Pedro Echeverría V.
1. La Guerra Sucia de 1965/1990 –escriben investigadores de la “Comisión de la verdad”- fue un crimen de Estado permitido por las autoridades del más alto nivel en México y que dejó hasta 120 mil víctimas en el país. Cinco expresidentes y sus secretarios de Defensa y de Marina, instituciones de seguridad y gobernadores de esa época, en la que se registraron desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, tortura, persecuciones y otras vulneraciones a los derechos humanos. “todo el aparato de seguridad del Estado aniquiló cualquier expresión política, social, cultural y de género que fuera contraria a la admitida por el gobierno en turno.
2. Los gobiernos de Díaz Ordaz, Echeverría Álvarez, López Portillo, De la Madrid y Salinas de Gortari, expresidentes de México e integrantes del PRI, fueron, como los cinco sucesores, muy funestos. Esa investigación publicada por la muy interesante revista “Animal político”, nos proporciona más conocimientos históricos y nos recuerda que ninguno de esos gobernantes asesinos pisó la cárcel, a pesar de sus 120 mil víctimas. Y lo mismo sucederá con los expresidentes de los años 1990 a 2024, con el doble de víctimas. En México hay libertad para que gobernantes y empresarios asesinen a los de abajo, los encarcelen y persigan. Hay 250 mil pobres en prisión por robarse un pan o una cartera, pero ningún rico pisa la cárcel.
3. Viví desde 1960, en plena actividad opositora antielectoral, la llamada guerra anticomunista propagada en los medios de información y la iglesia; se decía que los comunistas le quitaban sus propiedades y a sus hijos a todas las familias; así que coincido mucho en lo que dice el documento. Recuerdo que en plena “guerra sucia”, en 1973, nos llevaron a prisión preventiva a 50 compañeros espartaquistas (luxemburguistas) acusándonos de guerrilleros, cuando sólo éramos agitadores marxistas reunidos en círculos de análisis y discusión. Respondimos entonces que los únicos culpables de la miseria del país han sido siempre los gobernantes y los grandes empresarios.
4. Dado que en México la burguesía o clase dominante destruyó lo poco de marxismo que existía, hoy sólo queda un neoliberalismo burgués que se revuelca en su propio lodo. Anabel Hernández en sus estudios, libros, artículos y declaraciones, ha demostrado que el dinero a “carretadas” distribuye el narcotráfico entre partidos y candidatos ha sido muy suficiente para comprar todos los votos que se quieran. A raíz de que el narco Zambada está preso en EEUU, ha salido con claridad que el gobernador Rocha y AMLO están muy comprometidos con todos los narcos que se mueven en México. Quizá sea el país más englobado dentro de narco mundial, “del mundo”. (16/VIII/24)
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