3/08/2009

Periodistas pal cafe...............


José Agustín Ortiz Pinchetti: El despertar
Enfrentemos los hechos: México está en grave situación. Convergen varias líneas de ruptura: economía desordenada, sociedad dividida, ingobernabilidad en regiones estratégicas, fracaso del experimento democrático, corrupción que desquicia a las instituciones. Los optimistas opinan que la crisis durará el sexenio, aunque unos piensan que entre 10 y 12 años. Por primera vez he oído que analistas serios hablan de un colapso. Escenario indeseable para la clase gobernante, sus opositores y la nación.La crisis financiera de Estados Unidos y del primer mundo implica para ellos una mala época. Pero tienen recursos para afrontarla, instituciones democráticas y un mercado poderoso, una población bien entrenada y educada. Lo nuestro no es una crisis. Es el final de un proceso histórico. El agotamiento de una forma de vivir y de gobernar. Nuestra clase política no está en condiciones de afrontar las calamidades que nos amenazan. Quiere conservar una costumbre: el saqueo. Una norma: la impunidad. Calderón no nos puede convocar a nada significativo. Él y su equipo de ineptos deben estar aterrados ante la tormenta.Hay quienes ven el regreso del PRI como inevitable. Le atribuyen ahora oficio político. El PRI sólo podría ganar gracias a la amnesia de los mexicanos acompañada por una campaña mediática de trillones de pesos. Es un partido que no se ha renovado, que no ha hecho autocrítica de sus excesos, que llama vocación de poder a la cleptocracia, que hundió a México: los males actuales se originaron todos en los regímenes finales del priísmo. Volver a votar por él significa el sometimiento a lo peor. La renuncia al cambio y a la democracia. Me recuerda aquel chiste desagradable de los dos náufragos y una muchacha en la isla desierta que termina con aquello de que asqueados de lo que estaban haciendo decidieron desenterrar a la muchacha.Llegado este punto, mis lectores pueden esperar a que yo diga que la única salvación son AMLO y su proyecto alternativo. Se equivocan. Nuestra apuesta debe de ser a una insurgencia cívica de la población activa y participativa inconforme con el desastre. Cada vez mejor informada y con vocación de organizarse con mayor conciencia de sí misma. AMLO podrá ser un líder de esa gente, pero no podrá sustituirla. En eso reside nuestra esperanza. El pueblo mexicano se ha levantado varias veces del lecho de enfermo cuando se creía que no tenía remedio. En proporción, hoy contamos con una enorme masa de gente preparada que quiere el cambio y va por él. Ellos son la esperanza que busca su oportunidad.
jaorpin@yahoo.com.mx
Alfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
El connotado economista James Galbraith (JG) nos envió el video de su ponencia ante el Congreso de Estados Unidos (EU) sobre el rescate bancario hasta ahora fallido.JG ha ascendido por méritos propios, pese a ser hijo de uno de los más célebres economistas del mundo: el canadiense-estadunidense John Kenneth Galbraith, uno de cuyos mejores libros de su obra pletórica es El gran crac de 1929.El pasado 26 de febrero expuso sus trascendentales consejos al Comité de Servicios Financieros de la Cámara, en el contexto de la Conducta de la Política Monetaria. Sus sugerencias fueron de corte rooseveltiano, en oposición a los fundamentalistas monetaristas: el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, quien cumple los designios de la insolvente Goldman Sachs, y del gobernador de la Reserva Federal, Ben Shalom Bernanke, alias Helicóptero, quien prometió imprimir los billetes necesarios para luego lanzarlos desde los cielos.Fustigó que el pronóstico de base de la enmienda de recuperación está fundado en un supuesto mecánico y sustentado en relaciones estadísticas entre variables no financieras. Esta crítica es demoledora en términos profesionales y significa que se fundó en pura quimera. El resultado: la cantidad asignada fue muy pequeña.Imprecó a Bernanke, quien actúa con fe ciega, por haber asegurado en Londres el pasado enero que la economía global se recuperará cuando nunca dijo lo que verdaderamente sabe.Asevero que la política monetaria tiene poco poder para restablecer el crecimiento en una fase de depresión. Los problemas económicos rebasan el aspecto de la liquidez per se, por lo que el plan bancario de rescate de Geithner no funcionará: remover los malos activos de las hojas de contabilidad de los bancos constituye un ejercicio costoso de futilidad.Lo que quizá ignore nuestro amigo JG es que es más fácil convencer a un esquizofrénico que a un monetarista neoliberal quien se cree imbuido de inmanencia teológica que le confirió el inexistente Dios mercado.No existe razón alguna, prosigue JG, para creer que el flujo de préstamos será restablecido ni que los bancos, que hace mucho abandonaron prácticas prudentes y ordinarias de empréstitos, van de alguna manera a regresar a ellas después de haber sido castigados. Los banqueros no cambiarán su conducta. Es cierto porque, además de teólogos desacralizados, son adictos a las apuestas especulativas: ¿Por qué van a cambiar su conducta si sus pérdidas son efectivamente garantizadas por la Secretaría del Tesoro?Lamenta que la Secretaría del Tesoro no conseguirá sus objetivos, mientras los riesgos desencadenarán la inflación y obstruirán el crecimiento.El Tesoro ha garantizado los malos activos a tasas arriba del valor del mercado, lo que equivale a una transferencia a quienes poseen estos activos y preserva la riqueza de los de adentro del banco y de los inversionistas financieros, mientras falla en prevenir el colapso de la riqueza de casi todos los demás. Desmonta que el crédito no es un flujo, sino un contrato, por lo que de nada sirve rellenar a los bancos con dinero. Lo peor del plan de la Secretaría del Tesoro es que tendrá un efecto perverso en la distribución de la riqueza y agrega que difícilmente el público de EU lo tolerará por mucho tiempo.A propósito, Zbigniew Brzezinski, asesor del ex presidente Carter y ahora muy cercano a Obama, advirtió sobre revueltas sociales en EU si la economía seguía su espiral descendente (Press Tv, 21/2/09).Ben Helicóptero Bernanke, presidente de la Reserva Federal estadunidense, a finales de febrero en el CapitolioFoto Reuters A juicio de JG, la alternativa viable consiste en colocar a los grandes bancos en suspensión de pagos, asegurar sus depósitos, sustituir a su gerencia, realizar una auditoría limpia (¡súper sic!), y aislar los malos activos.Para que la economía siga funcionando se debe crear un banco público (¡súper sic!) que proporcione suficientes préstamos a los negocios pequeños, medianos y grandes. Recordó que tal fue la función de la Corporación de Reconstrucción Financiera durante la Depresión.Reclamó un incremento permanente –y no la reducción equivocada y peligrosa– en los beneficios del Seguro Social para compensar las pérdidas que sufre la población de la tercera edad, así como la disminución en la edad de elegibilidad del Seguro Médico.Urgió una moratoria integral de los nuevos embargos de las casas adeudadas y la transferencia de todo el portafolio de hipotecas a una entidad similar a la Corporación de Préstamos a los Propietarios de las Casas, como en la Depresión, que distinguiría entre los deudores honestos y fraudulentos y que clasifique a los propietarios legítimos y maneje o disponga las propiedades del restante. Mientras, toda la gente gozará del derecho presuntivo de permanecer en sus hogares.Solicitó la creación de un fondo de infraestructura nacional, como instalación permanente (sic) que pueda proveer fondos a los estados, localidades y regiones, independientemente de las condiciones del mercado, que sirva como fuente de estandarización y que provea una medida de vigilancia.Nick Baumann (NB), en Mother Jones (27/2/09), sintetiza lo que JG planteó: Obama no está haciendo lo suficiente para resolver la crisis financiera.NB resalta que JG compara la presente crisis de EU con el gran crac de 1929, y que el gobierno no está tomando las medidas adecuadas para contrarrestarlo. Refiere que JG señaló seis problemas significativos:1. La Casa Blanca ha sido muy optimista; 2. “los orígenes de la crisis subyacen en el desmoronamiento del sistema bancario y financiero, como consecuencia de la ruptura en la regulación de las hipotecas, de los seguros y los credit default swaps (derivados de crédito que protegen contra la falta de pagos, CDS, por sus siglas en inglés). Los CDS, como nos anticipamos, son unos vulgares instrumentos financieros especulativos del casino neoliberal global. Tal mezcla financiera explosiva no había sido vista en nuestras vidas, advirtió JG; 3. colocar a los grandes bancos en suspensión de pagos y crear la Corporación de Reconstrucción Financiera; 4. el Seguro Social y el Medicare no están causando nuestros problemas; 5. la crisis inmobiliaria, y 6. la administración Obama deberá pensar a largo plazo, en especial sobre la infraestructura, la energía y el dólar. JG aconsejó reducir la importación del crudo y conservar la energía. Sobre el dólar aduce que la crisis mundial reveló la fuerza relativa del dólar y la debilidad estructural del euro y de otras importantes divisas, pero previno que la inestabilidad de las divisas mundiales puede producir una espiral acumulativa de un colapso (¡súper sic!) económico global, situación para la que no estamos bien preparados, por lo que sugirió mayor atención a la arquitectura financiera, con el fin de lograr una expansión fiscal coordinada, sin dejar de admitir la seria posibilidad de una crisis mucho mayor.El gobierno calderonista panista y el Congreso mexicano disponen ya de un mapa de ruta para salvar también a México atado al Titanic neoliberal de EU: el Plan Galbraith.
Arnaldo Córdova: El atraco al derecho del trabajo
Hace unas semanas vi publicada en La Jornada una nota de Patricia Muñoz Ríos que daba cuenta de una propuesta de reforma laboral presentada por el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano Alarcón. La nota me hizo pensar que Don Roque había ya ofrecido una iniciativa de ley en toda forma. La busqué sin éxito. Lo que obtuve por Internet fue un documento de 114 cuartillas en forma de dos columnas: una, con los artículos de la ley vigente que se sugiere se reformen y, otra, con las reformas propuestas. El artículo de Arturo Alcalde Justiniani no lo leí por andar fuera de la ciudad, pero luego leí el de Néstor de Buen, quien habla de una supuesta ley Lozano. Le pedí que me mandara el documento, pero sólo me envió el que yo ya había bajado.Como lo señaló Arturo, no se trata de un proyecto de ley, sino, dice él, de una especie de pliego petitorio empresarial. Se presenta como la recopilación de todas las propuestas que se han hecho a lo largo del debate en torno de la reforma y Alcalde lo desmiente con toda razón, pues ignora totalmente las que se hicieron y, además, bien fundadas, desde la academia y los especialistas, el sindicalismo, el foro, la sociedad civil y la experiencia internacional. En los hechos, se trata de una abolición del régimen constitucional del trabajo que conlleva varios rubros, entre ellos el arrinconamiento del sindicalismo como asociación de defensa y resistencia de los trabajadores, la anulación de la figura del contrato, individual o colectivo, y directo entre el patrono y el trabajador (se sustituye por el contratismo de mano de obra, el llamado a la gringa outsourcing, y se le trata de reglamentar in extenso) y, con ello, las responsabilidades constitucionales del empleador.También se lleva al derecho de huelga y sus objetivos, constitucionales asimismo, que consisten en conseguir el equilibrio entre los diversos factores de la producción, armonizando los derechos del trabajo con los del capital (actual fracción 18 del apartado A del 123), casi a los límites fuera del derecho. No sólo se propone toda una serie de nuevos requisitos, entre los cuales está el que cada trabajador se declare en favor o en contra del movimiento, así como el de obligar a los sindicatos a proporcionar sus nombres, sino que, en caso de huelgas prolongadas (los mineros son expertos en hacer huelgas que a veces duran hasta siete o más años), el patrón afectado sólo estará obligado a pagar seis meses de salarios caídos (artículos 899-A, fracción tercera; 920, fracción cuarta, inciso c, y 48).Cuando en 1917 el diputado constituyente Froylán C. Manjarrez propuso que se adicionara el texto constitucional con un título sexto, integrado por un único artículo que sería el 123, en Estados Unidos y otros países funcionaba plenamente el contratismo de mano de obra que buscaba, esencialmente, evitar la acción de los sindicatos y anular la libertad del trabajador para tratar directamente con su empleador. En ese sistema, el patrono estaba libre de compromisos con el trabajador y éste sólo se las entendía con su contratista. En México, la contratación directa del trabajador con su empresario en lo individual o de su sindicato con el mismo fue la regla imperante hasta hace unos años, cuando empezó a prosperar ese nuevo modo de hacer negocios que muchos llaman neoliberalismo.Ese sistema llegó a anular, incluso, la labor servil de los sindicatos blancos para proteger a los capitalistas de las demandas de sus trabajadores, que siempre consideraron excesivas. Nunca ha funcionado bien en México. Se usa, muchísimas veces, fuera de la ley y abiertamente para anular los derechos constitucionales del trabajo. De la Madrid, Salinas y, más todavía, Zedillo lo hicieron progresar. De pronto vimos que los abogados de los trabajadores empezaron a perder sus juicios por la sencilla razón de que los derechos de sus representados ya no caían en las anteriores previsiones de la Ley Federal del Trabajo y que, en los juicios de amparo, ya no podían alegar en favor de ellos las instituciones del artículo 123 constitucional.Los artículos 15-A a 15-5 del pliego petitorio de Don Roque son un intento por consagrar ese inicuo sistema. El primer artículo lo define como subcontratación y establece que el subcontratista acordará con el patrón todo lo conducente. Del trabajador no se dice ni media palabra. El siguiente (15-B) dice que el contrato entre ellos será por escrito. El que viene después (15-C) establece que el subcontratista deberá cumplir con las disposiciones en la materia, cosa que se deja en el aire. El último (15-D) contempla la posibilidad de dolo si el subcontratista simula salarios y prestaciones menores o usa a los trabajadores en varias empresas. Todo mundo sabe que todo eso no tiene forma de verificarse y lo usual es que ni la autoridad laboral se dé cuenta de cómo funciona en los hechos.El 123 sólo refiere esa forma de empleo en su fracción 14 del apartado A, en la obligatoriedad del patrono de hacerse responsable en caso de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales. En el proyecto de Don Roque no se hace mención de ello. El subcontratista, por lo que puede verse, sólo hace contratos individuales y nunca colectivos, pues no trata con sindicatos. Así que al patrono se le facilita la tarea: trata con el subcontratista cuando no le conviene el sindicato y (dudo que se dé el caso) viceversa. El resultado es la abolición del 123 y su estructura garantista. Si a esto se añade la práctica de la flexibilización de las relaciones laborales, que consiste en utilizar al trabajador sólo en los tiempos en que el empresario lo necesite y que no se acaba de reglamentar adecuadamente, el cuadro está completo: la total anulación de los derechos del trabajador y del 123 que lo protege o debería hacerlo, pues la jornada de trabajo, garantizada constitucionalmente, se vuelve una entelequia. El nuevo artículo 83 permitiría el pago del tiempo de trabajo no por jornada, sino por horas.Como podrá verse, de aprobarse las propuestas de Don Roque y de sus amos panistas (antes lo fueron priístas), ya no habría modo racional, humano (humanista, decía Mario de la Cueva), constitucional ni jurídico de concebir al trabajador como ser que produce la riqueza nacional y que, como tal, debe ser considerado y protegido como un bien de la nación. Si el empresario no aporta o no lo puede hacer, su riqueza, hay otras fuentes de financiamiento de la producción. Sin el trabajador no hay producción posible ni podrá haber país para los mexicanos. A algunos, no hay remedio, nos encanta ser catastrofistas.
Néstor de Buen: Elecciones
Todo indica que el próximo julio, además de celebrar –quien lo quiera celebrar– la independencia de Estados Unidos, se producirá un cambio notable en los niveles de representación en la Cámara de Diputados. No me parece que sea consecuencia de que el PRI haya cambiado su rumbo y que ahora merece, lo que no había pasado en el pasado muy pasado, el tener una mayoría y que no es difícil que esa mayoría sea absoluta. En mi concepto el motivo es que el PAN no ha sabido aprovechar el poder y se está desmoronando ayudado por la hegemonía evidente de los narcotraficantes, sin que ninguna reforma que hubiere provocado, si es que hay alguna, pudiere ser un factor a su favor.Los posibles candidatos del PRI no inspiran mayores simpatías. No porque no las tengan en lo personal: en realidad no los conozco ni de vista, sino porque da la impresión de que juegan el mismo juego de toda la vida y la experiencia ha sido muy negativa con ese juego. Pondría en lugar aparte nada menos que a la presidenta del partido, que es una mujer inteligente, con evidente personalidad y que ha tenido experiencia política de sobra.Eso significa que el resultado previsible no será el triunfo de un PRI renovado sino el fracaso de un PAN sin esperanzas. Paso revista a sus más destacados representantes y no encuentro de qué manera podrán competir con la experiencia del PRI, de esa de la que no hay que fiarse.A la izquierda la veo a la deriva. El prolongado conflicto en el PRD por la presidencia ha provocado divisiones y desconfianza. Hoy leo que en Zacatecas cuatro diputados han renunciado al PRD. Me enfada la situación porque hace difícil aportar un voto que finalmente sirva sólo a medias. La respuesta, que me molesta sobremanera, es la abstención, una cierta forma de desprenderse de la complicidad de un resultado que no satisface. Una abstención que no asumiría la forma tradicional de no asistir a las elecciones sino de hacerlo, pero cancelando la boleta de manera que no pueda ser utilizada por cualquier partido.No deja de ser la abstención una forma de votar. Me temo que en julio esa corriente podrá llegar a ser dominante. Mi esperanza es que de aquí a la fecha de las elecciones se produzcan reacciones adecuadas en los partidos de izquierda y busquen un pacto de unidad que, como están las cosas, podría generar una mayoría interesante.Todo parece indicar, sin embargo, que el PAN quedará en muy mala posición, lo que aprovechará el PRI para lograr un resultado positivo, que no se deberá a cambio alguno interno sino a la autoderrota de su principal adversario, hoy en el poder.Por el rumbo de las organizaciones sindicales democráticas se podrán perseguir buenos resultados. El ejemplo del sindicato minero en su lucha a fondo contra Minera México, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y otras autoridades del gobierno puede servir de ejemplo.
Antonio Gershenson: Consejeros profesionales
La reciente selección de los cuatro consejeros profesionales para el consejo de administración de Pemex no se ajustó a los criterios, supuestamente de profesionalismo, que se desprenden de la nueva legislación. Se trata de la Ley de Petróleos Mexicanos, antes llamada Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos.El criterio básico que se siguió, en los hechos, fue político partidario. Se puede considerar que hubo un consejero del PRI, uno del PRD, uno del PAN y otro del gobierno panista. Entre las funciones de estos consejeros vamos a referirnos a la presidencia de los comités que deberán formarse en Pemex. Todos serán presididos por un consejero profesional, o rotativamente por tres de ellos. Dos comités tendrán presidencia rotativa entre tres de los cuatro consejeros, y otros cuatro tendrán, cada uno, como presidente a uno de los cuatro consejeros profesionales. En promedio, cada consejero profesional estaría presidiendo aproximadamente dos comités.Algunos ejemplos: El Comité de Estrategia e Inversiones estará presidido por un consejero profesional y tendrá, entre otras funciones, el análisis del plan de negocios y el portafolio de inversiones de dicho descentralizado y sus organismos subsidiarios. Asimismo, llevará el seguimiento de las inversiones y su evaluación, una vez que hayan sido realizadas. Esto último implica dar seguimiento a todas las obras, incluso ya terminadas. Hacemos notar que el lenguaje aplicado a Pemex, plan de negocios y portafolio de inversiones, es el usado para empresas privadas. La responsabilidad sobre todas estas funciones se supone que debería implicar experiencia y calificación. Esto no es congruente con que se repartan estas consejerías, como ocurre, entre partidos y gobierno.Otro: El Comité de Adquisiciones, Arrendamientos, Obras y Servicios será presidido por un consejero profesional. Entre sus funciones está dictaminar sobre la procedencia de no celebrar licitaciones públicas, en términos de las disposiciones aplicables, y definir, con base en la justificación que para tal efecto presente el área requirente, el procedimiento para la contratación, que puede ser a través de invitación restringida o de adjudicación directa.El artículo 134 de la Constitución establece que las adquisiciones, arrendamientos y enajenaciones de todo tipo de bienes, prestación de servicios de cualquier naturaleza y la contratación de obra que realicen, se adjudicarán o llevarán a cabo a través de licitaciones públicas mediante convocatoria pública, y que otras formas serán por excepción. Normalmente, si el costo del contrato estaba debajo de ciertos límites, si era pequeño, se permitían la invitación restringida o la adjudicación directa. Para Pemex, todo eso se va a la basura, el comité en cuestión puede autorizar y ya.El que el comité sea presidido por un consejero que proviene de un reparto entre partidos y gobierno, agrava aún más este problema.Otro ejemplo: El Comité de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable estará integrado por tres consejeros profesionales y será presidido, de manera rotatoria, por uno de ellos, según lo determine el consejo de administración. De modo que tres de los cuatro consejeros profesionales deben tener la calificación y experiencia para cumplir funciones, entre las cuales están:Elaborar los programas de prevención de derrames de hidrocarburos, tanto en zonas terrestres como marítimas. ¿Acaso no se requiere calificación y experiencia específica para esto? Elaborar programas de sustitución progresiva de los hidrocarburos por energías alternativas. ¿Seguro que tres de los cuatro consejeros conocen las fuentes de energía alternativa y los hidrocarburos lo suficiente como para, ya no digamos dirigir la elaboración, sino entender de lo que se tratarían estos programas?Hay que reconocer que era peor que el Presidente nombrara a los consejeros por dedazo, a que se negocien cuatro de ellos entre partidos y gobierno. Pero esto último, ¿en qué medida puede resolver los problemas de Pemex? ¿Y, en cambio, en qué medida puede facilitar pasos adicionales de la privatización, con una legislación que considera a Pemex como corporación cuando que legalmente es un organismo público descentralizado?
Mario Di Costanzo Armenta: Piensa mal y acertarás
Durante los últimos días mucho se ha comentado sobre la situación que existe en torno del tipo de cambio en nuestra economía: por un lado, Agustín Carstens ha señalado que el peso mexicano está subvaluado debido a que los fundamentales de la economía están sanos, mientras que, por el otro, no falta quien señala –es el caso de algunos representantes de casas de bolsa y casas de cambio– que en nuestro país ya se da el fenómeno de la fuga de capitales y de los ya famosos sacadólares.De esta manera, más allá de entrar en un debate sobre lo que Agustín Carstens entiende por fundamentales o por sanos, el hecho es que si tomamos como referencia los 10 pesos por dólar que fue el precio al que el 25 de julio del año pasado la Secretaría de Hacienda compró 8 mil millones de dólares de reservas internacionales al Banco de México, podemos darnos cuenta que la devaluación de nuestra moneda ha sido, a la fecha, de 50 por ciento.Así, esta situación es una evidencia clara de que algo grave sucede en las entrañas financieras del país, por lo que, para tratar de entender lo anterior y ante la persistente negativa del Banco de México y de Hacienda de informar sobre quién o quiénes están necesitando tantos dólares, valdría la pena tener algunos malos pensamientos.Hay que recordar que en octubre pasado, cuando el tipo de cambio se movió abruptamente a 13.50 pesos, la situación se atribuyó a un grupo de empresas que utilizaron un mecanismo de cobertura cambiaria (especulación), conocido como operaciones de derivados o instrumentos derivados y originaron presiones sobre el tipo de cambio.Ahí se supo que empresas como Comercial Mexicana, Autlán, Grupo Posadas, Gruma, Bachoco, Cemex, Vitro, Alfa o Grupo Industrial Saltillo habían perdido aproximadamente 2 mil 300 millones de dólares.En aquella ocasión mucho se habló de que estas empresas iban a ser investigadas y castigadas por sus prácticas financieras. Sin embargo, el hecho parece que quedó en el olvido: las presiones sobre el tipo de cambio han continuado y para Carstens y su equipo la situación ha resultado sorprendente.Tal parece que estos señores no se percatan de que en los últimos informes financieros de diversas instituciones bancarias se observa un incremento desproporcionado en el pasivo de sus balances, en el rubro denominado operaciones con instrumentos financieros derivados.Así, por ejemplo, en el caso de BBVA-Bancomer entre 2007 y 2008 este saldo del pasivo se incrementó en 131 por ciento, al pasar de 63 mil 437 a 147 mil 209 millones de pesos; en el caso de Banamex, el crecimiento fue de 161 por ciento al pasar de 25 mil 312 a 66 mil 240 millones de pesos; y en el caso de Banorte, el crecimiento fue de 341 por ciento, al pasar de 2 mil 435 a 10 mil 746 millones de pesos.Es decir, que si 2 mil 300 millones de dólares (la pérdida reportada por estas nueve empresas que jugaron con estos instrumentos derivados) provocaron una crisis sobre el tipo de cambio, ¿qué va a pasar si tan sólo estos tres bancos ya reportan casi 15 mil millones de dólares en pasivos de operaciones con instrumentos derivados?La situación se torna más preocupante porque muchos presidentes o integrantes de los consejos de administración de las empresas que perdieron por especular, casualmente integran también los consejos de administración de los bancos señalados.De esta manera, Lorenzo Zambrano, presidente de Cemex, es integrante del consejo de administración de Banamex y de Grupo Alfa; por su parte, Roberto Hernández pertenece a los consejos de administración de Banamex y de Gruma; y en el caso de Gastón Azcárraga, pertenece a los consejos de Grupo Posadas y de BBVA.Por ello debemos preguntarnos si estos prominentes empresarios, que realizaron prácticas especulativas con el tipo de cambio a través de sus empresas y que al final perdieron, tuvieron a bien sugerir su brillante estrategia a las instituciones bancarias en las que prestan sus servicios como consejeros y entonces esas mismas instituciones presentan actualmente problemas o pérdidas con instrumentos financieros derivados, que superan por mucho a los 2 mil 300 millones de dólares que ellos perdieron.O si bien fueron las instituciones bancarias las que trataron de especular con los instrumentos financieros derivados y estos señores, al ser consejeros de los bancos, llevaron estas prácticas a sus empresas.Tal parece que, al final, lo importante no es saber qué fue primero si el huevo o la gallina, sino más bien que si pensamos mal, podemos acertar en saber quién o quiénes son los que están comprando dólares en el país.Finalmente, también debemos preguntarnos dónde está la utilidad obtenida por el Banco de México y que es producto de la venta de aproximadamente 20 mil millones de dólares de reservas internacionales, a un promedio de 14 pesos por dólar.Lo anterior cobra relevancia porque los dólares que ha subastado el Banco de México tuvieron su origen en los excedentes petroleros y todavía eran de los que se adquirían a 10 pesos por dólar, por lo que Guillermo Ortiz podría tener en la caja de la institución casi 80 mil millones de pesos… y no quisiera pensar en la tentación que eso representa en un año electoral.Pero en fin: piensa mal y acertarás.


LA JORNADA EDITORIAL

Caso Florence Cassez: ¿justicia claudicante?La visita a México del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que se inicia formalmente mañana, tiene como inevitable telón de fondo la presión ejercida por ese país a las autoridades mexicanas para repatriar a Florence Cassez, ciudadana francesa inculpada por pertenecer a la banda de secuestradores Los Zodiaco, reconocida por distintas víctimas de plagio y condenada en dos ocasiones –primero a 96 y posteriormente a 60 años de prisión– por los delitos de privación ilegal de la libertad y delincuencia organizada.Al respecto, son significativas las declaraciones realizadas por Luc Chatel, el portavoz de Sarkozy, en el sentido de que el presidente francés tiene como objetivo repatriar a Cassez y de que el tema será tratado con el titular del Ejecutivo federal, Felipe Calderón, y los asertos de este último en el sentido de que Cassez podría solicitar su transferencia a un centro de reclusión en su país natal, de conformidad con lo estipulado en la Convención de Estrasburgo. Tales afirmaciones ponen en evidencia que la discusión sobre ese eventual traslado de la ciudadana francesa –un tema que debería permanecer en el ámbito jurídico– se ha politizado al grado de ser considerado para incluirlo en la agenda bilateral.La situación comentada da cuenta, en primer lugar, de que el gobierno de Francia se ha erigido en defensor de sus ciudadanos que han infringido la legalidad en otros países. Es inevitable remitirse a la intercesión realizada por el propio Sarkozy ante las autoridades de Chad por los franceses integrantes de la organización Arca de Zoé, que pretendía trasladar a Europa a una centena de niños africanos presuntamente huérfanos, como parte de una misión humanitaria, menores que, según declaraciones posteriores del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, no habían perdido a sus padres, y cuyo traslado obedecía a que iban a ser vendidos a familias que habían pagado ya cierta cantidad de dinero para quedarse con ellos. Dicha actitud da cuenta de un espíritu intervencionista y hasta colonialista en los actuales ocupantes del Palacio del Eliseo.Es claro, por lo demás, que a las autoridades mexicanas les corresponde una cuota de responsabilidad en el enrarecimiento y el cariz sensacionalista que ha adquirido el caso Florence Cassez en Francia. Baste mencionar las irregularidades que se dieron durante la detención de los integrantes de Los Zodiaco, el 9 de diciembre de 2005, cuando la Agencia Federal de Investigación, entonces a cargo de Genaro García Luna, hoy titular de Seguridad Pública federal, reconstruyó, a petición de las dos principales televisoras del país, el operativo de captura de Florence Cassez y otros presuntos integrantes de la banda referida, a fin de que pudiera ser transmitido en vivo. Posteriormente el propio García Luna reconoció que todo se había tratado de un montaje, declaración que acabó por dar municiones a los defensores de la ciudadana francesa y que sin duda empeoró la imagen de la institucionalidad de procuración de justicia mexicana en el exterior.Con todo, sería inadmisible que, en la actual circunstancia, el gobierno calderonista cediera ante las presiones y permitiera el regreso de Cassez a su país. Ello resultaría un agravio para el conjunto de la sociedad mexicana, en un momento en que el flagelo de la criminalidad ha sembrado un enorme sentir de zozobra, temor y desamparo en la población, y pondría en evidencia que el supuesto compromiso del calderonismo con la legalidad termina en donde comienzan los intereses de las potencias internacionales.




Carlos Monsiváis
Notas de la semana
El miedo que te quede libre

I En 2009 está profundamente en duda la interminable transición a la democracia. La sociedad, en su mayoría, desconfía de los partidos, rechaza los gobiernos, se siente despojada a diario. Luego de su triunfo tan cuestionable, el presidente Felipe Calderón no ha conseguido la credibilidad necesaria y ha perdido aun una parte sustancial de sus apoyos en la derecha tradicional. Lorenzo Servitje, el empresario conservador más prestigiado en su espacio ideológico, que apoyó su campaña, ahora habla del fin del “microsexenio” de Calderón: “Con la falta de legitimidad, ingobernabilidad social y empecinamiento en conservar en su gabinete y en los principales puestos públicos a sus amigos y gente inepta, es difícil que Felipe Calderón se conserve en el poder”. El tema básico no es la perdurabilidad de Calderón los cuatro años que le quedan en el mando, sino la muy mencionada y admitida descomposición de la sociedad. Grupos literalmente hambrientos asaltan los trenes en busca de granos de maíz, en las calles de las ciudades las multitudes andan en pos del empleo o en pos de que las mafias que controlan el comercio marginal les den entrada, el gobierno de Nuevo León acusa a quienes protestan por la situación económica y por la presencia del Ejército en las calles de “pagados por el narcotráfico”. Al mismo tiempo, en los partidos políticos desaparece cualquier asomo de debate ideológico o de visiones críticas. El Partido Acción Nacional mantiene su conservadurismo a ultranza y no lo modifica en lo mínimo, no obstante sus fracasos ostentosos en cada batalla cultural que emprende; el PRI, con grandes posibilidades de volver al poder, aunque sin candidatos que le den fuerza a sus posibilidades, es una confederación de tribus a las que si se les quiere encontrar ubicación histórica se les puede decir “feudales”, y el Partido de la Revolución Democrática, muy obviamente corrompido en buena parte de su dirección, ha extraviado en el metro, por ligarlos a un sitio popular, la identidad de izquierda. No obstante el derrumbe del grupo que renta carismas y solicita maestros de dicción para aparecer en los comerciales del PRD, la izquierda mantiene una poderosa fuerza social, ya no identificada con el PRD (aunque quizá vote por alguno de sus candidatos), pero muy resistente en lo político, lo ecológico, lo cultural, lo social, las causas de la bioética. Este sector carece por ahora de consecuencias electorales. * * * Pese a todo, siguen siendo fundamentales las ideas en este periodo de supervivencia. Así se agoten y pierdan eficacia, o se diluyan y enturbien, las ideas genuinas incitan a las movilizaciones y la resistencia. Véase si no la trascendencia de las ideas contenidas en estas palabras clave: sociedad civil, tolerancia, transición a la democracia, programas políticos incluyentes, diversidad, pluralidad y empoderamiento, de consecuencias amplísimas aun si devienen lugares comunes o abstracciones pobres. El proceso trasciende las formaciones políticas tradicionales, y en las alternativas al pensamiento único, hoy tan averiado, las ideas desempeñan un papel principalísimo. II El 13 de febrero de 2009, el presidente Felipe Calderón, en la residencia de Los Pinos ante la cúpula del Partido Revolucionario Institucional, es enfático: “Si no lo hacemos, si no ganamos esa batalla (contra la delincuencia), puede ser que la próxima vez que vengan a Los Pinos se tengan que sentar con un presidente narcotraficante”. Luego, en una lucha repetición por repetición contra la sintaxis, el secretario de Economía Gerardo Ruiz Mateos, coincide: “De fracasar el combate contra la delincuencia organizada, el próximo presidente de la República será un narco. La lógica del ataque del gobierno en materia del narcotráfico es porque precisamente el narcotráfico ya había hecho un Estado dentro del mismo Estado. Es un problema serio, tan serio que tuvimos que entrar, lo más fácil era dejarlo, como dice mucha gente, dejarlo en el estatus en el que estaba, y sí te puedo asegurar que el presidente de la República sería un narcotraficante”.* * * Desde Estados Unidos las voces de alarma no coinciden con la seguridad del gobierno mexicano de estar ganándole al crimen organizado. Por un lado, las autoridades federales de Estados Unidos le envían al gobierno frases de salvamento; por otro, cito un ejemplo, el ex zar del combate a la droga Barry McCaffrey, asegura: “México se encuentra al borde del abismo y se puede convertir en un narcoestado en la próxima década” (29 de diciembre de 2008). Y para alejarse personalmente del abismo, y en otra de sus andanadas contra los culpables (todos los demás), Felipe Calderón es enfático: “Habría que preguntarse cómo es posible que hayamos como pueblo sido capaces de tolerar que semejante barbarie penetrara en la sociedad mexicana, que se asentara en nuestras calles, que penetrara en nuestras autoridades” (15 de febrero de 2009). Luego, convencido de que la autocrítica es un género apátrida, agrega: “El gobierno no puede ni debe hacer solo la tarea de liberar a México de la violencia, por eso, demando la colaboración de las autoridades estatales y a los ciudadanos les pido atorarle a los problemas” (6 de marzo de 2009). Los grupos del narcotráfico tienen su ejército, sus propios policías, su equipo de inteligencia y de espionaje, a sus propios financieros con los que estudian el mercado. Además, ya cuentan con territorios y ciudades, como reconocen dos secretarios de Gobernación (Juan Camilo Mouriño, Fernando Gómez Mont), sobredeterminan un buen número de gobiernos locales por medio del apoyo o la intimidación o la mezcla de persuasiones, pagan candidaturas a diputaciones y alcaldías, se asocian con empresarios y banqueros, manejan cifras espectaculares de lavado de dinero (actividad casi lícita en la medida en que no se investiga), y compran en Estados Unidos armamentos de primer orden. En síntesis, desafían al Estado mexicano en varios aspectos y ponen en entredicho el funcionamiento de diversas instituciones no sólo de justicia. Si lo anterior no es cierto, y en el estilo más puro del régimen, cúlpense, lectores, a ustedes mismos por creerle a la realidad, tan influida por la ciencia ficción.

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