En México, la
guerra capitalista utiliza a las instituciones del Estado para
exterminar a los pueblos indígenas mediante el despojo de sus
territorios ancestrales. Para nadie es un secreto que a partir de la
reforma energética (2013), un sinnúmero de proyectos extractivistas se
han echado a andar sobre las geografías indígenas, con el único objetivo
de comercializar con la madre Tierra. Ante este contexto adverso, los
pueblos indígenas se han movilizado y han creado renovadas formas de
resistencia, mismas que se enmarcan en el largo calendario de lucha que
los pueblos han generado durante los últimos 500 años y que tienen como
horizonte el de hacer colapsar al sistema capitalista.
Un ejemplo de la guerra de conquista de territorios, el exterminio y
el control de poblaciones indígenas, se desarrolla sobre las tierras de
los pueblos zoques del norte de Chiapas. Desde agosto de 2016 –fecha en
que el gobierno mexicano hizo pública la licitación de 84 mil 500
hectáreas, con la finalidad de abrir la explotación de 12 pozos
petroleros a los grandes capitales trasnacionales– la resistencia de los
zoques se hizo presente. A partir de esa fecha, los zoques comenzaron a
estructurar un novedoso movimiento comunitario, que ha logrado
articular a diversos zoques del campo y la ciudad que se encuentran
dispersos tanto en México como en Estados Unidos.
Por su parte, la Secretaría de Energía (Sener) simuló llevar a cabo
un proceso de consulta entre las comunidades zoques del norte de
Chiapas. En realidad las instancias del gobierno no han informado a
cabalidad a las comunidades sobre el potencial daño que el proyecto
traerá sobre sus territorios. La institución sólo se ha limitado a
informar a los comisariados ejidales y en los pocos lugares donde se les
ha permitido la entrada para participar en las reuniones, éstas se han
desarrollado sin traductores y, por si fuera poco, los representantes
del gobierno han tratado de convencer a los zoques mediante el
condicionamiento de apoyos sociales y a las promesas de ampliar caminos,
construir puentes y dotarlos de drenaje.
Desde un principio el pueblo zoque de Chiapas ha sido muy claro en
decir que no pretende participar en el proceso de consulta que el Estado
intenta desarrollar entre sus comunidades. Para ello, desde enero de
este año, los zoques llevaron a cabo un proceso organizativo que
designaron como autoconsulta, el cual consistió en bajar a los espacios
comunitarios (asambleas, reuniones familiares, pláticas informativas)
para socializar la información acerca de los proyectos extractivos que
se yerguen sobre sus territorios, así como el de ejercer su derecho a
expresar su rechazo a los proyectos de muerte mediante la firma de actas
por barrio, comunidad y municipio.
Es así como el rechazo, la indignación y la organización del
pueblo zoque se han hecho presentes desde diversas formas. Sin embargo,
el gobierno ha recurrido a la criminalización de la protesta social y al
encarcelamiento de personas que sobresalen por su liderazgo y lucha en
favor de las comunidades. Tal es el caso de Silvia Juárez Juárez,
indígena zoque de Tecpatán, Chiapas, e integrante de la Asamblea Estatal
del Comité de Padres de Familia de la Sección 7 y 40, quien fue
injustamente encarcelada por más de 30 días.
Bajo este panorama es como el pasado 22 de junio el pueblo zoque
convocó a una marcha-peregrinación que reunió a más de 6 mil indígenas
en Tuxtla Gutiérrez, capital del estado de Chiapas, con la finalidad de
dejar en claro su rechazo a los proyectos extractivos. A la par que la
movilización social se desarrollaba, la Comisión Nacional de
Hidrocarburos (CNH) declaró que ampliaría el periodo de consulta entre
las comunidades indígenas del norte de Chiapas con el objetivo de ganar
tiempo para lograr implementar el proyecto.
Es claro que el gran capital financiero y el estado mexicano no
cesarán en su intento por conquistar los territorios zoques de Chiapas.
En ese sentido, vale recordarles que los zoques ya manifestamos nuestro
rechazo y hemos comenzado a fortalecer los espacios comunitarios, por
tanto no permitiremos la comercialización de la madre Tierra, ni nuestro
exterminio como civilización mesoamericana. Así como se manifestó en el
pasado abril desde el Congreso Nacional Indígena:
Lo tenemos claro. La guerra capitalista se escalará mucho más, en ese sentido les decimos que nuestro coraje, nuestra decisión, nuestra dignidad y nuestra resistencia, también.
*Historiador y antropólogo. Centro de Lengua y Cultura Zoque AC
No hay comentarios.:
Publicar un comentario