8/21/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada

Prepara INE atraco de más de 20 mil millones de pesos
La autodestrucción del prianismo 

Calderón también está embarrado
Aunque hay cuatro nuevos consejeros en el Instituto Nacional Electoral (INE), el poder lo mantienen Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y el secretario ejecutivo Edmundo Jacobo Molina. La Comisión Temporal de Presupuesto, que preside Ciro, se dispone a aprobar el lunes próximo el presupuesto para 2021. Literalmente es un atraco contra el pueblo mexicano, que vive hoy uno de los momentos más penosos de su historia, víctima de una doble crisis: la sanitaria y la económica. El gasto que se propone ejercer es de 20 mil 465 millones de pesos. A modo de comparación, el gobierno federal piensa gastar menos de 25 mil millones de pesos para vacunar a toda la población, mediante el acuerdo con Argentina y la asociación de la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, en la que participa la Fundación Carlos Slim. El argumento que sirve de base al presupuesto del INE es que el próximo año se renovarán la Cámara de Diputados, 30 congresos locales, los ayuntamientos de 30 entidades federativas y 15 gubernaturas. En total, 21 mil 368 cargos de elección popular. Hubo propuestas en el sentido de hacer economías, presentadas por los consejeros Norma de la Cruz y José Roberto Ruiz, que no fueron atendidas. Córdova, Ciro, Jacobo y sus secuaces no quieren entrar a los grandes temas, como desaparecer el seguro de separación individualizada del cual disfruta la burocracia dorada del instituto, y que cuesta 270 millones de pesos al año, ni tampoco a los gastos que podrían calcularse como egresos plurianuales. Quieren que todo entre el año próximo para facilitar el manoteo. Dejé para el último renglón lo peor: los 20 mil millones del presupuesto no son todo. Agreguen los subsidios a los partidos políticos por 7 mil 226 millones de pesos. En total, las elecciones del próximo año costarán 27 mil 691 millones de pesos. Más de mil millones de dólares. ¿Hasta cuándo?
Tú también, Calderón
La denuncia de Emilio Lozoya ante la Fiscalía General de la República revela beneficios que supuestamente fueron dados a Odebrecht en el sexenio de Felipe Calderón. En su denuncia señala: Quiero dejar muy en claro que Odebrecht sí tuvo una participación relevante en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Pero también tuvo una gran participación en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Lozoya menciona que durante el gobierno de Calderón se celebró un contrato multimillonario con la empresa Braskem, a la cual se refiere como accionista de Odebrecht. El punto de la relación es la planta Etileno XXI. Lozoya agregó: Muchos panistas dentro del sexenio de Calderón recibieron fuertes sumas de dinero y con ello Braskem se posicionó tanto, que incluso recuerdo que hicieron una parte de una sesión de su consejo de administración en Los Pinos, con la presencia de Felipe Calderón Hinojosa.
Autofagia
Los personajes denunciados por Lozoya –de Luis Videgaray a Ricardo Anaya, incluyendo a José Antonio Meade– rechazaron todo. Son unas blancas palomas. Lo que estamos presenciando es un fenómeno de autofagia de la clase política mexicana, en su vertiente prianista, que gobernó casi un siglo: se está devorando a sí misma. Se rompió el pacto de silencio. Sus miserias están siendo expuestas públicamente por ellos mismos. No ha sido necesario que nadie los empuje a su final.
Ombudsman social

La política, a los juzgados
Reacciones por Lozoya
Amparo a Alonso Ancira
Morena y tribunal electoral
Una porción definitoria de la pelea política (y electoral) relacionada con las denuncias de Emilio Lozoya Austin se traslada a la arena netamente judicial. Más allá del dicho de un ex funcionario altamente corrupto, que ahora delata a sus presuntos cómplices en espera de un enorme aligeramiento de castigos contra él y su familia, de la credibilidad o no que merezcan sus supuestas delaciones y del alto impacto me-diático y político que éstas tengan en lo inmediato, el conjunto narrativo del ex director de Pemex queda a disposición de un Poder Judicial federal que ha tenido malas calificaciones históricas, sujeto siempre a presiones de diversa índole, no sólo las provenientes del ámbito político o presidencial.
La aparatosa relatoría hecha por el ex director de Pemex contra 17 políticos, ex legisladores o funcionarios públicos y una periodista, varios de aquellos de primer nivel en el tinglado institucional tradicional, ha llevado a deslindes retóricos que suelen ser casi obligados en estos casos, pero también y, sobre todo, a su disposición a recurrir ante los jueces.
El manejo político y mediático del caso Lozoya ha instalado, desde ahora, firmes indicios de violación al debido proceso judicial, parecería con una intención clara de privilegiar la difusión de las redes de criminalidad política, aunque el juglar colaborativo quede exento de castigo verdadero alguno. Ha sido abierta la intrusión del Presidente de la República, en sus conferencias matutinas de prensa, en terrenos que la Fiscalía General de la República debería mantener bajo celosa reserva. A fin de cuentas, en Palacio Nacional se prefiere la exhibición de una parte muy demostrativa de la corrupción nacional por sobre los detalles de una legalidad que, por otra parte, ha sido usada con frecuencia en administraciones anteriores para proteger a esos mismos corruptos.
Otro punto delicado a considerar es el de la probidad de los poderes judiciales, en particular el federal. Las reformas que cocina el morenaobradorismo no afectarían a los infractores apenas denunciados ahora por la vía de Lozoya. Así que las denuncias del ex titular de Pemex serán resueltas por un entramado judicial altamente corrupto, en cuya conformación de élites han participado el zedillismo, el panismo (sobre todo, Diego Fernández de Cevallos, cultivador de nombramientos propicios para sus negocios) y poderes criminales varios, no sólo políticos sino también del crimen organizado.
Un ejemplo de estos avatares se ha producido en el caso de un secretario de juzgado federal que, al estar en funciones de titular, emitió una resolución que ampara a Alonso Ancira, dueño de Altos Hornos de México, para evitar la detención que ya cumple en España, en espera de ser extraditado. Ayer mismo, el Consejo de la Judicatura decidió suspender seis meses a ese secretario de juzgado, Amós José Olivera Sánchez. La pregunta de fondo reside en saber si el ánimo obradorista busca castigo real en el caso de la venta de Agronitrogenados, que implica a firmas del consorcio de Ricardo Salinas Pliego, o solamente un resarcimiento económico que podría ser notablemente menor al daño realmente causado.
En otro tribunal, el federal electoral, se ha decidido que Morena debe elegir a su nueva dirigencia nacional mediante una encuesta abierta, que incluya a personas que se autoadscriban como militantes y simpatizantes de Morena, dado que carece de certeza y confiabilidad el padrón oficial de este partido. El Instituto Nacional Electoral debe encargarse de realizar esa encuesta, según mandato de los magistrados electorales. Todo ello en el contexto de una enconada pelea entre grupos que buscan el control morenista.

Y, mientras familiares y amigos impidieron en Chilpancingo que agentes federales detuvieran a una hermana y un cuñado de José Luis Abarca, quien era presidente municipal de Iguala cuando la desaparición de 43 estudiantes y por ello está preso, ¡hasta el próximo lunes!

Ejecutar y medir-evaluar deben ser facultades de organismos distintos e independientes. No ocurre así en el sector salud, que es juez y parte
Antes del gobierno de José López-Portilllo (1976-82), la unidad responsable de las estadísticas nacionales, la Dirección General de Estadística (DGE), se ubicaba en la Secretaría de Industria y Comercio. Como parte de la Secretaría de Programación y Presupuesto (1976) se constituyó en ella la Coordinación Nacional del Sistema Nacional de Información que absorbió la DGE y asumió otras funciones, pero no las de cuentas nacionales (CN), que siguieron en el BdeM. En 1983, siendo presidente Miguel de la Madrid, se creó el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática como organismo descentralizado. En abril de 2006 se publicó una reforma del artículo 26 de la Constitución que adicionó un apartado B en el que se señala que el Estado contará con un Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (SNIEG) que establece que “La responsabilidad de normar y coordinar dicho sistema estará a cargo de un organismo con autonomía técnica y de gestión, personalidad jurídica y patrimonio propios, con las facultades necesarias para regular la captación, procesamiento y publicación de la información que se genere y proveer a su observancia”. Con base en ello se creó la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (abril de 2008). El Inegi autónomo absorbió la función de formular también las CN. El Inegi no es el único productor de información del sector público nacional, pero sí es el único responsable de normarlo, coordinarlo, regularlo y proveer el cumplimiento de las normas.
Sin embargo, el Inegi no ha metido ni las manos en la información sobre la pandemia de Covid-19 y, por tanto, han quedado en manos de una sola secretaría, y para todo fin práctico, de una persona, conducir el grueso de la política sanitaria para enfrentar la pandemia, así como de medir su evolución y autoevaluarse. López-Gatell decidió aplicar pruebas de Covid-19 sólo a los enfermos con síntomas fuertes que acudieran a un centro hospitalario público (lo que pasa con las pruebas aplicadas en hospitales y laboratorios privados es opaca). Por tanto, México es uno de los países del mundo con menos pruebas aplicadas por millón de habitantes. De acuerdo con el Worldometer somos el número 153 (de 195 países o territorios con datos) con sólo 9 mil pruebas aplicadas por millón de habitantes (Rusia, 230 mil; EU, 221 mil, y Brasil, 65 mil). Medir poco, en este caso, significa medir mal, pues se omiten todos los casos con síntomas leves y los asintomáticos que, sin embargo, son transmisores, con lo cual se está dejando a millones de familias en la desprotección al no poder saber si hay un miembro en su hogar contagiado con SARS-CoV-2 y estar a tiempo de aislarlo. A las estadísticas oficiales de casos sólo llegan quienes desarrollan síntomas fuertes y, probablemente, sólo si acuden a un centro del sistema de vigilancia epidemiológica, que es sólo una parte del total nacional. Algo similar debe estar ocurriendo con las estadísticas de muertes. Ruy López, director del Cenaprece, señaló que entre las semanas 12 y 26 de la epidemia se esperaban 130 mil 763 muertes en México de 
rdo con registros de años previos, pero las observadas fueron 202,077; 71,315 más (55 por ciento); cifra muy por arriba de las 26,381 reportadas por la Ssa al final de la semana 26 (27 de junio) por Covid-19. Aunque el que tiene nombre de un gran ajedrecista advirtió que no todo el exceso de muertes no explicado (71,315 - 26,381= 44,934) se debe a Covid-19, es razonable suponer que al menos dos terceras partes de lo no explicado se deban también a la pandemia: es decir, que habría habido en 15 semanas 30,105 muertes adicionales a las oficiales (30,105= 0.67* 44,934), lo que originaría un total (en esas 12 semanas) de 47,781 muertes por Covid-19, 1.81 veces las oficiales. Al multiplicar las muertes oficiales por Covid-19 hasta el 19 de agosto (54,841) por 1.81, la cifra de muertes resultante es 105,266 (= 58,481*1.81). Como al dividir este número entre los contagios reportados antier (537,031) se obtendría una tasa de letalidad, TL, (muertes/contagios en porcentaje) de 19.6 por ciento, que es totalmente desproporcionada, tenemos que corregir también los contagios. Suponiendo que la misma proporción de subestimación de muertes sea aplicable a los casos, que (casi) todos creemos no es así, pues pensamos que los contagios se subestiman con mayor facilidad que las muertes (el contagiado leve se queda en casa, el muerto no se entierra en casa), el número de casos sería de 972,026 (= 537,031*1.81). Éste es el piso de la estimación. Estaríamos otra vez en la TL de 10.9 por ciento. Pero justamente porque la TL oficial en México es 3.11 veces la mundial (10.9 por ciento vs. 3.5 por ciento) es que todos creemos que los contagios están mucho más subestimados que las muertes. Si la TL real de México fuese 3.5 por ciento (como la mundial), el número de contagios sería 3.11 veces mayor: 3.023 millones (=972,026*3.11). Éste es el techo de la estimación.
Mientras el confinamiento estaba en vigor, el número absoluto de contagios y muertes era muy importante, pero no crucial. Cualquiera que haya construido series largas de análisis, y se haya percatado en el camino de un error, al corregirlo habrá visto que no sólo cambian los valores iniciales o finales, sino también la trayectoria. Cuando detecté series de evolución de la pobreza con errores en la información de base o en el cálculo de parámetros decisivos como la línea de pobreza, hice la corrección y noté que no sólo aumenta o baja el nivel de pobreza en el año más reciente, sino que a veces cambia la trayectoria de su evolución. El discurso oficial sostiene que la pandemia va en descenso en las últimas semanas y con base en ello han decidido acelerar la reactivación económica. Con mis series construidas con datos oficiales de casos y contagios según fecha de registro (y no con fecha de inicio de los síntomas o de ocurrencia del deceso) sólo he podido constatar que los casos han bajado en las últimas dos semanas, pero no he encontrado descenso en las muertes. El hecho real, como espero haber sido convincente, es que ni las cifras de contagios, ni las de muertes son confiables, por lo cual la afirmación están bajando muertes y contagios carece de fundamento. López-Gatell y su equipo han reconocido en estos días que están aplicando menos pruebas, pero arguyen que en vez de la línea de causalidad yendo de la baja en el número de pruebas, dada una probabilidad de que éstas resulten positivas, a la baja en el número de contagios identificados, arguyen que el número de pruebas baja porque baja el de contagios. La reducción al absurdo de este argumento es: si ya saben que están bajando los contagios, ¿para qué hacen las pruebas? El fondo del asunto es que, al incumplir el Inegi su responsabilidad constitucional de normar y regular la captación, procesamiento y publicación de estadísticas de las pandemias, quedó en la voluntad de una persona (en la que hay conflicto de intereses, pues es juez y parte, y actúa sin reglas) la decisión sobre cuándo y cómo captar las evidencias sobre el Covid-19. El Inegi debe hacer (en consulta con los mejores epidemiólogos) un reglamento sobre la información sobre pandemias nuevas, especialmente si son letales y no hay medicamentos ni vacuna, casos donde nuestra única arma es saber quienes tienen el virus para aislarlos. Escribo para ayudar a salvar vidas; para salvar el proyecto de la 4T. Detengan la reapertura y hagan muchas más pruebas.

Mercedes Barcha, coherencia y generosidad
El martes 27 de junio de 1961, un día después de su arribo a México, Gabriel y Mercedes García Márquez fueron invitados a comer al departamento del librero y cinéfilo catalán Luis Vicens y su esposa, Nancy. Llegaron con Álvaro Mutis. Tanto éste como los Vicens eran amigos de los recién llegados desde que vivían en Bogotá. También disfrutó de ese convivio el autor de esta columna.
Al final de la comida, Mercedes dijo: Tengo el presentimiento de que en México echaremos las últimas raíces. Y así fue. De esas raíces emergió un sólido árbol a cuya sombra se dio una inigualable obra literaria, una lucha por las mejores causas sociales y la amistad a toda prueba.
Bien se sabe el papel que ella jugó en la vida y la obra del Nobel, especialmente en sus inicios en México. Cómo al no tener el dinero suficiente para enviar la segunda parte de su clásica novela, empeñaron hasta la licuadora con tal de que llegara a Buenos Aires. Y lo que entonces ella le dijo a su esposo: “Oye, Gabo, ahora lo único que falta es que esa novela sea mala”.
Se fue con discreción y delicadeza
Además de llevar a buen puerto en tiempos malos y buenos a la familia, Mercedes ejerció de madre ejemplar de dos talentosos hijos. Y durante algún tiempo, secretaria y gestora de los asuntos del también periodista, lo hizo con extrema delicadeza, con inteligencia y sin interferir en el quehacer público que rodea a un personaje famoso.
Bien claro lo dijo García Márquez al proclamar: Nací en Aracataca, Colombia. Mi signo es Piscis y mi mujer es Mercedes. Esas son las dos cosas más importantes que me han ocurrido en la vida, porque gracias ellas, al menos he podido sobrevivir escribiendo.
Al fallecer su compañero de vida, Mercedes Barcha se dedicó, ajena a las tentaciones de la vanidad, a dejar a buen resguardo el archivo del Nobel en la Universidad de Texas (disponible para consulta) y la Fundación Nuevo Periodismo.
Espléndida anfitriona, cabe añadir su discurso coherente, lo generosa con tantos que buscaron su apoyo. Con discreción, nos dejó físicamente.

Holy Wave: ensoñación reciclada
Festival de jazz en auto
Más live-streams
Los reflectores han apuntado poco hacia Holy Wave, quintento de Austin, Texas, que en 2020 despunta por generar un cuarto álbum estupendo y exquisitamente viajero. Tan poca atención mediática ha sido injusta, aunque comprensibles, pues les importa más hacer buena música que exacerbar su imagen. Con todo, arropados por la escena psicodélica de su estado, donde ocurren festivales grosos como el Austin City Limits Music Fest o el Levitation, en los cuales han participado, es a partir de lucirse en los escenarios que su nombre se ha ido diseminando entre los oídos adictos al sonido envolvente y lisérgico (estuvieron en México en 2017, en el festival Nrmal).
Interloper es el nombre del nuevo disco, en el que su sicodelia suave y gaseosa llega a un punto de mayor finura, después de haber comenzado en 2011 con un sonido más garage y ruidoso. Con el tiempo, sus líderes, los multinstrumentistas Kyle Hager y Julián Ruiz, originarios de El Paso, fueron macerando su propuesta, atravesando nebulosas de distorsión, atmósferas de eco guitarroso, melodías trepidantes y texturas shoegazeras. Si bien muchos podrían pensarles como seguidores de ese sonido que los australianos de Tame Impala ya dejaron atrás, en realidad ambas bandas se formaron en los mismos años y los Holy Wave no son ningunos advenedizos. Si bien no tienen pudor por mostrar su parentela, el resultado aquí es un elegante collage que pasa por los universos de Stereolab, King Gizzard, Air, Pink Floyd, Sean Lennon y los citados tributarios de Kevin Parker, sin sonar tampoco a copia de ninguno de ellos. De manera fantástica, llenan el aire con capas y capas de sonido, donde los teclados análogos tienen un papel crucial, montados sobre frecuentes ritmos motóricos actualizados, mejor conocidos como kraut. Las guitarras en llamas de distorsión no atosigan, pues entran sólo en momentos clave, para elevar el traslado cerebral. Y lejos de irse por caminos stoner, lo asombroso es que para ser sicodélico, es un disco terso, que logra complejidad de producción sin ser estridente, lo cual les desmarca de lo setentero típico. Para nada son una banda retro, sino una comprensión tercera de diversas influencias soñadoras que alcanza a ofrecer una voz propia. De lo más rico y luminoso, lleno de paz e intensidad que escucharán en este año sombrío.
Pioneras Electrónicas. Julieta Íntima. Molotov. Fuji Fest.
Viernes 21. 1. Pioneras Electrónicas, ciclo que inició en febrero en Casa del Lago, prosigue con un montaje que propone repensar la electrónica a partir de la visión de mujeres que han aportado hallazgos sonoros y tecnológicos. Hoy, la electrónica contemporánea de Lucrecia Dalt (Colombia), los visuales de Nika Milano y la producción de Malitzin Cortés (ambas de México). Desde el espacio de realidad aumentada Fábrica VR, los espectadores podrán acceder mediante un avatar e interactuar con dicho entorno, adaptado también al de Casa del Lago Online. 21 horas, acceso libre por: www.casadellago.unam.mx/ encasa. 2. Al no poder llevarse a cabo el Fuji Rock Fest, uno de los festivales más importantes de Japón, iniciado en 1997, su canal oficial (bit.ly/31dtGk0) transmitirá durante tres días los mejores actos que han pasado por sus escenarios: Radiohead, Beastie Boys, The Cure, Chemical Brothers, Beck, James Blake, Jack White, Primal Scream, Wilco, LCD Soundsystem, Anderson .Paak, Cornelius, FKA Twigs, Yellow Magic Orchestra, The XX, entre otros. Cartel completo, horarios: https://en.fujirockfestival.com/news/0731a.
Sábado 22. 1. Julieta Venegas sigue ofreciendo su música en línea, desde Argentina, ahora con el show Íntimo, con lo mejor de su repertorio en acústico: voz, piano, acordeón y cuatro venezolano. Acto invitado: el dueto chileno femenino Yorka. 19 horas (México), $190. Entradas y acceso en www.julietavenegas.live. Podrá verse en varios países de Latinoamérica (ver en página) y en Estados Unidos. 2. Estrellas del Festival de Jazz de Polanco. Ya una tradición desde 2013 en el Teatro Ángela Peralta, esta vez ocurrirá bajo la modalidad de auto-concierto: Alex Mercado, Louise Phelan, Flora Pasquet, Joe D’Etienne, Ricardo Benítez, Orquesta del Festival de Jazz, entre otros. Parque Bicentenario CDMX (Av. 5 de Mayo 290, San Lorenzo Tlaltenango); acceso: 18 horas, show: 20 horas. Cupo: 200 autos (cuatro personas por unidad), $2 mil 70 por coche. Boletos: www.drivetofun.com.mx, 3. Tras la polémica, la banda mexicana de rap-core Molotov sigue adelante sin modificar su repertorio. Ahora con el show en línea Molotov Irrepetible: Con todo respeto, en el que tocarán íntegro dicho álbum de 2004, entre otros covers inéditos. 19:30 horas (México), $200 en Ticketmaster.

Carlos Enrique Taboada. La sugestión y el terror
Nació en la Ciudad de México en 1929. Hijo de la pareja de histriones Aurora Walker y Julio Taboada. Estuvo ligado al teatro, la radio… es decir, la comunicación y el espectáculo, pero también le apasionaba la medicina, disciplina de la que tuvo estudios profesionales. También dio cátedra en las carreras de antropología y ciencias políticas, desarrollando después sus mejores talentos como argumentista, cineasta y director de programas en televisión, de la que fue uno de sus pioneros, con proyectos novedosos como la serie de suspenso La telaraña. Hizo con maestría algo que pocos dominaban bien en México: el terror sicológico. Sus historias siguen inquietando, con escenas que pueden quitar el sueño. Sin duda, fue uno de nuestros directores más talentosos y su nombre era garantía en la producción audiovisual. Así fue Carlos Enrique Taboada.
Dominador de géneros
Guionista de tiempo completo, Taboada fue dominador del oficio en todos los géneros. En algunas ocasiones con argumentos de gran pretensión y en otras cumpliendo con los modelos genéricos del que se alimentaban las producciones por encargo. Lo mismo escribió Orlak, el infierno de Frankenstein (Rafael Baledón, 1960) que el western La máscara de jade (Arturo Martínez, 1962) que la adaptación del cómic Chanoc (Rogelio A. González, 1967) o La mafia amarilla (René Cardona, 1972), para lucimiento de Blue Demon, y Anónimo mortal (Aldo Monti, 1972, guion compartido con Jaime Jiménez sobre un argumento de Taboada), para que El Santo enfrentara a un grupo de nazis. Debutó como director en 1964 con La recta final, una trama interesante sobre carreras de caballos y la vida estresante y apasionante de los jokeys. Dirigió varios largometrajes como La trinchera (1968), película de relatos contados y vividos por revolucionarios fortificados en jacales mientras esperan un ataque mayor; o la muy estimable y menos conocida Un vagabundo en la lluvia (1968), donde el suspenso y el manejo de personajes evidencia todos sus talentos.
Taboada, con una marcada obsesión por las rubias (casi siempre hay una bella en la trama, preferentemente en peligro, de cabellos dorados), tuvo el genio de provocar al espectador con todo lo que nos hace voltear dos veces al espejo, emparejar la puerta a nuestras espaldas, no mirar hacia la escalera que acabamos de cruzar o estar seguros de que la sombra que vimos no era la nuestra sino la de algo más. La inquietud del despertar a nuevos horizontes, como la desmedida imaginación y crueldad infantil, la adolescencia, la iniciación sexual, las emociones por un cambio de casa (las mudanzas son una constante temática), permitieron a este creador abrir la puerta para poner al espectador frente a otra realidad.
Las mujeres fueron sus grandes protagonistas. Cada impulso de acción surge de la determinación de una niña o una mujer, mientras las opacidades, dudas y errores mayores son propiciados por sus personajes masculinos, como pasaría después, en otra clase de terrores, con la ambición y el aprovechamiento inescrupuloso que se exhiben en su cinta Rapiña (1975). Algo para analizar es su distanciamiento del horror como una vertiente de la fe y los estándares modélicos católicos imperantes en su tiempo. Siendo un hereje de barba, ya que incluso escribió un conjunto de cuentos para desmenuzar y cuestionar las enseñanzas religiosas en su texto Introducción a la herejía (1953), Taboada nunca planteó sacerdotes, aguas benditas o templos religiosos como centros percutores de su trama. No hay nadie sufriendo extra pensando en el castigo divino, ni tampoco hay santos, crucifijos o letanías que sirvan como fuerza para encarar a las fuerzas malignas.
El cineasta construyó cuatro películas de culto sin propósito inicial, es decir, las historias no se tocan y tampoco se produjeron como un conjunto narrativo. Se cuentan como la tradición de las leyendas de miedo que hemos oído desde siempre. Las cuatro joyas marcaron a los espectadores mexicanos con su llamada Tetralogía Gótica, que comenzó con Hasta el viento tiene miedo (1968), donde la joven Claudia (Claudia Bonet) despierta para descubrir a una mujer colgada frente a su cama. Gran juego de iluminación (fotografía de Agustín Jiménez) con sombras de la ahorcada, relámpagos contra la ventana, mientras ésta se azota con fuerza, viento feroz… es una pesadilla. A la chica se le diagnostica reposo, pero la severa directora del colegio de señoritas, Bernarda (Marga López), apodada Bruja por las estudiantes, obliga a que la chica vuelva a clases. Después, hay lances rebeldes y picarescos de Kitty (Norma Lazareno), quien escandaliza a sus compañeras, cuyo cerrado grupo es forzado a pasar las vacaciones en el colegio. El encierro agobia a las estudiantes y al propio espectador, porque vendrán episodios de sonambulismo, muertes, y el espectro visitante de una antigua estudiante de la institución.
En El libro de piedra (1969), Eusebio Ruvalcaba (Joaquín Cordero) lleva a su hija Silvia (Lucy Buj) a vivir a una nueva casa en espacio boscoso de grandes jardines. Pero las cosas van mal desde que la pequeña acepta de mal modo a Mariana (Norma Lazareno), su madrastra. Accidentes y comportamientos extraños de la niña ponen en alerta a su padre. Peor para todos, cuando Silvia dice haber encontrado a un amigo, el niño Hugo (el hoy comentarista Pablo Carrillo). Como hay una escultura cercana de un niño con ese nombre, se cree que Silvia puede tener una afectación mental. La película tiene momentos majestuosos, como la aparición de Hugo reflejado en el espejo que contempla Mariana. La cinta mantiene una gran tensión, con ambientes que por momentos permiten la duda del espectador: ¿hay eventos paranormales o la niña está perdiendo la cordura? Cuando la pequeña pretende hacer un ritual para revivir un lagarto, los pies de Hugo son visibles bajo la cortina. ¿Es una presencia real?
Taboada volvió a impactar a todos con Más negro que la noche (1975), donde la rubia actriz responsable y buena onda Ofelia (Alicia Encinas), recibe sín calcularlo la herencia de su tía Susana (Tamara Garina) una gran residencia antigua. La única petición para tenerla es cuidar de su querido gato Becker, que es más negro que la noche, y sobre cuya única posible ascendencia narrativa se remite a The Black Cat, relato clásico de Edgar Allan Poe. Ofelia se traslada a vivir a la casa con las chicas con las que ya compartía departamento: Aurora (Susana Dosamantes), Marta (Lucía Méndez) y Pilar (Helena Rojo). El gato Becker es la representación pura de la tía: la fidelidad incondicional, la definición de los territorios íntimos, la defensa salvaje de lo propio. Becker es la intuición, el instinto, el juez y la imagen del horror capaz de volver sobre sus pasos para cobrarse la afrenta de su propia aniquilación.
Veneno para las hadas (1984) cerró la obra de Carlos Enrique Taboada, al narrar la relación entre las niñas Verónica (Ana Patricia Rojo) y Flavia (Elsa María Gutiérrez), que pasa muy pronto a una amistad viciada, con la gran influencia de Verónica para cometer maldades y empujar a su amiga a seguir sus dictados. Al crecer en una familia rara, donde hablar de fantasmas parece una cosa normal, Verónica pregunta a la nana: ¿Cómo se hace un pacto con el diablo? Flavia tiene un conejo azul y un gato de compañía, además de su muñeca Bety, pieza rara de gran tamaño, con un gorro puesto. Pequeña atrevida, lista y cruel, Verónica obliga a su amiga a regalarle a su querido perro Hippie.
Como línea narrativa de gran resolución en composición de planos y uso dramático, nunca se aprecia el rostro de los adultos. Tomas en overshoulder, siluetas, perfiles y sombras en la pared (buena fotografía de Guadalupe García), permiten al realizador sentir la presencia de los adultos sin mostrar sus caras. Los únicos momentos con rostros de adultos a cuadro, son la cara de la abuelita como rostro maléfico de bruja ancestral, y la de la instructora de piano en un féretro como parte de las visiones de la atribulada Flavia. Galardonada con muchos premios, la película tiene un final inesperado y brutal. Los jadeos, rostros cubiertos y gritos en el cine, fueron la confirmación de su encumbramiento como clásico del horror mexicano.
Taboada decidió retirarse de la dirección fílmica con sus premios Ariel a la mejor cinta y al mejor director por Veneno para las hadas. Quizá consideró que su obra estaba completa, cuando menos así se pensó hasta que en 1989 se lanzó a filmar Un jirón de niebla, la que supuestamente sería su quinta cinta de terror gótico. Lamentablemente, aunque el rodaje se concluyó, nunca llegó a las salas, algo atendido en el documental Jirón (2004) de Christian Cueva. Taboada se fue de este insano mundo mortal el 15 de abril de 1997


Editorial
En la denuncia que Emilio Lozoya Austin, ex director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), presentó ante la Fiscalía General de la República (FGR) se menciona como presuntos responsables de incurrir en actos de corrupción y en operaciones fraudulentas contra la empresa productiva del Estado a los ex presidentes Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto (además de Carlos Salinas de Gortari, al parecer en grado de tentativa), así como a los ex candidatos presidenciales Ricardo Anaya y José Antonio Meade, entre muchos otros personajes de la clase política de los dos sexenios más recientes. La mayor parte de los señalamientos se relaciona con los sobornos que la firma brasileña Odebrecht habría repartido entre legisladores, por conducto del propio Lozoya, para hacer aprobar la reforma energética.

Dimes y diretes
Ya comenzaron las acusaciones, negaciones categóricas, demandas, deslindes, olvidos, excusas, aclaraciones y muchas cosas más de los involucrados en los escándalos Pemex, Odebrecht, reformas estructurales, Lozoya. Una de las principales características de los políticos es la falsedad. Decía un priísta de la vieja guardia que el arte de la política es comer sapos sin hacer gestos. Ahora a presenciar el espectáculo de las mentiras, aquí no hay ventajas, la mentira fácil está a flor de labios de manera equitativa; las acusaciones, amenazas y sus respectivas respuestas serán proporcionales a los problemas que se avecinan. Los que resulten culpables, sabían lo que hacían, sabían que era ilícito, tal vez de manera accidental debieron haber contemplado que, aunque muy remotamente, había la posibilidad de que tendrían que rendir cuentas ante la justicia.

En la resistencia de los pueblos indígenas contra los megaproyectos que el gobierno de la 4T impone, violando sus derechos a la autonomía y la consulta previa, libre, informada y culturalmente adecuada, han destacado el Tren Maya y el Canal Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, por lo que la publicación del libro de Lilian González Chévez, Proyecto Integral Morelos: sus impactos sociales y la demanda de justicia hídrica de los ejidatarios del municipiode Ayala, Morelos (UAEM-Cicser, 2020), resulta muy pertinente y necesaria para entender los alcances y las repercusiones de otro de los jinetes del apocalipsis desarrollista que amaga a estos pueblos.

En ciertos países el kilómetro cero de sus comunicaciones, su teórico epicentro nacional, es una localización geográfica ubicada usualmente en la capital de la nación. En una catedral, cruce de calles o monumento, desde la cual se miden las distancias a cualquier sitio. En México se fijó desde la Colonia. Para confirmarlo, en 2016 la SCT, el INAH y la Conservaduría de Palacio Nacional realizaron una investigación sobre la ubicación histórica del punto cero.

1.Washington. George Washington (1732-1799), el primer presidente de Estados Unidos que más que una guerra por la Independencia –subraya Gerald Horne– encabezó una “‘contrarrevolución” para preservar la esclavitud en vías de abolición por Gran Bretaña en sus colonias norteamericanas (bit.ly/320sKPa), era, como tantos otros padres fundadores (Jefferson, Franklin et al), dueño de esclavos. Si bien −supuestamente− sus sentimientos hacia la esclavitud eran encontrados (bit.ly/31bFp2M), hacía todo para seguir lucrándose de ella, dejando este asunto para resolver a las futuras generaciones (uno por el que finalmente estalló la guerra civil). En sus tiempos no sólo perseguía con todo el peso de la ley a sus esclavos fugitivos (una preciada mercancía, no seres humanos)− o gobernando temporalmente desde Filadelfia usaba un agujero legal para negarle la libertad a su propiedad –Pennsylvania era uno de los primeros estados comprometidos en erradicar la esclavitud y según su Acto estatal de emancipación gradual de 1780 si uno no era su ciudadano podía traer sus esclavos únicamente por seis meses; pasado este lapso, automáticamente éstos obtenían la emancipación− rotándola periódicamente a su Virginia natal o sacándola no más por la frontera a Nueva Jersey reseteando en práctica el reloj de la libertad (Erika Armstrong Dunbar dixit), sino también pagaba a sus esclavos para que se extrajeran dientes sanos con los cuales completaba su dentadura. Unos chelines por allí, unos chelines por allá, según su propia libreta de cuentas. Plagado por problemas dentales desde los 20 años, asumiendo la presidencia (1789) con un sólo diente natural (bit.ly/2E334JG), Washington usaba varias prótesis −del marfil de hipopótamo, dientes de vacas, caballos, etcétera (bit.ly/2FCAgZ6)− y trataba de mejorar su estado con implantes primitivos de dientes de los esclavos. Desde 1619 cuando el primer contingente de esclavos negros fue traído de África a la todavía británica colonia de Virginia −157 años antes de la Declaración de la Independencia según la cual, sólo en la teoría liberal, todos han sido creados iguales− el racismo y la esclavitud han sido imprimidos en la futura nación que forjó Washington (bit.ly/3axABaU). Fueron base material de su acumulación primitiva (bit.ly/2Q6Z9hF) y la riqueza de las élites blancas (cuando en 1808 se prohibió la importación de esclavos, los criadores de caballos y ganado se dedicaron a criar negros para el mercado interno). El capital –tal como escribía Marx− vino también a Estados Unidos chorreando sangre de pies a cabeza. Junto con la boca.

Este 24 de agosto, cuando comiencen las actividades de educación básica, la Secretaría de Educación Pública (SEP) estará violando el derecho humano a la educación de los niños y jóvenes que concurran a ella. La violación se concretará en todos los actos que hacen posible que la educación se imparta a través de la televisión y la radio, pues el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos claramente establece que los planteles educativos constituyen un espacio fundamental para el proceso de enseñanza aprendizaje y que el Estado garantizará que los materiales didácticos, la infraestructura educativa, su mantenimiento y las condiciones del entorno, sean idóneos y contribuyan a los fines de la educación. De igual manera, determina que las maestras y los maestros son agentes fundamentales del proceso educativo. Sustituir las aulas por los estudios televisivos y de radio y a los maestros por los técnicos que produzcan los materiales a transmitir viola los preceptos constitucionales.

Apareció el cochinero de nuestra política. Es la nota estelar de este jueves en los periódicos nacionales y en las redes sociales. Al mismo tiempo que la nominación de Biden y la luz brillante de Kamala abrieron una esperanza al mundo de los marginales al ser nominados por el Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos.

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