10/04/2016

El ajuste mexicano


La presentación del presupuesto 2017 en México puso sobre la mesa la crisis económica que está viviendo este país. Luis Videgaray, ex ministro de Hacienda y principal aliado de Peña Nieto hasta el 6 de septiembre del corriente, tuvo que renunciar a su cargo. El punto final lo marco la visita organizada por el propio Videgaray, del candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, que hace muy poco había expresado abiertamente que pretendía construir un muro entre Estados Unidos y México. El comentario racista, sumado a la propuesta de política económica expresadas por el candidato de que modificaría o eliminaría el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al que pertenece México, hicieron saltar los tapones, antes de que se genere el cortocircuito.
Es así como, acompañado por el continuo deterioro del peso mexicano, el aumento de la inflación, la caída del precio del petróleo y el aumento exorbitante de la deuda pública, sale Videgaray y entra José Meade para ocupar la cartera de Hacienda del gobierno mexicano.
José Meade, doctor en economía en la Universidad de Yale de Estados Unidos, fue el único sobreviviente del gabinete de Felipe Calderón. En ese gobierno fue Secretario de Hacienda desde septiembre de 2011 hasta el final del mandato en 2012. Durante el gobierno de Peña Nieto fue Secretario de Relaciones Exteriores hasta agosto de 2015 y luego ocupo la Secretaría de Desarrollo Social hasta su actual nombramiento. Entre otras cosas, Meade se destacó en el Gobierno de Peña Nieto por mejorar las relaciones internacionales con Estados Unidos.
Entonces, crisis económica y elecciones presidenciales de EE.UU. mediante, llegó el momento de presentar el presupuesto del gobierno para el año 2017. En esta instancia, Meade, ratificó las previsiones económicas para 2017 y el programa de gastos elaborado por el anterior ministro.
Este proyecto presupuestario prevé un crecimiento del PBI entre el 2% y el 3%, el precio del dólar a 18,2, la inflación alrededor del 3% (dentro de las metas del Banco de México), el precio del petróleo a 42 dólares y una promesa de superávit primario de 0,4% del PBI logrado a partir del ajuste de gastos del gobierno. 1
A saber, en el mismo se recortan 175,1 mil millones de pesos con respecto al presupuesto vigente del 2016 ya que el sancionado tuvo un recorte durante el año y $311,8 mil millones con respecto al presupuesto sancionado para el año 2016 en el 20152. Las áreas más afectadas por el recorte son la Secretarías de Educación Pública (-14%, -$37.282 millones); Comunicaciones y Transportes ( -26%, -$27.494 millones); Medio Ambiente y Recursos Naturales ( -35%, -$19.791 millones ) y Salud (-7,8%, -$15.751 millones)3, también se prevé un recorte de casi mil millones de pesos al subsidio en seguridad para estados en un contexto de multiplicación de la violencia; se le quitan recursos al programa de prevención, y a las áreas de inteligencia y promoción de derechos humanos.
El recorte es generalizado e impacta fuertemente y sin pudor hasta en los programas promocionados y enarbolados por el gobierno actual. El mismo presidente promocionó como parte de la reforma educativa el programa de Inclusión Digital al que en el presupuesto 2017 se le asignan cero pesos.
¿Cuál es entonces el objetivo del recorte presupuestario? Preservar la “estabilidad económica”, dar señales de certidumbre responden los funcionarios. ¿A quién? A las calificadoras de Riesgo. En agosto, Standars & Poors cambió su calificación de la deuda soberana de México a “negativa” con probabilidad de una entre tres de bajar la calificación “si el nivel de deuda del gobierno general o la carga de intereses presenta un deterioro superior a nuestras expectativas, y aumenta la vulnerabilidad de las finanzas públicas de México ante los shocks adversos”4.
Ante esta advertencia, las opiniones sobre el ajuste presupuestado son variadas. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Juan Pablo Castañón, opinó que hay espacio para seguir recortando, que hay que ahorrar para pagar los intereses de la deuda sin pedir prestado. E l Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) considera que el Presupuesto 2017 aumenta la desigualdad en México ya que se proyecta una caída en la inversión y en los servicios sociales como la salud y la educación para reducir el peso de la deuda 5 .
Siguiendo con esta línea de políticas en la búsqueda del freno a la depreciación del peso mexicano, el jueves pasado el Banco de México subió otro 0,5% la tasa de interés, llegando a 4,75%. Medida solo alcanzada anteriormente durante la crisis internacional en el 2009. Asimismo, el presupuesto estima un nuevo aumento de la tasa hasta alcanzar 5,3%. Es importante mencionar que esta política permite reducir la cantidad de ahorro que se vaya al dólar pero también limita fuertemente el acceso al crédito para inversión productiva.
Este paquete de medidas es la única esperanza de Peña Nieto para salir de la crisis en la que se encuentra la economía mexicana y su gobierno pretendiendo la recuperación del nivel de inversión privada. Sin embargo, el ojo esta puesto en cumplir con los estándares internacionales de las calificadoras pero a costa de la inversión social y en infraestructura en el país que impulsan respectivamente el bienestar de la población y el empleo. Las perspectivas desde el punto de vista social con un ajuste de estas dimensiones y en secretarías tan importantes como educación y salud, redundan en un aumento del malestar social y recrudecimiento de la pobreza.
Notas:
Lucía Converti es investigadora de CELAG.

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