Fabiola Martínez, Lilian Hernández y Alonso Urrutia
Ciudad de México. En su primer discurso como Presidenta Electa de los Estados Unidos Mexicanos, la primera mujer en la historia en alcanzar este máximo cargo, Claudia Sheinbaum Pardo hizo un reconocimiento a la lucha de ellas “heroínas, tanto a las visibles como las millones de mujeres invisibles de generaciones y generaciones que han hecho posible que consigamos este alto reconocimiento”.
Ante los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre varias decenas de invitados especiales a la sesión solemne, dijo -en un mensaje velado frente a la reforma judicial en proceso- que el pasado 2 de junio, el pueblo de México “también decidió mayoritariamente un verdadero sistema de justicia, que sea igual para todas y todos los mexicanos. Un sistema que también comprenda la separación entre el poder económico y el poder de la justicia, un estado de derecho, por ello no debemos temer a la democracia, decía Juárez, la democracia es el destino de la humanidad, la libertad, su brazo indestructible”.
Para quienes sí tuvo un mensaje explícito fue para los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), al señalar, desde el recinto donde en los próximos días se definirá la integración de ambas cámaras del Congreso de la Unión, que el electorado ya decidió al respecto.
“El 2 de junio el pueblo de México también plasmó su voluntad para la composición del congreso de la Unión, y es clara la norma electoral en la asignación de los legisladores de mayoría y de representación proporcional. Estoy convencida que las y los titulares del Poder Judicial en materia electoral conocen a profundidad este tema porque así han actuado en pasadas elecciones y sabrán respetar también la Constitución, las leyes y la voluntad del pueblo”.
Previamente, al inicio de su mensaje, Sheinbaum señaló que “es la primera vez en 200 años de la República que recibe el reconocimiento de Presidenta electa una mujer, Presidenta, con A. Como lo he dicho en otras ocasiones, no lo asumo como un triunfo individual o como el esfuerzo personal. El día de hoy marcado ya en la historia de México, no llego sola, llegamos todas”, expresó desde la tribuna de la Sala Superior del TEPJF, máxima instancia en la materia.
Después de recibir la constancia de mayoría de manos de Mónica Soto, presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la Presidenta Electa ponderó el rasgo “histórico e inédito” del resultado de la elección del 2 de junio, cuando “nuestro movimiento”, recalcó, recibió 35 millones 924 mil 519 sufragios, equivalentes el 59.76 por ciento del total de la votación y 32 puntos por encima del segundo lugar.
Frente a ministros, la presidenta del Instituto Nacional Electoral, Guadalupe Taddei, el pleno de la Sala Superior del TEPJF y de integrantes del gabinete actual y del que la acompañara en su tarea de gobierno, Sheinbaum subrayó que el pueblo de México mostró su conciencia cívica, su vocación democrática y su sentido republicano expresada con claridad y contundencia el día de la jornada electoral.
Señaló que llega a esta responsabilidad “nutrida” de la fuerza que proviene de nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas.
“Hoy llegamos todas y con ello me comprometo a luchar para seguir construyendo igualdad y libertad para todas las mujeres mexicanas, en especial para las más vulnerables y de cuidar, como lo hacemos las mujeres, responsablemente el porvenir de nuestra propia”.
Continuó con los significados de la elección del 2 de junio que deben ser honrados, en especial para los electores.
“La mayoría de la gente votó porque siga un gobierno honesto, de resultados, con amor a la patria y con amor al pueblo de México. Dicho de otra forma, la mayoría de las y los ciudadanos no quieren que regrese el gobierno de unos cuantos o la prepotencia o el influyentismo. No quieren que regrese ni la corrupción ni los privilegios. Ese es el mandato del pueblo de México y nos corresponde seguir haciéndolo realidad. Es decir, el mandato es claro, continuar y avanzar con la cuarta transformación de la vida pública de México que inició en 2018 el presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Ello significa, agregó, seguir construyendo un México libre, en paz, de derechos, fraterno, soberano, democrático y justo.
“Concibo que la libertad con la que votaron las y los mexicanos es la que significa un gobierno que no reprime”, destacó.
La presidenta electa recibió aplausos en medio de su mensaje en la palestra de esta Sala Superior.
Dijo que la Cuarta Transformación por la que votaron mayoritariamente los ciudadanos concibe como derecho y no como privilegios la educación, el acceso a la salud, la alimentación saludable, la vivienda digna, el salario justo y la pensión suficiente; es decir, eligieron un estado de bienestar y no regrese el sistema neoliberal.
También votaron por un México en paz. “Lo haremos con estrategia, no regresará la guerra contra el narco, seguiremos construyendo paz con justicia; un México fraterno”.
Igualmente, que nunca más se trate al pueblo de México con clasismo, discriminación y racismo o a las mujeres con machismo.
“Que nuestras raíces y nuestro destino están en la fraternidad, en el humanismo, en ser tratados siempre como iguales, un México soberano, libre, independiente. Quedó claro el 2 de junio, como lo dice la Constitución, desde los Sentimientos de la Nación, que la soberanía reside esencial y originalmente en el pueblo y que por eso el mandato no alejarse y que esa soberanía está siempre por encima de grupos o individuos por más poderosos que parezcan”.
Sheinbaum Pardo habló entonces de la democracia, como el poder emanado del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, y con su voto reclama más democracia y justicia.
“Hay un mandato popular: justicia en el sentido amplio de la palabra significa justicia social, ambiental, para las mujeres, para todas las personas y también justicia igual para el pobre que para el rico. Es decir, el pueblo de México también decidió mayoritariamente un verdadero sistema de justicia, que sea igual para todas y todos los mexicanos”.
Ahí el aplauso – incluido el de la presidenta ministra, Norma Piña- hizo a la Presidenta electa pausar un momento el hilo de su discurso.
Luego, en el cierre de su discurso, refrendó su compromiso de gobernar con honestidad, respetando la independencia de los poderes.
“Gobernaré para todos y todos los mexicanos y tengan la certeza que nos sentiremos cada día de nuestro origen y también de nuestro porvenir. Nadie debe temer a nada, al contrario, el futuro es promisorio, somos un país de un pueblo extraordinario, único, maravilloso, estaremos a la altura de las circunstancias.
“Hago el compromiso de no defraudar y de poner todo mi empeño, mi conocimiento, mi corazón, mi esfuerzo, y hasta la vida misma para servir a mi patria y a mi pueblo. Que viva México”, expresó.
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