2/05/2022

“Marchamos para que no nos violen más”, el grito de las uruguayas

 

Durante los últimos meses se conocieron las historias de dos jóvenes de 19 y 26 años víctimas de violación sexual; de tres niñas de 10 y 12 años y de dos mujeres de 30 y 75 años, todas violadas por sus amigos, padres, padrastros, parejas o desconocidos, casos ocurridos en el país sudamericano.

Sin embargo, la indignación creció después de que se difundió el caso de una mujer de 30 años de edad, quien el pasado 23 de enero conoció a un hombre en un bar, acordó ir con él a su departamento, pero en el lugar el sujeto junto con otros tres hombres la violaron sexualmente.

Con el lema #QueArda, las uruguayas se manifestaron en alrededor de 47 plazas de todo el país porque, expusieron en un pronunciamiento: “la cultura de la violación es normalizar que suceda, insistir en enseñar a las niñas a no provocar con “polleritas (faldas) cortas”, en vez de enseñar a los varones que NO ES NO, que NO son dueños de nuestros cuerpos, que NO somos su juguete sexual”.

“Hoy nos volvemos a manifestar contra la cultura de la violación, arraigada y naturalizada como práctica de abuso de poder, de guerra, de colonización, y que aún se mantiene silenciada bajo los mecanismos más perversos, que sostienen los medios de comunicación, la justicia, la familia, la iglesia, los militares, el Estado”.

Las mujeres hicieron una descripción de la cultura de la violación que hay que erradicar, la cual incluye a las familias que encubren a los violadores obligando a las víctimas a compartir espacios con sus atacantes; también llamaron a promover la educación sexual y a cumplir la legislación para atender este problema.

Cultura de la violación –denunciaron– es seguir sosteniendo que el varón tiene “necesidades” o “impulsos” sexuales que no puede controlar, como si fuera puro instinto sin cerebro. Cultura de la violación es poner en duda el relato de la víctima o cuestionar sus decisiones; eso es justificar al varón violento .

Todos los días, agregaron, las mujeres enfrentan discursos que apuntan al miedo, al silencio, a la duda, discursos que reducen la educación sexual al ámbito de la familia, cuando allí se perpetúan la mayoría de los actos violentos.

Ante esto nos preguntamos: ¿Qué pasa con las niñas, niños y adolescentes para quienes la familia representa un riesgo? ¿Vamos a seguir desconociendo nuestra responsabilidad para con ellas y ellos? ¿Vamos a seguir obligándoles a callar?

Las mujeres de Uruguay aseguraron que se necesita educación sexual integral desde la primera infancia para conocer y cuidar nuestros cuerpos, así como respetar los cuerpos de las demás personas. “La educación sexual no es un peligro; peligroso es que nos sigan obligando a callar”, advirtieron.

Estamos convencidas que la educación es el camino hacia la erradicación de las violencias, reivindicamos la importancia de la educación sexual integral en todos los niveles del sistema educativo, una educación que parta desde la perspectiva de Derechos Humanos, porque son nuestras vidas las que están en riesgo en esta emergencia.

El Presidente de la República de Uruguay, Luis Lacalle Pou, condenó el caso de violación sexual múltiple, que calificó de “asqueante y aberrante”; sin embargo, las feministas señalaron que cuando dijo “las violaciones no son propias del ser humano ni del género masculino” negó la realidad y escondió un problema social grave.

“Entérese señor presidente que los violadores son seres humanos y principalmente varones hijos sanos del patriarcado”, mencionaron.

Ante este y otros casos, las mujeres exigieron un compromiso real del mandatario, que se retracte y que demuestren su responsabilidad como mandatario de Estado. También demandaron que se cumpla la Ley de Violencia hacia las Mujeres Basada en Género (Ley 19.580), lo que incluye entregar recursos para garantizar la protección integral, reparación y justicia a las víctimas en todo el país.

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