7/01/2008

LOS DUEÑOS DEL DINERO EN MÉXICO


SÓLO 39 FAMILIAS ACAPARAN EL 13% DEL PIB

La afamada revista financiera estadounidense Forbes publica cada año la lista de los hombres más ricos del planeta. El quién es quién de los ricos entre los ricos muestra hasta qué grado en el mundo se concentra la riqueza y el dinamismo de creación de dinero en los tiempos de la globalización.

Ahora, una publicación digital mexicana, Sentido Común, ha decidido seguir el ejemplo pero hacer un “top ten” de los magnates a nivel nacional.

El informe fue publicado esta semana y menciona a las 39 familias más acaudaladas de México, cuya riqueza suma en total unos 135 mil millones de dólares, alrededor del 13.5% del Producto Interior Bruto (PIB).

Como era de esperarse, el magnate mexicano Carlos Slim, quién más, ocupa el lugar número uno, lo que no es difícil de adivinar, por cuanto ya ha sido ubicado como el hombre más rico del mundo.

Los hombres de negocios y las familias con mayores fortunas, propietarios de empresas cotizadas en la Bolsa Mexicana, obtienen un promedio anual de 500 millones de dólares en ganancias, una cifra que ya quisiéramos usted y yo ganarnos en un día de buena suerte.

Slim y su familia son dueños de consorcio Carso, que incluye Telmex, la mayor telefónica del país, América Móvil, un conglomerado de telefonía celular con ramificaciones en todo el continente, incluyendo Estados Unidos, y España, así como el grupo financiero Inbursa y la constructora Ideal.

El llamado “mago de las finanzas” se fue de compras recientemente a España, como quien va a La Lagunilla a conseguir un vestido de quinceañera y compró el 20 po ciento del banco español La Caixa y el 15 de Gas Natural México.

Para ello, Slim llevaba algo de dinero en su cartera, una pequeña piscachita de lo que tiene en sus caudales, pues su fortuna asciende a unos 65 mil 034.7 millones de dólares, una cifra que haría quedar ridículo al Rico Mac Pato de las historietas, aunque el empresario de origen libanés no tenga una alberca de monedas y billetes en las que guste de darse un chapuzón de vez en cuando.

Pero Slim no es el único hombre adinerado digno de figurar en las listas de los más ricos de México. Muy cerca se encuentra Germán Larrea, el Rey del Cobre, dueño del gigante minero Grupo México, con una riqueza de 8 mil 873,4 millones de dólares.

En tercer lugar se ubica Ricardo Salinas Pliego, propietario de Elektra, TV Azteca y Iusacell, con 8 mil 818,6 millones.

En el cuarto lugar, con 6 mil 545.2 millones de dólares en su haber, aparece Alberto Bailleres y familia, poseedor del grupo minero Peñoles, el mayor fabricante de plata refinada del mundo.

Martín Bringas, que posee la cadena de supermercados Soriana, en quinto lugar, con 3 mil 550.9 millones.

En fin, hay otros nombres de ricachones de alcurnia como el empresario Antonio del Valle, dueño del productor de químicos Mexichem, quien figura como el séptimo con 3 mil 194,8 millones.

La mujer más colocada en esta exclusiva nómina es María Asunción Aramburuzabala, esposa del embajador estadounidense Antonio Garza y poseedora del 10 por ciento de la cervecera Modelo, quien se ubica en el puesto trece de la lista con 2 mil 027.6 millones de dólares.

Lo curioso es que esta lista podría ser un tanto ficticia o por lo menos inexacta, pues la propia página de Sentido Común advierte que la riqueza de un empresario o su familia “podría estar subestimada dado que en ocasiones las empresas reportan que un porcentaje del capital es propiedad de una compañía de la que no se revelan sus propietarios pero que bien pueden ser los accionistas de control”.

Tampoco se toman en cuenta otros negocios en los que los empresarios o sus familias están invirtiendo y que “podrían muy probablemente incrementar el monto de su riqueza”, según la publicación.

Viene a cuento este informe porque lo único que hace es demostrar cuán concentrada está la riqueza en unas cuantas familias en este país y cuán extendida está la pobreza en millones de personas que no tienen ni siquiera expectativas de ascender en la escala social.

Según el Fondo Monetario Internacional, la pobreza en México se redujo entre 2004 y 2006 en un 3 por ciento, una proporción muy por debajo de Brasil, donde disminuyó 8 por ciento o Argentina, donde bajó 18 por ciento.

Pero una cosa es que se reduzca la pobreza y que muchos mexicanos por ejemplo ya tengan para comer carne o para tomar leche, cuando antes sólo les alcanzaba para incluir frijoles en su dieta y otra que se estreche la creciente brecha entre ricos y pobres.

El reporte del FMI, por ejemplo, afirma que “los países latinoamericanos siguen teniendo tasas de desigualdad mucho mayores que la de países de Asia y Europa con niveles de desarrollo semejantes, lo que podría limitar parte de los efectos potenciales de un fuerte crecimiento económico sobre la reducción de la pobreza”.

El FMI estima que la pobreza sigue disminuyendo en América Latina, pero la desigualdad continúa siendo elevada. Para remediar lo que llama “persistente desigualdad” y reducir el alto nivel de pobreza, apunta el organismo, es esencial focalizar mejor el gasto social en los países de la región.

Aunque México gozó en los últimos años de ingresos petroleros sin precedente, derivados de los altos precios de exportación del crudo, el dinero parece haber ido a dar al “pozo sin fondo” del gasto público, sin traducirse en un mejoramiento del bienestar social.

En México, 25 de cada 100 habitantes viven en situación de pobreza, la que el FMI ubica a partir de un ingreso menor a dos dólares (21.5 pesos) por día. ¿Alguien se puede imaginar para lo que alcanzan 21 pesos? Hay cafeterías en la ciudad de México donde con ese dinero no alcanza siquiera para tomarse una taza.

Mientras en otras naciones exportadoras de materias primas la reducción de la pobreza ha sido más acelerada, en México se ha dado de manera modesta. ¿Por qué? ¿Será porque tenemos muy eficientes funcionarios que saben repartir bien el pastel?

Sin lugar a dudas la desigualdad tendrá que ser un problema presente en toda agenda del desarrollo de los próximos años sea que quien gobierne provenga de la izquierda, de la derecha o del centro del arco político.

Para ilustrar un poco la dimensión de la desigualdad, se puede uno simplemente remitir a un informe de Consejo Nacional de Población (Conapo), según el cual México ocupa el lugar 17 a nivel mundial en índices de desigualdad económica y social entre la población.

Según Conapo, basado en estadísticas del Banco Mundial, este lamentable lugar se explica, entre otras cosas, por el hecho de que tan sólo el 10 por ciento más rico de la población mexicana concentra el 40 por ciento de la riqueza nacional, mientras que el 10 por ciento más pobre recibe menos del 2 por ciento del ingreso total del país.

En las comunidades de mayor pobreza la situación de desigualdad es extrema, pues "en los municipios de mayor marginación los niños menores de un año registran una mortalidad 50 por ciento más elevada respecto a los de muy baja marginación.

¿A qué nos conduce todo esto? A una conclusión inquietante. Si continúan ampliándose las diferencias entre las clases sociales, no estaría lejano el día en que se generen estallidos sociales, como lo advierte el historiador y escritor Fritz Glockner.

El autor de Memoria roja, que versa sobre la historia de la guerrilla en México de 1943 a 1968, afirma que “las causas que originaron los levantamientos armados de los años 40, 50, 60 y 70, no se han satisfecho, y no existe una lógica de intentar reconstruir un tejido social”.

A su juicio,“la liga se encuentra de lo más delgaditita” y por supuesto puede romperse.

Según dijo Glockner en una entrevista a la Revista Proceso, “tenemos vergonzosamente a un cabrón que, según la lista de Forbes, es el más rico del mundo (Carlos Slim) y 27 millones de mexicanos en pobreza extrema que no tienen ni una aspirina para sobrevivir”.

Esa es la realidad que constituye una verdadera mancha sobre la conciencia de México. Mientras el gobierno no ataque directamente a las causas de fondo de la pobreza, que tienen que ver con la excesiva concentración de la riqueza, será inútil aplicar planes del tipo de Progresa o Vivir Mejor, que son paliativos para un problema mayúsculo..

1 comentario:

  1. Si, me gustaria haserle una pregunta al señor carlos Slim ya que partiendo de la base de que obtubo la compra de telmex de una manera muy muy dudosa casi de manera regalada con la selestial ayuda del mago don carlos salinas de gortary la pregunta es
    cuantos millones mas de dollares le gustaria saver que tiene en su cuenta y regresarle alos niños pobres de mexico a telmex y le boy a desir una lista de personas que usted ayudaria buwno tal vez no de pueda decir ayudaria porque seria regresarle lo que es de ellos ;
    niños y niñas de la calle
    prostitutas por comida o medesinas
    sicarios menoresd de 18 años que nadien les dio empleo
    idigenas que no se pudieron ir al df
    pobres que no pudieron llegar ala frontera,menos a davos o irlanda (te suena amigable la pregunta)
    ansianos muriendo x ambre y medesinas
    hombres onestos que aman a mexico a sus familias y a DIOS regresando

    ResponderBorrar