a Hacienda cuadruplican los que le son asignados: privatizarla no sólo no ahorraría un centavo a la Federación, sino que la dejaría sin su mayor fuente de ingresos fiscales.

Por su parte, el subdirector de Contratación y Servicios de la CFE, Miguel Alejandro López, señaló que la existencia de una empresa pública ahorró 400 mil millones de pesos a los consumidores –desde los hogares hasta la mediana y gran industria, además de los comercios y el sector agrícola–, en comparación con lo que habrían pagado si en el país se aplicaran las tarifas vigentes donde la iniciativa privada domina la generación y distribución de electricidad.

En este sentido, el presidente Andrés Manuel López Obrador apuntó que a los particulares beneficiados durante el periodo neoliberal no les importa la economía popular, lo que les importa es el negocio y, en el peor de los casos, el atraco, el robo.

La ciudadanía debe tener presentes estos hechos en cualquier discusión sobre el futuro de Pemex y la CFE, ya que la verdad es la mejor prevención ante el golpeteo desinformador de un sector mediático-empresarial que desea lucrar a expensas de México. En lo inmediato, los datos mencionados dan contexto y permiten apreciar la importancia de la iniciativa de reforma constitucional promovida por el mandatario a fin de que la CFE recupere su rango de empresa estratégica.

El pueblo venezolano elegirá entre socialismo o extrema derecha

En la República Bolivariana de Venezuela mañana habrá elecciones presidenciales, sólo hay dos proyectos: la continuidad del legado del comandante Hugo Chávez hacia el socialismo de las comunas o la llegada del fascismo y de la extrema derecha que entregará los recursos naturales y a la clase trabajadora al imperialismo de Washington.

Son tiempos de necesarias definiciones. Larga vida al pueblo de Venezuela. ¿Capitalismo o comunidades para la vida?

Fernando Espinal

Fraternidad en París

Fraternidad grande y plena
ver a todas las naciones,
lejos de guerra y traiciones,
bogando por el río Sena.

Benjamín Cortés V.

Ha vuelto la justa veraniega

Hoy como cada cuatro años
se inician las Olimpiadas,
ahora en París,
donde los atletas lucharán
por las medallas como antaño.
Todos sacarán la casta
con su preparación vasta
de entrenadores maestros,
ciento diez atletas nuestros
competirán entusiastas.

Guadalupe Martínez Galindo

Trump omite que el problema de las drogas es binacional, opina

Dice el señor Donald Trump que intervendría en México para abatir a los cárteles de la droga. Puede vanagloriarse de la fuerza, pero no de la razón y antes de hablar debería considerar que México es un país muy apreciado a nivel internacional. Sus declaraciones hacen notar la falta análisis del aspirante a la presidencia de Estados Unidos; cabe recordarle tres aspectos para combatir el tráfico de drogas en su país:

1. Promover que los estadunidenses vendedores de armas a los cárteles mexicanos sean sancionados severamente. Además es de suma importancia cerrar las vías de comercio de dichos artefactos de destrucción a quienes su país y el nuestro consideran fuera de la ley. Claro que las armerías perderán un multimillonario negocio, ya que hoy por hoy son cómplices que traicionan a su propio pueblo.

2. Combatir a los cárteles estadunidenses que reciben y distribuyen la droga de los grupos criminales mexicanos como el letal fentanilo. Es imposible que esas sustancias se adquieran en el territorio de esa nación sin el amparo de organizaciones con mucho poder financiero, las cuales ya debe tener detectadas el sistema de seguridad de Estado Unidos.

3. Debería cuestionarse el porqué la demanda tan intensa de drogas de la población estadounidense. ¿Será porque no los anima un sistema que valora más el dinero y el consumismo delirante que al ser humano?, ¿será que en sectores de la juventud hay un vacío existencial por la carencia de afecto y solidaridad?

El empresario tiene en sus manos gran parte de la solución del complejo problema.

Eduardo del Castillo V.

Con supuesta ayuda, EU esconde intención de invadir territorios

La jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, aconsejó a su gobierno ofrecer a los países de América Latina ayuda similar a la que dio a las naciones de Europa recién terminada la Segunda Guerra Mundial, implementada a través del Plan Marshall (1948).

Cabe recordar que la economía estadunidense se fortaleció al poco tiempo de finalizado el conflicto bélico –las exportaciones de sus mercancías iban hacia estos países y simultáneamente formaron, a través de Washington, el bloque militar de la OTAN– favoreciendo, además, el despliegue de bases militares de Estados Unidos por casi todo el continente europeo; como puede comprobarse fue un plan perfecto del imperialismo yanqui para el control de esos territorios.

Culturalmente, casi sin darse cuenta, los europeos se sintieron proyanquis, perdiendo sus propias idiosincrasias de identidad como naciones, su independencia y soberanías.

Richardson pretende retroceder la rueda de la historia y aplicar un Plan Marshall para dominar a todos; hay evidencias de lo que América Latina padeció al posponer su camino de progreso social por culpa de las políticas injerencistas de Estados Unidos.

Lograr la independencia política no es suficiente, habrá que continuar hacia la independencia económica imprescindible para mejorar los niveles de vida de los pueblos de nuestra América insurrecta sin dejar atrás a los más desfavorecidos, pueblos originarios y afrodescendientes.

Luis Langarica A.

Invitaciones

Funciones especiales del último fin de semana de julio

El Albergue del Arte invita las funciones especiales del fin de semana de julio: Cuatro veces Orestes, muestra escénica del laboratorio de creatividad actoral a las 12 horas; Bully, el toro que quería vestirse como gallina, a las 16 horas; Echando a perder se aprende. Stand up comedy, a las 19:30 horas. Todas las funciones se presentarán hoy en sus respectivos horarios, en el foro El Albergue del Arte, ubicado en Alberto Zamora número 32, colonia Villa Coyoacán. Reservaciones al 55-5554-6228. Entrada libre.

Retos y relación con América Latina de Claudia Sheinbaum

El Círculo de Reflexión, Buzón Ciudadano A. C., invitan a la reflexión y análisis: Retos y relación con América Latina de Claudia Sheinbaum, con el antropólogo Carlos Prigollini y el sociólogo José Miguel Candia. La cita el sábado 29 de junio a las 12 horas, en el foro del parque del Cartero José Refugio Ménes, de la colonia Postal, cerca del metro Villa de Cortes, atrás del mercado.

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Círculo de Reflexión Buzón Ciudadano a. c. X, antes Twiter.

Imelda Beristain, Víctor Flores, Rosa María Almanza, Luciano Aguilar, David Villa, Salvador Munguía, Maru Nieto, Xóchitl Salazar, Inti Ernesto Salas, Tania Jiménez, Yolanda Macedo, Esperanza Espinosa, Israel Hernández C. Nadia Beatriz Olivares y Antonio Villegas

 

Un pequeño libro, editado por la Academia Mexicana de la Historia, que es en verdad benemérita, a diferencia de otras que no se lo quitan ni del nombre y distan mucho de serlo, acaba de publicar un librito de apariencia insignificante que todos los mexicanos deberían leer, especialmente aquellos que gustan de menospreciar y denigrar al país.

Se trata de una apretada recopilación de datos principales sobre los muy diferentes asilados políticos que, después de la Revolución, México ha tenido a bien recibir, haiga sido como haiga sido la naturaleza de su gobierno.

Al término de su lectura, me quedé un buen rato mirando por mi ventana pensando en lo orgullosos que deberíamos sentirnos todos los mexicanos por lo dilatada y rica que es la historia de los asilados en nuestro país.

¡Cuán pocos son los países cercanos y lejanos de nuestro hemisferio occidental o del norte que no hayan aportado muchos o nomás algunos de ellos!

Sin embargo, son demasiados quienes no tienen conciencia de ello, incluso algunos que descienden de manera directa de quienes hallaron el amparo en esta nobilísima tierra.

El texto de marras, de la autoría del historiador Pablo Yankelevich, argentino de origen, destaca el hecho de la enorme diversidad de origen y de creencias de los asilados y, por otro lado, la constancia de los gobiernos, sin importar si eran éstos más de derecha que otros, en conservar siempre las puertas abiertas para los perseguidos.

El título del libro, Exilios. Razones, proyectos y figuras en México, no me acaba de gustar, lo mismo que la gran escasez de puntos y aparte y lo chico de la letra que dificultan un tanto su lectura, a pesar de que la redacción es clara y precisa.

Empieza por los asilados norteamericanos que huían del reclutamiento obligatorio, llamados despectivamente slackers por los gringos que eran como Dios manda, y termina con los sudamericanos de los años 70, de los cuales el de los chilenos fue el más duradero.

Pasa por supuesto por los republicanos españoles, cuyas cifras resultan más encogidas de lo que suponemos quienes contamos también a quienes vinieron más tarde a reunirse con sus padres, hijos, parientes, amigos y cónyuges…

Éste fue el exilio más duradero, porque el dictador Francisco Franco, con la ayuda de gringos e ingleses democráticos, se perpetuó en el gobierno hasta 1975, cuando tuvo a bien estirar la pata. De hecho, una muy buena parte de esos asilados acabaron convirtiéndose de plano en migrantes, pues arraigaron en México.

Pero Yankelevich escudriña y exhibe refugiados de los que sabemos poco y de países en los que no se piensa, como no pocos alemanes e italianos que, huyendo del nazismo y del fascismo, respectivamente, también pasaron una temporada en México y tampoco faltaron algunos que se quedaron para siempre. Ello demuestra que, digan lo que digan, los mexicanos podremos tener muchos defectos, pero querendones sí somos.

Sin embargo, los judíos que también tuvieron que poner pies en polvorosa no encontraron las puertas totalmente abiertas y no faltaron quienes nomás no pudieron entrar. Es un tema que valdrá la pena desbrozar.

En suma, con muy pocas excepciones, este pequeño libro es un manual que todos los mexicanos deberíamos de leer, pero en especial aquellos que gustan de denostar con demasiada frecuencia a nuestro país.

Disfrutaré como cualquier otro de mirar las Olimpiadas de París por televisión. Pero pongo la k en el título de este texto por el capitalismo, la crisis y la catarsis, que en alemán o en griego se escriben, todas, con k. También pienso en Kafka y su personaje. ¿Por qué? Se me ocurrió después de leer lo que dice Jules Boykoff, un profesor de la Universidad del Pacífico en Oregon y ex jugador de futbol profesional. Siguiendo la idea de Naomi Klein de que el capitalismo recurre a la catástrofe ambiental, sanitaria, militar, o financiera para imponernos, a modo de shock, restricciones que sólo benefician al famoso 0.1 por ciento de la población mundial, Boykoff retrata la otra cara: la celebración como motivo válido para aplicarlas. Además del gran espectáculo televisivo en el que compiten banderas y personajes que creemos conocer aunque sólo los veamos saltar, nadar o correr, las Olimpiadas son, en esta visión, un conjunto de asociaciones entre corporaciones globales y estados nacionales que se pagan con dinero público y cuyos beneficios sólo son privados. Igual que una boda de la realeza o la entrega del Óscar. Según el profesor Boykoff, esto se puede llamar capitalismo de celebración, y tuvo su consolidación apenas en 2012, con la Olimpiada de Londres, donde el estado de excepción en la ciudad, la represión contra cualquier disidencia, y la complicidad de los medios, dio rienda suelta al comercialismo más vil, el control omnipresente de las marcas monopólicas de ropa deportiva, bebidas energizantes y automóviles, junto con la apropiación de discursos ajenos como la diversidad sexual o la sustentabilidad ambiental.

Había una historia previa, que es la de Juan Antonio Samaranch en el Comité Olímpico Internacional que destapó la avaricia mercadotécnica sin mayor preocupación, al mismo tiempo que negociaba con los países que se opusieron a que una sola de las Coreas fuera sede en 1988; que no se fueran al boicot de otras –1976,1980 y 1984–, entre el área geopolítica de Estados Unidos y la Unión Soviética. Fue así que se concibió la idea de los juegos como expresiones de la libre competencia donde se dejaban atrás los proteccionismos de la nación para irse a medir hasta con los países más ricos y poderosos militarmente. Nunca había pensado, por ejemplo, que la industria que más gana en Juegos Olímpicos no es la del suero oral o los tenis, sino la militar, por los equipos de vigilancia extrema dentro y fuera de los estadios. Los grandes empresarios ganan, no sólo los de la construcción, sino todos aquellos que se benefician de la privatización de servicios urbanos, a los que se les condonan impuestos o se amparan en las desregulaciones para tener todo a tiempo y funcionando. Es un estado de excepción para los anfitriones y una apropiación de dinero y bienes públicos por parte de los privados, todo bajo el argumento de: el deporte nos une. Esta idea es tan poderosa que tres de cada cuatro encuestados durante las Olimpiadas en Londres dijo que esa frase era cierta, aunque, mientras, siguieran las guerras en Siria, Afganistán, Yemen, Somalia o Túnez.

En el ámbito político, el antropólogo de la Universidad de Chicago, John MacAloon, ya había sostenido que los Juegos Olímpicos eran un espacio propicio para reunirse con sus enemigos sin ser visto por la prensa o inflitrar con supuestos funcionarios del deporte a tus adversarios, como en la guerra fría o en la lucha contra el terrorismo islámico. Ya el Diario de la CIA, Phillip Agee, daba cuenta de cómo su agente en México, Winston Scott, tenía a su cargo delimitar quiénes en las delegaciones soviética y cubana estaban reuniéndose con grupos disidentes al régimen de Díaz Ordaz, tan pronto como el 15 de julio de 1967. Y eso que era la Olimpiada de la Paz.

Lo otro que nunca había pensado es que existen unos invitados con gafetes G y A que habitan, durante esos 20 días, en una zona restringida. Son los altos funcionarios de los países, sus militares de alto rango en supuestas labores de seguridad y los burócratas del deporte internacional, junto con los dueños de las empresas patrocinadoras, y algunos actores y actrices, deportistas célebres, que figuran como el rostro de las marcas: No existe otro lugar para reuniones difíciles, aquí invisibles, informales y sin agenda previa, entre la élite global, incluso entre países que están en guerra o sin relaciones diplomáticas, escribe MacAloon. Un centro discrecional de reuniones de la élite global se abre entonces con motivo de los Juegos. Mientras nosotros vemos el tiro con arco, quizás se esté decidiendo a quién invadir en la siguiente década. Suena conspiracionista pero se dan las condiciones entre palcos y fiestas en las albercas privadas para que esas reuniones ocurran.

Pero no es mi intención contaminarles la celebración olímpica en París. Finalmente lo que hacemos el resto es asistir por las pantallas a una ilusión planetaria en la que se puede competir sin matarse. Son, desde los tiempos de Samarach, unas competencias deportivas diseñadas explícitamente para la transmisión, lo que hizo decir a un activista canadiense que se oponía a que Vancouver fuera sede: Es el anuncio más largo del mundo. ¿Qué anuncia? Además de las marcas, una idea de super-seres humanos que triunfan o fracasan en segundos. Ya no se anuncian las naciones, habida cuenta del globalismo, sino las regiones. Macron ha dicho que ésta no será una celebración parisina o francesa, sino europea, como la OTAN o la relocalización industrial. La región como marca.

Como cualquier otro, estaré atento a mis pantallas para ver mis juegos favoritos. Para mí es como mirar absorto una burbuja que por azar se infló demasiado. Y, a continuación, verla estallar. Esa euforia. También, ese rápido olvido.

La última Eurocopa tuvo justo ganador, para qué negarlo. Al primer Zaldua en hablar de futbol en estas páginas también le costaría reconocerlo, pero las cosas son como son, que dirías tú mismo, Josetxo. España jugó bien y se divirtió en un campeonato donde el resto de selecciones plantearon un juego rácano y desabrido. Quizás esté bien que la alegría gane de vez en cuando, incluso cuando no es la propia. Eso sí, la ración de nacionalismo banal español que nos supone a vascos y catalanes no está escrita. Más, en vísperas de empacho olímpico.

Todos los españoles festejaron la victoria. Los de derechas, por un peculiar sentido de la justicia que les hace vivir como una afrenta todo lo que no sea vencer –soy español, ¿a qué quieres que te gane?–. Los de izquierdas, porque en los dos jugadores más destacados han querido ver la redención de una españolidad ligada a valores francamente retrógrados. Resulta que las dos estrellas de la selección han sido Lamine Yamal, un catalán de padre marroquí y madre ecuatoguineana, y Nico Williams, un vasco de familia ghanesa.

Esta es la España que gana, multirracial, plurinacional, abierta y diversa, han venido a señalar las últimas semanas muchos comentaristas progresistas. Más vale que no había que mezclar deporte y política. Pero pensar que un votante de Vox va a dejar de ser racista porque Yamal y Williams le han dado una Eurocopa es inocente, en el mejor de los casos, o tramposo, en el peor de ellos. Porque Francia y sus dos mundiales con 90 por ciento de jugadores de origen extranjero ya han demostrado que esto no funciona así, y porque ese elogio de la diversidad esconde un racismo estructural –véase la infame Ley de Extranjería– y una unidad impuesta que prohíbe preguntar a vascos y catalanes si quieren seguir formando parte de ella.

Por fortuna, el embrujo duró menos que el saludo del lateral derecho Dani Carvajal al presidente del gobierno, Pedro Sánchez. Conocido por sus simpatías ultras, el también jugador del Real Madrid saludó breve y despectivamente a Sánchez, recordando así que el mérito de esta gente es pegar patadas a un balón, no dominar la oratoria ni la diplomacia. Existen honrosas excepciones, pero el mismo capitán, Álvaro Morata, lo confirmó al culminar las celebraciones gritando Gibraltar español.

Sea como sea, la victoria en la Eurocopa ha llegado en un momento confuso de la política española, en el que también opera cierto embrujo. No es fácil dibujar el croquis de estos días.

Mientras dos jugadores de raíces africanas daban a España su cuarta Eurocopa, en la arena política se desataba un follón fenomenal a cuenta del reparto de menores migrantes llegados a las Islas Canarias sin acompañantes. La migración no está desatada, pero la presión se deja notar sobre unas autoridades insulares desbordadas. Como se ha hecho otras veces sin mayor escándalo, se dispuso un reparto de los menores entre los demás territorios. Esta vez, sin embargo, Vox puso el grito en el cielo y utilizó este reparto como excusa para salir de los gobiernos autonómicos en los que participaba con el PP.

Se Acabó La Fiesta (SALF), el artefacto político con que un agitador con ínfulas como Luis Alvise Pérez ha logrado tres eurodiputados, ha hecho saltar las alarmas en la extrema derecha oficial española. Alguien se ha acordado de que Podemos inició su andadura con cinco escaños en Bruselas. Un recordatorio que nos sirve para apuntar que la bronca en el seno de la izquierda española sigue a cara de perro.

Peleas a la derecha del PP y navajazos a la izquierda del PSOE. Se dibuja un carril central para los pactos de Estado entre las dos grandes fuerzas españolas. Se dibuja; no se articula, todavía. Pero el acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial mostró que ambas formaciones recuerdan cómo se hacía eso de pactar. Hay mucho suspiro por el añejo bipartidismo español, aunque hay obstáculos.

No está claro que el líder del PP vaya a aprovechar la oportunidad que Vox le ha servido en bandeja para construir un perfil propio. Es el más interesado, pero no probablemente el más valiente. Sánchez, más temerario, no parece hacerle ascos a la idea, pese al error de cálculo que puede suponerle. Sin un espacio articulado a su izquierda y sin vascos y catalanes, al PSOE no le dan los números para gobernar. Es aritmética, basta con saber sumar. Sin embargo, ha empezado a suavizar su agenda. Por lo pronto, lo que se anunciaba como un plan de regeneración democrática tras los cinco días de asueto que se tomó cuando imputaron a su mujer en un caso de lawfare de manual, apenas ha quedado en una declaración de intenciones y una recuperación de viejas promesas. Puede haber avances los próximos días, pero nada que se parezca a la tabula rasa que necesita España en ámbitos como el judicial. Lo de Sánchez parece a menudo una improvisación sin fin.

Pero el presidente debiera tomar nota. Citándolo a declarar el próximo martes, los Carvajal y Morata del Poder Judicial español ya se han encargado de recordarle que toda tregua es ilusoria y que rebajar la agenda reformista no va a hacer que ellos frenen.

Durante la historia de México, su relación con Estados Unidos ha sido diversa y compleja en distintos temas: migración, economía, crimen organizado y drogas. Aunque se han logrado distintos acuerdos respecto a estos temas, los matices se han definido en gran medida con las personas a cargo de cada uno de los países. En la actual coyuntura electoral, política y económica que mantienen ambos Estados-nación no sólo por sus transiciones de gobierno, sino por las crisis humanitarias que transitan y acontecen en ellos, se hace indispensable reflexionar de qué manera se abordarán los derechos humanos.

Es importante recordar que los derechos humanos son un compromiso que, si bien asume y ratifica cada país a través de los tratados existentes, se convierte en responsabilidad internacional garantizar la protección de la dignidad humana de cada persona en el mundo. Sin embargo, estas obligaciones se difuminan cuando los intereses económicos o de particulares se anteponen a las necesidades colectivas, principalmente, de aquellas que históricamente han estado en situación de vulnerabilidad. De acuerdo con el reporte de junio del presente año de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, casi 60 por ciento de la población de más de 18 años siente inseguridad en donde vive.

Entre las ciudades con mayor percepción de inseguridad se encuentran Fresnillo, Zacatecas; Uruapan, Michoacán, y Tapachula, Chiapas. Asimismo, donde la población presenció o escuchó más actividades relacionadas con la venta y consumo de drogas durante este 2024 fueron las alcaldías Cuauhtémoc, Iztapalapa y Tláhuac de la Ciudad de México. Y sobre la presencia y/o detonación de armas alrededor de sus viviendas, hubo un mayor registro en Cuernavaca, Morelos; Fresnillo, Zacatecas; Chimalhuacán y Ecatepec de Morelos, en el estado de México, y Tijuana, Baja California.

Ante este panorama, la violencia generalizada se ha incrementado en gran medida por la presencia de las drogas y sus cárteles, pero aún más por el aumento de las armas en las calles, cuya problemática radica más en el país vecino que en el propio. Sin embargo, las repercusiones de esta situación están visualizándose más en nuestros territorios, pues son el vehículo para que la violencia armada vaya en aumento, pero la paz y la justicia en detrimento.

En ese sentido, las políticas de seguridad que se han implementado en México se han encaminado a incorporar más armas autorizadas mediante policías con facultades que van más allá de garantizar la seguridad pública y civil, en lugar de combatir las condiciones estructurales que perpetúan esto.

Asimismo, las políticas migratorias se han securitizado bajo el argumento de protección de las fronteras y la población del país vecino con la concepción de que la inseguridad viene del Sur y no del Norte. Estos fundamentos están basados en la discriminación racial, económica y con tintes coloniales sobre quiénes pueden ingresar y habitar ciertos territorios, dejando de lado las causas por las que se encuentran en movilidad. Por tanto, es importante que las transiciones de gobierno, tanto en México como en Estados Unidos, puedan colocar el tema de seguridad como uno de los principales a dialogar, donde la lógica armamentista sea modificada por una dinámica de procuración de seguridad pública desde el enfoque de derechos humanos y construcción de paz.

Además, la cuestión referente a las drogas y el crimen organizado tiene que discutirse más a profundidad, en donde los objetivos no se concentren en la captura de los líderes de los cárteles y/o de sus miembros, sino que trasciendan a transformar las causas estructurales que perpetúan la incorporación de más personas en esta problemática, ya sea de forma voluntaria o no. En miras de las negociaciones sobre el tratado del libre comercio entre México, Canadá y Estados Unidos, es necesario que se recupere el enfoque de derechos humanos con los más altos estándares internacionales en la materia.

Y, por último, recordarnos que la justicia y la paz no se puede lograr mientras la violencia continúe generándose a través de los intereses hegemónicos y particulares por encima de la protección de la dignidad del pueblo.

Las madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa nunca imaginaron que llegarían al final del sexenio sin saber el paradero de sus hijos. Desde el encuentro que tuvieron en Iguala, cuando Andrés Manuel López Obrador era candidato presidencial, aguardaron con mucha paciencia el momento en que les develaría lo que sucedió el 26 y el 27 de septiembre. El reciente informe que envió a las mamás y papás, y que no llegó a todos, pudo marcar la diferencia con el gobierno de Enrique Peña Nieto; sin embargo, todo quedó en descalificaciones y conjeturas.

Las mamás y papás hojearon las 29 páginas para dar con los avances y novedades de las nuevas investigaciones. Les desconcertó que desde la primera hoja el Presidente iniciara con el descrédito a los supuestos defensores de derechos humanos y organismos internacionales como la OEA y agencias del gobierno de Estados Unidos. Reclamó que se sostuviera sin pruebas que los culpables de esta infame tragedia fueran los soldados de la Sedena. Catalogó como afán de venganza de personas o instancias del extranjero, para debilitar al Ejército. Lo inaudito fue que la hipótesis central del Presidente no giró en torno al paradero de los 43, sino en la conspiración internacional que se urdió contra el Ejército.

Los resultados alcanzados con la llegada del nuevo fiscal se redujeron a 42 entrevistas de 15 detenidos; 45 recursos jurídicos contra resoluciones de jueces federales, 280 excavaciones en búsquedas y una ley de amnistía. La enumeración de acciones no presenta resultados plausibles. Nadie duda de que son arduos los trabajos de excavación, pero los restos que se han encontrado no corresponden a los estudiantes. Los recursos interpuestos, en realidad, son los reveses judiciales que ha tenido el fiscal especial sobre el caso Ayotzinapa.

El informe contiene imprecisiones y en algunos casos falta a la verdad. En los primeros días de la desaparición de los 43 jóvenes, como organismos de derechos humanos acompañamos a las madres y padres en las búsquedas de sus hijos en Iguala. Nuestro mayor interés fue salvaguardar la vida de los estudiantes desaparecidos y nunca confabularnos con un gobierno extranjero. Realizamos denuncias penales por desaparición de personas, interpusimos juicios de amparo, presentamos una queja en la CNDH y solicitamos medidas cautelares ante la CIDH. El resultado fue la firma de un acuerdo de asistencia técnica.

En 2014 no se tenían elementos sólidos de las implicaciones del Ejército en la desaparición de los 43, por eso no se hizo algún señalamiento de su participación. Sin embargo, las madres y padres, desde el primer día que comenzaron las búsquedas en Iguala tenían datos de que el Ejército patrulló las calles y detuvo a estudiantes. Las investigaciones del GIEI también lo confirmaron: los militares dieron seguimiento a los muchachos desde su salida de la normal hasta su desaparición en Iguala; patrullaron las calles en las horas críticas de la agresión e hicieron contacto con los jóvenes; intervinieron llamadas de perpetradores claves y pudieron escuchar qué pasaba con los estudiantes y a dónde los llevaban; altos mandos militares de Iguala estaban coludidos con Guerreros Unidos. Además, un testigo afirmó que 25 estudiantes ingresaron al 27 batallón de infantería, donde fueron torturados y entregados a Guerreros Unidos. En relación con el militar infiltrado como estudiante de la normal, Julio César López Patolzin, existe un oficio urgente de la 35 zona militar que confirma las actividades de búsqueda de información que hacía utilizando la fachada de alumno. No se trata de un soldado que tenía el deseo genuino de superarse y convertirse en maestro rural, como justificó el Presidente en el informe.

Estos elementos son claves para que la fiscalía impulse una investigación exhaustiva, pronta e imparcial contra miembros del Ejército. No se puede pedir pruebas a las madres ni a sus abogados sobre su involucramiento, porque es invertir la carga de la investigación a las víctimas. Corresponde al Estado profundizar en estas líneas de investigación y determinar la responsabilidad de los militares.

Desde las más altas esferas del poder se trató de silenciar lo que sucedió y se encubrió a los responsables. Durante más de ocho años el Ejército ocultó información de que 17 jóvenes pudieron ser trasladados de la comisaría de barandillas de Iguala a Loma de Coyotes. De acuerdo con las investigaciones, la noche del 26 de septiembre, el Ejército escuchó cómo hablaban los cabecillas de Guerreros Unidos y los policías de Iguala sobre la suerte de los estudiantes.

Conforme avanzó la investigación, el entonces subsecretario de derechos humanos, Alejandro Encinas, concluyó en su segundo informe que la desaparición de los 43 estudiantes constituyó un crimen de Estado, en el que participaron integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos y agentes de diversas instituciones del Estado mexicano. Los militares son una pieza clave dentro del tablero de los perpetradores; presenciaron la desaparición de los 43 normalistas; sin embargo, no lo evitaron y peor aún, lo negaron en sus declaraciones. También actuaron con opacidad al negar toda la información que resguardaron en el Centro Regional de Fusión de Inteligencia. Afirmar que no hay pruebas de su involucramiento y encarar a las víctimas y sus representantes para que las presenten es colocarse al lado de los responsables.

El informe del Presidente no tiene avances sustanciales del caso. Se limita a defender y encubrir al Ejército. Los mayores logros se obtuvieron cuando estuvo al frente de las investigaciones Alejandro Encinas y el fiscal especial Omar Gómez que contó con la coadyuvancia del GIEI. En ese tiempo se identificó a dos estudiantes y se obtuvo la declaración de varios testigos que permitieron trazar nuevas líneas de investigación. También se logró consignar a 20 militares. Con el nuevo fiscal la investigación se cayó. Desde entonces el Presidente la tomó en sus manos. Lejos quedó su compromiso de campaña, que Ayotzinapa sería el ejemplo de cómo se hace justicia en un gobierno democrático.

No tenemos la respuesta certera a esta relevante pregunta, pero sí hemos encontrado muchas pistas sobre lo que pudiera suceder en la próxima cita electoral presidencial en Ecuador.

En Celag DATA, después de 53 encuestas en América Latina, en ocho países en los últimos cinco años, consideramos que los estudios cuantitativos más precisos para estimar con mayor precisión el comportamiento electoral son los que se llevan a cabo con cierta distancia del día de la votación. ¿Por qué? Fundamentalmente, porque el resultado electoral se explica mejor desde la Política, en mayúsculas y en todas sus dimensiones: identidades políticas que son verdaderos surcos profundos de cada sociedad, sentidos comunes que ordenan preferencias sociales e ideológicas, preocupaciones cotidianas, horizontes que están en disputa, etcétera.

Indudablemente, la campaña electoral importa, pero mucho menos de lo que presuponemos. La vertiginosa coyuntura siempre provoca una relativa ceguera de perspectiva en todo proceso político.

Y por ello, una encuesta de cierto calado político y social, menos sometida al estrés electoral, nos ayuda mejor a entender lo que se avecina en cuestión de votos.

Nuestra última encuesta Celag DATA para Ecuador (presencial, con 2 mil 140 casos en todo el país) nos da claves importantes:

1. El país no funciona. La economía no va bien: 56.7 por ciento cree que el país atraviesa una fuerte crisis. No hay confianza en que hacia delante la situación vaya a mejorar (57.1 por ciento). Sólo una minoría (35.5 por ciento) considera que el FMI sea una buena solución para estabilizar la economía.

A su vez, en materia de seguridad, tampoco hay una sensación de mejora: para 72.3 por ciento la inseguridad no mejoró en sus barrios.

La mayoría de las instituciones no gozan de mucho apoyo. El Poder Judicial tiene una imagen negativa muy alta (65.3 por ciento); la Asamblea y los bancos, también (65.4 y 50.1 por ciento).

2. Noboa ha comenzado su declive.

Hace ocho meses que gobierna y hay muestras inequívocas de pérdida creciente de confianza. Por ejemplo, sólo 16.1 por ciento sostiene que la gestión económica es buena (42.1 por ciento regular y 41.2 por ciento mala). Otro dato en este mismo sentido: 57.1 por ciento considera que el actual gobierno no podrá mejorar la situación económica del país.

La evaluación general de su gestión no es mucho mejor. Los datos son muy similares.

Algo muy parecido ocurre en la lucha contra la inseguridad (la valoración buena es de 21 por ciento). Además, hay otro dato importante: 64 por ciento de los ecuatorianos está en desacuerdo con el incremento de impuestos al combustible y del iva para luchar contra la inseguridad.

La imagen negativa (49.8 por ciento) de Noboa ya es superior a la positiva (43.2 por ciento).

3. El correísmo está fuerte.

En cuanto a las opiniones sobre Rafael Correa, su imagen positiva asciende a 46.6 por ciento. Es un valor muy alto luego de tantos años de estar en el centro de la escena política. Es importante resaltar que entre los jóvenes su imagen positiva es aún mayor.

Las evaluaciones sobre su gestión como presidente son mayoritariamente positivas: 45.8 por ciento señala que fue buena, frente a 37.1 por ciento que la califica de regular, y sólo 14.4 por ciento afirma que fue mala.

4. El futuro y la nueva Constituyente.

La crisis de representatividad de la clase política es un fenómeno sin discusión: 67.3 por ciento afirma que la clase política vive en su burbuja, alejada de los problemas de la gente normal.

En este momento, luego de estos años de gran deterioro social, económico y político, los ecuatorianos quieren un cambio, y que no sea un cambio cualquiera.

Respecto de la posibilidad de realización de una Asamblea Constituyente, 49.8 por ciento afirma que sería una buena herramienta para mejorar el país, frente a 39 por ciento que señala que el país no la necesita.

Y por último, otro dato fundamental para adivinar lo que pudiera pasar en la próxima elección presidencial en Ecuador es que hay más gente que cree que lo peor que podría pasarle al país es que gane la derecha (43.4 por ciento), frente a 38.4 por ciento que considera que sería que gane el correísmo.

Parece que el péndulo en Ecuador está comenzando a moverse en otra dirección. La derecha ya demostró que no sabe gobernar, es injusta e ineficaz, y usar el odio como base movilizadora tiene sus límites en la realidad cotidiana que no mejora. Y por tanto el recuerdo de lo que fue un país mejor comienza a ser una opción deseada para un futuro inmediato.

* Doctor en economía, director de Celag

El asesinato de campesinos durante las protestas pacíficas frente a Granjas Carroll el 20 de junio devolvió al debate público a esta empresa, propiedad de Smithfield, la mayor productora industrial de cerdos en Estados Unidos, a su vez subsidiaria de WH Group de China, la mayor trasnacional porcícola global. Quien ordenó la brutal represión contra los campesinos lo hizo para defender esos intereses.

Los campesinos, integrantes del Movimiento en Defensa del Agua en la Cuenca Libres Oriental, defienden su derecho al agua, al territorio, a la salud, a producir alimentos sanos.

La trasnacional acapara el agua limpia y contamina los mantos freáticos, produce múltiples daños ambientales y enfermedades, sus instalaciones afectan a toda la Cuenca (https://tinyurl.com/473hdv6k).

Por si esto fuera poco, es además una pieza clave en la demanda de Estados Unidos contra México para imponer el maíz transgénico. Granjas Carroll, junto a otras grandes empresas transnacionales y nacionales de producción a gran escala de cerdos, pollos y reses, junto a las de producción de comida chatarra en México, son quienes importan el maíz transgénico.

Esas industrias están ligadas a las principales causas de muerte en México, sea por contaminación directa de agua, aire o tierra o por vender productos cuyo consumo se asocia a sufrir diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y renales. Además, los criaderos industriales generan enfermedades infecciosas por creación de nuevos virus, como la gripe porcina que se originó en Granjas Carroll y se transformó en pandemia.

Las empresas compran maíz transgénico porque les sale más barato para usar como forraje. También, porque a menudo son las mismas empresas o tienen acuerdos de colaboración entre ellas: las que venden el maíz transgénico, las que hacen contratos con los agricultores industriales de Estados Unidos, las que lo almacenan y las que lo importan a México para dar a sus cerdos y pollos industriales.

El maíz transgénico de Estados Unidos no es barato en realidad, el precio de venta resulta más económico a las empresas porque esa producción está subvencionada en Estados Unidos, en formas toleradas por el T-MEC, así lo aseguró ese país al firmar ese tratado comercial. También sale barato porque en ese precio no se reflejan todos los costos, por ejemplo, no incluyen daños al ambiente y la salud. En el grupo ETC estimamos, basados en numerosas fuentes, que por cada peso que pagamos por comida producida industrialmente, pagamos otros dos pesos más por los costos de salud y contaminación al ambiente que su producción genera. El dato fue refrendado por un estudio de la Fundación Rockefeller en 2021 (https://tinyurl.com/ysupbzsx).

La importación de este maíz transgénico barato se traduce también en competencia desleal contra la producción nacional. El maíz blanco que se usa en México para elaborar masa y tortillas, proviene de productores chicos o medianos nacionales, pero éstos se ven obligados a fijar precio según lo que marcan las importaciones, pero no reciben el apoyo que sí recibe la producción industrial en Estados Unidos.

Granjas Carroll y esa franja de empresas que importan maíz transgénico, son un factor clave para que México no haya logrado autosuficiencia alimentaria, como explica con sólidos datos Ana de Ita en su artículo El fracaso de la autosuficiencia alimentaria ( La Jornada, 7/7/24 (https://tinyurl.com/5n6bsk57).

Las políticas oficiales no apoyan a quienes producen maíz en México para masa y tortilla, pero paradójicamente sí a las empresas como Granjas Carroll, que sabotean la autosuficiencia al estimular el modelo de megagranjas de cría y el aumento de importación de maíz estadunidense que estas conllevan.

Por ejemplo, Conagua ha otorgado por muchos años numerosas concesiones de agua a Granjas Carroll, al tiempo que las escatima a los campesinos, que en reunión a principios de julio, se declararon en rebeldía contra este abuso. (https://tinyurl.com/3p7vs477)

Por su parte, el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos (conocido promotor de transgénicos y glifosato), visitó Granjas Carroll en junio de 2023 en gira oficial, y declaró que es empresa modelo a nivel mundial, a la cual también felicitó por los efectos positivos que produce en la región ¿En qué planeta vivirá el secretario? (https://tinyurl.com/5ebb5aj2).

Desde el primer decreto presidencial en 2020, que propuso la prohibición parcial del maíz transgénico y el glifosato, Villalobos aseguró a la gran industria agropecuaria en México y Estados Unidos que no tenían de que preocuparse, porque México seguiría importando ambos (https://tinyurl.com/4zc9ke5j). Lo podía asegurar porque desde su secretaría se facilita todo a las trasnacionales importadoras, al tiempo que se desatiende la producción de maíz blanco en México.

En este contexto fatal, el secretario Villalobos y su protegida Sol Ortiz, otra promotora de transgénicos, encargada de cambio climático en la Sader, promueven ahora que el maíz nativo se registre y se deposite en bancos, nuevamente, para facilitar que las empresas lo puedan usar, y al mismo tiempo, desconocer a las y los campesinos que se nieguen a tal falacia.

Al parecer se ha detenido a quienes apretaron el gatillo en Granjas Carroll. Quienes sostienen las armas, siguen impunes.

* Investigadora del Grupo ETC

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