12/23/2009


Conforme sobre desarrollo humano de la ONU en cuatro países

Persiste alta vulnerabilidad y exclusión de las mujeres

Por Anayeli García Martínez

México, DF 22 dic 09 (CIMAC).- El contexto social y económico de las y los jóvenes en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, países que conforman el Mercosur, es especialmente desalentador para las mujeres, ya que ellas son más vulnerables a la exclusión social que los hombres, señala el Informe sobre desarrollo humano 2009-2010 de esa región, “Innovar para incluir: jóvenes y desarrollo humano”.

De acuerdo con las estadísticas recabadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), desde el punto de vista de la educación y el empleo, si bien es cierto que los logros educativos de las mujeres son superiores a los de los hombres, ellas enfrentan tasas de desempleo más elevadas, mayor carga de trabajo doméstico, una inserción laboral de peor calidad y niveles bajos de protección social.

Respecto a la salud sexual y reproductiva, los comportamientos reproductivos revelan signos claros de inequidad social que afectan especialmente a las mujeres, pues el estudio indica que las jóvenes de los estratos de bajos ingresos establecen uniones conyugales y asumen la maternidad a edades más tempranas que aquellas de ingresos más altos.

El documento añade que en los países estudiados se pueden apreciar agudas brechas entre mujeres y hombres debido a que ellas tienen niveles de desarrollo humano menores que los hombres, y sus niveles de educación e ingresos están por debajo del núcleo familiar. En general, las jóvenes tienen un ingreso potencial sustancialmente menor que el de los hombres.

EXCLUSIÓN SOCIAL Y VIOLENCIA DE GÉNERO

Los datos de la Encuesta para el Desarrollo Humano en el Mercosur (IDHM) muestran que en el caso de las mujeres, los niveles de vulnerabilidad a la exclusión social son mayores que los de los hombres.

Las personas entrevistadas para este Informe –nacidas entre los años 1980 y 1994– manifiestan haber identificado las desigualdades que el género hizo posible mostrar. Frente a la pregunta sobre el grado de justicia/injusticia en el trato recibido por diferentes actores sociales en diferentes situaciones, una proporción mayor de mujeres consideró “muy injusta” la relación entre género.

Mujeres de todas las edades, culturas, religiones y clases sociales continúan siendo víctimas de violencias tanto físicas y sexuales como psicológica en ámbitos diversos como la casa, el trabajo, la comunidad y como integrantes de un Estado.

Otro estudio sobre violencia de género del PNUD, realizado en 2009, sostiene que una de cada tres mujeres ha vivido o vivirá algún tipo de violencia a lo largo de su vida; una de cada cinco mujeres ha sido o será víctima de violación sexual o su intento; y que la mitad de las mujeres víctimas de homicidio fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas.

Es por ello que el informe destaca que este tema dejó de estar circunscrito al ámbito privado para pasar a ser comprendido como un problema que afecta a toda la sociedad, lo que dio lugar a que la prevención y la sanción de la violencia hacia las mujeres fuese incorporada a las declaraciones y tratados internacionales que fijan los compromisos y las obligaciones asumidos por los Estados, aunque destaca que falta mucho por hacer.

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